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Plazas urbanas, su imagen turística

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Estamos otra vez metidos en la vorágine de los viajes, de los hoteles, del campo, de las playas, huyendo aunque sea durante pocos días de la vida corriente, del trabajo, de la rutina. Es tiempo de vacaciones. Estamos en Semana Santa, en Pascua, en ese respiro entre el invierno y el verano que mueve a millones de personas de un sitio a otro. Ya he escrito en bastantes artículos qué supone este comportamiento desde el punto de vista del estado del planeta. Pero hoy no trataré esta cuestión, voy a intentar ser menos dramático. Hace dos años una de mis alumnas comenzó un trabajo curioso. Trató de ver qué tenían en común aquellas plazas consideradas como más representativas de Madrid y de Atenas. La primera parte, la de seleccionar las plazas, la empezó conmigo y el resto lo terminó al año siguiente con Ester Higueras. Previamente al análisis tenía que elegir las plazas sobre las que trabajar. Y para hacerlo, como no contaba con dinero para encuestas o estudios de mercado, utilizó Internet y guías de turismo.

El turismo es un gran invento, de Pedro Lazaga
 La "mítica" película española de los años sesenta

Eligió Madrid y Atenas por la sencilla razón de que estaba en Madrid haciendo el máster de Planeamiento de nuestro departamento y era griega. Hoy está en Creta en Heraklion trabajando en una consultora. Se llama María Datseri. María pensó que la mejor forma de saber qué plazas eran las más representativas de una ciudad era indagar sobre cuáles eran las más visitadas. Así que se puso en el papel de una turista que iba a Madrid y a Atenas y se comportó como tal. Cuando llegamos como turistas a una ciudad, sobre todo al principio, ¿qué hacemos antes de recorrerla? Probablemente primero hemos consultado algunas páginas de Internet para saber lo básico, lo más elemental. Y luego compramos una guía que nos permita recorrer sus calles, plazas, monumentos y lugares más significativos, sin perder demasiado tiempo. Pues esta fue la metodología que utilizó para seleccionar las plazas más representativas de las dos ciudades. Luego trataría de analizar sus rasgos esenciales intentando detectar pautas comunes.

Plaza Mayor, la número uno en la lista de Madrid  laguia
 "A relaxing cup of café con leche" (Ana Botella)

Lo de las páginas de Internet me pareció bastante adecuado, pero usar las guías… El hecho de que un monumento, una plaza, o un restaurante, aparezca en la guía no quiere decir que sea un elemento representativo. Más bien parece que se trata de aquellos lugares que el autor de la guía quiere que el turista conozca. Claro que a mis alumnos les he dicho y repetido que uno puede crear paisajes sin mover piedras ni plantar árboles, sencillamente describiéndolos, haciéndole ver a la gente que aquello tiene interés, destacando sus valores. Incluso inventando historias. El primer libro de la trilogía del Baztan de Dolores Redondo ha conseguido crear en pocos meses recorridos por este valle navarro y atraer a mucha gente que quería revivir las andanzas de Amaia Salazar, entrever el bajasaun o buscar un txantxigorri en las pastelerías de Elizondo. En cierta medida creó un nuevo paisaje para el río Baztán (aunque, en realidad, el objeto ya estaba). De forma que se trata de una pescadilla que se muerde la cola: las guías señalan lugares, los lugares son visitados, la consecuencia es que tienen que aparecer en las guías, al aparecer en las guías son visitados… Bueno, me convenció.

Plaza Sintagma, la número uno en la lista de Atenas
 2011, protestas contra los recortes  elperiodico

Con el trabajo de María he hecho algo parecido al resto de trabajos que publico en el blog, sólo que en este caso incluso me he tomado la libertad de cambiar algo la redacción ya que, aunque habla y escribe bastante bien español, algunas frases no eran muy correctas. Por supuesto he cambiado de orden los párrafos, eliminado las citas, etc. La investigación se centró en una parte muy concreta de los elementos representativos de las dos ciudades: las plazas. Se dejaron de lado los monumentos, los lugares singulares, los sitios patrimoniales, las calles o los parques, ya que tenía que realizar el trabajo sola y sin ayuda. El objeto de esta primera parte estaba, por tanto, bien delimitado: seleccionar las plazas más representativas de las dos ciudades. Además, en la realización final del PFM, volvió a realizar esta selección con páginas de Internet distintas pero siguiendo el mismo método, obteniendo resultados muy parecidos (con pequeñas discrepancias en algún número) lo que le otorga una cierta validez al sistema. 

Las plazas más turísticas de Madrid y Atenas
Autora: María Datseri

Hoy en día un porcentaje muy alto de los turistas utiliza guías y páginas de Internet para preparar el viaje, conocer la ciudad y elegir los espacios y monumentos que va a visitar en la ciudad, siguiendo las indicaciones que cada una de ellas propone. ¿Cuáles son los verdaderos criterios que dan un carácter turístico a un elemento como es un espacio público y, en concreto, una plaza? ¿Podríamos decir que existen elementos básicos que debe tener un espacio concreto para definir este carácter turístico? Se puede aceptar que las guías turísticas y las páginas turísticas de internet  establecen casi todos los destinos turísticos de una ciudad porque, en muchos casos, son al final las guías, las que crean, reproducen y/o reflejan los puntos turísticos en la ciudad. Para la hipótesis  de este trabajo no se considera la posibilidad de que exista una plaza que tenga un alto tránsito de turistas y no aparezca  en guías o páginas de Internet. No quiere decir que no se visite una plaza desconocida, se hagan fotos en ella o se considere interesante. Pero no es objeto de consideración como imagen turística de la ciudad.

Plaza de Monastiraki, la número dos en la lista de Atenas
 La Acrópolis, fondo escénico insuperable  mygreecetravels

Se eligieron las ciudades de Madrid y Atenas por diferentes motivos. En primer lugar son ciudades con un número de habitantes parecido. También el número de visitantes, estudiando los años 2007-2009 antes de la crisis griega, y las turbulencias el invierno de 2010 que han afectado negativamente el turismo en Atenas. Además, son capitales de sus países, es decir que se concentran los servicios privados y públicos como administrativos, políticos, jurídicos etc. y sus instalaciones, aeropuertos, un sistema de comunicaciones con metro o bus, etc. que son comparables a pesar de las lógicas diferencias.  La climatología, aunque no igual, también tiene parámetros relativos similares sobre todo referentes a los datos de sol y lluvia que permiten una comparación del uso de espacio público. Por último, pero no menos importante, los criterios personales como el idioma, y el tiempo que he pasado viviendo  y estudiando en estas dos ciudades y el conocimento que tengo de ellas.

Puerta del Sol, la número dos en la lista de Madrid
 2011, miles de intregrantes del 15-M  lavanguardia

La metodología de selección de las plazas se organizó en pasos sucesivos: elección de páginas de Internet de carácter turístico; análisis de las mismas; selección de las cinco más importantes; selección de las guías de turismo y su estudio en profundidad. El objetivo final era determinar las plazas más representativas con objeto de estudiarlas y detectar los elementos comunes que pudieran indicar pautas relacionadas con esta representatividad. Es verdad que, según la metodología utilizada, estaba presuponiendo que representatividad era igual a representatividad turística. Pero, por lo menos, me permitía acercarme al tema de una forma menos discrecional. En este artículo para el blog de Fariña no se aborda nada de la segunda parte del trabajo que hice con Ester, porque quiere centrarlo en la imagen turística. Es una ventaja porque, de esta forma, se evita toda la discusión sobre esta parte que es una de las más complejas de la investigación. De forma que, a continuación, se explica el proceso y los resultados con la clasificación final de las plazas.

Atenas, una de las páginas de Internet analizadas

Hoy en día un porcentaje muy alto de los turistas seleccionan la información sobre lοs destinos turísticos desde Internet. En las muchas páginas que existen hay gran variedad según la forma que aparecen, los informes que ofrecen o los organismos responsables, entre otros. Por tanto, la elección de las páginas que se van utilizar era muy difícil. La metodología partió de una búsqueda muy amplia utilizando clave (key words) tales como: turismo en Madrid, turismo en Atenas, τουρισμός στην Μαδρίτη, τουρισμός στην Αθήνα, tourist of Madrid o tourist of Athens. Luego hubo que elegir cuáles los resultados de contenido turístico. También se consideraron otros criterios tales como su oficialidad, el número de resultados en los buscadores o la forma como se exponía la información. En otros términos, si de alguna manera se diferenciaban los lugares a visitar según de su importancia. Por fin se eligieron cinco páginas de para cada ciudad para las que se confeccionaron una serie de fichas.

Madrid, versión inglesa de una de las guías analizadas

En cada ficha se incluyeron bastantes datos de cada web analizada. Pero uno de los más interesantes era la clasificación de las plazas que aparecían como lugares de visita imprescindible o interesante. No sólo se atendió a que la plaza apareciera o no, sino que se intentó una clasificación para poder evaluar su importancia turística. A pesar de todo no fue posible, por criterios de homogeneidad, atender más que a dos valores. Se valoraron con dos puntos aquellas plazas que la página consideraba que eran lugares que había que ver necesariamente cuando uno visitaba Madrid o Atenas. Y con un punto aquellas que se mencionaban como de interés pero que si el turista, por ejemplo, estaba sólo un par de días en la ciudad podían dejar para una próxima visita. Por supuesto que no todas las páginas establecían estos valores de forma tan clara y, en algunos casos, fue necesario interpretarlos. Pero como ya en la selección de las páginas uno de los criterios era que se estableciera esta clasificación, al final no fue tan difícil. La clasificación resultante para Atenas fue la siguiente:

Clasificación plazas Atenas según páginas Internet
 Señalar en la imagen para verla más grande ©María Datseri

La tabla anterior expresa claramente que la plaza Sintagma es la que cuenta con una mayor valoración consiguiendo un total de 8 puntos.  A continuación la plaza Monastiraki con 2 puntos menos que la primera. Estas dos plazas, junto a la Kotzia, son las únicas que se aparecen en las 4 de las 5 de las páginas estudiadas. La plaza Kotzia y la plaza Omonia recogieron la misma nota 5. A partir de estas  dos plazas, la Plaza Avisinias y plaza Kolonaki tiene un 3, y las demás solo consiguieron un 1, es decir que se figuraron en solo una página en la segunda clasificación como interesantes. Puede verse que las diferencias son bastante claras pero que, en total sólo se recogen nueve plazas. Esta es una diferencia muy importante respecto al caso de Madrid en el que aparecen hasta 19 plazas aunque ocho de ellas las menciona una única página y cinco sólo dos de las páginas estudiadas. De cualquier forma parece que en Madrid las plazas, desde el punto de vista de la imagen turística, tienen una mayor importancia que en Atenas. A continuación se recogen las nueve primeras plazas de Madrid.

Clasificación de las 9 primeras plazas Madrid según Internet
 Señalar en la imagen para verla más grande ©María Datseri

El otro análisis se hizo a partir de las guías de turismo. La variedad de las guías turísticas que existen es muy amplia. Diferentes editoriales publican guías y hay muchos tipos donde elegir. Además pueden enfocarse a tipos de viajeros concretos, gustos y necesidades. Se pueden dividir según del tamaño, el área del estudio, el tema o la orientación (turismo alternativo, con niños, en tren, en coche y otras). La selección, por tanto, fue todavía más complicada que para el caso de las páginas de Internet, aunque los criterios fueron los mismos explicados anteriormente. En este caso se decidió utilizar sólo aquellas que se podían encontrar en español, sobre todo por criterios de accesibilidad a las mismas ya que el trabajo se hacía en Madrid y la variedad en otros idiomas que seguro se podía haber encontrado en Atenas no era fácil de conseguir en Madrid. Como mucho, alguna en inglés. Lo mismo que en el caso anterior se seleccionaron cinco guías de Madrid y cinco de Atenas. De todas ellas se hizo una ficha con datos parecidos a los de las páginas de Internet y con una clasificación de plazas imprescindibles o interesantes que se valoraron también con dos y un punto. Los resultados para las nueve primeras plazas de Atenas se recogen a continuación.

Clasificación de las 9 primeras plazas Atenas según las guías
 Señalar en la imagen para verla más grande ©María Datseri

Aparece un número muy similar de plazas (once) al caso de las páginas de Internet, y no se mencionan en ninguna de las cinco guías las de Koymoyndoyroy y Lisikratoys que sí aparecían en el listado de las páginas. Aparecen nombres nuevos que no estaban en ninguna de las páginas de Internet: Eleytherias, Exarehion, Kifisias y Mitropoleos.  La plaza con la mejor nota es también la plaza Syntagma con una nota de 10, lo que significa que la clasifican como imprescindible todas las guías. Las plazas que siguen son: Monastirakioy y Omonia con la misma nota 7. Es importante decir que solo estas tres plazas y la Kolonaki aparecen en todas las guías. En general, del análisis conjunto de ambos tipos de fuentes se puede deducir que no son excesivas las menciones a plazas consideradas como imprescindibles o interesantes, siete en concreto. Además que existe un número significativo en ambos caso de menciones exclusivas del tipo de fuente analizado. Lo que otorga un mayor valor a las menciones conjuntas. La clasificación de las nueve primeras plazas en el caso de Madrid se recoge a continuación.

Clasificación de las 9 primeras plazas Madrid según las guías
 Señalar en la imagen para verla más grande ©María Datseri

Si en el caso de las páginas de Internet se mencionaban 19 plazas en el caso de las guías aparecen 20. Es decir, un rango muy similar en ambos tipos de fuentes. Hasta 14 plazas aparecen como imprescindibles o interesantes conjuntamente en páginas y guías. Lo que duplica el caso de Atenas. Probablemente se podrían sacar consecuencias de un análisis más detallado de los resultados obtenidos pero este no era el objeto del trabajo. En realidad, esta parte se hizo con el exclusivo objeto de seleccionar las plazas que luego se estudiarían con detalle para averiguar las pautas comunes si es que existían. Los resultados finales de las ocho primeras plazas para ambas ciudades aparecen abajo diferenciando los resultados de páginas y guías. Se podrían obtener ya algunas conclusiones sencillamente mirando los resultados finales, pero no es el objeto del artículo de hoy. Incluyo la tabla casi como curiosidad, a todos nos gusta conocer este tipo de datos.

Clasificación final de las 8 primeras  plazas de Atenas y Madrid
  Señalar en la imagen para verla más grande ©María Datseri

Hasta aquí parte del trabajo de María. Lo he traído al blog por muchas razones. Pero la principal ha sido la de animar a mis alumnos que están haciendo trabajos de investigación. No siempre son necesarios costosísimos aparatos, encuestas, o estudios de mercado para poder abordar un trabajo de investigación de forma digna y útil. Tan sólo debemos plantear una metodología adecuada y factible. En particular, las posibilidades que ofrece Internet no deberíamos nunca de despreciarlas. Os recomiendo el artículo que en este mismo blog publicó Domenico di Siena en julio de 2008 titulado “Internet para la investigación” en el que se dan muchas pistas interesantes. Pero tampoco deberíamos olvidar otras técnicas como la fotografía o el vídeo. Por ejemplo, costosos conteos de personas que utilizan un espacio público pueden ser sustituidos por fotos obtenidas por el propio investigador en intervalos diferentes y que luego se analizan. O recursos institucionales a los que se puede acceder de forma gratuita. Investigar tiene mucho más de acto creativo que lo que podría deducirse de una lectura superficial de los informes de los trabajos o de las publicaciones en las revistas académicas.

Es sano y benéfico atravesar de vez en cuando el espejo
 Del libro de Lewis Carrol Alicia a través del espejo

El otro tema que me gustaría resaltar es el interés, cada vez mayor, de las cuestiones relacionadas con la identidad y la imagen de los grupos, los barrios, las ciudades o los territorios. Aunque pudiera parecer lo contrario la recuperación de lo local va indisolublemente ligada a la imagen. Los lugares no sólo crean identidad por sí mismos. Además son la base sobre la que se organiza todo el entramado de los significados. El “cómo nos ven” es la pregunta clave que nos ayuda a “vernos”. Ese espejo que son los otros hay que mirarlo de vez en cuando si queremos saber cómo somos. No son suficientes los marcos de la memoria aunque sea memoria colectiva. Es cierto, hay que atravesar de vez en cuando el espejo como hizo Alicia, pero sin olvidar nunca donde nos encontramos, ya que la significación del lugar se construye con muchos elementos pero el sitio, aunque sea inventado, es la base en la que se apoyan todos los significados. Desde las guías de turismo hasta las novelas, pasando por fotografías o vídeos. Los lugares están ahí pero son las personas las que los dotan de significados. Y son los artistas (los investigadores, los urbanistas, deberíamos ser también un poco artistas) los encargados de descubrir aquellos aspectos menos evidentes de estos significados.


Dos libros sobre paisaje urbano

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Hace tiempo que no dedico un artículo a “mis libros”. Es decir, a aquellos libros que han dejado un impacto apreciable en mi forma de ver el urbanismo y el paisaje. Aquellos que, todavía hoy, están a mi lado. Como se trata de ayudar a los alumnos pienso que, si han sido importantes para mí, probablemente a ellos también podrán interesarles. Aunque todo el que me conoce sabe que, por razones de espacio, ya no compro ni leo libros en papel (excepto los que me regalan o dedican), sin embargo algunos de los que siempre me acompañan son todavía de la era pre-digital. Y tienen muchos años. Están usados, subrayados, pintados, con las páginas pegadas con cello, desencuadernados y con las esquinas dobladas en bastantes páginas. En fin, libros que, como mi vida, tienen ya una historia. Hoy voy a comentar dos que, aunque están en sitios opuestos de mi librería, siempre termino por consultar juntos cuando tengo que referirme al paisaje o a la escena urbana.

Casi todo mi espacio físico de trabajo lo ocupan los libros

El más antiguo está publicado, en su edición inglesa, en los años cincuenta. En su traducción al español se llama Diseño de núcleos urbanos. Escenología y plástica y su autor es Frederick Gibberd. La palabra “escenología” salta con un rojo intenso en el corrector de textos pero es que no está admitida por el diccionario de la RAE (la que propone como más cercana es: ¡escatología!) aunque está copiada tal cual de los créditos del libro. El más “moderno” es de los años sesenta del mismo siglo XX: El paisaje urbano, tratado de estética urbanística. Su autor es Gordon Cullen. Cuando estaba escribiendo el artículo pensé incluir un tercero, La imagen de la ciudad de Kevin Lych, pero al final lo deseché porque, entre otras cosas, ya lo había comentado en los tres artículos sobre “Áreas perceptivas” que publiqué casi en la prehistoria del blog, allá por el año 2007. Los dos libros, que analizaré a continuación, me servirán de disculpa para intentar articular algunas ideas acerca del llamado paisaje urbano.

Cubiertas de las ediciones en español de los libros

Ya he escrito en otros sitios del blog que el concepto de paisaje es muy diferente según el campo de conocimiento desde el que se enfoque. Y esta apreciación es básica si queremos llegar a entendernos. Porque no es que sea sólo distinto el concepto. También lo son: objetivos, metodología e, incluso, el vocabulario. Pero, probablemente, la visión más ajena a la de todos los demás profesionales (aunque no a la de la gente corriente), sea la de los arquitectos cuando se refieren al paisaje urbano. Debo advertir a los geógrafos, ecólogos, ambientólogos, ingenieros de montes, agrónomos, psicólogos, sociólogos o paisajistas (entre otros) que son libros muy de arquitectos. Esto, y a pesar de ciertas ideas preconcebidas sobre los intereses y habilidades de los arquitectos, no invalidan ni su contenido, afirmaciones, forma de exponer los argumentos que contienen o su utilidad. Pero es necesario decirlo previamente, porque conozco y he trabajado con bastantes profesionales de los campos citados, y pueden llegar a sentirse como en otro planeta si no hacen un esfuerzo de comprensión bienintencionado.

Escena urbana supuestamente útil (jugar al tenis, aparcar la bici,
 comprar chuches, terrazas, niños jugando), Getafe Norte, Madrid

Antes de empezar me gustaría establecer una diferencia entre “escena urbana” y “paisaje urbano”. Se trata de una propuesta sin más pretensiones que ponernos de acuerdo sobre el vocabulario. Entiendo el paisaje urbano como una expresión genérica relativa a como se percibe una escena urbana concreta. Si esta percepción tiene fuertes connotaciones utilitaristas (el espacio público como lugar donde se desarrollan los roles urbanos), las referencias al paisaje quedan diluidas frente a las del escenario como contenedor de usos. Mientras que si la percepción se refiere a los aspectos estéticos se aproxima más a lo que cualquier arquitecto entiende como “paisaje urbano”. Un paisaje, sea o no urbano, se mira, se admira, emociona, es feo, es bonito, se siente. En cambio, una escena urbana es más bien “útil” o no para desarrollar las actividades urbanas (entre otras, la de ser admirada o sentida, por supuesto). Si una escena urbana está bien diseñada contará con las condiciones de confort adecuadas, servirá para que los peatones circulen adecuadamente por las aceras, será segura, en ella jugarán los niños y, además, será bella.

Escena urbana supuestamente bella (su mayor utilidad es ser
 admirada, emocionar) Florencia, Piazza Annunziata  Wikipedia

El “será bella” (o fea) condiciona las características paisajísticas de ese espacio urbano. Por supuesto se trata de una opción, probablemente muy alejada de los planteamientos que haría un geógrafo (por ejemplo), pero que sirve para enfocar los elementos del análisis que haremos al comentar ambos libros. Porque los dos se refieren, en el fondo, a los elementos estéticos del espacio público. El libro de Cullen es bastante explícito en este tema, lleva por subtítulo Tratado de estética urbanística. El de Gibberd es algo más sutil ya que habla de Escenología y plástica. Pero ambos tienen que ver con la percepción de la belleza. Se trata de un campo ciertamente incómodo, pero en el que los arquitectos se sienten mucho más seguros que los ecólogos o los ingenieros de montes. Todo lo seguro que uno puede sentirse en un tema tan complejo y, muchas veces, contradictorio.

Frederick Gibberd, Town Design

Sir Frederick Ernest Gibberd nació a comienzos del pasado siglo y murió en enero de 1984. Arquitecto inglés ejerció también como planificador urbano y paisajista. Entre otros muchos trabajos fue el director del Master Plan de Harlow, una nueva ciudad inglesa diseñada después de la segunda guerra mundial para descongestionar Londres, de la misma época que Stevenage o Hempstead. Por tanto, forma parte de la denominada primera generación de nuevas ciudades inglesas. Su forma de entender el urbanismo se describe claramente en el prefacio del libro: “El trazado de ciudades abarca los de arquitectura, panorama y caminos, y estas artes se entretejen en modo tal que pierden su identidad individual y se convierten en algo nuevo: ‘la escena urbana’. Este libro se refiere fundamentalmente a la realización de esta escena y, en particular, a las cualidades de su visualidad. El tema central es el trazado de ciudades como arte; pero como la apariencia de la ciudad resulta del trabajo que este arte debe efectuar, su función, los problemas sociales, científicos y técnicos, han sido examinados suficientemente para hacer inteligibles los estéticos”.

Busto de cemento de Sir Frederick Gibberd
 Gibberd's Garden (Harlow)  DouglasGordon

De hecho, entre los espacios analizados en el libro se encuentran el barrio Mark Hall y The Stow (centro) de Harlow New Town. Pero también trata distintos ejemplos históricos y de su tiempo: desde la plaza de la Signoria en Florencia hasta el centro civico de Stevenage, pasando por el área industrial de la New Town de Crawley o el Landsdown Crescent de Bath. El libro tiene una estructura clásica de manual de urbanismo y está dividido en cuatro partes. Comienza describiendo la ciudad como un todo para pasar luego a las áreas centrales, la industria y las viviendas. Cada capítulo cuenta con dos secciones claramente diferenciadas. En la primera se estudian cuestiones conceptuales relativas a la relación entre zonas, requisitos a cumplir, o disposición de piezas y elementos. Luego tiene una segunda que llama “Análisis” en la que aparecen diferentes ejemplos comentados. Desde mi punto de vista esta segunda parte es la más interesante y la que ha hecho que el libro de Gibbert sea una referencia para mí.

Visita real al centro urbano de Harlow, 1958  Gallery

Y dentro de los análisis destacan, precisamente, aquellos más escenográficos. Por ejemplo, el del plan regulador de Guilford está bien, pero no aporta demasiado a los cientos de análisis de instrumentos de planeamiento que hay publicados. Pasa lo mismo, ya en el capítulo dedicado a la industria, con el estudio acerca del área industrial de Knutsford. En cambio, cuando lo intenta con las agrupaciones de viviendas la originalidad es mayor (aunque muy de manual inglés de urbanismo, todo hay que decirlo). Pero, probablemente, el mayor valor del libro aparece cuando trata las áreas centrales. Para entender la variedad de espacios estudiados habría que reproducir el índice. Pero, para despertar el interés del lector, voy a relacionar algunos: Venecia: piazza y piazzetta de San Marco; Florencia: piazza Annunziata; Taormina: piazza San Agostino; Michigan: Capitolio; Amsterdam: Kalver Straat; Linda Vista, California: centro comercial; Harlow: The Stow; Estocolmo: Vallingby; Stevenage: Centro Cívico.

Harlow new ¿town? Paisaje que Lych llama “suburbio frondoso”
 Modelo de ciudad jardín escasamente urbano  googlemaps

Sin embargo, donde reside su originalidad y lo que diferencia este trabajo de otros de su momento, es el método de exposición. Casi en ningún caso hay dibujos de secciones o alzados. Como se corresponde con un planteamiento puramente visual la base son las fotografías. Normalmente las fotos vienen referenciadas en una planta dibujada donde se indica desde donde se ha realizado la foto y la dirección de la cámara. A veces, esta planta maestra se acompaña de pequeños esquemas que ayudan a entender el espacio. Por ejemplo, se pueden destacar en negro las áreas vacías. O señalar las características claves de la planta mediante flechas y sombreados. Los comentarios también son básicamente visuales. Por ejemplo, al referirse a la Piazza della Signoria: “La plaza parece penetrar en la masa de edificios que la rodea, pero en ningún caso los caminos de llegada están opuestos entre sí, de donde resulta que las vistas hacia dentro de las plazas están siempre interceptadas; punto de importancia anotado por Sitte”.

Algunos esquemas que Gibberd incluye junto a las fotos

En cualquier caso siempre empieza por una descripción general y una explicación histórica muy someras (uno o, a lo sumo, dos párrafos). Esta forma de plantear el urbanismo, desde lo que ve el ciudadano, Gibberd lo utiliza también para el planeamiento urbano. Y no solo Gibberd, en muchos planes de ciudades inglesas se ven perfectamente dibujadas las viviendas o los centros comerciales claramente definidos. No se trata simplemente de delimitar una zona y dar unas condiciones de uso y una edificabilidad, sino que se dibuja un posible resultado final. Posteriormente este enfoque dio lugar a toda una corriente arquitectónica en el planeamiento para la cual en el plan tenían que aparecer dibujados hasta los árboles de alineación o los bancos. Y, por supuesto, las viviendas o los centros comerciales. En el párrafo anterior aparecía citado Sitte. No es casual. Representa una forma de entender el urbanismo que va en la misma dirección. La otra sería un cierto planeamiento más de ingeniería (que luego derivó en otro reglamentista), cuyo paradigma podría ser el plan Hobrecht para Berlín.

Reproducción de parte del análisis de la Plaza de la Signoria

Curiosamente el libro no tiene bibliografía. Como algunos de mis alumnos (aunque cada vez menos, la mayoría se conforman con leer tuits) me preguntan sobre qué libros leer de urbanismo, les voy a dar pistas en palabras de Gibbert: “Creí que podría incluir una lista bibliográfica, pero el tema es tan vasto que no ha sido posible. Los libros que más provecho me han prestado han sido los siguientes: Civic Art por Heggemann y Petts, Documents D’Urbanisme por Robert Auzelle, L’Histoire de L’Urbanisme por Pierre Lavedan, Space, Time and Architecture por Siegfried Giedion, The Art of the Building Cities por Camillo Sitte, The Culture of Cities por Lewis Mumford, Town Planning in Practice por Raymond Unwin”. Algunos de estos libros ya han sido comentados en el blog. Hay que tener en cuenta que Town Design se publicó en inglés en el año 1954 por The Architectural Press y que su enfoque está muy dirigido hacia consideraciones formales de la escena urbana.

Parte del análisis de la Piazza Annunziata en Florencia
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Si exceptuamos a Heggemann y Auzelle, los demás todavía deberían figurar en cualquier bibliografía actual porque son auténticos clásicos. Y en mis tiempos de estudiante todavía a Auzelle se le tenía bastante consideración. Por cierto, en mi libro de Gibberd de editorial Contempora, Rober Auzelle figura como Auyelle. Supongo que se trata de una errata que ya he corregido en la cita de arriba.

Gordon Cullen, Townscape

En esa dirección se mueve también Gordon Cullen. De la misma generación que Gibbert (algo más joven), aunque estudió arquitectura parece que no llegó a estar habilitado como arquitecto a pesar de haber sido miembro honorario del RIBA y tener la medalla del Instituto Americano de Arquitectos. Digo que “parece” porque no es nada sencillo encontrar información sobre su vida (ni tan siquiera he conseguido una foto). Sin embargo, realizó planes, sobre todo en Glasgow y para la London Docklands Development Corporation durante los años ochenta. Cullen fue un escritor de temas urbanos y teórico del urbanismo. Pero, sobre todo, fue un brillante ilustrador y dibujante. Sus dibujos puede decirse que crearon escuela. Todo esto se ve claramente en su libro El Paisaje Urbano, tratado de estética urbanística. Aunque la primera edición en inglés es del año 1961, “mi libro” es del año 1974 traducido probablemente de The concise townscape (reedición de Architectural Press de1971). No se trata de un escrito demasiado estructurado. Más bien parece un cuaderno de campo en el que va anotando cosas.

“Prioridad para peatones”, dibujo del libro de Cullen
 Señalar en la imagen para verla más grande

En realidad, la teoría que sustenta sus ideas está en el prólogo y en el epílogo. El prólogo en mi edición de Blume tiene doce páginas, y el epílogo cuatro: ¡Incluso su lectura es asequible a las nuevas generaciones educadas en la sociedad del tuit! Ya en el tercer párrafo introduce la noción de paisaje urbano: “Una casa, un edificio del género que sea, que se alza aislado en medio del campo, podrá ser considerado como una obra arquitectónica más o menos  agradable a la vista, pero pongamos media docena de edificios uno junto a otro, y comprobaremos que es posible la existencia de otro arte, perfectamente distinto del de la arquitectura. En el conjunto de las edificaciones se hallan presentes varios elementos cuya realidad es prácticamente distinta de los de la arquitectura e imposibles de encontrar en un edificio aislado”. Luego ejemplifica como, en la práctica, el “arte de la relación”, como le denomina, no se alcanza a través del pensamiento científico sino a través del arte. Un poco más adelante, en el epígrafe “Planificación del llano” dice: “Si alguien me preguntara en qué consiste el paisaje urbano le respondería que, en mi opinión, un edificio es arquitectura y que dos edificios son ya paisaje urbano”.

“Enclave”, dibujo del libro de Cullen
 Señalar en la imagen para verla más grande

La comprensión de ese nuevo elemento que surge de la relación entre edificios, calles, bancos, árboles, personas, coches, señales y pavimentos, se deriva de la facultad de ver, “porque es precisamente por medio de la vista por la que podemos formarnos una idea del conjunto”. Porque resulta que la visión no es solamente útil (por ejemplo, hace posible desplazarnos por el conjunto) sino que, además permite evocar recuerdos y experiencias. Es decir, emociones. Plantea que la reacción emocional ocurre mediante tres vías distintas: la Óptica, el Lugar y el Contenido. La Óptica se refiere al proceso mediante el cual los desplazamientos por un área urbana se producen en forma de revelaciones fragmentadas. Es lo que llama Visión Serial. Por ejemplo, en Madrid, bajamos por la calle Preciados rodeados de comercios y peatones, estamos en un fragmento de ciudad. Al llegar a la Puerta del Sol, otro fragmento (escenario) surge ante nosotros. Hemos “salido” de Preciados, “entrado” en Sol pero en nuestra memoria está todavía Preciados. Se puede jugar con este sistema de fragmentos o ámbitos para variar la respuesta emocional del individuo.

Visión serial, dibujos del libro de Gordon Cullen
 Señalar en la imagen para verla más grande

Respecto al Lugar, los ámbitos (escenarios) nos producen una cierta sensación de identidad o empatía con lo que experimentamos cuando estamos en ellos: “Sitúese a un hombre en el borde de un precipicio de 150 metros y tendrá un extraordinario y vívido sentido de su posición; sitúese al mismo hombre en el fondo profundo de una gruta e, inmediatamente, reaccionará ante el hecho de sentirse encerrado”. Esta sensación es la que nos permite contraponer el “aquí” al “allí”. Respecto al Contenido se refiere a la “construcción en sí de la ciudad: su color, escala, estilo, carácter, personalidad y unicidad”. El Contenido, por tanto, viene caracterizado por su forma física (aunque también está relacionado con las emociones). Y, como tal, se puede relatar con mucha mayor facilidad que los anteriores. A veces, de forma equivocada, puede quedarse en una simple descripción morfológica. Desde mi punto de vista es algo más ya que hay que estudiarlo en relación a las otras dos vías que configuran la reacción emocional.

“Aquí” y “Allí” elementos emocionales del lugar. A Coruña (España)

Estos tres conceptos los desarrolla en la segunda parte del libro a partir de apuntes que consisten en una serie de epígrafes descritos mediante textos bastante cortos acompañados de fotos ilustrativas. Para tener una idea del mecanismo que utiliza voy a relacionar a continuación algunos de los epígrafes del capítulo dedicado al Contenido: las categorías, el paisaje categórico, yuxtaposición, inmediación, calidad, visión de detalle, ciudad secreta, urbanidad, intrincación, corrección, agresividad y vigor, enmarañamiento, nostalgia, el pavo real blanco… Un sistema parecido al que usa K. Lynch en su libro Un lenguaje de patrones aunque, desde mi punto de vista, mucho más caótico. A pesar de que el sistema (claramente distinto del que utiliza Gibberd) parece que debería introducir amenidad en su lectura, la verdad es que la ausencia de una estructura lo hace difícil de seguir. Aunque a mis alumnos en clase (para animarles y en broma) les digo que se lee muy bien ya que son textos cortos con fotos y dibujos tales como les gustan a los arquitectos, acaba por resultar confuso.

Corrección. Poyete de pizarra en Robleluengo, Guadalajara (España)

Hay que insistir, leerlo varias veces, ir acumulando en la memoria los comentarios y las imágenes y, al final, uno se da cuenta de que ha aprendido más de lo que parecía. Y es solamente con el tiempo, y al encontrarse ante una situación concreta, cuando uno recuerda que aquello estaba en el libro de Cullen. Por ejemplo, en el epígrafe Corrección escribe: “La corrección es producto del respeto mutuo que una sociedad que se precie debe mantener entre sus miembros, lo cual no deber confundirse, en absoluto, con la buena educación. La foto de abajo reproduce el rótulo de una tienda de una humilde calle, e incluso en esta muestra de la artesanía metálica puede conservarse el sentido de la corrección. La corrección jamás pretende acallar, ahogar, sino que constituye una forma de autoexpresión dentro de un contexto civilizado”. Por ejemplo, comprendí ese párrafo (y me acordé de Cullen), cuando me encontré ante un poyete de pizarra al lado de la puerta de una casa rural en Robleluego, que era un prodigo de corrección entendida como respeto al lugar y cuya foto figura arriba.

Libros reales y libros digitales

He vuelto a dejar los dos libros en su sitio pero estoy seguro que no pasará mucho tiempo antes de que vuelvan a mi mesa de trabajo. Esta vez no se trata de libros fundamentales, canónicos, como algunos de los que he comentado a lo largo de estos años en el blog. Pero son libros a los que les tengo cariño porque me han acompañado, aconsejado y ayudado en diferentes etapas de mi vida. Son casi como personas que están siempre ahí cuando se necesitan. La verdad es que mi colección de libros digitales es mucho más accesible. Por ejemplo, todas las citas que he escrito las he tenido que teclear letra a letra cosa que no hubiera ocurrido caso de haber sido un archivo .doc, .epub o .pdf. Y sin embargo… No creo que nunca considere como un amigo el .pdf de Selman, Planning at the Landscape Scale, a pesar de haberlo utilizado muchas veces desde el 2006 y reconocer su interés y utilidad. Pero es que el libro de Selman es como si estuviera en el vacío digital, ajeno al lugar que es mi despacho. Y a estas alturas tengo claro que sin lugares es difícil construir asociaciones que emocionen. Los libros de Cullen y de Gibberd sí que tienen sitios físicos “donde han residido” a lo largo del tiempo, donde esperan que los vaya a buscar cuando los necesito. Y eso sí que ha creado un vínculo emocional entre ellos y yo.


Nota: los dos libros que he comentado en este artículo no son fáciles de encontrar. Si alguien desea consultarlos lo mejor es que vaya a una biblioteca. Como siempre, recomiendo para los que puedan usarla, la de la Escuela de Arquitectura de Madrid que es, desde mi punto de vista, realmente extraordinaria para estos temas y donde podéis encontrar casi todo. Los libros son los siguientes:

Cullen, Gordon: El paisaje urbano, tratado de estética urbanística. Blume, Barcelona, 1ª ed., 1ª reimp., 1974. El original en inglés lo publicó en Nueva York, Reinhold Pub. Corp. en 1961 con el título de Townscape. Diez años después en 1971 la editorial Architectural Press lo reeditó en Londres  con el nombre de The Concise Townscape. Esta edición inglesa sí es más fácil de conseguir.

Gibberd, Frederick: Diseño de núcleos urbanos. Escenología y plástica. Contempora, Buenos Aires, 2ª ed. rev. y ampl., 1961 (1ª ed., 1956). En inglés aparece publicado por primera vez por la editorial Architectural Press, en Londres, en el año 1953, con el nombre de Town Design.

Recuperar el territorio

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Hace unos días tuvimos una reunión del Comité Hábitat español para seleccionar las Buenas Prácticas para el concurso de Dubai. Eso me permitió ponerme en contacto, una vez más, con “las cositas buenas” que se están haciendo en este país relacionadas con los aspectos sociales, territoriales y urbanos. Independientemente del proceso de selección, e incluso del hecho de que alguna práctica de las que voy a explicar no haya sido seleccionada (los criterios del concurso son un tanto especiales, específicos y, en algunos casos, contradictorios) me gustaría contaros algo de tres de las Buenas Prácticas presentadas. Se trata de ejemplos concretos y reales del camino que entiendo debería priorizar esta vuelta a lo local de la que algunos venimos hablando desde hace unos años. Las tres corresponden a propuestas muy diferentes, una rural, otra territorial y la tercera urbana, pero tienen en común la necesidad de recuperar la perdida relación del ciudadano con el territorio en el que vive.

Fragmento de la acuarela “Pachamama” de Cesar Bertel  cesarbertel

Aquellos que me conocen (y, sobre todo mis alumnos) saben que repito como un mantra que, para cuidar el territorio, para amarlo, lo primero es conocerlo. No se ama lo que no se conoce. En un alarde de inventiva y de trabajo ya podemos detectar paisajes naturales o agrícolas de mantenimiento prioritario para la pervivencia de la propia sociedad urbana. O señalar entre los profesionales las bases de su pervivencia. Incluso inventarnos nuevas formas de gestionarlos o novedosas técnicas de recuperación. Si la mayoría social es ajena a su naturaleza, necesidades e importancia, tarde o temprano sucumbirán ante cualquier agresión por parte de esa misma sociedad. Por ello se va volviendo cada vez más importante algo que parecía al principio como un adorno, algo accesorio frente a los problemas de detección, organización o gestión: la difusión de los valores patrimoniales, sean naturales o no, del territorio. Y todavía más. No una simple difusión erudita y distante desde los “sabios” a los “ignorantes”, sino una puesta en relación del ciudadano con el territorio que habita.

Internet Map, conexiones europeas ciudad a ciudad
 ¿Reconoces el territorio? (busca, está debajo)  chrisharrison

Desde mi punto de vista, las tres prácticas que voy a explicar significan avances apreciables en esta dirección. Son, básicamente modernas, porque ponen el énfasis justamente en el aspecto hasta ahora más olvidado de la gestión sostenible de los recursos naturales y también de la ciudad y su entorno natural: la necesidad de que las personas vuelvan a conectar con un territorio que los medios de difusión masivos, internet, la sustitución del concepto de distancia por el de tiempo y las relaciones instantáneas, han hecho olvidar. Ese territorio que parece no existir cuando asistimos a la fiesta de la arquitectura y el urbanismo genéricos (tan modernos), cuando hablamos de que el entorno de cualquier ciudad es el planeta entero o cuando pretendemos medir todos los objetivos, todas las emociones, mediante un único patrón. La sostenibilidad del planeta pasa por la vuelta a lo local y para que esta sea posible es imprescindible reconectar con un territorio hoy frecuentemente olvidado.

Croquis de “una máquina de pensar” de Geddes, método visual de
 conexión entre hechos e ideas (¡qué falta nos hace!)  cafedelasciudades

Y no es que esta idea sea precisamente nueva. Geddes, Jacobs, Mumford y tantos otros, no solo la han propuesto como una teoría. Incluso la han llevado a la práctica. La dificultad del tema, y lo que le confiere un mayor interés, es la especial situación creada por el paso de un mundo local a un mundo global, especialmente en los años que llevamos de siglo.   

Un parque muy nuestro

Vamos a empezar por la más humilde. Se llama "Un parque muy nuestro", de la asociación Ripakoa y corresponde al Ayuntamiento del Valle de Lizoain Arriasgoiti en Navarra. Esta práctica ya obtuvo una mención en el 7º Catálogo de Buenas Prácticas de esa Comunidad y los datos proceden de dicho Catálogo. Es una zona agrícola y ganadera en la que viven unas 350 personas repartidas en 13 aldeas. Dividida en dos zonas por el río Erro, no contaba con un espacio de encuentro para las diferentes localidades. Según el catálogo, un lugar "donde, desde antaño, la valoración del paisaje ha dependido muy directamente de su rentabilidad económica". Esto es importante porque pudiera parecer que la desvinculación del territorio de la que hablaba al comienzo se refiere sólo a los urbanitas. En el medio rural también pasa, aunque de forma diferente. En realidad, así como un urbanita cuando va “al campo” lo entiende como estética, ese mismo campo se ve por el agricultor o el ganadero cómo su fuente de ingresos.

Un parque muy nuestro  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

Así como hace algunos años en Europa se podía hablar de una diferencia clara en cuanto a los modos de vida rural y urbana, ahora no sucede lo mismo. “El campo” para el habitante de la aldea ya no está relacionado con una forma de vivir que abarcaba todo, desde la economía hasta las relaciones sociales, pasando por la forma de divertirse o la de comprar, sino que se ve casi como una industria más. El modo de vida, los deseos, las ambiciones, las relaciones, la forma de divertirse, de vestir, de consumir, los determinan la radio, la TV, internet, la prensa escrita (cada vez menos), twitter o Facebook que son, básicamente, urbanos. De forma que ese sentimiento por la tierra en su sentido profundo (sentimiento que experimenté en mi niñez rural en Galicia) se va perdiendo también en el mundo de la aldea. Eso es algo que, precisamente, pretende recuperar esta práctica. Pero no sólo esto, sino también crear un “lugar abierto, de encuentro para niños y adultos, en un valle diseminado en 13 pueblos”. Es decir, crear marcos de memoria y relación entre la gente del valle vinculándolos a un lugar concreto.

  Fuente con simbología celta Catálogo Buenas Prácticas Navarra

Pero los objetivos van mucho más allá: “Realizar un parque emblemático para nuestro valle fusionando el cariño y respeto hacia nuestra infancia, nuestros árboles y su significado cultural ancestral; desarrollar la formación y educación ambiental de los niños y sus familias y la participación, desde temprana edad, en trabajos de auzolan voluntario e intergeneracional; aumentar la biodiversidad de las tierras bajas del valle”. Cualquiera que lea las palabras anteriores copiadas textualmente del Catálogo podrá darse cuenta de que se trata de lo mismo que venimos repitiendo de forma machacona en este blog. La actuación concreta consistió, por tanto, en algo muy sencillo, construir un parque entre todos. Pero no un parque cualquiera, sino un parque formado por un círculo de árboles representando el calendario lunar celta (19 plantas igual a 13 meses y 4 estaciones primer y último día del año) y una fuente central con simbología celta. Es decir, un parque simbólico.

Árbol autóctono, placa, niños  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

A partir de este centro, y en su entorno, sesenta familias “plantan árboles autóctonos con el nombre de sus hijos. Cada planta lleva una placa informativa (árbol en latín, euskera y castellano; nombre y fecha nacimiento). Paneles informativos en euskera y castellano, con esquema del parque y explicaciones básicas, para su comprensión y consulta de las características atribuidas a cada persona, según fecha de nacimiento”. Además se construye un reloj solar para saber la hora a partir de la propia sombra. Tampoco me parece anecdótico el tema del reloj solar. Puede parecer absurdo, en un mundo de móviles, que se intente conocer la hora mirando la sombra pero en la cultura rural tradicional la diferencia más importante con la urbana era el sentido del tiempo. Digamos que la cultura urbana creó el reloj con horas, minutos ¡y segundos! En el mundo rural tradicional el reloj era un instrumento poco útil. Recordarlo debería formar parte de esa cultura que se está perdiendo.

Parque comunal entorno antigua iglesia San Miguel  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

Paralelamente diseñamos un Calendario Lunar de pared para 2013. Consta de trece meses, presididos por los trece árboles del círculo y por cada uno de nuestros trece pueblos, fase lunar diaria y fotografía grupal de niños y niñas participantes. El año se inicia el 24 de diciembre con el mes del abedul. Este calendario tiene un original diseño propio, mixto Lunar/solar, respetando la ancestral manera de contar el tiempo y práctico para nuestras necesidades actuales”.  El parque está situado en un terreno comunal, “hasta ahora dedicado al cultivo de cereal, próximo al núcleo urbano y en el entorno de la antigua iglesia de San Miguel. Un enclave especial desde cuyo centro, la vista puede recorrer el horizonte circular de la baja montaña del entorno del valle, sólo interrumpido por la vieja iglesia. Para nuestros antepasados podría representar el propio centro de su universo”… “La antigua Iglesia Parroquial de San Miguel unida al Parque, quemada en 1932 y actualmente restaurada y desacralizada, se convertirá en centro cívico dónde complementar las actividades programadas relacionadas con el parque y otras, que requieran un espacio cubierto”.

Visitas escolares  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

Para terminar sólo me resta decir que el coste de esta práctica ha sido de 18.600 euros. Se han celebrado ya diferentes fiestas, juegos, talleres infantiles, comidas populares, visitas escolares y diferentes actividades que sería largo reseñar. Además “las tareas periódicas de mantenimiento y riego, en auzolan voluntario, son ocasión de encuentro y colaboración entre niños y adultos de los diferentes puntos del valle”. Reconectar con el territorio. Esta recuperación de lo local (base de la sostenibilidad) tiene que partir, necesariamente, de volver a sentir el territorio como algo propio, de amarlo. De conectar lugares concretos, a ser posible simbólicos, con los grupos humanos que le dan sentido y que, a su vez, adquieren identidad al relacionarse con ellos. 

12 meses 12 paisajes

Esta práctica es la que abarca un ámbito mayor ya que se refiere a toda Galicia. Desde el año 2008 esta Comunidad Autónoma cuenta con una ley de protección del paisaje (7/2008 de 7 de julio) en base a la cual se ha elaborado una Estrategia Gallega del Paisaje. Se trata de un documento muy interesante que trataremos, más adelante, en otro artículo del blog. Uno de sus elementos fundamentales es la sensibilización, formación y divulgación del paisaje gallego. El hecho de que se entienda como uno de los pilares para la comprensión del territorio ya nos pone en la pista de la situación en la que se alinean sus responsables y que coincide plenamente con el enfoque que entendemos hay que darle al tema. Se diferencia sin embargo de las otras dos actuaciones que estamos comentando en que el elemento central no es la educación ciudadana, sino la educación reglada. Se desarrolla, básicamente, en colaboración con la Consejería de Educación del Gobierno gallego y, en concreto, a través del llamado “Plan Proxecta”.

Plan Proxecta CEIP de San Xoán de Becerreá  blogdoplan

Al plantearse sobre todo para el ámbito escolar tiene que considerar y formar al profesorado para animarle “a realizar acciones de mejora paisajística asumibles desde el aula con proyección en el entorno local”. A la vez se desarrollan talleres de especialización “para técnicos y profesionales, así como foros informativos en el ámbito local, con el objetivo de formar y concienciar a la ciudadanía en la responsabilidad de respetar y proteger el paisaje”. Actuaciones ya realizadas: en el período desde el año 2011 al 2013 participan en el programa casi 3.400 alumnos, alrededor de 400 profesores, unos 150 profesionales y 56 centros educativos de los cuales 13 eran de otras cinco comunidades autónomas. También se llevaron a cabo 12 foros ciudadanos y se elaboró un conjunto de materiales didácticos de apoyo. El presupuesto total (con una pequeña participación de entidades privadas además de la administración) alcanzó durante este período los 232.000 euros.

12 meses 12 paisaxes CEIP Illas Cíes “Os golfiños das Illas Cies” osgolfinosdoillascies

Las prioridades del programa fueron tres: “Sensibilizar, con carácter general a toda la población, a través de los medios de comunicación en aspectos relacionados con la protección, gestión y conservación del paisaje; facilitar recursos formativos a los técnicos y profesionales directamente relacionados con la gestión del paisaje; integrar el paisaje en el currículum educativo para desarrollar una mirada crítica en el alumnado con el objetivo de fomentar una actitud responsable y proactiva de cara al futuro”. La primera me parece que es básica. Sin que la ciudadanía quiera defender su cultura, sus elementos de identidad y la belleza de sus territorios es casi imposible conseguirlo: cualquier agresión será secundaria respecto a otras cuestiones tales como la creación de puestos de trabajo o la obtención de un rendimiento económico (aunque sea a corto plazo).  Pero ya hemos dicho muchas veces que es imposible querer lo que no se conoce. Y este conocimiento es lo que se pretende con su introducción en escuelas e institutos.

Mirador de Monte Branco  ponteceso

De las actividades desarrolladas en el ámbito educativo destacaría algunas por su interés y novedad. En colaboración con la Fundación Juana de Vega se realizaron una serie de talleres de lectura del paisaje cuyo objetivo fue “desarrollar la capacidad de leer e interpretar el paisaje para los docentes y el alumnado”. Se utilizaron algunas técnicas divertidas como la colocación de las “gafas de mirar el paisaje”. También, en colaboración con la Fundación Eduardo Pondal, se llevaron a cabo con alumnos de infantil y primaria de Ponteceso, Cabana y Laxe, una serie de Obradoiros (talleres) de interpretación del paisaje en el mirador de Monte Branco. También, dentro del plan “Proxecta”, diferentes proyectos escolares de intervención paisajística, destacando la vinculación entre centros mediante trabajo compartido en red. Otra actividad destacable fue la celebración, en junio de 2013, de la “Primeira xuntanza de xóvenes pola sostibilidade e a paisaxe” (Primera reunión de jóvenes por la sostenibilidad y el paisaje) con la participación de 43 profesores y cerca de 200 alumnos de primaria y secundaria de 27 centros educativos de 6 comunidades autónomas.

El cartel de la reunión de Pontevedra  cmati

Afortunadamente ya estamos un paso más delante de la simple detección de los elementos del territorio a defender. La sensibilización, la educación, el contacto y el conocimiento del territorio, se empiezan a considerar aspectos tan básicos como la legislación o las metodologías de gestión. Prueba de que esto se entendió así fue que, una vez dividida toda Galicia en 12 áreas paisajísticas, el esfuerzo no se quedó exclusivamente en una publicación, probablemente muy interesante para los profesionales, sino que se procedió a realizar Foros Informativos en los que “participaron los principales agentes sociales, institucionales y educativos de cada zona. El objetivo era reconocer y valorar los aspectos positivos del paisaje a través de una metodología activa y participativa, para comprometer a los ciudadanos en el cuidado y protección de su paisaje”.  Se trata de un salto cualitativo importante, que tiene que ver con la consideración del territorio como algo básico no sólo desde el punto de vista de la realización plena del individuo sino de la propia sostenibilidad del sistema.

Llevando a cabo un proyecto IES Carlos Casares de Vigo  iescc

Entre las lecciones aprendidas después de la realización de esta práctica me interesan destacar dos. La primera se refiere a las posibilidades del paisaje como recurso educativo: “El paisaje es un recurso educativo extraordinario para el trabajo multidisciplinar porque es accesible desde varias materias facilitando dinámicas pedagógicas abiertas, creativas e innovadoras como el trabajo por proyectos y la resolución de problemas que desarrollan las competencias básicas del alumnado”. Y la segunda tiene que ver con eso que solemos llamar “diseño participativo” del que tanto se habla y en el que tan pocos profesionales creen: “El alumnado que participó en 12M12P de estos centros fue capaz de opinar, discutir y acordar acciones para mejorar aspectos de su entorno inmediato y de transmitirlos en su comunidad educativa y local reforzando los valores de una ciudadanía activa”. Parece mentira, pero avanzamos. Además, en una materia tan (aparentemente) difícil como el paisaje.

Las raíces del mañana: 250.000 árboles y ciudadanos

El caso de Vitoria-Gasteiz no deja de sorprenderme. No es ya que vayan años luz por delante de casi todos en temas territoriales, es que tienen tan interiorizado su territorio que son capaces de avanzar cambiando el rumbo cuando atisban que algo puede ayudar. Lo digo porque el título de la Buena Práctica que han presentado al concurso de Dubai (que es el que figura arriba) no era el título original del programa. El título primitivo era el siguiente: "250.000 árboles y arbustos para el Anillo Verde".  Aquellos que no conozcan la historia del Anillo Verde podrán sorprenderse, pero es que el llamado “Anillo Verde” que costó a los vitorianos sangre, sudor, lágrimas (además de mucho trabajo) no se trata de un cinturón de naturaleza que rodea en su totalidad la ciudad. Está formado por una serie de espacios verdes que se han ido consiguiendo conservar y que, en algunos casos, ni tan siquiera están unidos entre sí por corredores ecológicos. Lo que pretendía el programa primitivo era, precisamente, conectarlos plantando árboles y arbustos en aquellos espacios que quedaban o que fuera posible recuperar para este fin.

Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz, centro de interpretación Ataria  estudioataria

Pero el propio concepto de Anillo Verde (y no sólo en Vitoria-Gasteiz) ha ido cambiando con el tiempo. En el momento actual los anillos verdes que rodean muchas ciudades en todo el mundo han pasado de ser piezas separadas con identidad y el poder suficiente como para organizar el crecimiento urbano, a ser considerados como un elemento más en el entendimiento global del territorio. Rebeca, una de mis alumnas de doctorado está terminando ahora mismo una tesis en la que se observa claramente esta evolución en Vitoria. Y el año pasado, Susana ya leyó su tesis en la que defendía lo mismo para el caso de Inglaterra. Así se explica que la expresión "Anillo Verde" haya desaparecido del programa siendo sustituida por la palabra “ciudadanos”. Esa es la clave del cambio (y el motivo de mi asombro). El foco está ahora, todavía más, en el ciudadano. En realidad, en una sociedad entera que entiende, ama y preserva su territorio. Por eso me refiero a su adelanto respecto a otros lugares y a su demostrada capacidad de ver lo que es obvio, pero ante lo que en otros sitios se cierran los ojos.

Plantación del “Bosque ciudadano” en Salburua AVG en Flickr

Dice el informe remitido al Comité Hábitat: “La iniciativa persigue básicamente mejorar la funcionalidad ecológica del Anillo Verde -a través de su cosido con plantaciones- y convertirlo en la pieza principal de la Infraestructura Verde del municipio de Vitoria-Gasteiz, así como posibilitar la participación social y del sector privado, sensibilizando sobre la necesidad de potenciar la biodiversidad, por su importante papel en la lucha contra el cambio climático, además de por reportar otros muchos beneficios socioecosistémicos”. Hasta el momento se han plantado cerca de 130.000 plantas, repartidas en 38 localizaciones gracias al apoyo de 17 empresas o instituciones. Se ha creado la figura del socio protector del Anillo Verde y para la plantación se ha contado con la colaboración de la ciudadanía en general, diversos colectivos e, incluso, de los trabajadores de empresas o instituciones. Cerca de 3.000 ciudadanos han participado en campañas de plantación populares o campañas escolares. Aunque los habitantes de Vitoria-Gasteiz están ya muy sensibilizados siempre es posible dar un paso más.

Actuaciones “Las raíces del mañana” cortesía Ayto Vitoria-Gasteiz
 Señalar en la imagen para verla a mayor tamaño

Se han obtenido beneficios ecológicos: “El cierre o cosido del Anillo Verde, a través de la plantación de árboles y arbustos, está mejorando la conectividad ecológica, confiriendo estabilidad al Sistema de Infraestructura Verde e incrementando sustancialmente las funciones y los beneficios socioecosistémicos que ésta aporta. Además de beneficios ambientales, las intervenciones ya ejecutadas están reportando importantes beneficios sociales y económicos.
Entre los beneficios ambientales más reseñables cabe citar el aumento de la biodiversidad y de la vida silvestre, la prevención de inundaciones, el control de la erosión y la reducción de los niveles de CO2, todos ellos relacionados con la prevención y la adaptación al cambio climático”. Pero también sociales: “Por otro lado, el proceso de participación social llevado a cabo, con acciones de voluntariado, en las que tienen cabida todo tipo de personas y colectivos, está afianzando el sentimiento de comunidad y de identidad, ayudando a combatir la exclusión social y el aislamiento. También tiene una componente educativa importante, por cuanto sensibiliza sobre la necesidad del cuidado y protección del Anillo Verde y del entorno natural”.

Plantación en el cerro de Atxa en el Zadorra  blogsvitoria

Hemos empezado estudiando una actuación en un entorno rural, y luego hemos visto lo que hace el Instituto del Territorio gallego con el paisaje de toda la comunidad autónoma. Ahora es el caso de una ciudad y su entorno. Pero en los tres ejemplos, de lo que se trata es de conectar a la gente con el territorio en el que vive. Si de verdad queremos resolver el problema al que se enfrenta el siglo XXI tenemos que pensar soluciones reales. Se trata de afrontar un conjunto de requisitos históricamente nuevos (y de los que depende que podamos vivir dignamente) derivados del hecho de que la huella ecológica de la Tierra haya sobrepasado la totalidad de su superficie. El cambio tiene que pasar porque toda la sociedad asuma roles nuevos derivados de la vuelta a lo local. Para ello se necesita reconectar con un territorio del que la ciudad se había separado. Deberíamos olvidarnos de pensar en las ciudades como artefactos ajenos al sitio. Los costes, tanto ecológicos como económicos, de mantener este tipo de superestructura depradadora e insaciable (consumo y crecimiento ilimitados basados sobre todo en una economía exógena) son, en estos momentos, inasumibles por el planeta.

Robert E. Park, sobre ecología y comunicación

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En estos momentos estoy trabajando en un conjunto de temas que podrían parecer escasamente relacionados entre sí: ecología, comunicación e identidad. Como siempre, me muevo en los ecotonos de estos temas, bien en bordes o bien en zonas intermedias. Ya he hablado en otros sitios de mi predilección por los lugares frontera, y de mi escaso sentido del ridículo que me permite meterme en campos muy especializados sin ser un especialista en ninguno, pero que me sirve para tener otra óptica acerca de aquellos más cercanos. Intentando establecer conexiones entre ecología urbana e identidad llegué a la importancia de la Teoría de la Comunicación para entenderlas. No aquella teoría cuantitativa aplicada a la ciudad sobre la que hice un trabajo de investigación en los años setenta. No, no estoy hablando ni de Shannon ni de Wiener. Estoy hablando de aquellas cuestiones relacionadas con los “mass media” y sus implicaciones en los temas de identidad. Es así como he llegado a otra forma de acercarme a un clásico de la ecología urbana: Robert Ezra Park.

Robert Ezra Park  uchicago

Porque Park siempre ha sido para los urbanistas, casi exclusivamente el padre de la Escuela de Chicago y, en todo caso, uno de los pioneros de la ecología urbana. Como la lección con la que obtuve la plaza de profesor titular fue sobre la Escuela de Chicago (hace unos años para “acreditarse” como profesor, entre otras cosas, había que explicar una lección) le tengo bastante cariño al tema. Pero en aquella época sólo nos interesaba de este grupo de investigadores cómo estudiaban la población en áreas urbanas y su relación con los presupuestos ecológicos de competencia, conflicto, acomodación y asimilación. También mencionábamos al hablar de Park (aunque sin profundizar) los temas raciales e interculturales, pero poco más. Ya puede comprenderse mi interés cuando encontré un artículo de María Rosa Berganza publicado en Comunicación y Sociedad (revista de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra) titulado “Hacia una recuperación del pensamiento de los pioneros: el concepto de comunicación en la teoría sociológica de Robert E. Park”.

Fragmento página manuscrita de Park  uchicago

El hecho de que a Park se le estudiara como a un personaje de cierta relevancia en Teoría de la Comunicación me hizo ver que, realmente, mis conocimientos sobre su figura debían de ser bastante limitados. Llevo ya algún tiempo trabajando en temas de la comunicación (en relación con las cuestiones de identidad) y el encuentro fue inevitable. Temas aparentemente ajenos a mis áreas habituales de conocimiento, pero con los que me divierto bastante y que, además, me aportan un enfoque fresco y diferente. No trataré ahora de explicar las conclusiones a las que estoy llegando que, entre otras, tienen que ver con cuestiones de aculturación, urbanismo genérico, construcción de las formas urbanas o conservación del Patrimonio heredado. Más bien este artículo va enfocado a tratar de añadir a la figura de Park otras facetas menos consideradas por los urbanistas actuales, e intentar relacionarlas con aquellas más conocidas. Para ello me voy a basar sobre todo en el artículo de María Rosa Berganza y en el libro de recopilación de escritos de Park al que hago referencia en el apartado de notas.

La prensa elemento básico de comunicación en
 la primera mitad del pasado siglo XX  periodistadigital

En 1887 Park obtiene la licenciatura en filosofía por la Universidad de Michigan donde conoce a John Dewey. Dice Emilio Martínez en el estudio preliminar del libro recopilatorio a que me refería en el párrafo anterior: “Dewey mostraba en sus clases, y después en sus libros (School and Society, 1899; The Public and its Problems, 1927), que la sociedad existía en y por la comunicación; es decir, había que entender la comunicación como un factor de integración social que hacía posible la vida individual y colectiva en un conjunto interrelacionado. De algún modo esto queda reflejado en el planteamiento parkiano, en su actividad profesional como reportero y en sus preocupaciones teóricas (la comunicación como instrumento de urdimbre social, los problemas de vertebración, interacción y cohesión en las grandes ciudades, la supervivencia de los pequeños grupos o grupos primarios tal como C.H. Cooley planteaba también desde Michigan y la formación de la opinión pública). Dewey le abrió además tres vías: una le condujo hasta Franklin Ford; otra le conectó con el pragmatismo de William James; y la última consistió en enseñarle a mirar los problemas de la ciudad".

Congoleños sostienen manos amputadas como muestra de las
 atrocidades cometidas por los colonos. Foto Alice Harris  mielost

Después de un tiempo dedicado al periodismo, vuelve a la actividad académica en Harvard estudiando psicología con Münsterherg y filosofía con Josiash Royce y William James. Luego se marcha Alemania donde contacta con Simmel que se convierte en su referente. En 1904 lee su tesis doctoral, que le dirige Windelband, en la Universidad de Heidelberg con el título de Masa y público. Al volver a USA imparte clases como auxiliar de filosofía en Harvard, y luego deja la docencia y se dedica al activismo integrándose en una asociación para la defensa del Congo en la que se implica de forma muy intensa. En el año 1911 conoce al sociólogo WiIliam Thomas que le invita a incorporarse al departamento de sociología de la Universidad de Chicago donde permanece hasta que se jubila. Fue en este período cuando formó su equipo de investigación en ecología humana centrándose, básicamente, en el estudio de la ciudad: “Pero si la ciudad es el mundo que el hombre ha creado, también constituye el mundo donde está condenado a vivir en lo sucesivo. Así pues, indirectamente y sin tener plena conciencia de la naturaleza de su obra, al crear la ciudad, el hombre se recrea a sí mismo. En este sentido y en este aspecto podemos concebir la ciudad como un laboratorio social”.

La lógica de la economía subterránea en la construcción de la ciudad
 Ciudad Solar, Guadalajara. "Ruinas Modernas", J. Schulz-Dornburg  24horas

Muchas veces he comentado en este blog las importantes aportaciones de la sociología a la comprensión de la ciudad. Realmente no se podría concebir una teoría de la urbanización sin la sociología. La paradoja es que la sociología interviene en escasa medida en la construcción de nuestras ciudades siendo sustituida en este papel (como muchas otras disciplinas) por lo que llamo la economía “subterránea”. Y digo “subterránea” porque obscuros intereses y motivaciones de base económica son los que, sin ningún tipo de aparato analítico ni democrático, configuran buena parte de las áreas urbanizadas.  Resulta curioso constatar las dificultades de los análisis casi perfectos a la hora de convertirse en propuestas operativas de actuación, mientras la realidad “subterránea” urbaniza casi a su antojo y sin discusión. Y no estoy hablando de la teoría económica sino de la economía de la depredación. Claro que si empezamos por considerar en los equipos de planificación a los sociólogos exclusivamente como demógrafos empezamos mal. Aunque seguramente un papel de mayor relevancia no cambiaría demasiado las cosas frente al poder de estos intereses espúreos.

Modelo de anillos concéntricos para Chicago según Burgess
 que fue uno de los discípulos destacados de Park  cronodon

Todavía más paradojas. Aunque en algunos ámbitos (particularmente en los de planeamiento) así se le considera, Park no fue ni tan siquiera un pionero de la sociología urbana. Incluso, a pesar de haber sido durante años  presidente de la Asociación Sociológica Americana, su profesión "base" era el periodismo. Para complicar las cosas, y, frente a otros sociólogos de la Escuela de Chicago, no se puede decir que su aportación haya sido la construcción de un corpus teórico asentado, racional y congruente. Más bien tomó materiales, básicamente de Durkheim y Simmel (aunque no sólo de ambos), señaló caminos, elementos críticos y luego sus discípulos, como Burgess, Hoyt o Wirth, se encargaron de construir el entramado teórico. Algunas veces se ha dicho que su metodología era la del reportero: buscar la noticia en la realidad de los hechos, titularla y describirla. De forma que su aportación, desde este punto de vista, no es demasiado canónica. Pero puede ser muy válida, precisamente por impulsar enfoques distintos y salir de los campos disciplinares cerrados. Porque resulta que su territorio de partida no estaba en la ecología ni en la sociología, sino en la comunicación.

El templo del libre mercado, Universidad de Chicago.
 Booth School of Business  chicagobooth

Ante los dos planteamientos básicos de la sociología americana de la época: el no intervencionista y el reformista, Park opta por el segundo. El primero, típicamente americano, que proponía dejar todo en manos de la autorregulación (así por ejemplo, W.G. Sumner) era, esencialmente capitalista y conservador, mientras que el segundo derivaba de un cierto espíritu moral. No hay que olvidar el pasado activista de Park en la asociación para la defensa del Congo. Es complicado este camino de la moral para una explicación ecológica, pero veremos más adelante como Park y sus discípulos lo intentan. Se ha señalado en muchas ocasiones que ecología y economía comparten la misma raíz griega oikos. Parece lógico, por tanto, que estos dos enfoques estén presentes en ambas disciplinas. Lo que resulta sorprendente es que años después, la llamada Escuela Económica de Chicago (con base en la escuela de negocios Booth) optara por el libre mercado, rechazando el keynesianismo frente a la hipótesis de la eficiencia. Aunque el tema sobrepasa este artículo no puedo dejar de apuntar que, así como la sociología urbana de la Escuela de Chicago reconoce la existencia de intereses distintos a los ecológicos, la económica olvida la existencia de un "poder" subterráneo (por si alguien se molesta en llamarle "economía") que es el que construye la ciudad, y no el libre mercado.

Un semáforo como algo más que el orden natural de un árbol
 Londres. "Traffic Light Tree" del escultor Pierre Vivant  viajeros

Para compatibilizar este intervencionismo con los principios ecológicos aplicados a la ciudad (¿no se autorregulan los ecosistemas? ¿para qué intervenir?) Park y sus discípulos necesitan elevarse por encima del plano puramente biológico. Dice Emilio Martínez: “La ciudad no sólo exhibe un orden natural y espacial característico sino también un nuevo orden moral”. Y algo más adelante: “Como expresión de una organización social compleja evolucionada, la ciudad se sitúa en las antípodas de la pequeña comunidad. En efecto, el ambiente urbano, concebido desde ese determinismo ambiental (densidad física) se caracteriza por una potente carga secularizadora y un racionalismo imposible de hallar en el medio rural, mucho más concreto y particular, mucho más apegado al terruño, a sus ritmos cotidianos, a sus interacciones previstas”. Hasta ahora, y ya llevo tres folios, todavía no ha hablado casi nada de comunicación. Pero me resulta imprescindible recordar algunas de las bases de la ecología urbana según la Escuela de Chicago para plantear la relación que se establece.

El mundo rural basado en la tradición. Foto: Dante Fernández  wladimircarcamo

Y todavía no he terminado con ellas. Para Park serían tres las características básicas que nos podrían ayudar a definir una comunidad. La primera, por supuesto, la existencia de una población más o menos organizada territorialmente. Por tanto, el territorio sería un elemento imprescindible para la existencia de una comunidad (ya hemos abordado en el blog este tema en varias ocasiones). La segunda tiene que ver con la vinculación con ese territorio. Es seguro que la palabra arraigo define bastante bien esta característica. Es decir, es necesaria una población establecida en un territorio con una cierta organización y arraigada en el mismo. Y, por último, la existencia de una “interdependencia simbiótica” entre sus miembros. En este contexto comunitario se produce la lucha por la existencia darwiniana. Y, aunque según veremos en el párrafo siguiente, para Park en una comunidad humana este concepto trasciende el puramente biológico, sigue operando en los momentos críticos y se complementa con los de dominio y sucesión, también procedentes de la ecología natural.

La lucha por la existencia al límite, la competitividad como modelo.
 Sociedad distópica de la película "Mad Max"  thefwoosh

Según Park en su libro Ecología Humana: “La competencia opera en la comunidad humana (al igual que lo hace en la comunidad vegetal y animal) para realizar y restaurar el equilibrio comunitario cuando éste es alterado por la aparición de algún factor extraño procedente, del exterior o cuando sencillamente sucede en el curso normal de su ciclo de vida. Así, cada crisis inicia un periodo de rápido cambio durante el cual la competencia se intensifica, desembocando en un periodo de equilibrio más o menos estable y en una nueva división del trabajo. De esta forma la competencia crea una condición por la cual es sustituida por la cooperación. Puede decirse que cuando la competencia declina y en la medida en que lo hace, el tipo de orden que llamamos sociedad existe”. De forma que la lucha por la existencia en la ciudad sublima de alguna forma la puramente biológica. Así se van estableciendo ciertas áreas funcionales ligadas directamente a los principios de competencia y dominación que Park llama “áreas naturales”. Pues bien, estas áreas serían sobre las que el planeamiento, que entiende como “un intento de dirigir y controlar la organización ecológica” (Pak, La organización comunitaria y el temperamento romántico), debería actuar.

El mundo urbano basado en el acuerdo, Osaka, Japón  laeconomia

Esta lucha entre instinto y cultura es la esencia de las propuestas de la Escuela de Chicago. El cómo resolver el conflicto entre ambas tensiones comunitarias es la base de la organización social. Y esta base tiene mucho que ver con el otro aspecto de la obra de Park: la comunicación. Ya escribí en los primeros párrafos lo que le debe Park a Dewey en los aspectos relativos a la comunicación. Según María Rosa Berganza: “Común, comunidad y comunicación son términos muy relacionados para Dewey: los hombres viven en comunidad en virtud de las cosas que tienen en común (una tradición, una cultura); y la comunicación es la forma por la cual las adquieren”.  Un grupo de personas no son sociedad sólo por vivir cerca ni por trabajar en un mismo objetivo.  Para ello es necesario un propósito común y un interés. En este punto es donde aparece la comunicación: “Cada uno tiene que saber lo que opina el otro y poseer algún medio para tener al otro informado de sus propios propósitos y progresos. El consenso exige comunicación”. Estas palabras de María Rosa son claves para entender cómo se resuelve el conflicto entre instinto y cultura: mediante el consenso.

Tradición y acuerdo, bases del consenso, en oposición al instinto
 son posibles gracias a la comunicación  jenchan

El consenso es un concepto básico en las intuiciones de Park y que, más adelante elabora con la ayuda del alguien mucho más sistemático que él, su discípulo Burgess. En su obra conjunta, Introducción a la ciencia de la sociología, plantean que “La sociedad humana, entonces, a diferencia de la animal es principalmente una herencia social, creada y transmitida por la comunicación. La continuidad y la vida de una sociedad depende de su éxito en transmitir de una generación a otra sus costumbres, tradición, técnica e ideales. Desde el punto de vista del comportamiento colectivo estos rasgos culturales pueden todos reducirse a un término: ‘consensus’. La sociedad, vista abstractamente, es una organización de individuos; considerada de forma concreta es un complejo de hábitos organizados, sentimientos, y actitudes sociales, en resumen, consenso”. Aunque nos ha costado cuatro folios y unos cuantos minutos ya hemos llegado al elemento central del artículo: la comunicación. Según Park, se configura como la clave que nos permitirá entender de qué forma una sociedad concreta permite superar los momentos darwinianos de la lucha por la existencia predominantes en las crisis evolutivas o debidas a circunstancias exteriores, pero secundarios en los períodos de estabilidad.

Comunidad y sociedad son necesarios y se sustentan
 en procesos culturales distintos  faecta

Por tanto, lo que permite la existencia de la cultura, de las tradiciones, del establecimiento de vínculos con el territorio, es lo que llama el consenso. Y aquí sí que Park avanza un paso más que Dewey para el cual es consenso es algo más limitado y que atañe sólo a la toma de decisiones colectivas. Se posiciona, además, con las ideas de Tönnies (que ya hemos explicado en otro artículo del blog: La ciudad orgánica) al diferenciar entre comunidad y sociedad. En la primera la mayoría de relaciones son personales y basadas en la tradición, y se corresponden con el tipo de grupos primarios cercanos al territorio. Mientras que la segunda, más propia de la vida urbana, se fundamenta en el contrato y en acuerdos escritos. Aunque en los dos casos son necesarios tanto la tradición como los acuerdos. Para Park la sociedad se compone de comunidades concretas y específicas ligadas por una componente espacial.  Ahora es el momento de recordar lo que escribí unos párrafos más arriba: territorio, arraigo, simbiosis. Es precisamente la comunicación la que hace posible la sociedad y la superación de la lucha por la existencia. Comunidad y sociedad son necesarias pero se sustentan de procesos culturales distintos.

Un hecho es cultural cuando ha sido comprendido por un pueblo
 mediante una experiencia compartida y pública  ciperia

Para terminar simplemente querría establecer unas pinceladas sobre el papel que, según Park, tiene la comunicación en el proceso cultural. Como María Rosa Berganza lo describe maravillosamente en su artículo es suficiente con citarla: “Park afirma que ‘la comunicación, es imprescindible en el proceso cultural, aunque no son lo mismo’. Para este autor, la cultura puede tener muchas y variadas formas, materiales y no materiales, pero lo que convierte a un hecho en cultural es que es comprendido por un pueblo o por un grupo determinado, que ha sido alcanzado a través de una experiencia compartida y pública. La cultura, por tanto, incluye todo lo que es comunicable, cualesquiera que sean sus formas y símbolos. Las actitudes y los sentimientos, las costumbres y los modos de sentir, actuar o pensar de un grupo social, son los componentes esenciales de ese tejido de comprensión que llamamos ‘cultura’. La esencia de la cultura es la comprensión, afirma Park siguiendo a Edward Sapir”.  Esta comunicación sirve para varias cosas: hace posible el consenso y, por tanto, la sociedad; establece el entramado de costumbres y expectativas intercomunitarias; permite el concierto, es decir los acuerdos escritos, mediante la política; transmite tradiciones y valores en las comunidades.

Los nuevos medios planetarios de comunicación digital
¿cambian estos planteamientos?¿de qué forma?  dualshockers

La verdad es que no he podido entrar demasiado en este mundo que es fascinante. Se han quedado en el tintero (bueno, en el teclado) muchas cosas. Desde los medios más válidos para cumplir las funciones asignadas a la comunicación, hasta los procesos de aculturación, pasando por el análisis de los nuevos sistemas planetarios de difusión masiva y su repercusión en el consenso social y la pervivencia de las tradiciones comunitarias, o el significado de la conservación del llamado Patrimonio Cultural y su papel. Espero haber despertado vuestro interés sobre estos temas que considero claves para entender la situación en la que se encuentran nuestras ciudades. Pero, sobre todo, he intentado ofrecer una visión algo más completa de la figura de Robert Ezra Park que la tradicional de los manuales de urbanismo. Se trata de un personaje difícil de comprender, no sólo por su trayectoria vital, sino por su desestructurada teoría (incluso podríamos hablar de ausencia de teoría) construida más bien a golpe de intuiciones que mediante un método riguroso y que, realmente, formalizaron sus discípulos. Siento que el artículo de hoy haya sido todavía más duro de leer que los anteriores (me voy superando en conseguir anti-tuits) pero mi campo de trabajo en estos momentos es así de complejo y, aunque no lo aparente, también divertido.


Notas: Independientemente de todo lo que tengo ya escrito para el trabajo que estoy realizando actualmente y de las referencias y bibliografía que publicaré en su momento, para escribir este artículo me he apoyado básicamente en dos publicaciones:
  • Berganza Conde, María Rosa: “Hacia una recuperación del pensamiento de los pioneros: el concepto de comunicación en la teoría sociológica de Robert E. Park”, Comunicación y Sociedad, vol. 12, nº 1, 1999. El artículo cuenta con abundantes notas a pie de página y referencias imprescindibles. Además se puede leer gratuitamente en línea aquí.
  • Park, Robert Ezra: La ciudad y otros ensayos de ecología urbana, ediciones del Serbal, Barcelona, 1999. Se trata de una recopilación de textos de Park que cuenta con un excelente estudio preliminar de Emilio Martínez que también se encargó de su traducción. El original en inglés es un libro recopilatorio (Human Communities) que corresponde al segundo volumen de las obras completas de Park en el que figuran aquellos textos centrados en los aspectos más sociales y ecológicos de la ciudad. La selección ha sido realizada por sus discípulos: Everelt C. Hughes, Charles S. Johnson, J. Masuoka, Robert Redfield y Louis Wirth. Se incluyen todos los escritos fundamentales como “Ecología humana” o “La ciudad como laboratorio social”. Imprescindible para los que tengan problemas para leer inglés porque, además, la traducción está muy cuidada.

Espacios videovigilados

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Las formas tradicionales de dotar de seguridad al espacio público eran la vigilancia natural y la que podríamos denominar vigilancia formal (policía, guardia civil). A la primera ya le hemos dedicado bastantes artículos y la segunda escapa a la temática que abordamos en los mismos. Sin embargo, las nuevas tecnologías han hecho aparecer una tercera forma de conseguir mayor seguridad: el uso de cámaras, incluso con posibilidad de grabación. La videovigilancia se va abriendo paso como un sistema bastante eficiente, con importantes capacidades de disuasión y con aparente aumento de la seguridad subjetiva. Pero plantea muchas incógnitas todavía sin resolver, la más importante de las cuales se refiere a la constricción de los derechos individuales y a la evidente intromisión en la intimidad de las personas. La relación entre el deseo social de sentirse seguro al caminar por una calle o disfrutar de un parque urbano, y la salvaguarda de estos derechos produce problemas todavía sin resolver.

Esos ojos que nos miran pero que no vemos  pratique

Una de mis alumnas, Mónica Parra, ha realizado un trabajo de investigación titulado Miedo al delito y privatización de la seguridad en espacios semipúblicos y semiprivados, para nuestro máster de Planeamiento Urbano y Territorial. El trabajo, magnífico por otra parte, consta de diversos apartados que pretenden responder al título mencionado. De las casi cien páginas de que consta he seleccionado aquellas relacionadas precisamente con el tema de la videovigilancia que, pienso, pueden ayudar un poco a los que quieran adentrarse en este campo (como siempre en la frontera de varias disciplinas) bastante complicado y del que existe poca bibliografía de referencia. Era inevitable tratar el caso concreto de España por lo que lectores de otros países pueden sentirlo como algo ajeno. Sin embargo, me parece que de la comparación entre lo que hacemos aquí y la experiencia de otros sitios podrán deducirse, para cada caso particular, algunas enseñanzas sobre cómo enfocar la cuestión.

Más cámaras para el Gòtic y El Raval (Barcelona)  lavanguardia

Además, el planteamiento de Mónica tiene interés para el urbanismo ya que para el análisis, diferencia entre espacios públicos, semipúblicos, semiprivados y privados. La esencia de la ciudad se encuentra, por supuesto, en el espacio público. Sin embargo, a lo largo de la historia y, sobre todo, en el momento actual han ido surgiendo determinados espacios con un estatus menos claro. Centros comerciales, pasajes, aeropuertos, parques cerrados, oficinas, centros religiosos, bares, museos. Unos de dominio público, otros de propiedad privada o pública. Con diferentes requisitos de acceso y enfocados a diversas actividades. Y con regulaciones distintas respecto a la videovigilancia. He reconvertido parte de su trabajo sacrificando matices para hacerlo más legible en ámbitos no académicos. La autoría es suya desde el título hasta la firma, el destrozo de su trabajo es mío. La responsabilidad de la elección de las imágenes con las que, como siempre, trato de introducir una cierta crítica constructiva, es también mía.


Vigilancia material, la videovigilancia
Autora: Mónica Parra

Comenzaremos con la definición del espacio público de Jordi Borja y Zaida Muxi, en Espacio Público, ciudad y ciudadanía (Electa, 2003): “El espacio público supone pues dominio público, uso social colectivo y multifuncionalidad. Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, lo que le hace un factor de centralidad. La calidad del espacio público se podrá evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mixturante de grupos y comportamientos y por su capacidad de estimular la identificación simbólica, la expresión y la integración culturales. Por ello es conveniente que el espacio público tenga algunas calidades formales como la continuidad del diseño urbano y la facultad ordenadora del mismo, la generosidad de sus formas, de su imagen y de sus materiales y la adaptabilidad a usos diversos a través de los tiempos”.

Asamblea popular en Lavapiés (Madrid)  eldiario

La posibilidad de accesibilidad, la conectividad, el conflicto como consecuencia de la interrelación personal, son características que se repiten entre los diferentes autores, así como la imposibilidad o dificultad del control de la interacción social. La tendencia al abandono, degradación o privatización siempre aparece al mencionar la cuestión de la inseguridad. Por ejemplo, Bauman en La Modernidad Líquida (FCE, 2003): “Puede suponerse que la brecha en cuestión se ha abierto y ensanchado justamente a causa del vaciamiento del espacio público, en particular del ágora, ese espacio intermediario público/privado donde las políticas de vida se encuentran con la Política con mayúsculas, donde los problemas privados son traducidos al lenguaje de la cosa pública y donde se buscan, negocian y acuerdan soluciones públicas para los problemas privados”. Aunque la diferencia entre espacio semipúblico y semiprivado no es muy clara, ambos cumplen distintas funciones y su seguridad debería adecuarse a cada caso.

Niveles de privacidad de los espacios urbanos

Jan Gehl en La humanización del espacio urbano (Reverte, 2003) estableció una gradación de privacidad de los espacios comunitarios: “Con respecto a la introducción de los sistemas jerárquicos de espacios comunitarios -desde el cuarto de estar a la plaza del ayuntamiento de la ciudad- y la relación de estos espacios con los diferentes grupos sociales, es posible definir grados variables en los que los distintos espacios son públicos y privados. En el extremo de la escala se halla la vivienda particular con espacio exterior privado, con un jardín o terraza. Los espacios públicos de carácter residencial son -no cabe duda- accesibles al público, pero tienen un carácter semipúblico debido a la estrecha conexión con un número limitado de viviendas. Los espacios comunitarios de un barrio son algo más públicos, mientras que la plaza del ayuntamiento de la ciudad es un espacio totalmente público”. Parece plantear la privacidad más que en función de la accesibilidad en relación a la conexión con el número de viviendas. Se basa en la teoría de los espacios defendibles de Newman para señalar que la adecuada relación entre estos espacios mejoraría sentimiento de pertenencia y seguridad de los vecinos.

¿Espacio público?  vallecasdigital

Elsa González Galán, autora de la tesis Percepción y uso de espacios públicos madrileños, establece diferencias conceptuales entre estos espacios. Acerca de la propiedad del espacio público indica que esta sería, en todo caso, pública. Abundando en esta diferenciación, debe señalarse que, desde el punto de vista legal, espacio público sería aquel que es de dominio público. Distinta consideración merecen los bienes patrimoniales de la administración pública. Si bien estos con frecuencia pueden tener un uso público, también puede no ser así dado que la titularidad de los mismos es de la administración pública. A diferencia de los anteriores, pueden ser enajenados o gravados, y su acceso puede ser limitado. Esta diferencia resulta fundamental a la hora de estudiar la videovigilancia. La autora de la tesis citada propone la siguiente clasificación en la que compara las características de los espacios públicos, semipúblicos, semiprivados y privados:

Características de los diferentes tipos de espacios
 Señalar en la imagen para verla más grande

De acuerdo con esto, en tanto que los espacios semiprivados serán de titularidad privada, los semipúblicos podrán tener titularidad pública o privada. El elemento más diferenciador sería la accesibilidad. En el caso de los semipúblicos, podría estar sujeta al pago de alguna cantidad, aunque no necesariamente. Museos, centros comerciales, discotecas etc. serían ejemplos de espacios semipúblicos. Los semiprivados, por el contrario, son de acceso restringido, no sujeto a pago sino a pertenencia a determinados colectivos. La autora cita aquí aquellos lugares reservados para que clubs, centros religiosos o asociaciones desarrollen sus actividades. Cabe plantearse, por su especial relevancia para el urbanismo, cómo considerar los espacios comunes de urbanizaciones privadas y los inter-bloques. El acceso suele estar restringido a los propietarios de inmuebles incluidos en el conjunto y a visitantes, pudiendo llegar a encontrarnos en ambos casos con restricciones de tipo físico.

Espacio semipúblico, centro comercial  anjoca

Para urbanizaciones, la legislación autonómica es variada. Mientras que en algunas (como Aragón) se reconoce la existencia de urbanizaciones privadas, en otras como la valenciana incluso se prohíbe la constitución de Entidades de Conservación por tiempo indeterminado. En cualquier caso, la tendencia de la jurisprudencia es a considerar que los viales de las urbanizaciones deben cederse al Ayuntamiento. Si bien su recepción suele retrasarse tanto por los promotores como por los Ayuntamientos, los tribunales son cada vez más reacios a tolerarlo, existiendo abundante jurisprudencia. Por otra parte, podemos referirnos a estas urbanizaciones como las que contempla el artículo 17.3 de la Ley del Suelo, dentro de los cuales podrían existir zonas comunes privadas. En tales casos, cabría incluso una restricción de accesos. En principio se pueden entender los espacios comunes de las urbanizaciones como semipúblicos, cuando se hayan realizado las cesiones legales y los viales hayan sido recepcionados. De lo contrario, hablaríamos de espacios semiprivados.

El control de accesos determina el tipo de espacio  wikipedia

Finalmente, en cuanto a los espacios privados, las características parece que serían las contrarias a los públicos: propiedad privada, acceso restringido de forma que son los propietarios los que pueden decidir quién puede acceder, y posibilidad de interrelacionar con un número menor de personas, generalmente entre iguales. Por otra parte, la posibilidad de controlar esta interrelación sería mayor. En estos espacios, no pueden utilizarse de forma preventiva medios materiales ni humanos propios de la seguridad pública. Por ejemplo: las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no tienen acceso a los mismos salvo que se esté produciendo o se haya producido un delito), pero sí la seguridad privada contratada por los propietarios.

La videovigilancia

En España existe una norma específica, la Ley Orgánica 4/1997, por la que se regula el uso de las videocámaras por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y que tiene por objeto las grabaciones en espacios públicos y semipúblicos en determinados supuestos. Se desarrolla mediante el RD 596/1999, pero éste no es aplicable a las instalaciones fijas de videocámaras que realicen las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en sus inmuebles, si éstas se dedican exclusivamente a garantizar la seguridad y protección de los mismos. La LO 4/1997 establece que la utilización de videocámaras en espacios públicos “asegura la convivencia ciudadana, la erradicación de la violencia y la utilización pacífica de las vías y espacios públicos, así como de prevenir la comisión de delitos, faltas e infracciones relacionados con la seguridad pública”.

La vigilancia natural progresivamente sustituida por la electrónica  elpais

Debemos destacar el hecho de que se diferencian dos grupos de finalidades: las que tienen que ver con la criminalidad (delitos, faltas e infracciones relacionados con la seguridad pública) y por otra, cuestiones que podrían definirse como de orden público, referidas a cuestiones de convivencia y de las denominadas “incivilidades”, con un fin preventivo o disuasorio. Cuestión que excede del ámbito de este trabajo sería profundizar cuál es la finalidad que predomina en el caso español en cuanto a la utilización de videocámaras en espacios públicos. Parece excesiva una utilización extensiva de videovigilancia a fin de mantener un orden público, de acuerdo con los principios de proporcionalidad, intervención mínima e idoneidad que deben respetarse. Para el caso de los espacios semiprivados tales como las zonas comunes de Comunidades de Propietarios la regulación viene establecida en la Ley de Seguridad Privada.

Activistas contra las videocámaras  veillance

Tanto en un caso como en otro, el uso de videovigilancia está limitado por lo dispuesto en la Ley Orgánica de Protección de Datos, aunque en diferente medida. Así, en todos aquéllos supuestos en los que se lleve a cabo la grabación o captación de datos de personas identificadas o identificables, es aplicable la Ley 5/1999, de Protección de Datos de carácter personal, que actuará como límite de la grabación, incluso cuando se trate de videovigilancia basada en motivos de seguridad. En primer lugar, debe plantearse si existe legitimidad. La legitimidad requerirá como norma general del consentimiento del sujeto grabado. Ahora bien, tanto en el caso de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como de la seguridad privada, existe una habilitación legal que permite realizar la grabación sin recabar dicho consentimiento de forma individualizada, bastando con que se informe mediante carteles de la existencia de estos dispositivos.

Carteles de información de zona videovigilada  movalen

Del análisis comparado de ambas normas resulta que las grabaciones que puedan realizar las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad están sujetas a un régimen restrictivo, y detallado en la normativa. Por el contrario, resulta llamativa la escasa regulación existente respecto de la videovigilancia en el caso de la seguridad privada, que es ampliamente utilizado en el caso español en espacios privados. La anterior Ley de Seguridad Privada dedicaba un solo artículo al tema, lo que provocó el desarrollo de su regulación mediante una instrucción del año 2006. La nueva Ley de Seguridad Privada como se verá ha introducido pocos cambios, a excepción de dejar abierta alguna posibilidad a la utilización de videocámaras privadas en lugares públicos, posibilidad antes prácticamente inexistente.

Videovigilancia en tiempo real a través del ordenador  dointech

El objeto en este caso es prevenir infracciones y evitar daños a las personas o bienes objeto de protección, así como impedir accesos no autorizados. Como se deduce de este enunciado que establece la propia norma, el objeto de la videovigilancia es preventivo, e incluso disuasorio. Existen diversos estudios que permiten comprobar la existencia de una clara relación entre uso de videocámaras y seguridad subjetiva, incluso se deduce claramente de las encuestas realizadas para el trabajo pero que no se analizan en este artículo. No obstante, la relación entre su uso y la disminución de delitos, no está tan clara, y parece que se circunscribe a los delitos de tipo patrimonial. Por otra parte, no se considera videovigilancia el uso de cámaras para comprobar el estado de instalaciones. A diferencia del caso anterior, esta actividad no está restringida a determinados colectivos, pudiendo prestarse por personal distinto al de seguridad privada. A pesar de los avances técnicos la nueva ley no los considera dejando sin tratar campos importantes ajenos a la grabación tradicional como puede ser el caso de las videocámaras IP que permiten conexión en tiempo real a través de cualquier ordenador.

Videovigilancia y espacios de la privacidad

En el caso de los espacios públicos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad necesitan autorización para la utilización de cámaras fijas y móviles. Además, el uso de estas últimas se circunscribe a casos de un peligro concreto y riesgo razonable para la seguridad ciudadana. Esto tendría sentido ya que al tratarse de una medida restrictiva de derechos, la norma debía centrarse en garantizar la proporcionalidad de su uso. Pero resulta que las limitaciones para su utilización son mayores que las que se establecen en el caso de la Ley de Seguridad Privada ya que la redacción dada al artículo 42 de la Ley de Seguridad Privada abre la posibilidad de grabación de espacios públicos a la videovigilacia privada sin estas restricciones. Pero además de necesitar autorización, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no pueden conservar las grabaciones más de un mes, tienen la obligación de informar a los usuarios de la existencia de las cámaras y en el caso de que se generen ficheros hay que inscribirlos en el registro correspondiente.

Cámaras en la calle de la Montera (Madrid)  publico

A todas estas cautelas se suma la de que su uso estará presidido por el principio de proporcionalidad, en su doble versión de idoneidad y de intervención mínima. Idoneidad en tanto que sólo podrá emplearse la videocámara cuando resulte adecuado, en una situación concreta, para el mantenimiento de la seguridad ciudadana. La intervención mínima exige la ponderación, en cada caso, entre la finalidad pretendida y la posible afectación por la utilización de la videocámara al derecho al honor, a la propia imagen y a la intimidad de las personas. Pero no terminan aquí las restricciones. Una limitación al respecto de este tipo de videovigilancia es que no se podrán utilizar videocámaras para tomar imágenes ni sonidos del interior de las viviendas, ni de sus vestíbulos, salvo consentimiento del titular o autorización judicial. Las imágenes y sonidos obtenidos accidentalmente en estos casos deberán ser destruidas inmediatamente, por quien tenga la responsabilidad de su custodia.

Cámaras en parques de Alicante ¿ilegales?  ttcs

Respecto a la seguridad privada, en términos generales se prohíbe captación de imágenes de espacios públicos, aunque con excepciones. Si bien la anterior ley de seguridad privada prohibía la grabación de espacios públicos, la nueva ley ha venido a introducir un curioso párrafo: “salvo en los supuestos y en los términos y condiciones previstos en su normativa específica, previa autorización administrativa por el órgano competente en cada caso”. Nuevamente estamos ante remisiones genéricas a otras normas, presentes o futuras, lo que genera cierta inseguridad. Nos encontramos una vez más ante un rasgo que difumina los límites entre espacios públicos y privados desde el punto de vista de la videovigilancia ya que se amplían los supuestos en los que puede realizarse en espacios públicos, habilitando a particulares para la captación. La Instrucción de 2006, sustituida por la Ley de Seguridad Privada, era bastante clara: “Las cámaras y videocámaras instaladas en espacios privados no podrán obtener imágenes de espacios públicos salvo que resulte imprescindible para la finalidad de vigilancia que se pretende, o resulte imposible evitarlo por razón de la ubicación e aquéllas”.

¿Cumplimiento de la ley o disuasión?  fotosdigitales

Debe destacarse que, según la Guía de Videovigilancia editada por la Agencia Española de Protección de Datos: “La utilización de instalaciones de viodeovigilancia en la vía pública se reserva a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (...) En ningún caso se admitirá el uso de prácticas de vigilancia más allá del entorno objeto de la instalación y en particular en lo que se refiere a los espacios públicos circundantes, edificios contiguos y vehículos distintos de los que accedan al espacio vigilado”. En la Guía aparece un tipo de espacio denominado “público de uso privado” no muy bien definido, para el caso de establecimientos comerciales, restaurantes o lugares de ocio. Sin embargo no se extiende demasiado al respecto limitándose a señalar que deben ponderarse los derechos y garantizarse el cumplimiento estricto de la proporcionalidad, aunque según la legislación vigente puede utilizarse la videovigilancia privada. De hecho la Ley de Seguridad Ciudadana establece la obligación de determinados establecimientos, como bancos o joyerías, de utilizar medidas de seguridad adicionales debido a que existe un alto riesgo de delito derivado de la actividad privada realizada. En estos supuestos, deberán estar conectadas las videocámaras a centrales de alarma, debiendo prestarse el servicio por empresas de seguridad debidamente autorizadas.

Videovigilancia en lugares especialmente sensibles  camarascctvcali

En el caso de los espacios semiprivados la videovigilancia debe prestarse por parte de empresas de seguridad. En este caso, estaríamos hablando de supuestos típicos tales como zonas comunes en edificios de multivivienda (vestíbulos, zonas de juegos, jardines etc). Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad tampoco pueden llevar a cabo grabaciones en este tipo de espacios. Tal y como se ha señalado para el caso de los espacios semipúblicos, debe evitarse la filmación de espacios públicos como la vía colindante a la vivienda, salvo por motivos de imposible mejor ubicación de la videocámara. Son los titulares de estos espacios (la comunidad de vecinos en caso de bloques de viviendas) los que deberán contratar los servicios de una empresa de seguridad a fin de realizar grabaciones aunque en este caso no sea obligatoria la conexión a la central de alarmas o de videovigilancia.

Guía de Videovigilancia de la Agencia Española de Protección de Datos  aepd

Como se puede apreciar del análisis realizado, en el caso de la vigilancia material destaca el hecho de la escasa regulación existente en el caso de las cámaras de videovigilancia privadas, en contraposición a la clara normativización del uso de esta tecnología por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En todo caso, las modificaciones que se han producido parecen tendentes a relajar el régimen legal de las primeras. Sigue existiendo, además, escasa regulación del uso de videovigilancia privada, y en el caso concreto de espacios semipúblicos, la técnica legislativa es confusa, por cuanto es el reglamento de seguridad privada el que fija las medidas concretas de una seguridad adicional cuya necesidad se recoge en la ley de seguridad ciudadana. Dado que los fines proclamados de una y otra norma son dispares, no parece adecuado que se produzca esta confusión. Además, la situación difiere bastante según el tipo de espacio que estemos considerando sobre todo porque la normativa no aclara suficientemente las características de cada uno.

Mónica Parra


Me parece que el planteamiento está bastante claro y no requiere mayores explicaciones. Sin embargo si que me gustaría destacar un elemento que, aún sin tener una relación directa con la parte del trabajo en que se ha basado este artículo, es de gran importancia: la necesidad de que el ciudadano sea consciente de las diferentes situaciones de seguridad que se puede encontrar cuando pasea por una calle, entra en un centro comercial o va a un banco a retirar dinero de la cuenta. Este planteamiento se deriva de dos premisas. La primera tiene que ver con sus derechos: hasta qué punto la videovigilancia puede introducirse en su intimidad. Y la segunda, del propio aumento de la seguridad subjetiva que se produce cuando sabe que, en algún sitio, y a través de los ojos de una cámara, “alguien” puede estar protegiéndolo. La habilidad y la obligación del urbanista está en saber indicárselo. El problema es que, muchas veces, el propio encargado del diseño de esa calle, de esa plaza, o de ese espacio entre bloques, desconoce la situación respecto a la seguridad en la que se encuentra ese sitio que está diseñando, sencillamente porque visto desde el papel y la lejanía del proyecto no le preocupa demasiado. Y el considerar la seguridad es fundamental para un diseño adecuado no sólo de los espacios privados y semiprivados, sino también de los semipúblicos y de los públicos.

Ciudades más equitativas

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Uno de los problemas que no ha conseguido resolver el actual sistema es el de las desigualdades sociales. Por desgracia, ni tan siquiera está en vías de solución. Todo lo contrario, parece como si el mero hecho de plantearlo fuera “poco moderno”. Y es que esa poderosa minoría de los más favorecidos económicamente cuenta, a día de hoy, con herramientas formidables que les ayudan a "modelar" la opinión pública y conseguir, no sólo que todo siga como está, sino que sean cada vez mayores las desigualdades sin que la gran mayoría se levante en contra. Incluso han conseguido que lleguemos a creer que el derecho fundamental no es el de la igualdad, sino en de que todos "tengamos la posibilidad" de ser iguales. Y aquí entramos en el cielo de la esperanza en un futuro mejor, de la sana competencia o de la valía personal. Todo esto estaría muy bien si, realmente, al nacer todos fuéramos iguales, si la competencia de verdad fuera sana y si las posibilidades de desarrollo fueran las mismas para todos. La ciudad desigual se puede entender como un síntoma, pero también como parte de esta patología.

Ciudad rica, ciudad pobre  adeevee

Como este no es un blog sobre política (o quizás sí) me gustaría tratar esta cuestión centrándola en las ciudades. Porque la ciudad debería ser, como mínimo, el marco neutro en el que las posibilidades de desarrollo de los ciudadanos fueran idénticas para todos. E, idealmente, que ayudara positivamente a eliminar la discriminación. De hecho, es un tema que hace muchos años que me preocupa. Incluso con publicaciones concretas. Por ejemplo, en el Informe de Valladolid 2002 sobre los derechos humanos y la ciudad, publiqué un artículo titulado “Planificación, competitividad y solidaridad” donde me refería, básicamente, a la insolidaridad que se desprendía de las metodologías adoptadas por los llamados Planes Estratégicos y describía, sobre todo, las consecuencias para la viabilidad del planeta. El caso es que me acordé de aquel antiguo artículo cuando, hace unos días, leí un informe de UN-Habitat publicado este año y titulado Construcción de ciudades más equitativas, políticas públicas para la inclusión en América Latina. Aunque el trabajo está realizado para un área geográfica concreta algunas de sus conclusiones pueden servir para cualquier otro lugar del mundo.

Construcción de ciudades más equitativas  informe

El informe tiene interés y aconsejo su lectura (incluso está en español). Al final del artículo podéis encontrar el enlace para conseguirlo de forma gratuita. Algunos autores tienen fuertes reticencias ante cualquier tipo de informe “oficial” porque la publicación final siempre es el fruto de múltiples presiones explícitas o implícitas, cuyo resultado suele ser un producto de consenso cuya finalidad es la de disgustar lo menos posible a la mayor cantidad de gente. Desde mi punto de vista ahí radica, precisamente, su interés. Tendría que dedicar más de un artículo a explicar esta posición que no suele coincidir con la opinión mayoritaria, pero pienso que ahora no merece la pena. Me parece que se intuye bastante bien cuáles son los argumentos que la avalan. En cualquier caso aconsejo que, de vez en cuando, se repasen las publicaciones de UN-Habitat. Entre las últimas destacaría: Planning for Climate Change: Guide (hay también otra publicación sobre herramientas); Women in Post-Conflict Settlement Planning; o también las Gender Issue Guide en Economía Urbana e Investigación Urbana y Desarrollo.

Desigualdad y discriminación  adeevee

Según el diccionario de la RAE la palabra equidad tiene que ver con el sentido del deber, con la conciencia, la igualdad de ánimo y, en su acepción tercera: “Justicia natural, por oposición a la letra de la ley positiva”. La igualdad aparece relacionada con la equivalencia, correspondencia o proporción. Y la igualdad ante la ley: “Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos”. En un recuadro que aparece en el informe se intenta también diferenciar estos dos conceptos pero, al final, tampoco se consigue de todo. Quizás lo principal sea distinguir entre procesos y resultados. Esto lo explica Urban Jonsson, por ejemplo en temas de género, mediante la llamada discriminación positiva: “…significaría, entonces, el uso de un proceso equitativo, moralmente defendible, pero desigual, que permite lograr la igualdad en los resultados”. Aunque se trata de una polémica ya con un cierto recorrido, para simplificar vamos a entender que todas las personas son iguales ante la ley pero para que esta igualdad pueda cumplirse es necesario admitir las diferencias. Lo que significa poner a los distintos en condiciones de conseguirla: y esto podría entenderse como equidad.

¿Igualdad y equidad?   adeevee

Por ejemplo, en el caso de los salarios, dos trabajadores tendrían que hacer el mismo trabajo en las mismas condiciones, con los mismos presupuestos de partida y obtener los idénticos resultados. En este caso los salarios deberían ser iguales. Pero si hacen trabajos diferentes, o en diferentes circunstancias, o los resultados son diferentes, los salarios deberían ser equitativos. Es decir, que tanto equidad como igualdad son, sencillamente, utopías imposibles de conseguir ya que sólo excepcionalmente se producen situaciones de igualdad o para el caso de la equidad, formas “metodológicamente” sanas de establecer comparaciones. Esto no quiere decir que no deban de ser metas a alcanzar (probablemente “la meta” a alcanzar como base del consenso social, según la exposición que hice en el artículo sobre Park). La traducción para el caso de las ciudades, sería que todos los ciudadanos se encontraran en parecidas condiciones para poder conseguir su desarrollo personal y social, y pudieran desplegar plenamente sus capacidades, independientemente de su condición económica o física, edad, sexo, religión o etnia.

¿Oportunidades para todos?  marcelosereno

La primera pregunta sería ¿el hecho de vivir en una u otra ciudad cambia las posibilidades vitales de los ciudadanos? Y la segunda: ¿aunque se viva en la misma ciudad estas posibilidades son las mismas en los diferentes barrios con independencia de la condición económica, étnica, social o de cualquier otro tipo que pueda producir discriminación? Para contestar a estas preguntas no hay necesidad de hacer ningún informe: es obvio que sí. Sin embargo, los investigadores estamos acostumbrados a no fiarnos de lo obvio y centrarnos en lo demostrado. Esto es lo que hace el informe. Nos ofrece números de lo que está pasando en América Latina tomando como base los ingresos y parcialmente el consumo. Utiliza el índice de Gini que es un valor de la dispersión de los datos en torno a lugares centrales. En planificación urbana y territorial se utiliza bastante con datos georreferenciados. Lo que importa ahora saber, para lo que sigue, es que valores altos significan más desigualdad: valor 0, igualdad perfecta; valor 1, desigualdad total. No es un índice sin problemas, claro (no lo es ningún índice), pero puede servirnos para establecer unos ciertos criterios de comparación.

Desigualdad de ingresos por regiones  informe
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Atendiendo a los valores que figuran en el anexo, podemos leer lo siguiente: “De acuerdo con la base de datos estandarizada sobre desigualdad de ingresos en el mundo, que agrega valores a nivel nacional, América Latina y el Caribe aparece como la región con mayores desigualdades (0.483) seguida de cerca por el África Subsahariana (0.442). Los países de ingresos altos que agrupan varias subregiones emergen como los países más igualitarios (0.309), seguidos por Europa del Este y Asia Central (0.354). Asia se encuentra en medio de estos dos extremos (0.404) cruzada por la línea que ONU Hábitat describe como Alerta Internacional”. Aunque estos valores, que corresponden a 2008, cambian según los sistemas de medición, pueden servir desde el punto de vista comparativo para introducir el tema y obtener una visión panorámica de la situación. En el gráfico de arriba pueden verse los valores del índice de Gini relacionados con el PIB correspondientes para año 2010 según la Base de datos de UN-Habitat. Otros países y regiones, Banco Mundial, WDI, 2013.

Desigualdad de ingresos por países y ciudades  informe
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Pero si ahora nos vamos a ciudades concretas en cada una de estas regiones veremos que las diferencias son muy importantes. Así, y centrándonos directamente en las capitales de la zona estudiada, nos encontramos casos como el de Caracas con un índice de Gini de 0,38 (datos de 2010) frente a Brasilia con un 0,67 (datos de 2009). Lo relevante son las grandes desigualdades que se producen entre ciudades, incluso dentro de un mismo país: “Algo similar ocurre en Centroamérica: grandes diferencias entre el Gini nacional urbano y las ciudades del país se observan también en Nicaragua, donde más del 71 por ciento de sus ciudades (11) tiene valores por abajo del promedio nacional. Por el contrario, 4 de las 10 ciudades brasileñas tienen índices superiores al promedio nacional urbano en el rango de ‘Extrema Desigualdad’ (grupo 6). Estos casos demuestran que con frecuencia, la práctica de presentar valores nacionales agregados ha escondido más de lo que ha revelado, pues impide apreciar la heterogeneidad local y dificulta el diseño de políticas públicas de lucha contra la desigualdad que tomen en cuenta esas diferencias”. Estas cifras se ilustran en el gráfico de arriba.

Las múltiples formas de la desigualdad  informe
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Por tanto, ya vamos teniendo claro que las políticas de lucha contra la desigualdad deberían de abordarse de forma prioritaria desde lo local, ya que no parece lógico aplicar el mismo sistema en Chile a Santiago o a Temuco con un índice de Gini de 0,558, que a Antofagasta con un 0,376. Todavía más: dentro de cada ciudad los espacios de desigualdad llegan a presentar diferencias más importantes que entre ciudades. Dice el informe: “Para profundizar en el análisis, es oportuno recalcar que no solo el ingreso resulta desigual. La riqueza que se distribuye en la ciudad en la forma de servicios básicos, bienes y servicios públicos, infraestructura, es también muy desigual. Es así como la desigualdad económica se convierte en una desigualdad geográfica. El espacio –físico, social, político– de las ciudades latinoamericanas se presenta intrínsecamente desigual, de tal forma que en la mayoría de los casos, se puede hablar de dos o más ciudades al interior de una misma ciudad. Una frase puede resumir parte de los hallazgos de esta investigación: las ciudades son un espacio dividido”.

Segregación espacial, segregación social  opinionmalaga

Bien, ya vamos teniendo algunas cosas claras. La más importante (según he señalado en el párrafo anterior) es que, como en tantas cosas, la lucha contra la desigualdad se debería desarrollar desde el ámbito local dada la diversidad y especificidad de las situaciones que se presentan. Pero también habría que decir algo sobre qué se puede hacer para que las cosas mejoren. Cuáles son los elementos urbanos críticos que se ha constatado pueden ayudar a conseguir ciudades más equitativas aumentando las posibilidades vitales de desarrollo de todos los ciudadanos, y eso es lo que trataré de plantear a continuación. Sin embargo, aunque hasta el momento nos hemos centrado en las desigualdades económicas hay que dejar claro que hay muchas otras que no se refieren a los niveles de renta traducidos en ingresos y consumo. Hay desigualdades de raza, género, edad, etnia o religión, además de las económicas. En varios artículos anteriores ya escribí sobre la necesidad de conseguir ciudades inclusivas que no discriminen por estos motivos. Pero el artículo de hoy, como se basa en el informe al que he aludido al comienzo, trata sobre todo de desigualdades económicas.

¿Ciudades sólo para varones caucásicos, sanos, de 30 años, con dinero?  granadaymedia

Parece que no hay duda de la íntima relación existente entre ingresos y consumo en las áreas urbanas. Una disminución en los ingresos afecta de forma determinante al consumo. Al disminuir el consumo esta disminución repercute, a su vez, en las posibilidades de ingreso al aumentar el desempleo, etc. Una pescadilla que se muerde de cola y de la que, además, tenemos un claro ejemplo actual en el caso europeo aunque en un ámbito diferente. Se podrá discutir (y esto es política dura) sobre la forma de romper este círculo vicioso. Y aquí sí que hay opciones para todos los gustos. Sin embargo, lo que no se puede discutir es la necesidad de que existan unos niveles mínimos para que funcione. Y no sólo para que funcione desde el punto de vista del crecimiento económico, sino desde una perspectiva de que exista equidad. Es decir, de las posibilidades en las que se basa todo el sistema occidental actual de que “cualquiera pueda llegar a ser presidente de gobierno” (o de lo que sea). Sin la existencia de esas condiciones mínimas todo el andamiaje democrático no deja de ser más que una tramoya teatral. Como diría La Lupe: “teatro, puro teatro”.

Asentamiento Tiro al Blanco, Antofagasta, Chile  bid

Respecto al cómo se traducen en las ciudades estas desigualdades dice el informe: “En el análisis de ese nexo ingreso-consumo, resulta interesante acotar que las estructuras urbanas tales como los precios de los bienes inmuebles, la calidad y precio del transporte, o la amplitud, calidad y costo de los servicios educativos públicos dictan pautas distintas para el uso que la población le da al ingreso. De esta manera, las desigualdades del ingreso y el consumo se intersectan con otras formas de desigualdad, ya sea en las esferas sociales, legales, culturales y ambientales. Dicha conjunción de desigualdades refuerza a su vez las privaciones que enfrentan grupos e individuos específicos. Y estas diferencias se expresan casi siempre en las ciudades, creando espacios y barrios fragmentados. Las zonas de abundancia coexisten entonces con zonas de carencias y áreas de oportunidades cohabitan con áreas de desventajas concentradas. Las ciudades pueden convertirse en espacios abiertos o cerrados dependiendo de la capacidad de sus habitantes para acceder, ocupar y utilizar el espacio urbano. También pueden ser espacios abiertos o cerrados de acuerdo con la capacidad de sus moradores para acceder a las decisiones públicas y a diversos tipos de interacción e intercambio”.

¿Quiere vivir distinto?: Alquile una favela en Río  diariomas

A pesar de ser un poco largo me ha parecido interesante reproducir el párrafo entero, porque describe muy bien la forma en la que las cuestiones económicas se reflejan en disposiciones espaciales concretas con el resultado de una falta de equidad en el proceso y una importante discriminación, poniendo en duda las bases de la pretendida meritocracia que sostiene la situación actual. La ciudad es uno de los ámbitos donde se reflejan las incongruencias del sistema y sus fallos. La pregunta, no por antigua (ya la plantearon los marxistas) es menos relevante: ¿la disposición y organización urbana es una consecuencia del sistema o, por si misma, tiene capacidad de producir discriminación? En esta materia entramos, de momento, en territorios especulativos. Sin embargo, desde el punto de vista práctico, no me parece tan importante. Sea un síntoma del Mal, o el Mal mismo, habría que poner remedio. A veces la mejora de los síntomas ayuda a vencer la enfermedad. Es decir, deberíamos planificar ciudades inclusivas que facilitaran o, por lo menos, hicieran posible la promoción personal independientemente de consideraciones económicas, de sexo, edad, religión o étnicas.

Por unas ciudades más inclusivas  bestebi

Según el informe, los aspectos básicos que deberíamos considerar al diseñar y planificar estas ciudades más equitativas serían: vivienda, infraestructuras y servicios y transporte. Respecto a la vivienda, de las ciudades analizadas en el informe (no olvidemos que se refiere exclusivamente a América Latina y Caribe) resulta que las más pobres destinaban un 21% de sus gastos a la vivienda, mientras que las más ricas un 28%. Una diferencia tan pequeña que evidencia una desigualdad muy importante en el gasto. Además del porcentaje de renta, otros elementos importantes que “ayudan” a la desigualdad son: la situación espacial, los materiales y el saneamiento. Los hogares más pobres están construidos en un 27% con materiales precarios y sólo el 55% están conectados a la red de saneamiento, mientras que en los más ricos los materiales precarios sólo constituyen el 4% del total y están conectados a la red de saneamiento en un 90% de los casos. Todas estas diferencias son barreras casi infranqueables en muchos casos para que se pueda hablar de posibilidades reales de mejora y promoción personal.

Vivienda y equidad  informe
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Respecto al tema del transporte no parece existir ningún tipo de duda. Según otro informe de UN-Habitat publicado el año pasado Planificación y diseño para una movilidad urbana sostenible, parece que la movilidad restringida es un elemento cardinal de la exclusión social y un factor determinante de la desigualdad y la pobreza: “De esta manera, unos habitantes pueden acceder a ciertos lugares y bienes y servicios, mientras que otros no, disparidad que establece así una clara relación entre transporte y exclusión. Los expertos en el tema aseveran que la desigualdad no se genera solamente por la falta de oportunidades sociales, sino por la falta de acceso a dichas oportunidades. El transporte público es, pues, un factor que puede coadyuvar a la equidad social”. Resulta además, que la situación de la vivienda precaria lo normal es que sea periférica y, por tanto, muy dependiente del transporte para poder acceder a centros educativos, hospitales, bibliotecas o museos. Servicios y equipamientos de los que estas áreas no suelen estar muy bien dotadas. Además la evolución no es demasiado positiva. De 1995 a 2010 los más pobres aumentaron el gasto en transporte del 6% al 9%, mientras que los más ricos lo disminuyeron del 20% al 13%.

Bogotá, Transmilenio BRT  felipepardo

La base de partida es bastante clara: “De cualquier forma, cuando las familias pobres reciben bienes y servicios públicos, tienen un margen de gasto mayor que el que tendrían sin la intervención del Estado”. Y es precisamente este margen mayor el que permite gastar en otros conceptos distintos e, incluso, considerar el ahorro o la inversión. Parece claro que la reducción de la desigualdad pasa por una intervención decidida de los poderes públicos mediante políticas conscientes y coordinadas entre las instituciones locales y estatales. Esta cuestión de la gobernanza, tantas veces tratada en el blog, es determinante: “Una ciudad que tenga un compromiso político con las reglas claras, con un plan establecido, con una estructura eficiente y basada en resultados, y que tome decisiones con base en criterios técnicos y transparentes ofrecerá a sus ciudadanos oportunidades reales de prosperar. En contraste, un gobierno local que opere desde el clientelismo, la dejadez de funciones de planificación, el cortoplacismo y las decisiones partidistas estará perpetuando las condiciones de desigualdad y, por ende, poniendo en riesgo la prosperidad de su ciudad a largo plazo”. Más claro no se puede decir.

La enseñanza es un elemento crítico para reducir la desigualdad  purochile

Pero el informe también aborda otros temas más técnicos. Por ejemplo, lo que llaman la “conexión espacial” como sistema básico para corregir las desigualdades. El problema se deriva de varios factores, pero uno de los que se consideran críticos es la falta de planificación espacial. Y se ponen ejemplos concretos de la forma en la que esta falta de planificación conduce directamente a un modelo de crecimiento desordenado e informal con la consecuencia de niveles elevados de exclusión. Las políticas no intervencionistas han dado lugar a fuertes contrastes entre urbanización precaria y urbanizaciones cerradas en las que se refugian los más ricos. Así, en el año 2007 en Buenos Aires las urbanizaciones cerradas de la periferia metropolitana ocupaban 360 kilómetros cuadrados habitados por unas 250.000 personas. Mientras que en los límites administrativos de la ciudad de Buenos Aires, en la mitad de esta superficie, vivían alrededor de 3.000.000. El objetivo debería ser el de planificar el suelo y distribuir los servicios para reducir la distancia física y la necesidad de desplazamientos. Lo que hemos dicho tantas veces: cortas distancias con diversidad y complejidad de usos y clases sociales.

Barrio cerrado, Nordelta, Tigre, Argentina  elinmobiliario

Esta segregación espacial se manifiesta en muchos factores pero algunos son más cruciales que otros. En particular la distribución de servicios y equipamientos es clave. Si nos centramos, por ejemplo, en los de tipo educativo entenderemos claramente el problema. Como ya le he dedicado un artículo al geógrafo William Bunge y a los trabajos que hizo en Detroit para concienciar sobre el problema educativo de los ciudadanos negros respecto a los blancos, os remito a lo que publiqué en junio de 2012 y el significado de una desigual distribución de los centros educativos respecto a los fenómenos de exclusión social (y para el momento actual no me refiero sólo a la educación básica y media). Como el contexto analizado es el latinoamericano, aparecen en el informe otros elementos también críticos porque afectan en algunos casos incluso a la salud, tales como problemas con las infraestructuras de saneamiento, agua potable o electricidad. Sin mencionar las cuestiones relacionadas con las nuevas tecnologías tales como el acceso a Internet. Por supuesto que estas desigualdades espaciales afectan de forma muy desigual según las ciudades concretas. 

Siempre se puede encontrar sitio para una biblioteca  bibliobus

En el informe se describen de forma muy clara algunos ejemplos. He elegido dos: “La situación de Belo Horizonte, en Brasil, ayuda a ilustrar cómo se manifiesta este factor de desigualdad en la región. El desequilibrio de la localización de servicios entre el área central y el extrarradio tiene raíces históricas en esta metrópoli. Se trata de la primera ciudad planificada de Brasil a finales del siglo XIX, con el plan de Belo Horizonte, el cual se pensó para resolver preocupaciones higienistas, con amplias calles y avenidas. Pero como fue concebida como un centro político y administrativo, la ciudad no preveía áreas de actividad industrial y suelo para viviendas asequibles. Los propios trabajadores que la construyeron ocuparon irregularmente las áreas colindantes a la ciudad planificada, proyecto que sí contemplaba un sistema de transporte, de educación, de saneamiento y de salud, y edificios públicos para los funcionarios del Estado (…) Otro caso es el de Curitiba, donde los municipios colindantes cuentan con un menor nivel de servicios que el área administrativa de la ciudad, con deficiencias sobre todo en el acceso a la salud y a la educación. La provisión de servicios sería suficiente para la población que vive en el área municipal, donde también se concentra la oferta de empleo. Pero si se consideran los municipios colindantes, la prestación es escasa, y esto pudiera ser un factor que induce la desigualdad extrema que registra la ciudad”.

Curitiba, con BRT desde 1974 floriano

Pero a veces, sobre todo en las grandes áreas metropolitanas, esta distribución más o menos igualitaria es casi imposible. Surge entonces el imperativo de conseguir un transporte público eficaz y barato, que permita poner todos los servicios y equipamientos al alcance de los más desfavorecidos. Diferentes estudios han demostrado la importancia de esta cuestión en términos de reducción de las desigualdades en la ciudad. En el informe se describen los casos de Bogotá, Lima, Quito, Medellín y Curitiba, sobre todo con el caso de la introducción del sistema de buses rápidos (BRT, siglas en inglés). El caso de Curitiba es paradigmático y un ejemplo de que sólo un sistema de transporte bien diseñado no es suficiente. Se trata de un caso bien conocido ya que la ciudad fue pionera en la introducción del BRT (1974) con un éxito notable, lo que hizo que fuera muy imitada. Sin embargo, el no haber logrado que servicios y empleos se fueran distribuyendo a lo largo de los ejes en lugar de acumularse en el área central, unido a otros problemas como que el sistema no alcanzara a todas las zonas periféricas, ya en el año 2000 colapsó el sistema y obligó a la introducción de mejoras como la adquisición de material rodante de mayor capacidad, los MegaBRT, o la introducción de cambios en el sistema de paradas.

Para terminar, MegaBRT en forma de regalo biarticulado  felipepardo

De todo el análisis anterior podemos extraer bastantes conclusiones. Pero, para finalizar este artículo que, como siempre, se ha vuelto demasiado largo, me gustaría mencionar sólo dos. La primera sería que, para reducir las desigualdades no es suficiente sólo centrarse en un único aspecto del problema. Como pasa casi siempre ante cualquier intervención urbana es necesario actuar en varios frentes a la vez. En el informe se plantean cuatro grandes grupos de temas: conexión espacial, cohesión social, capacitación y coordinación institucional. Probablemente a los planificadores físicos nos afecten sobre todo los relacionados con el primer grupo. Pero sin una visión global y un plan para el resto de actividades, las actuaciones exclusivamente centradas en la resolución de las desconexiones espaciales es muy posible que nos lleven al fracaso. La segunda es que los criterios recomendables para conseguir ciudades más inclusivas (lo mismo que, por ejemplo, para la adaptación al cambio climático) no se diferencian demasiado de aquellos que ya hace bastantes años proponíamos como adecuados para mejorar la “sostenibilidad” de nuestras ciudades. En el fondo sólo se cambian los acentos, lo que no deja de ser una suerte y, probablemente, una prueba de que se trata del camino adecuado.


Notas:

Nota 1: El informe al que se refiere el artículo se titula: Construcción de ciudades más equitativas. Políticas públicas para la inclusión en América Latina y está publicado por UN-Habitat en marzo de este mismo año. Ha sido coordinado por José Carrera (CAF) y Eduardo López Moreno (ONU Hábitat) que, además, es el responsable de su autoría. Se puede obtener de forma gratuita (formato pdf) en este enlace. Es interesante revisar las publicaciones y otros materiales de UN-Habitat en esta dirección donde también es posible suscribirse a las novedades y obtener el catálogo en Excel y pdf.

Nota 2: La polémica que en el texto he denominado de “largo recorrido”, respecto a la relación entre igualdad y equidad, tiene varios orígenes. Probablemente el más importante provenga de las organizaciones feministas. Pero todavía hoy la discusión no es precisamente pacífica. Los interesados en el tema podéis buscar los escritos de Amelia Valcárcel que llega a decir de forma bastante contundente que “la igualdad es ética y la equidad política”. Aunque se pueda o no estar de acuerdo con esta afirmación, lo que sí parece claro es que la distinción entre ambos términos fundamenta, en cierta medida, la discriminación positiva que tanta importancia tiene para explicar algunos de los conceptos básicos sobre políticas de género. Probablemente la controversia más conocida se deriva de los trabajos preparatorios de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Pekín en 1995 en la que las mujeres latinoamericanas pensaban que hablar de equidad en lugar de igualdad cambiaría la idea que llevaba a pensar que igualdad era equipararse a los hombres. En cualquier caso el tema va para mucho allá de una simple nota y un párrafo. Por otra parte, además de los problemas de discriminación por género la relación entre ambos conceptos se aborda también desde el ámbito educativo, el sanitario y también, por supuesto, el urbano.

Nota 3: El problema de la discriminación urbana se puede plantear desde muchas perspectivas diferentes, una de las cuales se refiere a las condiciones de partida que hacen necesarias políticas discriminatorias positivas. Lo que implica la detección de aquellas áreas que no cumplen los mínimos requeridos. Para el caso español, la lectura del informe comentado puede complementarse con las publicaciones siguientes:

Sitios Históricos: enredar con el Patrimonio

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Estos días he asistido a un foro de discusión celebrado en el Instituto de Patrimonio Cultural de España. El objetivo era el de conocer experiencias sobre Formación Universitaria en gestión del Patrimonio Cultural en el marco del diseño y organización del máster El Patrimonio Cultural en el siglo XXI: gestión e investigación, que las universidades Complutense y Politécnica de Madrid están desarrollando para el Campus de Excelencia Internacional Moncloa. El foro ha reunido a una serie de universidades de todo el mundo para discutir el tema. Para mí, la experiencia ha resultado muy positiva. Las ponencias, mesas, comidas y charlas informales con los participantes me han sugerido cosas que, como siempre ocurre en estos casos de intercambio entre diferentes disciplinas, han abierto caminos nuevos. Pero hoy no voy a contar lo que sucedió en el foro. Ya sabéis que suelo empezar a escribir de un tema y nunca se sabe muy bien a dónde voy a llegar. Pues eso es lo que me ha pasado hoy. Empecé intentando precisar el concepto de Patrimonio Cultural tal y como se entendía por los ponentes del foro y he terminado nadando en las pantanosas ciénagas de los Sitios Históricos.

Sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España
 Edificio de los arquitectos Higueras y Miró  ipce

Sencillamente, lo que pretendía hacer al empezar a escribir era intentar analizar algunas ideas a partir de ciertas inquietudes motivadas por mi asistencia al foro y que quería compartir con vosotros. Por supuesto eran inquietudes relacionadas con ese tema tan complejo que hemos terminado llamando Patrimonio Cultural y con las diferentes aproximaciones que se hacen desde disciplinas que casi ni se conocen. Y aunque el tema estaba centrado en la formación universitaria, era inevitable que una parte importante de las dudas recayeran, casi desde la primera ponencia, sobre el objeto de esa formación. Es decir, sobre el concepto de Patrimonio Cultural. Aunque este artículo está escrito pensando en mis alumnos de la asignatura de Protección del patrimonio urbano y del medio natural, que imparto en el Máster de Planeamiento de nuestro departamento, pienso que puede servir también como muestra de los problemas de definición, acotación, método e, incluso, vocabulario que presentan las disciplinas llamadas “transversales”.

Interior del Instituto del Patrimonio Cultural de España
 Edificio de los arquitectos Higueras y Miró  hoyesarte

Pero, sobre todo, como ejemplo de las dificultades de relacionar la realidad con la normativa. El concepto de Patrimonio Cultural, desde el punto de vista del máster que estamos diseñando es bastante estricto: “El conjunto de obras humanas muebles, inmuebles e inmateriales que hemos heredado del pasado y que hemos decidido proteger como nuestras señas de identidad”. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta forma acotada de entenderlo. Le pasa como al concepto de paisaje, que se puede extender desde la estética de una habitación hasta el desarrollo económico de un país. La ventaja de una visión restringida es que no engaña pero, lamentablemente, puede dejar fuera ámbitos o elementos importantes. Probablemente uno de los primeros temas que suscitaron interés fue el de la inclusión o no del Patrimonio Natural cuando hablamos de Patrimonio Cultural. Como tantas otras cosas el planteamiento parece depender tanto de las particulares filias o fobias personales, como de la capacidad de abordar el tema o, incluso, de las diferentes ópticas disciplinares.

En el caso de un monumento no hay duda, Catedral de Burgos
 Se trata de un ejemplo de Patrimonio como una catedral  burgospedia

La propia ley española de 1985 tiene diferentes lecturas. Así, en el Preámbulo dice: “En ella quedan comprendidos los bienes muebles e inmuebles que los constituyen, el Patrimonio Arqueológico y el Etnográfico, los Museos, Archivos y Bibliotecas de titularidad estatal, así como el Patrimonio Documental y Bibliográfico”. Para nada se habla del Patrimonio Natural. Sin embargo, unos pocos párrafos después puede leerse: “Integran el Patrimonio Histórico Español los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques que tengan valor artístico, histórico o antropológico” (art. 1.2). Luego “los sitios naturales” también pueden formar parte de este Patrimonio siempre que cuenten con los valores que se requieren en la ley (artístico, histórico o antropológico). Y aquí fue cuando me desvié hacia el tema de hoy.

Campo de concentración de Castuera (Badajoz), Sitio Histórico
 Esto es tan Patrimonio como la catedral de Burgos  amecadec

Porque luego resulta (cuando se sigue leyendo) que estos “sitios naturales” solo tienen encaje en la figura de “sitios históricos” ya que ni en la de Monumento, Jardín, Conjunto o Zona Arqueológica, se podrían incluir sin forzar demasiado la interpretación (desde un punto de vista ecológico un Jardín es, probablemente, uno de los elementos antrópicos más alejados de “lo natural”). Y esta constatación de que la única salida normativa en la ley de 1985 a la consideración de lo natural como Patrimonio Cultural sea a través de los Sitios Históricos, me resultó sugerente. Pero veamos la definición del artículo 15: “Sitio Histórico es el lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos o recuerdos del pasado, a tradiciones populares, creaciones culturales o de la naturaleza y a obras del hombre que posean valor histórico, etnológico, paleontológico o antropológico”. Es decir, que un paraje natural vinculado a creaciones de la naturaleza podría formar parte de este patrimonio. Claro que siempre que tenga un valor histórico, etnológico, paleontológico o antropológico. Resulta curioso que los valores artístico, histórico o antropológico del art. 1.2 se conviertan en el 15.4 en histórico, etnológico, paleontológico o antropológico.

La dificultad de defender un paisaje urbano
 La "Cornisa de Madrid" masacrada  latabacalera

Ahora vendría una larga discusión sobre qué ha pasado con el valor artístico, y sobre el hecho de que no se asocie a un paraje natural vinculado a creaciones de la naturaleza. Es decir parece algo extraño que la palabra “paisaje” no aparezca ni una sola vez en todo el articulado de la Ley de 1985. Si hacéis la prueba de bajaros la ley y poner en el buscador la palabra (yo lo hice) veréis que no se menciona. Esta inexplicable ausencia no se refiere únicamente al “paisaje natural”, es que tampoco aparecen “paisaje cultural”, o “paisaje urbano”. Ni tan siquiera “paisaje pintoresco”. Es más, el Plan Nacional de Paisaje Cultural, tiene evidentes dificultades para fundamentar sus bases normativas ya que en el alma mater de toda la legislación española de protección, la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, sólo se alude al medio natural en el artículo que ya he mencionado (el 15.4) al hablar de los Sitios Históricos. Hay que ir a buscar los fundamentos del Plan Nacional en otras leyes como la de Patrimonio Natural y la Biodiversidad, del Suelo, de desarrollo sostenible del Medio Rural o la legislación de Impacto Ambiental. 

Las dificultades de la defensa del paisaje natural  matinezabarca 
 Así ha quedado parte del bosque de Abantos incendiado en 1999

En cualquier caso, este largo preámbulo me ha permitido llegar (casi sin notarlo) a una de las figuras más “extrañas” de la ley de 1985: los Sitios Históricos. Ya se puede suponer que se trata de algo no definido cuando puede acoger bienes tan diferentes como los que veremos luego e, incluso, paisajes. La ley diferencia, para el caso de los bienes inmuebles, entre: “Monumentos, Jardines, Conjuntos y Sitios Históricos, así como Zonas Arqueológicas”. Ya he transcrito en un párrafo anterior la definición de Sitio Histórico del artículo 15 de la Ley. Pero sería interesante, sobre todo para algunos de mis alumnos que vienen de disciplinas muy alejadas del tema, ver algunos ejemplos. Ya sabéis que me gusta trabajar con materiales al alcance de todos para que, quien quiera, pueda experimentar por su cuenta. De forma que he recurrido a la base de datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte que todo el mundo tiene a su disposición y de la que he puesto un enlace al final del artículo.

Distribución de las figuras protegidas

Si vamos a “consulta de bienes inmuebles” y en el apartado “general” rellenamos el campo correspondiente poniendo “sitio histórico” nos aparecen un total de 286. ¿Son muchos o son pocos respecto a otras figuras protegidas? Podemos averiguarlo si hacemos la misma operación con el resto. Veamos el resultado: Monumentos, 13.797; Jardines, 112; Conjuntos, 1.048; Zonas Arqueológicas, 998. Parece evidente que la base de la protección es el Monumento. Estos números hay que tomarlos como lo que son, indicativos. Por ejemplo, las Zonas Arqueológicas que aparecen son las declaradas o incoadas. Sin embargo, hay bastantes Zonas Arqueológicas que los departamentos de Cultura de las Comunidades saben que existen, incluso tienen mapas, pero entienden que lo mejor es tenerlas ocultas (y bien enterradas) en caso de no contar con medios para vigilarlas adecuadamente. El escaso número de Jardines es lógico dadas las dificultades de supervivencia a lo largo de los años.

Yacimiento de icnitas de Arén dinosauriosdearen

De forma que la figura de Sitio Histórico es bastante marginal. Marginalidad que se acentúa si consideramos que de los 286 nada menos que 65 corresponden a yacimientos de icnitas (huellas y restos del jurásico). Y que existen evidentes dificultades en la conformación de la base de datos al trasladar las figuras autonómicas. Por ejemplo, el silbo gomero al que el gobierno canario abrió expediente el 27-06-2008 como “manifestación popular tradicional de ámbito insular” aparece como Sitio Histórico y, por tanto, como bien inmueble. O las Fiestas Juradas de San Miguel en Fuerteventura. Pero si dejamos aparte estos problemas veremos que existen algunos Sitios que se corresponden efectivamente con lugares naturales de notoria belleza: valle de Benasque, conjunto del Alto Valle del Cinca, el Barranco de Los Molinos, los Tajos que rodena Alhama o la costa noroeste de Mallorca. Aunque no está claro si el patrimonio natural tiene algo que ver con su inclusión como Sitio Histórico, es notorio que la legislación española siempre considera la belleza como elemento  característico y definitorio de un paisaje. Y la apreciación estética es un hecho cultural.

Recuerdos de mi tesis doctoral, Os Ancares (Lugo)
 Paraje pintoresco desde 1971  tourgalicia

Aparecen también otros elementos tales como lugares donde han tenido lugar batallas famosas, salinas, pozos de hielo, cuevas, lavaderos o grabados rupestres (Amoedo, Pontevedra). Incluso Parajes Pintorescos como Os Ancares (donde hace muchos años hice mi tesis doctoral). Pero es que, claro, los antiguos Parajes Pintorescos de la ley de 1933 tienen muy difícil encaje en la actual ley de 1985. Su “conversión” en Sitios Históricos se ha hecho con bastantes dificultades en muchos casos. Incluso algunos tendrían mejor encaje en la legislación sectorial de protección del Patrimonio Natural. Como es complicado verlo con claridad mediante ejemplos concretos para toda España, voy a centrarme en la Comunidad de Madrid que cuenta con muy pocos Sitios Históricos pero que compendian una buena parte de las situaciones posibles. En la base de datos del Ministerio de Cultura aparecen sólo siete: un campo de batalla, dos parajes pintorescos, una roca, una capilla, un parque y “determinadas zonas del Real Sitio de San Lorenzo del Escorial”. Es casi imposible conseguir mayor variedad con menos ejemplos.

Sitio Histórico de la batalla de Somosierra (Madrid)
 Vista desde los restos del fortín francés 1808-1814escenarios

El campo de batalla es el más claro de todos. Suele ser el ejemplo que les pongo a los alumnos cuando no quiero meterme en demasiadas profundidades analíticas. Digamos que el lugar donde tuvo lugar una batalla importante sería el paradigma de un Sitio Histórico. El que nos ocupa, la batalla de Somosierra, tiene incoado expediente desde el 19 de febrero de 2002. Expediente que no me consta haya sido todavía resuelto doce años después. De cualquier forma en este lugar el 30 de noviembre de 1808 ¡las tropas españolas fueron derrotadas por el ejército de Napoleón! Eso sí, gracias a que la caballería polaca con su heroico comportamiento rompió la barrera militar española. Polacos y franceses están encantados con la existencia de este Sitio Histórico. En la zona sólo "resisten" los restos de un fortín francés ya catalogado. Podríamos decir que de este Sitio Histórico sólo queda el escenario topográfico, la tristeza de la derrota, las huellas del fortín y la ermita de la Soledad (siglo XVII, también protegida) y que se supone formaba parte del decorado de la batalla en aquellos momentos.

Collado-Villalba (Madrid), roca del concejo
 Sitio Histórico brujulasierra

Veamos lo de la roca. Resulta que en 1630 le fue concedido a Collado Villalba, por el rey Felipe IV, el Privilegio de Villazgo a petición de la Duquesa del Infantado. Eso sí, le costó 300 ducados. El ayuntamiento se reunía en concejo al toque de campana encima de una roca en un lateral de la plaza del Ayuntamiento. Pues bien, la roca o piedra del concejo son unas gradas que mandó tallar el alcalde Sanz allá por 1724 para mayor comodidad de los ediles. A esta Piedra del Concejo se le incoa expediente de Sitio Histórico el 22 de octubre de 1991, y la burocracia ha transcurrido de forma apacible, sin movimientos aparentes, hasta el momento actual (nada menos que 23 años después todo sigue igual con el expediente incoado pero sin declaración). Mientras tanto, la citada roca es un Sitio Histórico de la comunidad madrileña. La pobre no es demasiada molestia para los inversores inmobiliarios y así, tal y como está, humildemente en un rinconcito, no molesta mucho por lo que, hasta el momento, se ha mantenido sin problemas. Obviamente se trata de un elemento bastante diferente al campo de batalla de Somosierra.

Alrededores del palacio de Boadilla (Madrid)
  Paraje Pintoresco ahora Sitio Histórico  amigospalacio

Luego tenemos dos Parajes Pintorescos herencia de la antigua ley (como el de Os Ancares que he mencionado anteriormente) y, por tanto, declarados antes de aprobarse la actual de 1985. El que rodea al palacio de Boadilla del Monte de 20 de julio de 1974, y el pinar de Abantos en El Escorial de 16 de noviembre de 1961. En el caso de los alrededores del palacio del Infante don Luis la asimilación del Paraje Pintoresco a Sito Histórico es, cuando menos, discutible. Está formado por una zona ajardinada, otra de huerta y otra de parque que funcionan como área de transición entre la arquitectura palaciega y el rural a que tan aficionados eran los aristócratas de la época. Es, por tanto complicado asimilarlo a cualquiera de las figuras actuales al ser, en realidad, un elemento mixto. Sin embargo, ¿no estaría mejor como Jardín Histórico (por lo menos una parte) o encontraría un acomodo más confortable en alguna de las figuras de protección de la Ley de la Biodiversidad y del Medio Natural de 2007? El caso es que, en su momento, fue declarado Paraje Pintoresco y por "arte legal"¿qué pasó a ser? Sitio Histórico, por supuesto.

Monasterio de El Escorial (Madrid), pinar de Abantos y Herrería
 Paraje Pintoresco ahora Sitio Histórico  espanafascinante

Pero el caso del Pinar de Abantos en El Escorial es clamoroso. Por supuesto que actúa como fondo escénico del Monasterio y como paisaje imprescindible para la comprensión del conjunto herreriano no tiene precio. Cuando hicimos el trabajo para el PRET fue uno de los elementos de mayor valor territorial. Pero el hecho de que, como en el caso anterior, por arte legal (o "de birlibirloque”), se convierta en Sitio Histórico no deja de ser chocante ya que se trata de un pinar más o menos natural en el que no ha sucedido nada apreciable y cuyo encaje en la Ley de 2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad parece bastante más lógico. Ambos casos, como tantos otros de Parajes Pintorescos declarados con anterioridad a la ley de 1985, revelan las graves carencias de dicha ley relativas al paisaje, sea urbano o natural. Igual sucede con otro de los Sitios de la comunidad madrileña, el denominado “Determinadas Zonas del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial” (literal). También declarado en 1971, su misma denominación indica las dificultades de asimilar la realidad a determinadas figuras legales.

Interior de la cuadra de San Isidro, hoy capilla
 ¿Sitio Histórico?  bloghistoriadelarte

Y ya sólo nos quedan dos que comentar. La supuesta cuadra de San Isidro Labrador (hoy capilla), declarada Sitio Histórico en el año 2000, está situada en los bajos de una casa de 1859 donde parece ser que el santo, patrono de Madrid, guardaba los bienes de labranza y parte del ganado (la cuadra, vamos). Este caso ilustra muy bien que lo defendido no es la arquitectura sino el emplazamiento y explica que un Sitio Histórico puede estar también en un lugar urbano lo mismo que el de la batalla de Somosierra lo está en el campo. Y que en dicho emplazamiento ha podido ocurrir casi cualquier cosa, aunque no exista suceso histórico demostrado que lo avale. Por tanto, mitos, creencias, o supersticiones, parece que también pueden ser acogidos en su seno. Y, por último, el parque del Capricho en la Alameda de Osuna, para mí uno de los jardines más bellos de este país. Lo mandó construir en 1787 la duquesa de Osuna y es un modelo de Jardín Histórico que, hasta en las páginas del Ayuntamiento se define como tal. Sin embargo, en la base de datos de ministerio de Cultura que me ha servido para construir este artículo figura como Sitio Histórico con fecha de incoación (no está la declaración) de 24 de octubre de 1979.

Jardín El Capricho (Madrid), no os lo podéis perder
 Sitio Histórico ¿jardín histórico?  vueltaabierta

He querido analizar ejemplos concretos de la comunidad de Madrid, no sólo porque en su momento me encargué de proponer una metodología que permitiera incluir los elementos declarados en el PRET, sino porque son pocos y muy diferentes. Los casos presentados configuran los Sitios Históricos como una “especie rara” de nuestro Patrimonio Cultural, cajón de sastre de muchas cosas y que no se sabe muy bien cómo abordar, ni conceptual ni legislativamente. Llegado el caso, casi nadie lloraría su desaparición si se sustituyeran por otra figura construida con más sentido común. Pero todos estos problemas afectan en mayor o menor medida no sólo a los Sitios sino a todas las figuras protegidas. Y a las ausentes, como el caso del paisaje. Es probable que pudiera tratarse más racionalmente a partir de una legislación que no defendiera el Patrimonio Natural mediante una ley distinta como sucede ahora. La cuestión es complicada y requiere algo más que un artículo de estas características para abordarla, pero hace ya tiempo que se viene reclamando un único texto que se refiera a todo nuestro Patrimonio Cultural, independientemente de que los elementos que lo formen sean más o menos antrópicos. No sería la panacea, pero ayudaría a entender "el paisaje".


Nota 1: La base de datos de bienes inmuebles inscritos en el registro de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España es de acceso libre y gratuito. Os aconsejo que juguéis un poco con ella, es más divertido (y provechoso) que hacer un sudoku. Este es el enlace.

Nota 2: Cualquiera que tenga interés en estos temas debería leer la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. Y mis alumnos de forma imprescindible, por supuesto. Una sencilla búsqueda en Internet nos permite obtener el texto completo. Pero en la Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado se puede conseguir con las correcciones que se han hecho a lo largo del tiempo, la redacción actual y en formatos diferentes como epub o pdf. Por tanto os recomiendo este enlace para conseguirla en las mejores condiciones.

Arquitecturas desolladas

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Arquitectura y urbanismo son materias tan cercanas que, muchas veces, es imposible establecer una línea de separación entre ambas. En cualquier caso, de existir físicamente esta línea, probablemente habría que situarla en la envolvente del edificio. En aquella parte de la arquitectura que acota su territorio. A veces tan tenue, que deja de ser física y es difícil de encontrar. Pero, además de ser contenedor y frontera, esta envolvente es la encargada de que lo particular, lo privado, trascienda a lo colectivo, al patrimonio común. Por eso tiene tanta importancia. Cualquier modificación en el interior de un edificio afecta básicamente a sus usuarios, pero si la modificación se produce en la envolvente en una gran parte de los casos nos afecta a todos. Si entendemos esta envolvente como una piel que, de alguna manera, regula las relaciones de la arquitectura con el entorno físico o social que la rodea, lo que le pase a esa piel es del mayor interés, no sólo de “puertas adentro” sino también de “puertas afuera”.

El dios Huitzilopochtli, cuya mujer, la arquitectura (perdón, la hija de
 Achitométl) fue desollada por los mexicas para vestir con su piel al arquitecto
 (perdón, al sacerdote) en su rito creativo (perdón, de fertilidad).

El artículo de hoy trata de esa piel y en su versión original se ha presentado como una comunicación al Congreso Internacional sobre Eficiencia Energética y Edificación Histórica celebrado en Madrid a finales de septiembre de este año. Lo firman: Margarita de Luxán, Gloria Gómez, Mar Barbero y Emilia Román. Me pareció tan esclarecedor que, de inmediato, pensé en la posibilidad de publicarlo en el blog. Aquellos más asiduos ya sabéis que todo lo publicado aquí sufre un proceso de transformación tendente a ser más fácilmente asimilable por mis alumnos pertenecientes a la generación del tuit y que, por tanto, cuentan con especiales habilidades para la búsqueda, la concisión y el salto, pero que andan algo escasos de pensamiento profundo. Sin rendirme a publicar sólo titulares, pretendo establecer un puente entre un texto tradicional puro y duro y los 140 caracteres que son el horizonte lector al que nos van acostumbrando. Por eso voy a cortar aquí este párrafo (que ya debe superar los 1000 caracteres), pondré una atractiva y culta imagen de desollamiento y pasaré al siguiente.

San Bartolomé, sosteniendo su piel desollada en el martirio
 "El Juicio Final", Miguel Ángel, Capilla Sixtina, Vaticano  wikipedia

Además, el profesional de la arquitectura (independientemente de que experimente con los espacios, los materiales o las formas) no tiene necesariamente que ser un investigador. Me parece bueno que se conozcan aquellos estudios de interés que producen los investigadores pero los profesionales no tienen que estar continuamente leyendo revistas de investigación. Y, por supuesto, tampoco los alumnos, sobre todo los de grado, que bastante tienen con lo que tienen. Los párrafos que siguen son de la autoría de las firmantes y de ellas todos los derechos. Me he limitado a cortar, pegar y darle una mínima coherencia al monstruo resultante de mi actividad simplificadora. La referencia al auténtico trabajo, que aconsejo leer, figura al final.


Consecuencias constructivas y energéticas de una mala práctica. Arquitecturas desolladas.

Desde hace algunos años es habitual encontrar en toda la geografía española edificios restaurados y rehabilitados en cascos históricos o centros urbanos en los que se han eliminado el mortero exterior, dejando a la vista el material de soporte del muro: piedra, ladrillo o entramado. Un estudio de las consecuencias de esta práctica nos ha conducido a concluir que es una intervención sumamente agresiva, tanto desde el punto de vista constructivo como desde el comportamiento energético de los edificios. Hemos denominado esta mala práctica como “desollar” los edificios.

Plaza Mayor de Medinaceli (Soria)  google streetview

El denominador común es que en todos los casos estudiados esta acción tiene un impacto negativo en el comportamiento de los muros de cerramiento ya que, como consecuencia de esta acción, aparecen expuestos a la intemperie elementos que inicialmente no estaban previstos para tal situación, modificando de forma importante las condiciones en las que fueron construidas las edificaciones en su origen.

Impacto estético y compositivo

Una de las consecuencias más visibles de esta mala práctica de restauración de muros es la modificación de las condiciones estéticas y visuales que se producen en todas las escalas, desde las más próximas, como en los espacios interiores, hasta en las más amplias, como las urbanas y paisajísticas. El resultado es confundir “lo antiguo”, con “lo viejo” y simplemente deteriorado por el tiempo. Un problema estético que se ha repetido en distintas ocasiones a lo largo de la historia. Esta acción de descarnar los paramentos puede derivar de decisiones ligadas a un entendimiento, buscado en el siglo pasado, de mostrar expresamente el proceso y las soluciones constructivas y estructurales, pero que es contradictorio en la mayoría de las veces con las realidades históricas y tradicionales, y con su conservación.

Conjunto histórico de Villafamés en Castellón © Foto Margarita de Luxán

Aunque se puede producir también en interiores, esta práctica cuando se traslada al exterior, y a mayor escala, implica un importante cambio de la imagen urbana y del carácter paisajístico de nuestro patrimonio. Así, en el conjunto urbano histórico de Villafamés (Castellón), en origen sólo se apreciarían los elementos monumentales, mientras el núcleo de caserío y viviendas aparecería acabado con morteros y colores claros. Tras el “desollado” de parte de las viviendas, la visión del conjunto se ha alterado sustancialmente, y muestra una imagen mucho más confusa. Es también el caso de Patones (Madrid), que presenta un aspecto muy distinto tras la restauración de sus fachadas eliminando los revocos tradicionales, apreciándose claramente un cambio en la imagen tradicional del caserío con elementos revocados de color claro y cubiertas de teja.

El pueblo de Patones en Madrid  aventurate

Antiguamente, la práctica del revocado de los muros soporte era bastante corriente, tal y como se puede apreciar en los tratados clásicos de arquitectura, dado que ello preservaba y garantizaba la durabilidad del mismo. De este modo, sólo quedaban a la vista aquéllos elementos puntuales que denotaban el estatus social de la familia a la que pertenecía la edificación o la importancia de la misma. Sin embargo, el tratamiento de los muros de piedra vista, en lo que respecta a su aspecto, diseño y talla, en el modo de aparejar las piezas, en el tipo de apoyo o en los morteros y ordenación de las juntas, no tenían nada que ver con los muros preparados para ser revocados. Al despojar a estos últimos de los morteros de revestimiento, su apariencia es distinta a la de aquellos que fueron construidos para ser vistos, con la aparición de aparejos irregulares o piedras sin tratar. A veces, incluso, las fachadas de piedra vista se solían revestir con revocos, imitando la propia piedra, con objeto de preservar su conservación.

Viviendas populares en los Alpes franceses  © Foto Margarita de Luxán

El problema del “desollado” se extiende, sin que se salve ningún territorio, en gran parte del mundo. En la figura de arriba puede apreciarse la diferencia entre el aspecto original y el aspecto descarnado, con un muro de piedra desigual desbastada y de relleno, y huecos enmarcados por grandes piedras de un aspecto ciclópeo o primitivo en los Alpes.

Comportamiento constructivo

En las construcciones originalmente resueltas mediante muros pétreos, de ladrillo o entramado y relleno, y revocados en su cara exterior, el soporte tenía las funciones de cerramiento, así como de resolver la resistencia estructural, y los revocos se encargaban de evitar la filtración del agua de la lluvia y prolongar la durabilidad del soporte, al resistir éstos las tensiones provocadas por los saltos térmicos o la heladicidad. De ahí que dichos revestimientos se consideraban de “sacrificio”, por lo que eran renovados periódicamente. Al mismo tiempo, actuaban como una capa de aislamiento exterior que mejoraba la resistencia y estabilidad del conjunto, minimizaba las tensiones por dilataciones y contracciones del muro soporte y regulaban el funcionamiento de los elementos base de mayor inercia térmica. Mejoraban, por tanto, el comportamiento del muro, garantizando su conservación y mantenimiento y aumentando su durabilidad.

Sustitución del revoco tradicional por sólo relleno de juntas
 Villafamés (Castellón)  © Foto Gloria Gómez

Sin embargo, este sistema constructivo requiere una intervención periódica para reparar los daños en el mortero por la acción de los agentes climáticos y en su caso, el correspondiente enlucido de muros para mejorar la resistencia del conjunto. Sin estas labores de mantenimiento, el muro sufre un deterioro importante. Los morteros tradicionales para proteger los muros, eran de espesores medios notables (aprox. 4 cm), ya que no sólo cubrían los elementos más salientes, sino que rellenaban los huecos e irregularidades que quedaban entre ellos y la capa base del revestimiento. Como se observa en las figuras, la desaparición de esta capa superficial deja a la vista un muro con elementos de piedra, irregulares y sin labrar. El abandono de muchas edificaciones históricas ha dado lugar a que esta imagen deteriorada, lejana al aspecto tradicional e histórico, sea habitual en muchas de nuestras ciudades y pueblos.

Fachada deteriorada de piedra con mortero tradicional
 Villafamés (Castellón)  © Foto Gloria Gómez

La eliminación de estos acabados, intentando dejar vista la piedra base que antes estaba reguardada, obliga a rellenar los huecos entre las piedras o ladrillos con morteros de rejuntado impermeables. Estos morteros suelen tener una base de cemento, cuya incompatibilidad con los soportes tradicionales ha sido ampliamente probada en las últimas décadas. A ello se suma la modificación estética del conjunto, con la aparición de juntas de gran espesor que terminan por hacer que la apariencia puntillista del muro sea una superficie de mortero de cemento irregular entre la que, tímidamente, asoman fragmentos diminutos de la base como se observa en la figura de arriba. En función del material del muro soporte, (piedra, ladrillo o entramado) las consecuencias son diferentes. A continuación se analizan los efectos de esta práctica en los muros más habituales en este tipo de edificaciones.

Plaza Mayor de Medinaceli (Soria) © Foto Margarita de Luxán

En los muros de piedra, la consecuencia de eliminar los morteros de acabado es, como ya se ha dicho, que se distorsionan y destruyen las condiciones originales. Por ejemplo, como se ve en la figura de arriba, en la Plaza Mayor de Medinaceli (Soria) el “desollado” de la casa que forma la esquina del oeste de la plaza ocasiona una ruptura visual de la escena urbana. Este edificio destaca negativamente frente al resto del conjunto, compuesto por fachadas revocadas en las que los huecos se cercan con embocaduras de piedra o se remarcan mediante un tratamiento de geometrías rectas, quedando también resaltados los escudos y elementos decorativos de piedra. Esta composición de una gran claridad y limpieza, desaparece con la eliminación del revoco sustituido por un paño formado mediante piedras desiguales, en el que tanto el desbastado como la forma y tamaño de los elementos que lo componen disminuye de abajo a arriba, perdiéndose también las alineaciones y composición de las embocaduras.


Fachada desollada en Medinaceli y detalle embocadura  © Foto Margarita de Luxán

Puede observarse como los elementos pétreos de las embocaduras de huecos y decoraciones, jambas y dinteles labrados, estaban trabajados dejando en los sillares unas bandas rectangulares más resaltadas y rebajando el resto de la pieza hasta quedar en el plano del muro a recubrir. Esto permitía resolver el encuentro entre las partes de piedra vista y oculta y marcaba el espesor del revoco. Se encuentra la misma solución en la mayoría de las edificaciones históricas de una cierta calidad, con encuadres de huecos y de elementos decorativos en piedra labrada. En los muros descarnados, aunque los sillares de jambas y dinteles estén labrados remarcando resaltes rectos, lo que se aprecia son los elementos pétreos completos, descubriendo sus espesores y bordes desiguales. La imagen resultante es primaria, primitiva, menos culta y cuidada, y contradictoria con las apariencias y composición originales.

Fachada desollada en Torre Val de San Pedro (Segovia)  © Foto Gloria Gómez

En el caso de los muros de ladrillo el comportamiento es similar al de los de piedra. La figura de abajo corresponde a un ejemplo de viviendas restauradas en Zaragoza, en las que se ha eliminado el revoco exterior, dejando a la vista el muro de ladrillo. Este tipo de aparejos estaban realizados con ladrillos hechos a mano y cocidos en hornos tradicionales, por lo que no tiene un comportamiento óptimo en condiciones externas, por su elevada porosidad y, en la mayor parte de los casos, riesgo de heladicidad, por lo que requieren de la presencia de un mortero exterior. También se observa que las embocaduras de huecos sobresalen para albergar el espesor del mortero que en este caso ya ha sido eliminado. No da la impresión de que esta operación “estética” mejore su apariencia (resultando sólo más viejo y deteriorado), ni la conservación del edificio, ni por supuesto el comportamiento térmico.

Fachada desollada de ladrillo en Zaragoza  © Foto Gloria Gómez

La práctica del desollado en los muros de entramado tiene, si cabe, peores consecuencias que en los muros de piedra y ladrillo al dejarse al exterior los elementos de madera que originalmente no estaban pensados para permanecer en esta situación expuesta. En origen, los muros base entramados se cubrían con revocos para evitar no sólo la fotodegradación de la madera sino también los movimientos derivados de los cambios de humedad que se producen al quedar a la intemperie, especialmente en climas secos. De hecho, para proteger aún más de la pudrición los apoyos y las cabezas de los elementos horizontales estructurales, se colocaba por el exterior sobre ellos un tablón que impedía que el agua penetrase en la dirección de las fibras de los mismos, y que era fácilmente sustituible.

Entramado tradicional en La Alberca (Salamanca)  © Foto F. J. González

Aunque en las restauraciones que eliminan el revoco suelen protegerse estos elementos con algún tipo de barniz, su aspecto se modifica. En algunos casos, aunque se respeta la presencia del mortero en los paños del muro, se dejan a la vista los elementos de madera, incluyendo los frentes de forjado, con el consiguiente riesgo de pudrición de las cabezas de las viguetas y vigas. Esta composición, que busca equivocadamente cierta imagen tradicional, es muy distinta a la original y ofrece una solución peor desde el punto de vista del comportamiento del muro frente a los agentes exteriores.

Fachada desollada de entramado de ladrillo en Vitoria  © Foto Emilia Román

También encontramos en muros de entramado de ladrillo ejemplos de “desollado” de los paños para dejar a la vista el muro desnudo. En la figura de arriba se aprecia esta práctica con más detalle y, de nuevo, las embocaduras de huecos recuerdan la eliminación del revoco tradicional. En el paramento se descubren los aparejos pobres y se ponen en peligro los elementos estructurales ahora a la intemperie, en los que sólo cabe realizar protecciones superficiales.

Comportamiento energético

En origen, el sistema de funcionamiento térmico de la mayoría de los cerramientos tradicionales e históricos, tiene la inercia mayor al interior del cerramiento, en los muros portantes, protegida por un acabado como aislante exterior que evita el enfriamiento del muro soporte durante las largas noches del invierno, y el sobrecalentamiento en las horas soleadas del verano, equilibrando su comportamiento y aprovechando estas condiciones en el interior de los espacios vivideros. Al “desollar” estos muros, se invierte el sistema. Se pierde la protección exterior del soporte que cuenta con más inercia en las condiciones climáticas mencionadas, y al tener que colocar nuevos aislamientos en la cara interna, se dificulta el aprovechamiento del equilibrio térmico y de la amortiguación de los cambios de temperatura exterior.

Pueblo de Susín (Huesca)  ljaime

En climas fríos de la península se encuentra habitualmente la solución del mortero exterior sobre muros de piedra, ya que se protegían mejor estos elementos frente a las inclemencias del tiempo. Además, los revocos tradicionales integraban materiales aislantes como la paja y otros. Se pueden encontrar casos interesantes en el Pirineo aragonés, como por ejemplo en Susín (Huesca). Se trata de un conjunto rural en un clima frío de alta montaña, construido con muros de piedra de la zona, recubiertos por un revoco de mortero de barro y cal que protege de las inclemencias. Los revocos protegían y minimizaban las dilataciones por cambios térmicos en el interior de los muros, evitando las fisuraciones y las penetraciones de frío y calor. Asimismo, al ofrecer una superficie que evita que el agua penetre, evita el deterioro por heladicidad, otra causa de problemas térmicos y estructurales.

Ejemplo en clima húmedo, Ares (A Coruña)  © Foto J. Vizcaíno

Disminuían también las condensaciones en las caras frías del muro soporte, que podrían darse en caras internas en el caso de doblar el cerramiento al interior. Estas posibilidades de mejorar las condiciones de humedad, resultan muy importantes en climas lluviosos y fríos, ya que la sensación de disconfort es muy marcada en situaciones de humedad ambiente elevada. En los climas cálidos se repiten las razones que se comentan anteriormente, pero en ellos además, al dejar vistos los elementos con gran capacidad térmica y colores oscuros en el material soporte, se producen intensos sobrecalentamientos en condiciones de verano. Para comprobar el comportamiento de los tres tipos de se ha realizado una simulación con y sin revestimiento. El análisis se limitó a la localidad de Villafamés (Valencia). Los datos climáticos considerados son los correspondientes a Castellón de la Plana, por ser el municipio más cercano y aquellos más técnicos pueden verse al final del artículo.

Simulación en estado pseudotransitorio
 Señalar en la imagen para verla más grande

Como se puede apreciar la temperatura de los muros sin revestir es aproximadamente 2ºC superior a la de los muros revestidos, tanto en condiciones de invierno como en las de verano. Aunque, a priori, dicha diferencia pueda parecer insignificante, el resto de los datos pone de manifiesto la importancia de los revestimientos, especialmente en condiciones de verano. A tal respecto, se observan reducciones de los desfases de hasta 15 horas y de amortiguación del 10%, mientras que los flujos térmicos aumentan hasta 17 W/m², lo que implica no sólo un mayor riesgo de sobrecalentamiento sino también un incremento de las tensiones térmicas en los materiales, que compromete sustancialmente su durabilidad. En invierno, sucedería lo contrario, el flujo térmico se reduce, con ganancias hacia el interior de la edificación (el signo negativo significa que el flujo se produce desde el interior al exterior). No obstante, dicha circunstancia no es tal, puesto que la inclinación de los rayos solares implica que las fachadas no están soleadas y, por otra parte, las amortiguaciones y los retardos se reducen.

Ejemplo real en Villafamés (Castellón) © Foto Gloria Gómez
 Caso de fachada de piedra revocada y zócalo de piedra vista
 Señalar en la imagen para verla más grande

A modo de ejemplo se contrastan estos datos procedentes de la simulación, con las medidas reales tomadas in situ en edificaciones históricas ubicadas en el municipio de Villafamés (Castellón). En las horas centrales del día y con una temperatura del aire de 26ºC, la temperatura de las capas exteriores superficiales de un muro soleado, orientado al sur, es de 31ºC en las partes de la fachada revocadas y acabadas con encalado, y de 48ºC en las zonas en las que se ha eliminado, dejando la piedra arenisca de color oscuro a la vista. Esto supone 17ºC de diferencia entre ambas soluciones constructivas. En la tabla de arriba se muestran los resultados de la medición, en marzo y en junio, de la temperatura superficial del muro, con una parte revocada y un zócalo sin revocar.

Conclusiones

La exposición de los todos los ejemplos permite concluir que existe una práctica generalizada de “desollado” en la restauración de los muros tradicionales que tiene consecuencias negativas muy importantes en diversos aspectos. Por un lado, la eliminación de estos acabados exteriores implica la modificación de la estética y composición de edificios y conjuntos urbanos de ciertos núcleos históricos. Aunque algunos no cuenten con una protección patrimonial específica, en muchos casos se trata de importantes ejemplos de arquitectura tradicional. Además, la eliminación de los morteros exteriores modifica el funcionamiento constructivo de los muros y empeora, en los casos estudiados, su comportamiento energético.

Fachadas de piedra en Villafamés (Castellón)  © Foto Gloria Gómez

Los mayores problemas se producen en verano, con riesgos de sobrecalentamiento, sobre todo en muros con poca inercia térmica como pueden ser los entramados. De acuerdo con las simulaciones, mientras que los flujos térmicos aumentan hasta en 17 W/m², se producen reducciones tanto en los desfases (hasta 15 horas) como en las amortiguaciones (hasta el 10% en los muros sin revocar). En invierno, a pesar de que pueda parecer ventajosa la eliminación de los revestimientos, se observa que desfases y amortiguaciones se reducen, al tiempo que el aumento de temperatura conlleva un incremento de los saltos térmicos y de las tensiones producidas en los materiales. La diferencia de temperatura superficial exterior entre un muro con un mortero exterior blanco y uno de piedra oscura puede ser de más de 20ºC. Este calentamiento puede suponer un incremento de la temperatura interior importante, y por tanto unas peores condiciones de confort en los meses cálidos.

©Autoras: Margarita de Luxán, Gloria Gómez, Mar Barbero y Emilia Román


Para terminar sólo querría destacar que una vez más, las buenas prácticas, sean de género, de conservación del Patrimonio, o de disminución de las desigualdades (por poner ejemplos), resulta que convergen. Es decir, que lo que es bueno para evitar la discriminación o para disminuir el consumo energético suele serlo también para conservar nuestros paisajes culturales, o para que nuestras ciudades sean más confortables. Por supuesto que no todos los muros de los edificios han de ser necesariamente revocados o enlucidos. Y no todos han estado originalmente revestidos. El problema aparece cuando la moda impone el desollamiento como “lo moderno” a la hora de rehabilitar, sin pensar si era lo original, o si es lo idóneo o lo conveniente. El arquitecto a la hora de enfrentarse a una situación de este tipo debería hacer prevalecer su sentido común, raciocinio y conocimientos, por encima de cualquier otra cosa. Está más vigente que nunca la solución de Richard Neutra “de llamar a un buen arquitecto” para afrontar un problema complejo como lo es una rehabilitación. Y aunque a veces sea dificil de encontrar, ese "buen arquitecto" suele aparecer siempre que se le busca con el suficiente ahínco e interés.


    Nota 1. La página web con las actas y vídeos del Congreso Internacional sobre Eficiencia Energética y Edificación Histórica celebrado en Madrid a finales de septiembre de este año, y donde se ha presentado esta comunicación la podéis encontrar en este enlace.
      Nota 2. Datos adicionales sobre las condiciones consideradas para la simulación en estado pseudotransitorio con el programa Antesol V6: ambiente urbano con un coeficiente de albedo de 0.20, un día soleado en el que las edificaciones carecen de obstrucciones solares, con temperaturas interiores fijas comprendidas en el rango establecido por el RITE, de 21ºC en invierno y de 24ºC en verano, suponiendo que las edificaciones disponen de sistemas de climatización y unas condiciones de viento exterior de 3 m/s, siendo ésta la velocidad más común de acuerdo con los datos de las Rosas de los Vientos del Instituto Nacional de Meteorología 1971-2000. Las simulaciones se realizan para los días 15 de los meses de enero y de agosto por ser éstos los de temperaturas más extremas.


        Feísmo y paisaje rural en Galicia

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        Cuando hablo del paisaje de Galicia con otros compañeros no gallegos (arquitectos, urbanistas, paisajistas) y se me escapa la palabra “feísmo” me miran desconcertados y, normalmente, me la hacen repetir. ¿Pero de qué me hablas? Sé que lo que viene a continuación es una larga explicación por mi parte, que no siempre llega a buen puerto a menos que pueda enseñarles un par de fotos. Lo cierto es que, como tantas cosas en Galicia, incluso con las fotos y la larga explicación, la realidad de nuestra tierra a veces es difícil de entender para el que no es de este país. Les resulta incomprensible que sean gallegas la mitad de las entidades de población de España cuando su superficie no llega al 6% del total nacional, que sea la parroquia la verdadera unidad territorial sin ser el gallego particularmente más religioso que el andaluz o el vasco, o que el conocido “por min, que chova” (que se suele ver como sumisión) sea un acto de rebeldía. El que, además, exista un concepto ¿arquitectónico? ¿urbanístico? ¿decorativo? llamado “feísmo” aplicado al paisaje ya supera su capacidad de intentar ponerse en nuestro lugar.

        Esta foto resume todos los tópicos del feísmo rural
        O Barco de Valdeorras, Rubén Vizcaíno en La Voz

        De todas formas no creo que el feísmo, en su acepción extensiva, sea algo exclusivo de Galicia. Feísmo hay en todos los sitios. Aunque en otros territorios no parece que sea algo endémico y propio de su realidad profunda. Sobre todo si se trata de feísmo en el paisaje rural. Aunque se entiende que debe ser algo relacionado con lo feo, lo primero que debería de haber hecho era tratar de explicar qué era eso del feísmo. Dada la dificultad del tema espero que, al final del artículo, se pueda entrever algo. Desde luego el concepto no coincide con la definición del diccionario de la RAE en su única acepción: “m. Tendencia artística o literaria que valora estéticamente lo feo”. Pienso (y trataré de razonarlo) que se trata justamente de lo contrario, de la ausencia de valoración estética, o de la consideración del carácter secundario de esta valoración respecto a otras derivadas de la economía, la utilidad o la eficiencia. Digamos que se trataría de un movimiento contrario a toda la educación estética de arquitectos, urbanistas, artistas o diseñadores en general. Y, por tanto, de complicado encaje en sus criterios. La cuestión, lejos de ser anecdótica, ha producido ya (que yo conozca) por lo menos un Congreso, dos Foros y múltiples Jornadas y charlas relacionadas con el tema.

        Uno de los foros del feísmo ya celebrados difusora

        Cuando pensé en escribir este artículo (hace más de un año), lo deseché de inmediato. Las dificultades de explicar un tema básicamente autóctono y la escasa aplicabilidad de las posibles conclusiones me lo desaconsejaron. Sin embargo, la reciente propuesta contenida en la nueva Ley del Suelo gallega que su gobierno pretende llevar al Parlamento en el verano de 2015 le dio un giro interesante al tema y, de alguna manera, lo hizo más universal. Voy a empezar por el final. Es decir, por la propuesta de la nueva ley que, en definitiva, pretende acometer parte del “problema” del feísmo gallego e intentar resolverlo. ¿A qué no adivináis de qué forma?: mediante multas de hasta 25.000 euros y posibilitando la ejecución subsidiaria por parte de la Administración para terminar las obras (supuestamente inacabadas, luego trataremos el tema) y pasando la factura al propietario. Para poder entender este complicado escenario no me queda más remedio, ahora sí, que explicar de una vez en qué consiste eso del “feísmo gallego”. Y lo primero que hay que decir es que la mayor parte de los conocedores del tema piensan que la palabra no es adecuada y no describe correctamente el fenómeno.

        El paisaje no existe sin miradas Jorge en Flickr

        Los lectores de este blog y mis alumnos saben perfectamente que el paisaje, entendido como constructo estético, tiene que ver con una actitud. El paisaje aparece cuando alguien “mira”. El hecho de ponerse en actitud contemplativa es fundamental para entenderlo. El paisaje no existe si no existen miradas. Y, por supuesto, para que existan miradas tiene que existir alguien que mire. Pero, además, la mirada tiene que ser contemplativa, estética. En caso de que esto no ocurra sólo tenemos “objetos” en un territorio. O territorio. Este planteamiento es fundamental para entender el feísmo “gallego”. Recalco ahora la palabra “gallego” porque algunos especialistas en el tema engloban en el feísmo casi todo, incluidas arquitecturas de autor deleznables, urbanizaciones especulativas y operaciones de rehabilitación incomprensibles. Pero esto no es lo propio del feísmo gallego. En todo caso se viene a sumar al feísmo general y lo podemos encontrar en Barcelona, en Madrid, en la Costa del Sol, en las nuevas ciudades parisinas o inglesas, en Vigo o en Santiago.

        Villa somier, imagen simbólica del feísmo rural gallego, Covas, Viveiro
        “¡Eu si quero feísmo na miña paisaxe!”  Ergosfera

        El feísmo gallego tiene una base rural evidente, aunque no todo es rural. Con un concepto laxo de lo que es rural, eso sí, y en cuya explicación no puedo entrar ahora. Eso no quiere decir que no se produzca también y casi por contagio, en zonas más urbanas o, incluso, en áreas históricas. El urbanita normalmente ve “el campo” como ese lugar donde se pasean los pollos crudos (según expresión de Julio Cortázar) y, por tanto, no como un escenario vital. Una plaza en su ciudad sí, es básicamente un escenario vital, y por tanto tiende a mirarla desde un punto de vista funcional, de confort o de seguridad. Y en una medida muy escasa como un lugar bello. Tiene que volverse turista, es decir voyeur, para apreciar la belleza de un sitio como algo prioritario. El problema del feísmo gallego no está en la mirada de sus habitantes que entienden el campo como su escenario vital. El problema está en la mirada de los urbanitas, acostumbrados a valorar el campo exclusivamente desde el punto de vista estético.

        Hórreo “reciclado” en A Pastoriza  Marta Fernández en La Voz

        Voy a intentar fundamentar esta postura analizando el feísmo como un conjunto de procesos que se producen a la vez. Me gustaría destacar dos. El primero, básico en cualquier sociedad rural (la que vive del campo, en parte o en su totalidad), es la utilización de materiales autóctonos. Los materiales autóctonos tradicionales, tales como la piedra y la madera, se siguen utilizando. Sin embargo, el rural se ha ido llenando de otros materiales antrópicos y ajenos al lugar que vienen de las ciudades y que, poco a poco, van ocupado más espacio en “el campo”. Un urbanita los tira al contenedor de basuras o al punto limpio. La sociedad rural los reutiliza. Y, a veces, de forma muy ingeniosa. Nos reímos (o por lo menos, esbozamos una sonrisa) cuando vemos fotos de ceniceros hechos con extintores, cerramientos de fincas con somieres o puertas con restos de carteles publicitarios. Pero, en el fondo, sabemos que nos están dando una lección de sostenibilidad. Y que eso es más racional que llevar la lavadora a un punto limpio, para que alguien la lleve a un vertedero, la entierre y ya no sirva para nada. De la lavadora vieja los "feístas" reutilizan el tambor, la carcasa, las gomas y hasta la tapa.

        Foto de mi tesis doctoral, Nión, Bergantiños

        Y esto no es de ahora. Cuando hice la tesis y me recorrí buena parte de la Galicia profunda tomando notas y haciendo fotos, ya observé tejados en que parte de la techumbre era de fibrocemento. Que algunas chimeneas ya no se hacían de piedra o ladrillo sino que se usaban tubos metálicos. Y que los somieres eran cerramientos perfectos y baratos. Inocente de mí (era muy joven) le llamaba al fenómeno “transculturación”. Según el diccionario de la RAE la palabra sólo tiene una acepción: “f. Recepción por un pueblo o grupo social de formas de cultura procedentes de otro, que sustituyen de un modo más o menos completo a las propias”. Fui incapaz de darme cuenta de que, en realidad, se trataba del proceso inverso al que pensaba. El rural gallego estaba adaptando materiales que venían de otros lugares a su cultura. En caso de no existir en su forma reciclada (y, por tanto, cumpliendo otras funciones) tanto la lavadora como el somier, o las señales publicitarias, los urbanitas que paseamos por el campo estaríamos más tranquilos porque nuestra mirada estética encajaría con la del mundo rural tradicional gallego basada en el granito, la teja, la madera, o la pizarra.

        Hablando de transculturación… hórreo con placas solares y
        bomba de calor en A Fraga, Moaña  Federico Suárez en La Voz

        Ahora tendría que explicar la diferencia entre mundo rural, sociedad rural y cultura rural pero lo voy a dejar para otro día. Sobre todo porque el mundo rural y la cultura rural ya han desaparecido prácticamente en nuestro país. Queda la sociedad rural que entiendo como aquella que vive en todo o en parte del campo. Queda también la agricultura, la ganadería y los aprovechamientos forestales de subsistencia, tan importantes en momentos de crisis como los que estamos pasando. Pero el patrón, la vara de medir la belleza del campo que los urbanitas tenemos en la cabeza es la de la cultura rural tradicional. Y ahí está parte del problema y el porque desde el mundo urbano, se denuncia esta falta de concordancia. Si los urbanitas viéramos el campo como escenario vital las cosas serían de otra manera. Prefiero no meterme ahora con el feísmo urbano porque ese es más universal y, por tanto, no tópicamente gallego. Aunque la magnitud del desastre es cualitativamente y cuantitativamente mucho mayor (dentro de unos días tengo que ir a Sevilla y sólo pensar en la torre omnipresente desde cualquier punto de la ciudad me pongo de mal humor) en el feísmo urbano.

        La puerta de un ascensor cerrando herméticamente un
        cobertizo rural  Casasoá, Maceda  Pablo Fernández en La Voz

        El segundo proceso importante que me gustaría abordar se refiere a la relación entre vivienda, territorio y familia. Cuando era estudiante de arquitectura tenía un profesor del que me acuerdo hasta del nombre (Espinosa, no sé qué habrá sido de él) que hizo que la clase se enamorara de un grupo de arquitectos ingleses llamado Archigram (eran los años sesenta). Lo que proponían era una arquitectura industrial de consumo masivo de capsulas desechables, acoplables entre sí según fuera necesario. Lo que salía al final era una especie de monstruo de la razón, pero que nos hizo pensar en la necesidad de que la arquitectura pudiera adaptarse a las necesidades de las familias (vamos a llamarles así) que la habitan y a su evolución en el tiempo. Sin embargo, lo más simple es que si una pareja de urbanitas tienen un bebé y no cuentan con una habitación para cuando crezca un poco, cambien de casa y problema resuelto. Entre otras cosas porque no tendrán sitio donde acoplarle una capsula más a las que ya tienen. Pero, además, porque la capacidad de trasladarse de una sociedad urbana es una de sus características básicas y desmonta, en parte, el concepto de vivienda ampliable. En las ciudades, claro.

        Necesitamos otra habitación (capsula adicional)

        Pero no sucede lo mismo cuando se trata de una sociedad rural que vive del territorio. No puedes trasladar el territorio. Y, además, normalmente tienes sitio para “acoplarle otra cápsula” en caso de necesidad. De forma que una construcción en el campo no se termina nunca. Hay que dejar la construcción preparada para poder subirle una planta, o que se queden dos habitaciones sin cerrar. Que sí, que si sobra el dinero lo cierro todo. Pero estamos hablando en muchos casos de agricultura o ganadería “de subsistencia” y el nombre nos debería indicar dónde está el problema. A un arquitecto normal le encargan una obra, hace el proyecto, luego la obra se construye, certifica el final y se pide la correspondiente célula de habitabilidad para poder habitar lo construido y engancharla a las redes. El problema es que en una sociedad rural la construcción no se concibe casi nunca como totalmente terminada, tiene “estados intermedios”. Estos estados intermedios no suelen considerarse desde el punto de vista de la arquitectura canónica. Y prefiero no hablar de las construcciones agrícolas complementarias tales como graneros, hórreos, cobertizos, cuadras o almacenes cuyas necesidades cambiantes son tan evidentes que hasta un urbanita las comprende.

        Se puede ampliar una cuadra casi con cualquier material
        En este caso se “reciclan” los restos de una iglesia románica
        No he conseguido averiguar el sitio  Daniel González en La voz

        Y eso por no hablar de cuestiones puramente económicas. Hace unos días estuve en el SB14 en Barcelona. Se trata de un Congreso sobre Construcción Sostenible y, aparte de volver totalmente desilusionado y pensando hacer un artículo que se titulara algo así como “El discurso de la sostenibilidad está agotado”, lo que saqué en claro fue que la gente no rehabilitaba porque no se había hecho suficiente publicidad al respecto. Tan peregrina conclusión de una de las mesas más importantes en la que, como fila cero, estaban los directores generales de arquitectura (o similares) de varias comunidades autónomas, me dejó sumido en el desánimo. ¿Pero no se dan cuenta de que la gente no tiene para comer? ¿Y en esas condiciones se van a poner a rehabilitar? Aunque le machaquen en la televisión que en 20 años ahorrarán lo suficiente como para amortizar la inversión, el problema es que no tienen dinero para invertir. Y ese problema no está dentro de veinte años, está en pagar la luz mañana. Eso es lo que sucede con muchas casas “no terminadas” del feísmo galaico. No es que la gente las quiera así, es que esperan mejores tiempos para acabarlas. Van construyendo su vivienda digamos que por etapas en función de sus posibilidades económicas.

        Al anuncio de la Xunta publicado en la prensa gallega
        “Queremos velo así” (queremos verlo así), muchos le contestaban con esto:
        “Eu tamén, pero non teño cartos” (yo también, pero no tengo dinero)

        Ya vamos viendo que el llamado “feísmo” tiene bastantes connotaciones que escapan a un análisis tradicional tanto de la arquitectura como del urbanismo. En una página web llamada Ergosfera (pongo el enlace al final) se pone bastante énfasis en otro elemento que no me gustaría dejar pasar. Toda esta forma de ¿construir? surge, a la vez, en muchos puntos de Galicia. Los ejemplos de las bañeras, los somieres, los carteles publicitarios, los tambores de las lavadores, los edificios sin enfoscar, a medio terminar, con escaleras exteriores sin cubrir, con los pilares al aire, las paradas de los autobuses con sofás de desecho y persianas recicladas, no son algo propio da Terra Chá o de Montes o de As Mariñas, se han ido produciendo casi a la vez en toda Galicia, sin que los medios de comunicación las difundieran (hasta ahora). Se habla entonces por algunos autores de cultura libre, cultura popular ¿inteligencia colectiva?

        ¡Una pena! no se me ocurrió como ponencia para el SB14
        Parada con persianas y sillas, A Veiga, A Bola X M Fernández en La Voz

        El párrafo anterior me sirve de disculpa para tratar de razonar sobre el significado de arquitectura popular, arquitectura culta, paisaje popular, paisaje culto, paisaje urbano, paisaje rural, y tantos otros adjetivos que podrían añadirse a las palabras arquitectura, paisaje o urbanismo. Pero, básicamente, querría centrarme en dos y sin perder mucho tiempo en explicaciones. Aunque no sea fácil de entender, si uno se pregunta en su base profunda de cultura urbana sobre el significado de las formas rurales, las asocia inevitablemente a la naturaleza perdida, al buen salvaje, al uso de los materiales de la zona, a la comunión con la tierra, al lento paso de las estaciones, a la ausencia de reloj. Casi nunca a la contaminación, a los pesticidas, a la degradación del suelo, a la explotación del trabajador, a la pérdida de biodiversidad, al mantenimiento con un coste ecológico desmesurado de un ecosistema en estado de perpetua juventud. Es decir, la vara de medir belleza de los paisajes rurales para el urbanita es el de un paisaje romántico actualmente inexistente (o, por lo menos, yo conozco muy pocos, casi ninguno en Galicia). 

        A veces se producen extrañas criaturas arquitectónicas
        no exentas de cierta belleza  transgresora galiciaenfotos

        Bien, como siempre he tardado pero creo que ya puedo abordar el planteamiento que quería. Por supuesto que no he analizado el “feísmo gallego”. Sería necesario un trabajo más profundo (seguro que ya existe alguna tesis, y en caso de no haberla debería hacerse) que desentrañara con evidencias las "tripas" del fenómeno. Sólo trataba de poner al lector de otros lugares como Colombia, Andalucía, Cuba o Extremadura, alejados de nuestra forma de enfocar las cosas, en condiciones de entender un fenómeno bastante local, pero que valida una regla más general: el paisaje no se cambia poniendo multas. Y mucho menos el paisaje rural. La pregunta pertinente sería: ¿Por qué cambiar un paisaje antrópico? A lo que, de forma políticamente correcta, podría responderse: porque la gente lo demanda. La segunda pregunta, no tan pertinente (si la acompañamos de otras bastante impertinentes): ¿Qué gente demanda este cambio? ¿Los que viven en esos entornos? ¿Los qué vienen de afuera, por ejemplo en visitas esporádicas al campo (ese lugar donde los pollos se pasean crudos)? ¿Los turistas? Si el paisaje fuera natural las preguntas serían distintas, pero estamos ante un paisaje creado por humanos resultados de unas condiciones vitales concretas y específicas. 

        La imagen tópica y externa del “campo” que busca el turista
        probablemente se parezca a esta  TysMagazine

        ¿Realmente es la gente del rural gallego la que demanda un cambio en el paisaje en el que vive? ¿O son los urbanitas, los urbanistas, los arquitectos, los gestores del turismo los que realmente lo demandan? Antes de seguir sólo quiero recalcar que estoy hablando “exclusivamente” del feísmo rural. Entendiendo por tal el paisaje que se produce en aquellos lugares dedicados a la agricultura, la ganadería o los aprovechamientos forestales. No de zonas urbanas, ni "cosas" parecidas, sino de los lugares en los que habita la gente que se dedica a estas labores. Y no tengo nada claro que esta gente quiera cambiar su paisaje. Es más, aunque quiera, en muchos casos no me parece que pueda ni que sea conveniente. Actualmente el rural gallego está absorbiendo una parte de la crisis (como ha hecho históricamente, por otra parte) de la sociedad urbana. Y lo está haciendo con una grandísima dignidad (como siempre) adaptándose con gran rapidez a las circunstancias. Es decir, reciclando, eliminando lo que no es imprescindible, y dejando margen suficiente para evolucionar si las circunstancias personales o globales cambian. O marchándose, que es otra forma igualmente digna de afrontar la crisis, cuyas consecuencias, también relacionadas con el feísmo, no voy a tratar hoy.

        La imagen tópica del Camino de Santiago probablemente
        se parezca a esta (aparte del cubo de basura)  Marilo Marb en Minube

        ¿Esto es poco racional? No me lo parece. ¿El resultado en un paisaje feo? Pues mire usted, depende de la vara de medir belleza que utilice. Si es la vara de medir belleza del turista, bastante feo, efectivamente. Pero claro, el turismo (ese gran invento) es la única industria que dicen funciona en este país y hay que cuidarlo, hay que mimarlo. El problema es: ¿A costa de quién? Parece evidente que pasa lo mismo que en protección del patrimonio urbano o natural: a costa del propietario. Y si el propietario no cumple, le obligamos. Y, además, le ponemos una multa. Es decir, al propietario de un curruncho de tierra (o dos) que está consiguiendo mantener a buena parte de una sociedad ociosa (obligada por el paro, por supuesto) con enormes dificultades, le cargamos además con la cruz de que mantenga un paisaje rural canónico que, en la actualidad no es más que un decorado, con el objetivo de que (por ejemplo) el Camino de Santiago atraiga cada vez a mayor cantidad de turistas para que se beneficien algunas operadoras turísticas, frecuentemente radicadas fuera de Galicia, y algo del sector servicios. Lo he dicho muchas veces, no es bueno fiarlo todo a un mismo cultivo. Y el cultivo turístico, tal y como lo conocemos hoy, parece que tiene sus días contados.

        La viñeta resume perfectamente el artículo de hoy
        O Bichero comentado en El Faro de Vigo 11/06/2013

        Ha sido un artículo duro y me ha costado escribirlo, pero todos los que leéis el blog ya sabéis mis ideas sobre el futuro del sector turístico y la actual apuesta económica de priorizarlo a toda costa. Además, en este caso, se produce una alianza con arquitectos (no todos), urbanistas (no todos) y urbanitas en general (casi todos), cuyo concepto romántico del paisaje y su necesidad de crear una cultura estética que abarque a la sociedad entera, se sobrepone a cualquier otra consideración. Los paisajes, y sobre todo los paisajes agrarios, no se crean como la aldea culta que quería la Reina María Antonieta en Versalles o los jardines ingleses cuidados hasta la última hierba para que parezcan naturales. Surgen de unas labores y unas necesidades agrícolas, ganaderas o forestales. Por eso es casi imposible (a menos que se invierta mucho dinero por todos) el mantenimiento de un paisaje cultural agrícola o una arquitectura popular en el medio rural, a menos que se reproduzcan las circunstancias que los originaron. Por eso parece irracional tratar de mantenerlos obligando a los propietarios a hacerlo. Bastante tienen con lo que tienen. Otra cosa distinta son los paisajes urbanos y la arquitectura derivada de las necesidades urbanas. Otro día escribiré sobre ello porque el planteamiento debería ser radicalmente distinto. Probablemente aquí sí las multas tengan algo que decir, pero por otros motivos.


        Páginas de interés:
        • Ergosfera. Asociación universitaria de estudiantes de arquitectura. Cuenta con bastante documentación sobre el tema, tanto en su página web como en el blog. También los podéis encontrar en Facebook. Es particularmente interesante la sección “Eu tamén quero feísmo na miña paisaxe” donde plantean una visión (que coincide bastante con la mía, aunque sólo para el rural) un poco distinta a la políticamente correcta de “Hay que acabar con el feísmo”.
        • Chapuzas galegas. Se trata de una sección de La Voz de Galicia. Supongo que conforme vayáis pasando los álbumes de fotos correspondientes a los diferentes años aparecerá una sonrisa en vuestras caras. Es bueno y sano sonreír. Pero yo preferiría que lo vierais como una muestra del ingenio de mis compatriotas para vivir de la forma más eficiente posible. Incluso cuando se usan los tambores de las lavadoras como macetas para adornar dignamente un ambiente complicado. Buena parte de las fotos de este artículo proceden de estos álbumes de la Voz. Para ahorrar espacio en los pies de fotos simplemente he puesto La Voz. Aquí tenéis el enlace al último álbum, el resto los buscáis para entreteneros un poco.

        Viaje a la periferia

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        Si habéis leído el artículo anterior ya sabéis que bastantes gallegos se quejan del “feísmo” que afecta, sobre todo al rural, pero que se extiende como una epidemia también a las zonas mixtas e, incluso, a las áreas urbanas. Pues bien, a quien todavía no lo haya hecho, le invitaría a subir en un vagón de una línea de cercanías de Madrid, Barcelona, o de cualquier gran ciudad que tenga cerca y a que realice el recorrido completo hasta llegar al final del trayecto. Eso sí, procurando colocarse en una ventanilla con los ojos bien abiertos. Y que, al llegar, tenga la paciencia de sentarse tranquilamente en un bar del pueblo o de la estación de llegada (si es Parla, unos 130.000 habitantes, la calificación de “pueblo” es un tanto surrealista, pero espero que se me entienda), pida una cerveza, abra su cuaderno de viaje, portátil o similar y escriba unas páginas sobre el “feísmo”. Cualquier urbanista que se precie de tal debería hacerlo por lo menos una vez al año, durante dos o tres días a lo largo de una semana, como purgante para limpiar su mente de veleidades teóricas.

        Madrid, carretera de Toledo desde la pasarela de El Bercial

        A mis alumnos les diría que hacer un viaje iniciático así les curará de cualquier disquisición metafísica respecto a la belleza de nuestras ciudades. En los treinta minutos que dura, por ejemplo, el viaje de la C4 entre Atocha y Parla tendrán un estupendo compendio de eso que se llama “paisaje urbano” (porque rural no es) de la periferia y probablemente aprenderán más que en varias horas de clases aunque las impartan excelentes profesores. En caso de que no nos expresemos muy bien escribiendo, no hay de que preocuparse. Lo ha hecho por nosotros, y de forma magistral, Eduardo Mendoza en su libro La aventura del tocador de señoras. Como ya utilicé en otro artículo este mismo párrafo (Barbery, Mendoza y Ángel Ramos), ahora me siento libre de hacer comentarios o añadidos, y puedo centrarme en lo fundamental. Lo que voy a intentar hoy es ilustrar la falacia de un entendimiento del paisaje (sea urbano, rural o natural) basado, en muchos casos, en un cúmulo de mentiras estéticas. O como determinado paisajismo se ha convertido en el arte de construir decorados para tapar la realidad de las cosas.

        Viaje al interior de lo feo, el mundo de la periferia  javiruiz

        Como ya sé que cuesta trabajo buscar en el blog y, aunque sea algo largo, os voy a copiar el párrafo del libro para describir la visión del recorrido: "El tren circulaba junto a un muro corrido de unos dos metros de altura, totalmente cubierto de graffiti de colores. Detrás del muro se veían almacenes de ladrillo rojo, vacíos y desvencijados. Las paredes de estos almacenes también estaban cubiertas de graffiti. No había un palmo de pared sin graffiti. Ponderé con respeto la diligencia y constancia de una generación dedicada a pintarrajear todo el trayecto de Gibraltar a la frontera. En la suave cadena de montículos, bloques de viviendas destinados a la cría del pobrete violentaban el horizonte. En todas las ventanas había ropa tendida. (...) Por suerte, al otro lado de la vía discurría la carretera y, más allá, la autopista. Con esto me distraje un poco. Los almacenes vacíos dejaron paso a desmontes y pilas de detritus. Luego fueron apareciendo urbanizaciones y centros comerciales entre espacios verdes. Unas veces había grandes bloques de apartamentos, todos iguales, otras veces, casitas bajas, también iguales, dispuestas en forma lineal o caprichosa, como si la organización general del territorio se hubiera ajustado a varios planes, todos distintos entre sí, todos malos y todos dejados a medio hacer.

        El cercanías entrando en Villaverde Bajo  carlos 
         Estación “relativamente” limpia y ordenada.

        He transcrito sólo una parte, porque la crueldad de la descripción es demasiado impactante para las tiernas cabezas en formación de algunos de mis alumnos más jóvenes que podrían llegar a desanimarse de forma irreversible. Sobre todo cuando al final se refiere al “intento de convertir aquel otrora honesto paraje suburbano en una California de 'segunda mano' llena de césped, palmeras, pozuelos de alabastro y riegos de aspersión”. Además, he suprimido de la cita del párrafo anterior su opinión sobre el paisajismo con esta misma idea de no desanimar. La combinación de almacenes a medio terminar, vertederos, centros comerciales, urbanizaciones llenas de cisnes y enanitos, grafitis de autoafirmación adolescente (tony, tony, tony, tony…), bloques de viviendas protegidas de variados colores, alguna huerta con un cartel de “se bende verdura” y un enorme perro, carreteras de todo tipo con pasos elevados pensados para facilitar la eutanasia si los superviejos fueran capaces de subir las empinadas escaleras, coches, coches, coches, anuncios publicitarios que nos dicen que estamos a -3 ºC y que compremos un Toyota, y Gurb que pasaba por ahí, constituyen la esencia de la periferia.

        El mayor Corte Inglés de España se suma al conjunto de trocitos

        Por supuesto que mi educación estética repugna tal visión caótica resultante de las maniobras del Maligno. Y que, como miembro de la cofradía del Bien no hago más que darle vueltas en mi cabeza al tema para ver si puedo comprender tal desaguisado. Lo primero que se me ocurre es que, posiblemente, este sea el resultado de una construcción de la ciudad “a trozos”. Hace unos días en Vitoria-Gasteiz (ya sabéis que es mi referente como ciudad) se intentó batir el record Guinness de la tortilla más grande pero hicieron trampa a base de hacer trozos de tortilla pequeños y juntarlos entre sí. No es lo mismo, claro. Y una ciudad tampoco. Sobre todo si los trozos se van cocinando sin orden ni concierto y unos están más quemados, otros no tienen casi huevo y en el resto las patatas están demasiado fritas. De forma que se puede pensar que la ausencia de un plan global podría estar en el origen de semejante caos. Sin embargo en muchos casos este plan global existe. Bueno, aunque no sea muy global un plan general o unas normas si que deberían conseguir que saliéramos de este caos estético.

        Trocitos de ciudad de adosados, Getafe  googlemaps

        Pero el caso es que no lo consiguen. El problema es que el planeamiento, tal y como está concebido en el momento actual y como he razonado en muchos otros sitios, no es precisamente un paradigma metodológico de anticipación de lo que será la ciudad en el futuro, sino una norma jurídica destinada a blindar las inversiones inmobiliarias. Esto significa que ni tan siquiera el funcionamiento urbano es prioritario sino que lo prioritario es el mantenimiento del negocio del suelo. En estas condiciones el hablar de consideraciones estéticas, de orden o de armonía, es como hablar del sexo de los ángeles. Si ni tan siquiera se atiende a las necesidades funcionales y económicas de la ciudad cuando se permite edificar un pequeño trozo urbano de adosados con césped, cisnes y enanitos (a veces, incluso águilas imperiales coronando los cierres) acompañados de una "piscina" de 3x3 metros o brazadas (me da igual) con un “jardín” de 10x7 metros o pasos (me da igual), situado a siete kilómetros del casco consolidado y al borde de una autopista o autovía ¿quién va pensar en si es feo o bonito?

        Variado popurrí periférico cerca ya de Parla googlemaps

        Ya que desde lo global, y tal y como están las cosas en estos momentos, no podemos atacar el problema podíamos intentarlo desde los fragmentos. Bien, admitamos el caos. Renunciemos (de momento) a una consideración comprensiva de la totalidad urbana. Es decir, dejemos que, como hasta ahora, los constructores de la ciudad la vayan construyendo donde y cuando mejor les convenga. Pero, por lo menos, podríamos hacerlo bien en cada uno de los trocitos. Así que vamos a diseñar nuestro rincón en las mejores condiciones posibles. Dejemos generosos espacios para zonas verdes en las que plantaremos especies que combinen la durabilidad con la belleza, diseñemos áreas especiales para que los niños jueguen, tracemos anchas avenidas de escasa pendiente para que los superviejos (más de ochenta años con problemas de dependencia, el futuro de Europa) puedan pasear tranquilamente hasta llegar a ese espacio verde que hemos proyectado bello y funcional. Además, con un toque de xerojardinería para que no digan que somos insostenibles.

        Getafe Norte, amplios viarios peatonales con bancos y verde

        Sí, al principio parece que aquello está bien. Bueno, muy al principio, cuando no hay verde, ni gente y todavía están los restos de obra, no tan bien. Pero pronto aquello se convierte en un vergel, auténtico Edén periférico. El problema empieza luego. Como resulta que nuestro trocito está aislado del resto, no cuenta con gente bastante para disfrutar de la belleza del Bien. Y todavía peor, todo es carísimo. Y al decir “todo” me refiero básicamente al mantenimiento. Claro, mantener en adecuadas condiciones la calle Serrano o Sol es caro pero si divides lo que cuesta entre la cantidad de gente que lo disfruta es bastante rentable. Ahora, mantener las generosas zonas verdes, espacios libres, bancos, papeleras, alumbrado, seguridad, recogida de basuras y demás servicios en “mi trocito” es carísimo. Y si miramos lo que cuesta por habitante del trocito, insoportable. De forma que se empieza por pavimentar los conectores urbanos entre zonas verdes porque un suelo pavimentado prácticamente no hay que mantenerlo y luego todo aquello se va degradando a mayor o menor velocidad. Al final, el resultado es un ambiente no funcional que, además, resulta inhóspito y feo.

        Getafe Norte, al final es más barato pavimentarlo todo

        Claro, siempre que mi trocito se corresponda con esa parte de la ciudad construida mediante “bloques de viviendas destinados a la cría del pobrete” como nos dice Eduardo Mendoza. Incluso también con aquellos trocitos destinados a la clase media (hoy en día una clase en extinción que habría que cuidar para mantener la biodiversidad social) de tipo alto, bajo o medio. Porque lo que está claro es que la situación es diferente en las urbanizaciones cerradas de los ricos entre otras cosas porque tienen dinero para pagárselo ellos. Pero no hay que preocuparse, es del todo punto imposible deleitarse con la serena belleza de sus jardines ingleses cuidados por un ejército de jardineros, sus magníficas mansiones perfectamente terminadas y cuidadas sin necesidad de pasar ninguna revisión técnica obligatoria, y sus calles perfectamente asfaltadas con unos bancos que nadie usa pero que son regularmente mantenidos por la empresa contratada al efecto. Lo digo porque las vías del tren quedan alejadas y, además, están separadas por vallas anti-ruido (más bien anti-intrusión visual) que, eso sí, pagamos entre todos. De forma que, para ir a gozar de la belleza del Bien, uno tiene que pasar los controles de seguridad de la urbanización, cosa imposible si pertenece a "la purria".

        Ricos y famosos viven en esta lujosa urbanización privada 
         Alcobendas (Madrid), La Moraleja  google Street View 

        A todo esto todavía no he salido de mi trocito de ciudad (habréis adivinado que no vivo en un trocito de ricos), porque como pretenda comunicarme físicamente con otro trocito cualquiera ya podemos llegar al paroxismo de la fealdad, considerando que lo peor está en las zonas de conexión entre trocitos. Son zonas que podríamos denominar “de guerra”. Se trata de suelos de nadie en permanente disputa y en los que se libran las más crueles batallas estéticas. Podemos empezar por la publicidad (en algunos países se la considera directamente contaminación visual). La antigua ley de carreteras, y digo antigua porque es de 1988, en su artículo 31.4g clasifica como infracción muy grave “Establecer cualquier clase de publicidad visible desde la zona de dominio público de la carretera”. Pero claro, no debe ser la cosa tan taxativa cuando resulta que es justamente en estos conectores donde más publicidad está instalada. Hoy no quiero meterme en tecnicismos, pero el que “inventa lege, inventa fraude”. Y la trampa está en la propia ley ya que este precepto sólo se aplica “fuera de los tramos urbanos de las carreteras estatales”. Por lo demás, algunas comunidades autónomas (como la asturiana) directamente han decidido cortar por lo sano y permitir de derecho lo que se venía haciendo de hecho.

        Carretera de Toledo, vallas publicitarias en Getafe  elpais

        Luego están las pegadas electorales con rostros de políticos (algunos corruptos) que quedan para la eternidad en ese muro abandonado de una antigua fábrica con cuyo cierre seguramente alguien se ha beneficiado. Eso, claro, en lo que se refiere a la publicidad legal porque, además, está todo un submundo publicitario ilegal incluida la contrapublicidad. Y los muros de contención y de separación. Cientos y cientos de metros cuadrados de soporte para grafitis que los grafiteros han ido rellenando sin dejar ni un centímetro sin pintar y de los que Eduardo Mendoza pondera “la diligencia y constancia de una generación dedicada a pintarrajear todo el trayecto de Gibraltar a la frontera”. Y no sólo los muros sino también las pasarelas, los vagones de los trenes, las paredes de los bloques de “la purria” (ahora no tengo tiempo de explicarlo, podéis leer La aventura del tocador de señoras), los miles de edificios de antiguas fábricas y almacenes abandonados, las vallas anti-ruido, los propios carteles publicitarios, las farolas y hasta los puentes, que deben hacer las delicias de las industrias de pintura para grafitis.

        El feísmo de las periferias no tiene que envidiar nada al del rural gallego

        Estas son sólo algunas pinceladas del viaje que, ya veis, da para mucho. Hasta ahora la descripción, pero ¿y el proyecto? Es decir, ¿qué hacer? Como siempre, hay tres salidas: la revolución, la reforma y el “laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même” (dejad hacer y dejad pasar, el mundo se las apaña solo). Verdaderamente, la única efectiva sería la revolución. El paisaje, aquello que percibimos, no es más que el resultado de una forma de vivir, de una forma de construir, del sistema social. Un cambio real pasa por cambiar el sistema social, la forma de construir, de vivir. Si todos fuéramos ricos todos viviríamos en calles Serrano, en urbanizaciones como La Moraleja y nos desplazaríamos por autopistas-parque perfectamente cuidadas. No existirían grafiteros jugándose la vida por pintarrajear una pasarela a diez metros de altura sobre la autovía, los publicitarios se cuidarían mucho de molestar con sus incordios y todas las fábricas serían bellas y funcionarían a pleno rendimiento. Todos viviríamos en un Show de Truman permanente, seríamos felices y comeríamos perdices.

        “El show de Truman” o vivir en una mentira. El paisaje como decorado unapizcade

        Tan idílico panorama no es creíble para muchos. Entonces lo que se intenta es el cambio poco a poco: estamos ante la postura reformista. Y aquí también hay varias posibilidades. Básicamente tres (cada vez voy entendiendo más a Víctor D’Ors mi profesor de estética en la Escuela de Arquitectura para quien la perfección estaba en dicho número). La primera es intentar cambiar aspectos parciales de la sociedad: que sea más equitativa, o más transparente, o que discrimine sólo un poco. Si lo conseguimos es muy probable que el paisaje cambie y el Maligno retroceda. La segunda (y este aspecto es muy de arquitectos) produciendo contenedores de vida adecuados tales como calles, edificios o parques que faciliten el cambio en el modo de vida y que posibiliten sociedades que discriminen menos y que sean más equitativas y transparentes. La tercera, presentada como ideal por determinada forma de entender el paisaje, sería tapar lo feo para no verlo. Lo cierto es que existir sigue existiendo, pero si no lo veo no lo siento. Claro que esta solución sólo es válida para muy pocos. Solo para ese 20% que, de cualquier manera, lo más probable es que nunca se ponga en situación de verlo. Y, además, pasa por tapar montañas de fealdad. Exactamente el 80% restante correspondiente a “la purria”. 

        No soy el único que realiza el viaje iniciático a la fealdad en la C4  pepemartinez 
         Además, los anuncios de las estaciones usan divertidas abreviaturas

        Acerca de la tercera posibilidad “laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même”, prefiero no comentarla porque es la alternativa realmente adoptada y ya se ven los resultados. ¿Para qué voy a seguir? Lo mejor es hacer el viaje depurativo al que me refería al comienzo del artículo. Yo lo hago algunas veces y, además, un día que subí al tren coloqué la cámara del móvil en la ventanilla y dejé que grabara todo lo que iba viendo. La grabación acabó de forma brusca a los veinte minutos porque se terminó la batería, pero quedará para la posteridad que, por lo menos aquel día, realicé este viaje iniciático al submundo de la fealdad urbana. Y, alguna que otra vez, cuando me siento desanimado por las cosas que hago mal, por los decorados que propongo para no ver lo feo, enciendo el ordenador, busco el archivo “Viaje a la periferia en el cercanías de Parla.mp4”, enciendo el sonido y con el fondo de una voz femenina más bien impersonal y metálica que dice: “Línea: Parla, San Sebastián de los Reyes; próxima estación: Villaverde Bajo; next station: Villaverde Bajo”, me deslizo suavemente por los terrenos del Maligno buscando consuelo en la verdad de las cosas.


        Nota: Si vivís en Madrid, la línea de RENFE de cercanías que recomiendo para el viaje iniciático a la fealdad urbana es la C4 entre las localidades de Parla y San Sebastián de los Reyes. Tiene el privilegio de unir la localidad de Alcobendas donde se encuentra La Moraleja una de las urbanizaciones más lujosas de España con algunos de los barrios obreros más pobres de la capital. Su recorrido es, sencillamente, impresionante: Parla, Sector 3, Getafe Central, Las Margaritas, Villaverde Alto, Villaverde Bajo, Atocha, Sol, Nuevos Ministerios, Chamartín, Fuencarral y Cantoblanco. Luego hay dos ramales: uno lleva a Alcobendas-San Sebastián de los Reyes y el otro a Tres Cantos y Colmenar Viejo.
        Si uno viaja a lo largo de todo el recorrido puede realizar un estudio sociológico bastante interesante de los viajeros: cómo visten, edad, sexo, nacionalidad, dónde suben y dónde bajan. He llegado a la conclusión que el nexo de unión entre ellos es que, independientemente del lugar del recorrido en el que nos encontremos, edad, nacionalidad, sexo o condición social, absolutamente todos los viajeros van mirando sus respectivos móviles. Yo también, excepto cuando grabé el viaje por la ventanilla o cuando levanto la vista para mirar si todos siguen mirando sus artilugios. ¡Y todos parecen felices y sonríen! Si levantasen la cabeza aunque sólo fuera un momento y mirasen al exterior… Para qué, si realmente la belleza está encerrada en 4,5”, a veces en 5" e, incluso para algunos, en las 6" (un Show de Truman pequeñito, pero suficiente) que sostienen en la mano y en las que, a veces, teclean con especial habilidad. Afuera, claro, la realidad no es tan risueña.

        Metáforas de la frontera

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        A veces las metáforas nos pueden. Sobre todo si nuestra profesión obliga a que nos entiendan y el tema a tratar es complejo. Entonces recurrimos a simplificar las cosas buscando analogías y trasponiendo ideas y conceptos. En concreto, una de las cuestiones relacionadas con la organización del territorio a la que más solemos recurrir para poder abordar un análisis “asumible” de la realidad, es su subdivisión en unidades. Se hace en planeamiento, se hace en paisaje, se hace en urbanismo. De forma que lo primero que intentamos es trocear el territorio, dividirlo en zonas y, entonces, vamos (trozo a trozo) estudiándolos por separado. Para ello, claro está, resulta necesario establecer límites. Surgen así fronteras, más o menos naturales, que podrían (o no) relacionarse con el concepto que todos tenemos en la cabeza cuando hablamos de fronteras. Es decir, por ejemplo: estados nacionales, autonomías o municipios.

        Intentando superar una frontera no metafórica, Melilla  lavanguardia

        Para empezar, el planeamiento tiene sus fronteras claramente marcadas. En el caso español el plan por antonomasia ha sido (y sigue siendo) el plan municipal. Pero, en general, los límites, los ámbitos de los planes, suelen estar marcados por la capacidad de los entes administrativos para gestionarlos. El problema es que los límites administrativos no suelen coincidir con los límites “naturales”. Los ecosistemas, las unidades naturales, siguen sus propias normas de frontera, independientemente de las administrativas. Pero si consideramos que, además, existe gente que habita en estas unidades (tanto naturales como administrativas) y que cuenta con unas vivencias comunes, una historia, una forma parecida de enfrentarse a la vida, en definitiva lo que se suele llamar una “cultura” (o “culturas”), las cosas se complican de forma bastante importante. Porque resulta que estas “unidades culturales” (si es que existen) tampoco coinciden ni con las administrativas ni con las naturales.

        El pueblo de Os Peares  pabloavizor

        A lo largo del blog he ido tratando de explicar como las “unidades administrativas” han ignorado de forma bastante evidente a las naturales. Las unidades naturales, aunque también de compleja determinación, han corrido diferente suerte según las necesidades de la urbanización, resultando troceadas en muchos casos, aisladas en otros o, simplemente se han antropizado en todo o en parte. Podríamos decir que las unidades administrativas no sufren de indeterminación. Son las que son, e incluso en muchos sitios están debidamente amojonadas. En su caso no necesitamos acudir a ningún tipo de metáfora para entenderlas. Incluso cuando se producen situaciones especiales la indeterminación no existe. Por ejemplo, en Galicia, el pueblo de Os Peares “pertenece” a dos provincias (Ourense y Lugo), cuatro ayuntamientos (Ferreira de Pantón, Carballedo, A Peroxa y Nogueira de Ramuín), tres partidos judiciales (Ourense, Chantada y Monforte de Lemos), cuatro puestos de la Guardia Civil y tres parroquias.

        Los cuatro alcaldes de Os Peares  elpaís

        Para intentar resolver este caos administrativo se ha creado un consorcio que, más o menos, funciona “lánguidamente”. Cuenta nada menos que con cuatro alcaldes para la fabulosa cifra de 300 habitantes. Pero sus habitantes, incluido el actual presidente de la Xunta gallega cuya casa familiar está en este pueblo y donde pasó su infancia, lo tienen claro. Saben perfectamente si son de Lugo o de Ourense. Esto ya no es tan sencillo si nos referimos a los ecosistemas naturales. Porque en este caso lo normal es que no exista una fina línea de separación entre ecosistemas como en el caso de los habitantes de Os Peares que saben perfectamente que “esta casa pertenece a A Peroxa y esta otra a Nogueira de Ramuín”. Aunque también podemos encontrar bordes de este tipo debido a discontinuidades topográficas o hidrológicas, en muchos casos existen zonas de transición más o menos amplias con una forma de evolucionar (una administración) diferente a las zonas más individuales. Es decir, se produce una especie de “mestizaje” o mezcla. Los ecólogos suelen hablar de ecotonos.

        Las fronteras en la naturaleza, ecotonos  apesnature

        Pero aunque lleve ya casi un folio y medio escribiendo sobre estas fronteras administrativas y naturales hoy no me quería referir a ellas sino a otras fronteras relacionadas con los paisajes culturales y, más concretamente, con el análisis cada vez más frecuente de estos paisajes en términos de identidad o, de forma más general, de cultura. Algunos de mis alumnos están trabajando en estas cuestiones que son, probablemente, de las más complejas que se pueden abordar en términos de planeamiento y organización del territorio (diferenciar entre ciudad, campo o naturaleza en estos términos hoy lo considero irrelevante). En el blog ya hemos hablado de la necesidad de contar con formas de enfocar los problemas complejos que aporten diferentes perspectivas. Hasta ahora me he referido en numerosas ocasiones a los sociólogos, geógrafos, economistas o, incluso, policías para conocer sus puntos de vista sobre la ciudad. Sin embargo, repasando los diferentes artículos veo pocas referencias antropológicas básicas a la hora de plantear estos temas.

        El Güegüense o Macho Ratón, Nicaragua  spenta

        Como me voy a meter en un campo que da verdaderamente miedo por las implicaciones emocionales (básicamente sentimentales) que conlleva, intentaré plantear el tema exclusivamente desde las diferentes miradas que se pueden producir “desde fuera”. Y voy a empezar por una autocrítica. Entre las metáforas que suelo utilizar para justificar lo local como unidad de planeamiento, gestión y relación entre ciudadanos, está la trasposición de los ecosistemas a la ciudad. Muchas veces los profesores (también los conferenciantes) tenemos que tratar de explicar en un par de minutos cuestiones complejas que requerirían cursos enteros. Y entonces recurrimos a estos trucos. Pero no dejan de ser trucos. Así resulta que las unidades urbanas de análisis suelo convertirlas, para que se entienda rápidamente, en una especie de ecosistemas (barrio, distrito, unidad vecinal) con sus peculiaridades paisajísticas, económicas, sociales o, incluso de soporte. Unidades con características propias y diferenciadas, y con zonas de borde más o menos amplias (que incluso he llegado a llamar con toda desfachatez "ecotonos urbanos") donde se supone que se desarrolla la mezcla y se produce la innovación.

        A veces los barrios urbanos son auténticas fronteras
        O sólo faltan las concertinas eldiario

        Pero esta metáfora prestada de las fronteras naturales probablemente pueda inducir a error en muchos casos. Tiene la ventaja de la simplicidad y el ser aplicable de forma inmediata si recurrimos a identificar las variables características, las aislamos, y estudiamos sus gradientes. El problema es que el medio antrópico, como bien razonó Ortega en su momento (y a pesar de las opiniones en contra) no es el medio natural, y el funcionamiento de ambos no se corresponde punto por punto. Para dar unas pinceladas sobre el tema desde una visión más antropológica, me voy a centrar en la evolución intelectual y teórica de Ulf Hannerz, profesor de la universidad de Estocolmo, ya que puede ilustrarnos sobre la temática de la propia antropología urbana y sobre estas metáforas de la frontera. También mencionaré a Benedict Anderson por la fuerza de la expresión “comunidades imaginarias” dotada de una alta carga simbólica, aunque dejaré aparte sus aportaciones más famosas sobre el nacionalismo, ya que superan la intención y posibilidades de este artículo. En otro momento trataré el caso de Arjun Appadurai, antropólogo indio conocido sobre todo por su trabajo en el campo de la globalización.

        "Exploración de la ciudad"  fragmento de la portada

        Hace ya unos años que cayó en mis manos el libro de Ulf Hannerz titulado Exploración de la ciudad. Hacia una antropología urbana. Se publicó en inglés a comienzos de los años ochenta del pasado siglo y su traducción al español es unos seis años posterior. Comienza refiriéndose al papel del antropólogo urbano y luego va repasando algunas de las aportaciones más importantes (aunque no sean antropología pura) tales como la Escuela de Chicago, el urbanismo de Wirth o el caso de Copperbelt. Básicamente intenta demostrar que este tipo de estudios estaban centrados más en la comprensión de “unidades aisladas” fuertemente caracterizadas y, por tanto, con límites claros que facilitaban su estudio, que en propuestas comprensivas sobre la ciudad. Hay que entender que los estudios antropológicos tradicionales se encaminaban precisamente al estudio de este tipo de grupos, sobre todo en “culturas” aisladas y con fuerte raíces. El mismo Hannerz publicó en 1969 Soulside: Inquiries into Ghetto Culture and Community, y en 1974 Caymanian Politics: Structure and Style in a Changing Island Society. Obras que se corresponden con este enfoque.

        Ulf Hannerz y los libros  artist

        Sin embargo, el acercamiento antropológico a las “culturas diferenciadas” lo veía insuficiente cuando se trata de la ciudad. En Exploración de la ciudad decía, refiriéndose a la Escuela de Chicago: “Esto es etnografía cooperativa: si el mosaico no forma una imagen de Chicago en su conjunto, entonces por lo menos obtenemos una imagen más amplia del medio urbano de cualquier grupo o institución particular de la que podríamos encontrar normalmente en cualquier estudio suelto. Vale la pena señalar este logro porque apenas si ha tenido parangón en otros lugares. (…) Sin embargo, corresponde en gran parte al lector descubrir para sí los hechos en que basar esta comprensión de más amplio alcance. Los autores mismos tendían más bien a exagerar el aislamiento del mundo social que estudiaban”. Planteaba la existencia de una cierta ceguera en el estudio y análisis de las superposiciones y conexiones. Es decir, denunciaba el abandono del estudio global de la ciudad frente al de las unidades elementales en las que se subdividía.

        Diner de Ethel Spears. Chicago, 1920  bifurcaciones

        Luego, el libro de Hannerz se ocupa de otros aspectos del estudio urbano en los que la antropología puede hacer aportaciones significativas, como en el capítulo que llama “Pensar en redes”. A mis alumnos al oír la palabra “redes” se les habrá aguzado el interés, pero tengo que desilusionarlos un poco. Se trata de redes, pero de redes tal y como se entendían antes de la era de internet. Por supuesto estamos hablando de redes sociales y con las limitadas posibilidades de aquellos momentos. Se plantea también aquí incluso el problema de los límites, las formas de la red, etc. Quien esté interesado puede leer el capítulo correspondiente del libro, aunque en el año 2015 probablemente le parezca elemental. También trata de la ciudad como teatro y estudia el tema de los roles que se pueden jugar en un escenario urbano como objeto de la antropología. Aunque realmente, lo que me interesa destacar es que este libro es el inicio de un proceso evolutivo de su autor hacia otros campos (dentro de la antropología urbana) de mayor interés para un siglo del que ya llevamos quince años.

        "Conexiones transnacionales"  fragmento de la portada

        La siguiente obra de Hannerz en la que quería fijarme es Conexiones transnacionales: cultura, gente, lugares que en su original inglés se publicó en 1996 y la traducción al español en 1998. Se trata de una obra bastante divulgativa escrita en un estilo “poco académico” y que ha recibido bastante críticas por este hecho, pero que tiene una fundamentación teórica mucho más sólida en el libro Cultural Complexity: Studies in the Social Organization of Meaning publicado en 1992, y que yo sepa no está traducido al español. De cualquier forma me sirve perfectamente para ilustrar un cambio en el enfoque bastante evidente. Así como en La exploración de la ciudad trataba de demostrar que el objeto de la antropología urbana no debería ser sólo dividir la ciudad en trozos pequeños (barrios, empleos, intereses) y estudiarlos por separado, sino que los análisis debían de ser también de su totalidad, en Conexiones transnacionales plantea el hecho de que en el mundo actual en la mayor parte de las culturas intervienen influencias autóctonas y globales. Y que es imposible entender el funcionamiento urbano sin analizar también lo que llama “un contexto global o transnacional”.

        Los medios de comunicación en el foco de la cultura  storify

        La última vuelta de tuerca de Hannerz probablemente les sonará bastante a los seguidores del blog (os recomiendo que releáis ahora el artículo "Robert E. Park, sobre ecología y comunicación" que publiqué en el blog en junio del 2014). Pasa a trabajar con otro tipo de “unidades de investigación”: periodistas que se habían especializado como corresponsales. Es así como el foco de sus intereses se desplaza a los medios de comunicación. En 2004 publica Foreign News: Exploring the World of Foreign Correspondents, y en 2010 Anthropology's World: Life in a Twenty-First Century Discipline. Y es aquí donde lo quiero enlazar con Benedict Anderson. A Anderson se le conoce sobre todo por su libro Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism (1983, revisada en 1991). No quiero entrar ahora en la polémica que suscitó en su momento en las distintas interpretaciones que se han hecho de sus palabras pero, en resumen podríamos decir que para Anderson las naciones no son otra cosa que construcciones imaginadas. Es decir, comunidades construidas socialmente.

        "Comunidades imaginadas"  fragmento de la portada

        El hecho de que aparezca en este artículo es porque puede aplicarse este mismo esquema a la discusión sobre las unidades de análisis y las fronteras entre ellas. En el fondo, tanto Anderson como Hannerz plantean como una de las fuentes fundamentales de la creación de estas “unidades culturales”, “nacionales” o “sociales”, los medios de comunicación. Anderson llega a hablar del “capitalismo impreso”. Hannerz incluso se refiere a comunidades imaginadas no locales que van más allá del lugar, y cuyos vínculos no están relacionados con el sitio físico sino con lo que se lee, lo que se comenta, o lo que se interactúa sin necesidad de presencia real. Esta cuestión ya la planteó en su momento Marshall McLuhan con su aldea global, pero en el año 2015 se ha complicado extraordinariamente. Esta creación transnacional de cultura, de grupos, de comunidades que no se ven cara a cara, pudiera hacernos pensar que estamos en un momento de previsible desaparición de lo local frente a lo global. De reducción de la diversidad cultural en el mundo. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas.

        Las grandes empresas son ya transnacionales, El Roto  elpais

        Lo que parece deducirse de lo dicho hasta ahora es que, aparentemente, la antropología sólo tiene dos formas de enfrentarse a su trabajo: o bien estudiar lo que nos une y permite entendernos globalmente, o lo que nos separa y nos hace diversos. A lo largo de su evolución Hannerz parece que se siente más cómodo eliminando las fronteras y centrando su mirada en el lenguaje común que nos une. Y eso a pesar de intentar una combinación de estas dos metaculturas. Así, escribe en Conexiones transnacionales: “Las personas pueden parecerse en algunos aspectos y ser diferentes en otros, y lo que hace falta en el ecúmene global es más bien un estudio teórico de dos cosas que ocurren a la vez: la apertura y la variación”. Pero lo cierto es que, al final, no es capaz de reunir ambas en un único cuerpo teórico y termina decantándose claramente por poner el foco sobre la metacultura de la homogeneidad frente a la diversidad (respecto al tema de la arquitectura y el urbanismo puede leerse el artículo del blog “Urbanización descontextualizada” de agosto de 2013).

        Lo global sólo se introduce en lo local si
         se hace comprensible localmente  lauraorlescu

        Pero esto no quiere decir que no existan fronteras, que no existan bordes que marcan territorios. Y no sólo bordes administrativos o ecológicos, sino también bordes culturales aunque estos tengan mucho de metáfora. El hecho de que Hannerz ponga el énfasis en lo que llama “transnacional” (o global) no quiere decir que esté desapareciendo “lo local”. Es más, en su libro Conexiones transnacionales demuestra que la cultura se produce mediante experiencias personales que se generan localmente. Y que lo global sólo se introduce en lo local si es posible hacerlo comprensible reduciéndolo al ámbito más familiar. De forma que lo local termina imponiéndose a lo global. También parece que los dos extremos en los que puede moverse esta combinación de metaculturas, la homogenización completa y la balcanización extrema, no llegarán previsiblemente a producirse nunca. De lo que no hay duda es que las fronteras administrativas son las más claras y, frecuentemente, las más absurdas. Que las fronteras ecológicas incluyen frecuentemente amplias zonas de transición y que suelen evolucionar de forma lenta, mientras que en el momento actual las fronteras culturales son casi sólo metáforas de fronteras ya que, salvo casos excepcionales, incluyen siempre una mezcla de cultura común y culturas específicas (del lugar o no).


        Bibliografía básica sobre Ulf Hannerz:
        • 1969, Soulside: Inquiries into Ghetto Culture and Community
        • 1974, Caymanian Politics: Structure and Style in a Changing Island Society
        • 1980, Exploring the City: Inquiries Toward an Urban Anthropology (La exploración de la ciudad: hacia una antropología urbana. 1986)
        • 1992, Cultural Complexity: Studies in the Social Organization of Meaning
        • 1996, Transnational Connections: Culture, People, Places (Conexiones transnacionales: cultura, gentes, lugares. 1998)
        • 2004, Foreign News: Exploring the World of Foreign Correspondents
        • 2010, Anthropology's World: Life in a Twenty-First Century Discipline

        Bibliografía básica sobre Benedict Anderson:
        • 1983, Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism, edición revisada en 1991 (Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo. 1993).
        • 2005, Under Three Flags: Anarchism and the Anti-colonial Imagination (Bajo tres banderas. Anarquismo e imaginación anticolonial. 2008)

          Ciudades menguantes

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          También podía haber titulado el artículo “Shrinking Cities”, o “Decrecimiento urbano”, o incluso más humorísticamente “Cariño, he encogido la ciudad”. Y es que ocurre lo mismo que con la palabra “sprawl”, la traducción del término “shrinking” cuando se refiere a ciudades no es sencilla, ya que se trata más bien de un conjunto de procesos con múltiples aristas que de un concepto claro y bien delimitado. Hace algunos años, cuando estábamos en plena orgía de la construcción inmobiliaria, si alguien hubiera hablado de la necesidad de redactar planes de “decrecimiento urbano” le hubieran tomado por loco. Sin embargo, en algunos sitios ya existen experiencias al respecto. Una de mis doctorandas lleva trabajando casi cuatro años en una tesis titulada Los procesos de re-naturalización en la ciudad bajo dinámicas de contracción urbana. Los casos de Detroit, Cleveland y Búfalo en el Rust Belt norteamericano, de forma que algunas ciudades se empiezan a plantear qué hacer ante procesos de este tipo.

          ¿Qué hacer: demoler, abandonar, renaturalizar?  urbansplatter

          Sin embargo en el artículo de hoy y para acercarnos al tema, me voy a apoyar en el trabajo de otra de mis alumnas, Marcela Riva, que ayudada por su tutora Beatriz Fernández Águeda, trataba de dilucidar si la ciudad de Salamanca (España) era una “shrinking city” o no. En la introducción de su investigación, hacía una revisión del concepto y esta parte es la que he seleccionado para construir el artículo que he organizado extrayendo de su trabajo algunas partes y tratando de unirlas con una cierta coherencia. Ya lo he dicho en otras ocasiones: el trasladar un trabajo de investigación al blog requiere ser despiadado. Cuanto más despiadado más personas leerán el artículo hasta el final y no lo dejarán a los treinta segundos. Claro que si me paso probablemente perderá todo el rigor en aras del interés. Y este es un blog para formar a mis alumnos y no un circo mediático. Pido disculpas a Marcela y a Beatriz por el destrozo realizado. A partir de ahora, y hasta la firma, el trabajo y los derechos de autor son propiedad de Marcela. Los cuadros y las imágenes son del trabajo, excepto en las que se cita procedencia sobre las que asumo toda la responsabilidad (comentarios incluidos).

          Shrinking Cities
          Autora: Marcela Riva 

          Según los estudios realizados por U.N. Settlements Program para UN-HABITAT, las zonas  urbanas siguen aumentando, pero con patrones de urbanización diferentes. Las grandes masas de nuevos urbanitas  no llegan, como en el siglo pasado, a Europa y los Estados Unidos de América. Se están configurando una nueva clase de ciudades y las personas están migrando hacia esos nuevos “hubs” ubicados en los países periféricos o en desarrollo. De las treinta ciudades que se prevén con mayor crecimiento entre 1990 y 2030, 20 se localizan en China, 8 en África y 2 en Oriente Próximo (Sanaá y Kabul). Estos nuevos flujos migratorios, sumados a  los cambios en la producción, el decrecimiento demográfico y las situaciones de conflicto político o bélico,  forjan  dinámicas que se evidencian en un achicamiento de las  áreas urbanas, con infraestructuras infrautilizadas  y zonas residenciales vacías o abandonadas. Son las “Shrinking Cities”.

          Ciudades menguantes en algunos países
           Señalar la imagen para verla más grande

          Según  el informe State of the World's Cities 2012/2013, publicado por UN-HABITAT, los  países con mayor  cantidad de ciudades que evidencian este proceso, catalogados en orden decreciente, son: Estados Unidos, China, Alemania, Brasil, Italia, Ucrania, Sudáfrica, Nigeria, Kazakstán, Rusia, Japón, Chile, India, Vietnam e Indonesia. Si el fenómeno se examina por países, U.S.A concentra el  mayor número de  casos. En el cuadro de arriba se detalla la cantidad total  de “Shrinking Cities” existentes en algunos países de cuatro continentes, siendo Europa el que cuenta con un mayor número.

          Distribución mundial del fenómeno
           Señalar en la imagen para verla más grande

          Los datos recogidos durante el período comprendido entre los años 1950-2000, que se muestran en el mapa permiten visualizar la distribución espacial de este fenómeno. Pueden identificarse fácilmente patrones regionales de concentración que permiten intuir las relaciones de este fenómeno con la evolución de las economías regionales, la tipología de producción industrial y el movimiento y/o pérdida de la población. Para su realización se han utilizado ciudades cuya población supera los 100.000 habitantes. El color azul más oscuro se utiliza para grafiar una pérdida de población superior al 80%. Luego, en forma descendente pérdida de entre el 80% y el 40 %, entre el 40% y el 20% y, por último, entre el 20% y el 10%. El porcentaje de pérdida de población de mayor presencia es el que se encuentra entre el 40% y el 20%. El menos representativo es el que corresponde  porcentajes por encima del 80%.

          Algunas ciudades menguan, “shrinking” Baltimore  shrinkingcities

          Las  ciudades  modernas y desarrolladas del mundo están perdiendo población a un ritmo sin precedentes. Como se ha explicado al comienzo, los nuevos flujos migratorios no  pueden formar parte de la solución a este problema como sucedía antiguamente. Según los datos recogidos en el Atlas of Shrinking Cities, en los últimos 50 años, 370 ciudades de más de 100.000 habitantes han perdido una proporción mayor o igual al 10% de su población. Algunas regiones de los Estados Unidos, Canadá, Europa y Japón proyectan un decrecimiento de dos dígitos en las próximas décadas. En este contexto, en el año 2004, el Instituto de Desarrollo Urbano y Regional de la Universidad de Berkeley, California organiza un grupo internacional e interdisciplinar, The Shrinking Cities International Research Network (SCIRN), para analizar  y definir el fenómeno de las “Shrinking Cities”. Las características básicas que presentan las ciudades en las que se observa este  proceso, desde la perspectiva del SCIRN,  son las siguientes:
          • Áreas urbanas densas.
          • Con un población  mínima de 10.000 habitantes.
          • Que han tenido pérdidas significativas de población  durante un periodo mayor a dos años.
          • Que  se encuentran atravesando un periodo de grandes cambios económicos  con síntomas de crisis estructural.
          Asimismo, The Governance of Shrinkage within an European Context, un organismo que realiza estudios comparativos en siete áreas europeas, lo define como un fenómeno empírico  consecuencia de la específica interacción de diversos procesos “macro” a escala local. Entre estos procesos señala el declive económico, la emigración, los problemas medioambientales o cambios en los sistemas políticos y administrativos. El “shrinkage” se  produce cuando la interacción de estos macro-procesos determina una perdida aguda de población, que define como el indicador principal del fenómeno.

          ¿Esperando tiempos mejores? Salzgitter  theguardian

          Otro organismo, el CIRES (Cities Re-growing Smaller) una organización asociada a COST (European Cooperation in Science and Technology), activa desde 2009 y que agrupa a 26 países europeos incluyendo Turquía y Australia, define el fenómeno  señalando como posibles causas los cambios demográficos, la emigración, los cambios estructurales en la economía y la suburbanización. En el contexto europeo, el desafío más importante para esta organización es lograr desarrollar la capacidad de planificar ciudades más pequeñas que mantengan la calidad de vida de sus habitantes. Entienden que, como las respuestas locales pueden ser muy diferentes de una ciudad a otra, el modo de llevar a cabo la investigación es mediante una metodología de “estudio de casos” que pueda arrojar información sobre las herramientas más idóneas utilizadas, o a utilizar,  por las ciudades para gestionar esta situación.

          La belleza de la ruina (o Detroit es bello) wikinews

          Como resumen, y siguiendo el Shrinking Cities International Research Network, vemos por tanto, que el término “Shrinking Cities” describe, en general,  áreas urbanas densamente pobladas que, por una parte  evidencian una  pérdida sostenida  de población, y por otra experimentan transformaciones económicas que denotan síntomas de crisis estructural. Sin embargo es evidente que no hay una única definición para este fenómeno sino un  abanico de interpretaciones, que se puede resumir en cuatro  características fundamentales:
          • Es heterogéneo.
          • Se manifiesta con patrones desiguales.
          • Presenta características locales.
          • Es multidimensional.
          Debido  a la diversidad casuística, y a que responden a patrones diferentes, se debe diferenciar la problemática europea de la americana. Mientras en la Unión Europea las causas son específicas para cada caso, en el contexto americano parecen tener un común denominador basado  en la desindustrialización y la suburbanización.

          Paisaje después de la batalla, “shrinking” Detroit  wallstreetjournal

          Esta polarización se observa, del mismo modo, en la disponibilidad de autores y documentos aptos para el análisis. La gran mayoría de las  fuentes,  publicadas en inglés o en alemán, analizan la problemática, bien desde la realidad americana, o bien desde la situación europea considerando mayoritariamente la perspectiva alemana y los cambios experimentados por las ciudades de Europa del Este pertenecientes a la ex Unión Soviética. En el transcurso de este trabajo solo he localizado un trabajo sobre Venecia, otro referente  a  las  ciudades rurales australianas y un tercero que estudia el decrecimiento de  las ciudades mineras de Asturias y León en España. Esto no quiere decir que no existan más pero indica que, probablemente, no son demasiado abundantes. Todos los autores coinciden en un único indicador común: la pérdida de población.  Sin embargo, en la mayoría de los casos, muy especialmente en USA, la  disminución de la población parece una consecuencia de otros  procesos que afectan  a las economías locales relacionados con la pérdida de actividad económica.

          Buffalo Center Terminal, “shrinking” Buffalo urbanambles

          Centrándonos en el caso americano y en el marco de la última conferencia  de sobre “Shrinking  Cities” organizada por COST Action Cities Re-growing Smaller (2013) uno de los ponentes, El Dr. Allan Mallach, presentó el documento “Shrinking Cities in the United States. The Challenge of Post-Industrial Transition” en el que analiza la situación para el caso de los Estados Unidos. Establece la pérdida población como  el indicador fundamental. Añade que se deben considerar otros  factores que inciden en este proceso, siendo los principales la pérdida de actividad económica,  la sub-urbanización y la emigración hacia zonas más cálidas del país (“Sun-Belt”).  Enumera, así mismo, otros factores secundarios que contribuyen a la pérdida de población, muchos de competencia estatal tales como los bajos intereses para la compra de vivienda nueva o la extensa red de autopistas interurbanas, tal y como se muestra en el cuadro.

          Factores que contribuyen al decrecimiento

          Hay un tema específico a tener en cuenta y es que las ciudades americanas deben financiar todos sus equipamientos y servicios públicos con fondos propios sin recibir ayuda estatal. Por tanto, menos población significa impuestos más elevados para mantener un mismo nivel de prestaciones. Si los impuestos se encarecen, las empresas pueden muy fácilmente relocalizarse en las periferias o en otras ciudades donde la carga impositiva les sea más favorable. Podríamos preguntarnos, por tanto, si la mayor carga impositiva es la consecuencia  o forma parte de la causa, en este proceso. Para este autor es una consecuencia, ya que ciudades como Detroit, Milwaukee, Syracuse o Buffalo, que presentan el binomio de altos impuestos y bajo crecimiento se contraponen a ciudades como Dallas, Tampa, Austin o San Antonio que plantean la solución a su declive bajando los impuestos y controlando el gasto.

          Distribución de las ciudades decrecientes en USA
           Señalar la imagen para verla más grande

          Veamos ahora el caso europeo. En el marco de la última conferencia  sobre “Shrinking  Cities” organizada por COST Action TU0803 Cities Re-growing Smaller (Essen, 2013), uno de los ponentes el Dr. Musterd, geógrafo  de la Universidad de Ámsterdam, exponía que las causas que sirven para determinar el fenómeno son multidimensionales e incluyen más variables que la disminución de la población, como se indica en el cuadro de abajo. Para el Dr. Musterd el declive social es una consecuencia de la acción conjunta de la  pérdida de población y el declive económico. Además expone que estos procesos  no siguen  patrones unidireccionales y que el declive demográfico puede ser causado por el declive económico.

          Indicadores propuestos por Musterd
           Señalar la imagen para verla más grande

          En la elaboración del Informe Final de la anterior conferencia (2011), supervisado por el Training School de la Dortmund Technical University, participaron 9 países  europeos: Austria, Francia, Alemania, Polonia, Portugal, España, Suiza, Turquía e Italia. Se trataba de elaborar una herramienta que permitiera medir de manera homogénea el proceso de decrecimiento en todos estos países para poder confeccionar unos mapas que definieran  el fenómeno desde su dimensión espacial. Se enfrentaron con tres grandes problemas. El primero fue la falta de homogenización de la unidad territorial. El segundo era relativo a la fiabilidad de los datos estadísticos disponibles. Y el tercero, que no todos los países recogían los datos/variables necesarios para poder confeccionar el mapa. Finalmente se realizó un mapa basado en los cambios de población obtenidos en 5 periodos de 5 años teniendo como base el año 1990, ya que era el único indicador válido para los nueve países. El tamaño de los círculos está relacionado con la población existente en el año base. El color gris indica este parámetro.

          Proceso de decrecimiento en nueve países europeos
           Señalar la imagen para verla más grande

          Se identificaron tres tipos de “shrinkage” tal y como se refleja en el mapa de arriba. El color rojo, Tipo A,  representaba zonas de decrecimiento continuo. Se hace más evidente y con mayor intensidad en Europa del Este, en los países pertenecientes a la antigua Unión Soviética. El color azul, Tipo B, representa zonas de decrecimiento episódico. No presentan un patrón de distribución y tienen intensidades  bajas. Son, por lo tanto, debidas a situaciones coyunturales de ciudades específicas. El color verde, Tipo C, representa zonas de decrecimiento cíclico. Son los episodios  menos frecuentes. Con esta base Manuel Wolf, en Urban Shrinkage in Europe confecciona dos mapas. En el primero considera solo la pérdida de población. Y en el segundo incluye seis indicadores: movimiento poblacional, creación de empleo, tasa neta de emigración, tasa de desempleo, P.I.B, y renta disponible.

          Mapa con el decrecimiento poblacional, Wolf
           Señalar la imagen para verla más grande

          En el primer caso considera los cambios de población correspondientes al período 2000-2004. En color verde las ciudades donde el incremento poblacional ha sido fuerte y en rojo las ciudades en que la pérdida de ha sido más aguda. Su análisis evidencia que las pérdidas de población más significativas se han producido en la zona oriental, destacando las ciudades de Bratislava, Budapest y Riga. Y que las ciudades localizadas en la  parte occidental de Europa presentan el mayor incremento de población destacando Londres y Madrid. En el segundo mapa, realizado considerando los seis indicadores mencionados anteriormente y para el mismo período 2000-2004, el color verde corresponde a las ciudades donde el fenómeno ha sido menos evidente y el rojo las ciudades en las que se ha producido de forma más aguda. Se aprecia que la mayor concentración de ciudades menguantes vuelve a  localizarse en el área oriental, si bien en fenómeno no alcanza los extremos que se observan en el mapa anterior. La peor situación la presentan las ciudades del sur de Italia.  

          Mapa basado en seis indicadores, Wolf
           Señalar la imagen para verla más grande

          Comparando los dos mapas Manuel Wolf concluye  que el simple hecho de perder población no representa, necesariamente, que esta pérdida sea sostenida en el tiempo y desencadene un proceso de decrecimiento urbano. Mientras que el resultado que se observa en el mapa que considera los seis indicadores parece más comprensivo del fenómeno.

          Barrio residencial Wolfen–Nord  KWildner

          De lo expuesto en el desarrollo de este trabajo se hace evidente que no hay un único acercamiento al fenómeno de las “Shrinking Cities”, sino un  conjunto de interpretaciones que se caracterizan por:
          • Su homogeneidad.
          • Manifestarse mediante patrones desiguales.
          • Presentar características locales.
          • Ser multidimensional.
          • Ser muy sensible a las decisiones e intervenciones políticas.
          Se  aprecia también que la manifestación del fenómeno muestra patrones muy diferentes en relación al área geográfica. Desde la perspectiva americana, el proceso es percibido en escenarios que presentan crecimiento demográfico pero con fuerte incidencias negativas debidas a los cambios en la producción de bienes originados por la deslocalización industrial y la globalización. En el contexto europeo el proceso está fuertemente ligado a los cambios demográficos, y aunque es más evidente en la región oriental no puede  definirse como afectando a un área determinada. Cuando se analiza el fenómeno desde otra perspectiva (por ejemplo, la australiana), entonces los cambios demográficos dejan de ser un factor preponderante, poniendo de manifiesto las características multi-dimensionales de este fenómeno. A pesar  de las características netamente locales que presentan las “Shrinking Cities”, un debate  que incluya un mayor número de ejemplos localizados en regiones diversas del planeta posibilitará  una comprensión  profunda del fenómeno.

          Autora: Marcela Riva

          Hasta aquí el trabajo de Marcela. Probablemente a algunos les parecerá sorprendente que se dedique tanto esfuerzo, tiempo y dinero (personal e institucionalmente) al estudio del decrecimiento urbano, cuando resulta que la población mundial sigue creciendo de forma imparable, la concentración en las zonas urbanas no hace más que aumentar y el número de hectáreas urbanizadas por habitante es cada vez mayor. Sin embargo, tenemos ya bastante experiencia acumulada, tanto en planeamiento como en diseño urbano, de cómo “construir ciudad”, pero muy poca de cómo “desmontarla”. Y, al fin y al cabo, la metodología de análisis del ciclo de vida de un producto se está revelando como fundamental a la hora de hacer más sostenible esta sociedad. Y si aplicamos este análisis a multitud de productos (desde envases hasta edificios) ¿por qué no hacerlo con las áreas urbanizadas, con las ciudades? A algunos les sonará casi como una utopía, pero deberíamos intentar incluir en los planes de nuestras ciudades y en los proyectos de urbanización, la forma de deshacer lo que se propone construir y sus costes ecológicos, ambientales y sociales. El problema es que no sabemos cómo. De ahí el interés de este tipo de trabajos que, cuando adquieran un peso suficiente y se contrasten, serán la base de otra forma de urbanizar más respetuosa con el planeta.

          Calles y vecinos

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          A veces ocurren milagros. No se puede calificar con otra palabra el hecho de que unos profesionales de la arquitectura, ante la falta de voluntad de ciertas formas de hacer política que no creen en la participación de los vecinos, que no los consultan, que no les explican qué va a ser de sus calles, de sus plazas, de sus árboles o de sus farolas, hayan dado un paso al frente impulsando un proyecto de diseño urbano alternativo al bendecido por el ayuntamiento, con objeto de generar un debate. Debate imprescindible si de verdad queremos otro urbanismo y otra ciudad más humanos. Esto ha sucedido en Valencia aunque no dudo que milagros parecidos puedan producirse (se estén produciendo) en otros lugares. Se trata del proyecto para remodelar unas calles transversales entre Colón y la Gran Vía del Marqués del Turia. Para aquellos que no conozcan bien Valencia hay que decirles que estamos en el Ensanche. Más concretamente en la parte norte de la Gran Vía, siendo Colón (más o menos) el límite con Ciutat Vella.

          Situación de la actuación y distancias en bicicleta  PAM_PIHE_VLC

          En el pasado mes de junio estuve dando una conferencia en el Botánico de Valencia y aproveché, como hago tantas veces,  para darme un paseo. Fui bordeando toda la Ciutat Vella por la calle Guillen de Castro, luego la de Xátiva y terminé mi paseo precisamente caminando por la calle Colón hasta llegar al Jardín del Turia. Así, a ojo, supongo que unos tres o cuatro kilómetros que seguramente se duplicaron porque la gracia es ir callejeando a izquierda y derecha, unos ratos por el ensanche y otros por la Ciutat Vella. Recuerdo haber estado en la plaza del Ayuntamiento y, al otro lado, haberme sentado a descansar un rato en una de las cafeterías del remodelado mercado de Colón. Tengo, por tanto, bastante reciente el recuerdo de estas calles y cuando José Luis Gisbert me escribió un correo enviándome el proyecto que habían hecho lo estudié con gran cariño. En principio pensé que era un encargo del Ayuntamiento y sólo me fije en detalles más o menos técnicos: pavimentos, circulación, vegetación… Me pareció bastante interesante.

          Mapa de ruido de tráfico en la zona  Ayuntamiento de Valencia  PAM_PIHE_VLC

          Pero luego leí más atentamente el proyecto y comprendí que su interés no residía sólo en la calidad técnica, sino en tratar de forzar un debate sobre el acondicionamiento de estas calles. La cronología sería la siguiente. El abril del año pasado se publica en la prensa que el Ayuntamiento tiene la intención de remodelar las calles Hernán Cortés y Pizarro (dos transversales entre Colón y la Gran Vía del Marqués del Turia). José Luis Gisbert y Pilar Ferreres, personalmente afectados por las obras, deciden enterarse de qué se iba a hacer. Solicitan información al ayuntamiento comunicando su interés en participar en el proceso, y en septiembre pueden consultar el proyecto en las dependencias municipales y tomar notas. Ante la falta de respuesta del Ayuntamiento, y vistos los problemas que detectaban, el 11 de diciembre deciden presentar un proyecto preliminar con una propuesta alternativa. En enero de 2015 reciben copia digital del proyecto aprobado.

          Calle Hernán Cortés, soleamiento por horas  PAM_PIHE_VLC
           Problemas con la colocación de los árboles del proyecto municipal

          En estos momentos la concejalía de urbanismo (siguiendo el proyecto del ayuntamiento) ha empezado las obras de remodelación de la calle Félix Pizcueta, paralela a Pizarro, estando aprobada la remodelación de uno de los cruces de Cirilo Amorós con un sistema muy parecido al utilizado en Ruzafa. Por supuesto que todas estas calles del Ensanche son similares (si bien las transversales entre Colón y Gran Vía sólo tienen 12 metros por lo que ha de extremarse el cuidado) y tanto la propuesta “oficial” como la alternativa podrían extenderse con toda facilidad al resto.  Resumiendo la situación: el ayuntamiento redacta un proyecto de remodelación, la prensa se entera, a través de la prensa también se enteran unos ciudadanos que (casualmente) son arquitectos y estos ciudadanos le dicen al ayuntamiento que “hay otras posibilidades”. Ante la falta de interés de la administración acerca de que los administrados digan lo qué les parece el proyecto, José Luis, Pilar y la gente que les ayuda, como ciudadanos directamente afectados, han convocado para día 5 de marzo en la sede del CTAV, situada precisamente en la calle Hernán Cortés, una reunión para explicarles a los vecinos y a los que trabajan en la zona que existen alternativas (por lo menos la suya) al proyecto municipal.

          Plantas de los proyectos municipal y alternativo
           Señalar en la imagen para verla más grande  PAM_PIHE_VLC

          Aunque seguramente no me voy a poder resistir a comentar algunos de los elementos de la alternativa, lo que quería destacar es que en el siglo XXI ya no podemos hacer el mismo tipo de urbanismo con el que Jules Hardouin-Mansart en 1699 proyectó la plaza Vendôme (una maravilla, por otra parte) en París, entre la Ópera y las Tullerías. La ciudad de este siglo la tienen que construir los ciudadanos. No los reyes, ni los alcaldes, ni los concejales de urbanismo, ni tan siquiera los arquitectos o los urbanistas. Mientras no lo consigamos, avanzaremos poco. Todavía en el siglo XX se podían alegar unas ciertas dificultades técnicas para hacer comprender al ciudadano la planta o la sección de un proyecto, pero en la era digital esta no es una excusa. Resulta que nos podemos poner en el medio de una recreación en 3D y pasear por la nueva calle, conducir el coche o jugar con nuestros hijos (digitalmente, claro). Y para hacerlo no es necesario comprender ninguna complicada sección transversal, tal y como se muestra en algunas de las imágenes de la propuesta alternativa.

          Secciones de la propuesta alternativa de mejora
           Señalar en la imagen para verla más grande  PAM_PIHE_VLC

          Por otra parte, el acceso a la información de forma comprensible, es también posible. Está bien que la prensa lo difunda pero, además de por la prensa, los afectados deberían poder enterarse de cómo van a cambiar sus vidas (para bien o para mal, porque un proyecto de este tipo cambia la vida de las personas) mediante otros medios. ¿Es qué nuestros representantes no se han enterado que existe Internet, Twitter, Facebook, WhatsApp? ¡Ah! ¡Qué si, que se han enterado cuando hay elecciones y se trata de promocionarse políticamente! Estamos muy, pero muy necesitados de nuevas formas de gobernanza local acordes con el tiempo en que vivimos. Que signifiquen una comunicación fluida y transparente con el ciudadano. Continuamente oímos hablar de “Smart Cities”, nuevas tecnologías, SIG participativos y cosas parecidas. Pero, en realidad, una ciudad verdaderamente inteligente no es la que hace acopio de un montón de datos para beneficio de unos pocos que los dominan y controlan, sino la “ciudad de cristal” que reclama Saskia Sassen, en la que todos tienen la posibilidad de enterarse en forma comprensible de lo que está pasando y cómo nos afecta.

           Imagen de la propuesta alternativa de mejora  PAM_PIHE_VLC

          Mientras que el administrado tenga que dirigirse a la administración para preguntar qué va a ser de su vida cotidiana y la de sus hijos en los próximos diez o quince años, porque nadie se ha dignado ni tan siquiera a comunicárselo, los complejos problemas que tendremos que afrontar en estos años que vienen no se van a poder resolver. Porque una parte importante de los mismos van a requerir, para su solución, una actuación proactiva por parte de la sociedad civil. Y hay que ir empezando a acostumbrarse. No se trata de plantear un “proceso de participación” al uso, como un mero elemento complementario o decorativo (a veces legal) de las decisiones del proyecto urbano y del planeamiento. Se trata de cambiar la forma de hacer el proyecto o el plan. Esto significa muchas cosas. Pero, sobre todo, significa que hay que recuperar el interés perdido por el ciudadano para intervenir directamente en la construcción de su ciudad. Casi nadie (excepto los muy ricos a los que no les importa equivocarse) dejarían en manos de otros la compra del sofá o el color de los muebles que van a poner en la cocina. Y sin embargo, “delegan” la decisión de lo que pase con su calle, sus árboles o sus bancos y papeleras. Porque, claro, no son “suyas”, o por lo menos no las sienten como tales.

          Calle Hernán Cortés, situación actual  Google Street View

          Comprendo que es complicado. Sobre todo porque la decisión sobre el sofá afecta a muy pocos, pero la decisión sobre el tipo de árbol que hay que poner en la acera no sólo afecta a los que pasan diariamente, sino a mucha más gente. Y además, no se trata de que todos los vecinos sean arquitectos, o diseñadores, o ingenieros. De lo que se trata es de conocer los puntos críticos de las decisiones y de poder discutirlos. Pongamos un ejemplo para bajar a la realidad. Simplemente mirando la imagen superior, la inferior y la siguiente podemos darnos cuenta de las dificultades. La situación actual de la calle Hernán Cortés (una de las afectadas) es bastante terrible ya que configura un espacio inhóspito, insano y feo. Además no hay sitio para aparcar. Si miramos en la figura de abajo la propuesta del Ayuntamiento probablemente para la mayor parte de vecinos representa un avance indudable: podemos aparcar. Incluso nos colocan algún árbol. Pocos, y en un sitio no demasiado adecuado, pero hay árboles. En el proyecto de Pilar, José Luis, Álvaro y Javier, (en la imagen que todavía está más abajo) todo se ve más amable. Hay muchos más árboles, animación, espacio para charlar, para jugar (incluso los bares podrán poner alguna terraza). Pero, seguro que de inmediato, la mayor parte de los vecinos notarán que no hay aparcamiento.

          Calle Hernán Cortés, proyecto municipal aprobado  PAM_PIHE_VLC

          Probablemente el equipo redactor de la alternativa intentará razonar que va en beneficio de la salud que la contaminación se fije en las hojas de los árboles, que haya que andar aunque sea sólo un poco desde el aparcamiento hasta el domicilio, que pueda funcionar mucho mejor el comercio de proximidad, que tengamos mayores posibilidades de socialización para nuestros hijos que, a pesar de todo, se pueda seguir accediendo en coche (aunque eso sí, muy despacito) para aquellos que lo necesiten, que vaya a disminuir de forma muy apreciable la contaminación acústica y que se rebajen notablemente los niveles de estrés de los vecinos. Todo esto lo razonarán y lo discutirán unos y otros. Al final, es muy posible que el equipo redactor del proyecto alternativo vea frustradas sus expectativas y se decida que más vale aparcamiento en mano que salud volando. Y, seguramente, los vecinos se equivocarán. Pero lo importante no es decidir lo mejor o lo peor (o decidir bien o mal), lo importante es saber a la hora de elegir qué nos dejamos en el camino. Y luego diremos: “mira, pues José Luis tenía razón, el tener el aparcamiento a la puerta era menos importante, hubiera preferido que mis hijos jugaran en una hermosa acera y los viera desde la ventana en lugar de tener que estar soportando el ruido y el humo de los coches. Cuando remodelen la calle de Isabel la Católica les contaremos a los vecinos nuestra experiencia”.

          Calle Hernán Cortés, propuesta alternativa  PAM_PIHE_VLC

          Y es que en este campo tan complejo se hace camino al andar. Llevo algún tiempo “predicando” la vuelta a lo local. Habría que empezar por cosas como estas. Probablemente es bastante complicado que, de entrada, una persona no especialista entienda el concepto de área de reparto y las implicaciones que conlleva delimitarla de una forma u otra. Pero igual de probable es que se percate de inmediato mirando el dibujo de arriba del significado de que una acera sea de cinco metros o de cincuenta centímetros. O que considere mejor plantar en su calle un árbol de alineación no alergógeno que otro más bonito pero que pueda producir problemas a su salud. Pero para que no toda la carga de la crítica caiga sobre los hombros del ayuntamiento de Valencia (que he tomado solo como ilustración) voy a contar mi propia experiencia en la urbanización en la que vivo. En mi caso no me enteré de nada hasta que no empezaron las obras pero, probablemente, si mi hubiera enterado por la prensa como en el caso de José Luis y Pilar, no hubiera tenido el valor de hacer lo que ellos hicieron. A lo mejor porque soy ya más viejo (menos joven) y me he vuelto cómodo.

          Los autores del proyecto alternativo han pensado hasta en los bordillos
           Señalar en la imagen para verla más grande  PAM_PIHE_VLC

          Hace unos dos meses el pequeño mundo cotidiano de la urbanización en la que vivo vio rota su tranquilidad de muchos años sin problemas, sin ruidos, sin gastos ni dispendios (es una de las primeras urbanizaciones construidas en España en régimen de cooperativa), por la irrupción inesperada de la maquinaria “constructiva”. Se empezaron a levantar parte de las calles para hacer zanjas y en el pequeño jardincillo que está entre las dos calles se quitaron todos los árboles y se empezaron a abrir agujeros por doquier. Un poco preocupados preguntamos a los obreros que abrían diligentemente las zanjas si es que se iban a construir trincheras para una futura guerra. La respuesta fue que iban a colocar farolas. ¡Farolas! A nuestras pobres y sostenibles farolitas que habían cumplido su misión de forma humilde, pero eficiente y barata (ya estaban superamortizadas) a lo largo de más de treinta años les había llegado su jubilación. Pero el caso es que las farolitas lucían muy bien, no daban signos aparentes de deterioro y su único pecado es que estaban embutidas (literalmente) en los muros de separación entre parcelas. Es decir, en los terrenos propiedad de los cooperativistas y no en la vía pública.

          Las antiguas farolas, muy dignas ellas

          Esta supongo que fue la disculpa para “hacer algo en época de elecciones”. Me niego a creer que algún amigo de algún edil tuviera una fábrica de farolas, pero tal y como se planteó el tema da pie a pensarlo. Las nuevas farolas ya están erectas en sus puestos, cambiando totalmente la estética de nuestras calles y arrinconando a las humildes y baratas farolitas que pagamos todos los miembros de la cooperativa en su momento. Pero, por ahora, las únicas que iluminan son las de toda la vida. Supongo que en unos días, las desconectarán y pasarán a mejor vida siendo sustituidas por unos soberbios palos gris obscuro coronados por unas lámparas leds de impresión. Supongo, porque nadie nos ha dicho nada. Es posible que en alguno de los periódicos locales se haya escrito algo, o en la página web del Ayuntamiento se publicara el acuerdo de aprobación del proyecto o de adjudicación de las obras. Pero ninguno de los vecinos que hemos estado hablando entre nosotros sobre el tema sabíamos nada. El problema es que los vecinos teníamos mucho que decir al respecto pero nos hemos encontrado con los hechos consumados.

          Las nuevas farolas, el poderío

          Y lo que podríamos decir son cosas de sentido común. Por ejemplo, dado que los soberbios palos erectos (con una leve curvatura en su parte más elevada) había que ponerlos en suelo público, pues resulta que las fantásticas aceras cuya anchura está comprendida entre los noventa centímetros y un metro (incluido el bordillo), de que están dotadas nuestras calles quedan todavía más inútiles. Antes, cuando aparecía un coche todavía te podías refugiar en la acera y andabas tranquilamente. De uno en uno, eso sí. Ahora no. Sencillamente, entre el muro, el coche y la farola no cabe una persona. Y eso por no hablar del cochecito de un bebé o del carro de la compra. Otra ventaja es que las han colocado a una altura tal que iluminan perfectamente la segunda planta de nuestras casitas con la posibilidad añadida de abrir la persiana y ahorrar una parte de la factura de la luz. Si las anteriores bastaban y sobraban (buena prueba de ello es que, supongo que para gastar menos, se encendían una sí y otra no) y era suficiente ¿a qué viene esta orgía de luz? Si el Ayuntamiento nos hubiera informado, se hubiera puesto en contacto con nosotros, es muy posible que las cosas fueran distintas.

          No se pasa ni de perfil

          Probablemente les hubiéramos hecho ver a nuestros mayoritariamente votados representantes que bastaba sustituir progresivamente, según fueran pasando a mejor vida, las luminarias de las ya instaladas farolas por otras de bajo consumo, y adaptarlas para que no hubiera contaminación lumínica, con lo que habríamos podido seguir con nuestras aceras (estrechitas pero dignas) y con el dinero ahorrado de la nueva instalación se hubiera podido pintar la guardería municipal situada a unos metros y muy necesitada. A la mayor parte no nos hubiera importado ceder al Ayuntamiento el derecho de superficie del trocito de muro. O expropiarlo, ya que sería mucho más barato que la solución de cambiar toda la instalación. Por otra parte, y ya con las farolas erectas, si se hubiera contado con nosotros podríamos haberle ahorrado al servicio de inspección del Ayuntamiento bastante trabajo si nos hubieran preguntado sobre la calidad de la instalación, de la pintura y (en su momento, cuando las enciendan) de la iluminación producida. Podríamos decirle, farola a farola, las que están pintadas de forma chapucera, las que están erectas pero torcidas, o las que tienen su base desplazada y otras menudencias.

          Y luego, no es solo la farola, sino las obras para arquetas, conexiones…

          Pero claro, “no hay cauces” para nada de esto. ¿De verdad estamos en el siglo XXI? ¿Qué es eso de las TIC con que nos bombardean constantemente? ¿Existen, o son como los OVNIS, es decir TICNIS? Cuando algunos de nosotros hablamos de una nueva gobernanza local nos estamos refiriendo justamente a este tipo de cosas. No se trata de hacer la revolución, ni de plantear modificaciones traumáticas del sistema. Se trata de hacer ciudades transparentes. Cuando hace más de dos años escribí el artículo del blog titulado “Hacia un urbanismo de código abierto” me refería a esto. Ahora parece que este ya no es el objetivo. A lo que aspiran todos los políticos locales es a que su ciudad sea una “Smart City”. Supongo que algunas compañías de esas que venden, gestionan o mantienen el software propietario que ata los ayuntamientos de por vida a Cisco, Microsoft o IBM, estarán encantadas. Y que se relamerán de gusto los que puedan tener acceso a gigas de datos que pueden cruzar impunemente para tener una información que nadie más tiene. Y que, por supuesto, vale oro.

          Fragmento de dibujo del proyecto alternativo  PAM_PIHE_VLC

          Ya no está de moda la expresión “urbanismo de código abierto”, pero sigue siendo imprescindible conseguir ciudades transparentes, lo que significa una gobernanza diferente, con una información comprensible que llegue a la mayor parte de los ciudadanos, de forma que la sociedad civil pueda intervenir directamente en la gestión de lo local con conocimiento de lo que hace. Y para eso sí que necesitamos ciudades que sean sabias, no listillas (aunque los listillos son otros). No estamos propugnando un cambio en el sistema democrático, eliminar los partidos y el sistema representativo. Estamos planteando que lo local no se puede gestionar ni tratar de la misma forma que el gobierno de un país, ya que se trata del escalón de poder más cercano al ciudadano. Y que estamos en el siglo XXI. Y que algo se supone habrá cambiado en las posibilidades de intercambiar información entre unos y otros. ¿Sólo a mí me parece raro que, desde Getafe, me pueda enterar en tiempo real de los crímenes que ocurren en Chicago simplemente entrando en la página web de la policía de esa ciudad y que no me entere de que van a cambiar las farolas de mi calle hasta que no aparecen los bulldozer?


          • Nota: Si queréis saber como evoluciona este caso de participación ciudadana en Valencia con un proyecto alternativo al oficial, podéis seguirlo en la página web de PAM_PIHE_VLC. También en ella hay un enlace para acceder a un documento resumen del proyecto de 12 páginas al final del cual hay otro, mediante el que podéis bajaros el documento completo de 77 páginas. Os aconsejo que lo miréis con interés, merece la pena.

          Identidad y marca ciudad

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          Cuando trabajaba en temas de turismo urbano tuve que acercarme al marketing y a su relación evidente con la imagen de la ciudad. Entonces me interesaba bastante la planificación estratégica porque la veía como una nueva forma de abordar el planeamiento que se adaptaba muy bien a una visión más empresarial del urbanismo. Actualmente sólo me siguen interesando algunos de los métodos que utiliza pero me he alejado bastante, tanto de los fines que persigue, como la ideología implícita en sus presupuestos. Pero resulta que una de mis alumnas ha decidido realizar su trabajo fin de grado sobre los símbolos urbanos de Madrid, lo que me ha devuelto el interés por un tema que está en los mismos cimientos de una de las cuestiones que ahora más me preocupan: la vuelta a lo local. Y lo está, porque es parte de los procesos de creación de identidades urbanas, fundamentales en la reconsideración de las relaciones entre lo local y lo global desde la nueva visión que aportan los problemas a los que nos enfrentamos en el siglo XXI. Así que he decidido recuperar mis querencias empresariales (que las tuve) y escribir este artículo en unos momentos en los que parece que todo se confunde.

          Los símbolos de algunas marcas se basan en elementos urbanos  foromarketing

          Marca ciudad, city marketing, imagen urbana, urban branding, muchas denominaciones para la misma cosa: asociar el nombre de una ciudad a algún “objeto de deseo” lo más global posible (para abarcar más, claro). Al principio, según la teoría del marketing urbano, este “objeto de deseo” podía ser casi cualquier cosa ya que, con la adecuada campaña de venta, no importaba el objeto, lo que importaba era la calidad de la campaña. Luego se vio que las cosas no eran tan sencillas. Y que, por desgracia para los creativos publicitarios que pretendían aplicar las mismas recetas a la venta de una ciudad que a la venta de un coche, resultaba que ambas cosas se comportaban de forma distinta. El problema básico, como veremos más adelante, es que una empresa y una ciudad no tienen los mismos objetivos. Es decir, no fueron creadas para cumplir funciones ni tan siquiera parecidas. Por su gran complejidad, y por la necesidad de explicar sus connotaciones ideológicas, no pretendo meterme ahora a fondo en esta cuestión en la que trabajé un tiempo, sino solo acercarme al mundo de la imagen urbana y la marca en relación con sus implicaciones identitarias.

          Las exposiciones universales como forma temprana de promoción
           Londres, 1851, Hyde Park, el Palacio de Cristal de Paxton,  fau

          Pero como el concepto de identidad que he manejado en el blog difiere de lo que se entiende por identidad (en relación a la imagen y a la marca) en teoría del marketing, es necesario precisar algunos conceptos. Podíamos decir que, desde una visión empresarial, la identidad es la realidad, lo que son determinados productos o servicios, en nuestro caso una ciudad o un territorio, mientras que la imagen es la forma en la que los demás la perciben. La marca no es nada más que un elemento diferencial, un valor añadido al producto, que puede asociarse a una imagen. Dice Vanella que “un bien que no tiene marca carece de identidad y puede ser sustituido por cualquier otro producto similar” (en Tinto, 2008). Ya puede comprenderse que ningún bien carece de identidad tal y como lo hemos entendido en otros artículos, pero desde el punto de vista del marketing esta aseveración tiene su razón de ser ya que sin marca no se aporta valor añadido, y la marca se basa en un hecho diferencial. Por tanto existe identidad en tanto que existe una imagen que permite apreciar esta diferencia. Lo más importante es que la imagen no tiene porque coincidir con la realidad, es decir con la identidad.

          Buscando desesperadamente el hecho diferencial
           Frank Gehry, bodegas Marques de Riscal en El Ciego, oscaray

          Los tres elementos están pues íntimamente relacionados. Sin embargo, esta relación se produce porque el elemento a vender hay que visualizarlo desde el exterior. Es decir, la imagen, el mensaje, la marca, se dirigen a los potenciales clientes. Y en el caso de una ciudad estos potenciales clientes suelen ser el resto del mundo o determinadas poblaciones. Las dificultades empiezan cuando nos percatamos que una ciudad es algo más que un bien a vender. Una ciudad es un lugar habitado. Los ciudadanos forman parte de la ciudad y, en principio, una ciudad no se crea como un producto industrial destinado a la venta. Se crea para procurar un lugar de relación entre sus habitantes. Y, por tanto, la base de la que partimos, la identidad, es algo más que el concepto que maneja el marketing. La identidad, en urbanismo, se relaciona directamente con el sentido de pertenencia de un grupo a un lugar físico concreto. Ya he hablado en otros sitios del blog de los marcos de la memoria de Halbwachs y como esos marcos se pueden entender también como la relación entre los grupos y los lugares.

          La plaza de Neptuno puede no ser un símbolo externo de Madrid,
           pero es un lugar relacionado con los aficionados del Atlético  tele5

          Ya empezamos a ver que las cosas no son tan sencillas porque la identidad de la que habla el marketing en diferente de la identidad de un grupo relacionado con un lugar físico. La identidad del marketing es la identidad tal y como la perciben los demás y, desde este punto de vista, existe si existe una marca (que, frecuentemente, se relaciona con un símbolo o con una idea, luego volveremos sobre ello) y a esto es a lo que se refiere Vanella. Pero el sentido de pertenencia a un grupo tiene que ver con la percepción de los elementos del propio grupo, y la identidad existe en tanto que existe esta sensación de pertenencia. Por tanto, el hecho diferencial en este segundo caso, está relacionado más con elementos internos que con percepciones externas al grupo. Las dificultades aumentan cuando se comprende que las sensaciones propias del grupo se condicionan también por la imagen que del grupo tienen los demás, los otros, las personas ajenas al mismo. Los vallecanos (habitantes de un barrio de Madrid) crean lazos comunes derivados de compartir un mismo territorio y ello crea elementos identitarios relacionados con un lugar físico, pero parte de esta identidad viene condicionada por cómo se ve el barrio por el resto de madrileños.

          El llamado Bulevar de Vallekas (Peña Gorbea),
           elemento espacial identitario del vallecano  madridfree

          Antes de existir el marketing urbano o territorial y las marcas ya existían estereotipos. Un estereotipo no es más que un mapa cognitivo simplificado de la realidad (“a los catalanes solo les importa el dinero”, “los bilbaínos se creen los mejores”, “los madrileños son unos chulos”) que utilizamos por comodidad y simplicidad de medios. Según Josep Chias, los estereotipos son “pseudo-imágenes basadas en diferencias culturales o sociales y en el desconocimiento del acto, hecho u objeto correcto o concreto”. Serían una especie de marca, la representación del elemento diferencial y característico, que crearía una identidad externa y que no necesariamente se correspondería con la realidad. Estas creencias arraigadas en el sentimiento del “otro”, del que no pertenece al grupo, del que lo ve desde afuera, actuarían como un componente más en la creación de la identidad de ese grupo. El marketing entiende que, mediante los medios de comunicación, puede crearse o manipularse esta visión externa del hecho diferencial. Los puristas entienden que esta manipulación solo se puede hacer hasta cierto punto y con determinadas condiciones.

          Un poco de humor: Estereotipos europeos según los españoles
           Señalar en la imagen para verla más grande  alphadesigner

          Además resulta que la aplicación del branding a las ciudades presenta numerosas “anomalías”. Assumpció Huertas señala tres. La dificultad de crear una única marca cuando resulta que una ciudad (o un territorio) se dirige a numerosos sectores distintos, desde inversores a turistas o a estudiantes, por ejemplo. Otro problema es que ciudades diferentes pretendan identificarse con el mismo “objeto de deseo” (París ciudad de Congresos, Madrid ciudad de Congresos). Y, en tercer lugar, la tremenda dispersión existente entre instituciones que proponen distintos “objetos de deseo” asociados al mismo lugar. En un artículo de Sáenz, Mediado y Elizagarate sobre la “Creación de desarrollo de la marca ciudad”, donde se analizan los registros de marca de las diferentes ciudades españolas, puede verse como Zaragoza tiene registradas en la OEPM hasta 22 marcas distintas que van desde “Zaragoza Blue”, hasta “Zaragoza Family”, pasando por “Zaragoza Choco Tour” (literal). El Ayuntamiento de A Coruña tiene registradas 14, o Madrid 11 (desde “Madrid excelente” hasta “Madrid, hostil contra la droga”).

          Zaragoza Choco Tour, marca registrada  jallherinstawebgram

          No me quiero detener ahora, además, en señalar otros problemas añadidos como la variabilidad del propio objeto ciudad a lo largo del tiempo. Por ejemplo, Detroit, en pocos años, ha pasado de ser “la ciudad del automóvil” a “esta ciudad es una ruina”. Esto ha hecho que muchos autores se cuestionen la posibilidad de aplicar el sistema de marcas a ciudades o territorios. En el artículo de Huertas se puede encontrar bastante bibliografía, tanto a favor como en contra. Dejando a un lado las posturas teóricas, la realidad es que este tipo de marcas existen. La marcas ciudad (o país) son hechos consolidados. Y en España todavía más, después del éxito del “modelo Barcelona” debido, en parte, a su consideración de la ciudad como una multinacional. De todas formas, respecto al "modelo Barcelona" y a lo que representa, y antes de opinar, recomendaría leer los trabajos de Horacio Capel sobre El Modelo Barcelona (Ediciones del Serbal, 2005) o el trabajo de Montaner, Álvarez y Muxí Archivo crítico, modelo Barcelona, 1973-2004 (Ayto. Barcelona, 2012). También el artículo de Sutton en Geocrítica titulado “Barcelona y el city branding: la ciudad como una corporación” (2013) o el libro de Manuel Delgado titulado La ciudad mentirosa: fraude y miseria del modelo Barcelona (La Catarata, 2007).

          Barcelona, el "nuevo barrio" @22  detail

          El caso es que ya llevo tres folios y todavía no he escrito nada sobre el tema de la imagen y sus relaciones con la marca y la identidad. Aquellos que me conocen ya saben que cuando empiezo a escribir (o a hablar) se sabe como empiezo pero no en qué acabará todo. El caso es que se trata de una cuestión compleja, con muchas derivaciones y difícil de abordar en un artículo de un blog. Pero voy a intentar plantear ahora la cuestión de la imagen. En el trabajo de Chias al que me he referido anteriormente se dice que la imagen “es la representación mental, el conjunto de impresiones o incluso los valores, que la gente relaciona o asocia a un determinado sujeto (entidad, organización, empresa). Esta imagen influye en el grado de preferencia del público por el sujeto y por lo tanto en el comportamiento de compra sobre lo que éste ofrece al mercado”. Esta visión, básicamente empresarial, de lo que es una imagen desde el punto de vista la venta de un producto, se opone frontalmente en el caso de la ciudad, a lo que entienden autores clásicos del urbanismo tales como Rossi, Sicca o Lynch.

          Londres, por supuesto bhmpics

          Casi todos los autores que se ocupan de la imagen urbana distinguen entre dos grandes grupos de “cosas” que se perciben. Por una parte, lo que Bailly llama los elementos constantes (que otros identifican con el tejido o con la áreas de residencia), y por otra los elementos singulares (primarios para Rossi o emergencias para Quaroni). Los elementos singulares, que son los que nos sirven para orientarnos en la ciudad, se producen a varios niveles: hay elementos singulares de ciudad, de distrito, de barrio, incluso de manzana. Los de ciudad serían aquellos conocidos por todos y que permitirían entender la ciudad globalmente, mientras que, por ejemplo, los de barrio o de distrito sólo serían bien conocidos por los habitantes de ese barrio o distrito o por otras personas que los usaran frecuentemente como los que trabajan o reciben enseñanza en ese sitio. Son los que Lynch llama hitos o nodos (incluso bordes y sendas podrían asimilarse) y que nos permiten orientarnos a diferentes niveles.

          París, sin duda  miriadna

          Si se considera a la ciudad globalmente, es decir, si se atiende a las referencias de primer orden su elección suele ser bastante clara y parecen coincidir la mayor parte de los habitantes. Probablemente sobrepasen la categoría de “banderas de orientación” para adquirir la de símbolos. En algunos casos, por tanto, determinados elementos de primer orden, que destacan entre los destacados por tener una configuración física fuerte y nítida, si se mantienen por tiempo suficiente llegan a adquirir el “status” de verdaderos símbolos con los que puede llegar a identificarse toda una ciudad. Forman parte de esa imagen global de la misma que, muchas veces no responde a su visión de conjunto, ni a su verdadera silueta recortada en el cielo (skyline), sino a una representación ideal. Generalmente se trata de objetos visibles desde muchas posiciones y su misión no es la de servir de orientación aunque sí se pueden considerar como elementos representativos.

          Boston, Custom House Tower, otra torre-símbolo  skyscrapercity

          Veamos lo que dice Kevin Lynch respecto a Boston: “Pocas personas tenían un sentido preciso de dónde estaban esos mojones distantes y de cómo abrirse camino hasta la base de uno u otro edificio. De hecho, la mayor parte de los mojones distantes de Boston eran “sin fondo”, esto es, daban la impresión peculiar de estar flotando. Tanto el John Hancock Building como la Custom House y la Court House son elementos dominantes en el panorama general de la ciudad, pero la ubicación e identidad de sus bases no es de ningún modo tan significativa como la de sus partes superiores”. De las grandes ciudades actuales es difícil tener una imagen global. En la mayor parte de los casos esta imagen global ha sido sustituida por un símbolo o un conjunto de tópicos. Sin embargo, en las ciudades pequeñas y en algunas de tamaño medio todavía es posible una identificación directa de las mismas por su silueta que, incluso, puede convertirse en simbólica. En cualquier caso, estos símbolos o conjunto de tópicos son básicos (tanto desde el barrio o el distrito como de la ciudad) para que los ciudadanos se identifiquen con ellos.

          En otro momento debería dedicar un artículo más extenso
           a los imaginarios de marca, al llamado brandscape  branzai

          Existe, por tanto, una identificación interna que relaciona a un grupo de ciudadanos con determinados elementos que no necesariamente forman parte de su identificación externa. Esto es importante porque en muchos casos los símbolos internos, generalmente imágenes, se corresponden con lenguajes formales surgidos en culturas específicas de ámbito territorial reducido. El problema es que, cuando los creativos publicitarios han intentado convertir estas imágenes basadas en formas concretas correspondientes a una cultura local (irónicamente, conteniendo un hecho diferencial indudable) en una imagen de marca comprensible universalmente se han encontrado con que en muchos casos resultaban incomprensibles. Y lo primero que se les ha ocurrido es “traducir” estas formas locales a un lenguaje formal menos local. Es decir, descontextualizarlas. A veces se ha hecho bien y el resultado ha sido un éxito, pero en otras se han cometido verdaderos atentados a las identidades de los grupos, bien por cortedad creativa (no todos los creativos son buenos profesionales) o por imposibilidad de traducir determinadas formas concretas sin equivalente posible.

          Madrid ya tiene logo, pero… ¿marca?¿símbolo?  munimadrid

          Nos encontramos por tanto que, a veces, las campañas masivas que pretenden crear una marca (a ser posible a partir de una imagen) interfieren en las identidades locales desvirtuándolas y, en algunos casos, aniquilándolas, sólo por el hecho de suponer que ello va a significar mayor crecimiento y, por tanto, felicidad para sus habitantes. Y eso que tiene un reflejo evidente en la desaparición de las formas y cultura locales significa, como tantas veces he denunciado, un importante aumento de la insostenibilidad y la consiguiente pérdida de resiliencia del sistema. Podía poner bastantes ejemplos de este tipo de procesos pero, probablemente, cada uno en su barrio o en su ciudad puede encontrar alguno cercano. Menos mal que la ineptitud de algunos creadores va a favor del mantenimiento de las identidades internas y de las formas y cultura locales que, la mayor parte de las veces, aguantan sin problemas campañas puntuales, mal diseñadas y sin continuidad en el tiempo. A ello es debido, en parte, que Kavaratzis llegue a afirmar que “El City Branding sólo es posible si implicamos a los ciudadanos y lo convertimos en una herramienta para hacer su vida mejor”. Esa debería ser la norma.

          City Branding, Melbourne convertido en marca  nuvonium

          Ha sido un artículo duro ya que hoy me ha tocado lidiar con un tema muy abstracto, pero ya acabo. En definitiva, una ciudad no se comporta igual que una multinacional. Algunas de las razones he tratado de explicarlas en párrafos anteriores. Pero la fundamental estaría basada en el hecho de que la existencia de una ciudad no se justifica con un objetivo económico. Una ciudad es, por encima de cualquier otra cosa, el marco físico de convivencia de los ciudadanos. Si su reconversión en empresa hace incompatible este objetivo o lo dificulta, deberíamos de meditarlo muy seriamente. Por supuesto, hay que ser honrados y pensar si, detrás de estos programas, no estará en realidad el deseo de todo grupo humano de ser mayor, tener más poder y someter al otro. Solo así se explicaría que las ciudades compitan por ser cada vez más grandes en lugar de competir porque sus residentes sean, por ejemplo, más felices o puedan alcanzar mejor su desarrollo como personas. Y de que, a pesar de que todas las encuestas nos digan que los habitantes de las ciudades medias son más felices que los de las grandes ciudades, nos empeñemos en que nuestra ciudad sea la más rápida, la más alta, la más fuerte (Citius, altius, fortius). Y ahora, además, la más “listilla”. Como esas Smart Cities objeto del deseo de tantas multinacionales (estas sí, genuinas) al acecho.


          Nota 1: Lamento haber tenido que incluir bastantes expresiones inglesas en el artículo (algunas de sencilla traducción al español) pero es la mejor forma de que los buscadores lo encuentren. También la proliferación de comillas debido a la necesidad de ayudarme del contexto para abreviar algunos párrafos. Y por último, el haber utilizado una vez más el término identitario no reconocido por la RAE pero es que no consigo encontrar otro equivalente.

          Nota 2: Como ya sabéis soy enemigo de poner bibliografía, notas al pie, etc., en los artículos del blog y, sobre todo cuando no se pueden encontrar gratis en internet, pero dada la amplitud del tema no he tenido más remedio que citar muchos autores. Las referencias a los que he citado o que me han servido de ayuda para escribir los párrafos anteriores, son las siguientes:
          • Ashworth, G. y Kavaratzis, M.: "Beyond the logo: Brand management for cities", Journal of Brand Management, vol. 16, Jul/Ago 2009, pp. 520-532.
          • Bailly, A. S.: La Perception de l'espace urbain, Centre de recherche d'Urbanisme, 1977. En español: La percepción del espacio urbano, IEAL, Madrid, 1979.
          • Calvento, M. y Colombo, S. S.: "La marca ciudad como herramienta de promoción turística ¿instrumento de inserción nacional e internacional?", Estudios y perspectivas en turismo, vol. 18, 2009, pp. 262-284.
          • Capel, H.: El modelo Barcelona, Ediciones del Serbal, Barcelona, 2005.
          • Chias, J.: "Spain, an Image worth than 1000 words", en Gartner, W.C.: Temporal influences on Image, Annals of Tourism Research, vol. 13, 1986.
          • Delgado, M.: La ciudad mentirosa: fraude y miseria del modelo Barcelona, Libros de La Catarata, Madrid, 2007.
          • Halbwachs, M.: La topographie légendaire des Évangiles en Terre Sainte, étude de mémoire collective, Presses universitaires de France, Paris, 1941. Existe una traducción reciente al español: La Topografía legendaria de los Evangelios en Tierra Santa: estudio de memoria colectiva, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 2014.
          • Huertas, A.: "Las claves del Citybranding" en Lecciones del Portal de la Comunicación, Institut de la Comunicació, UAB, 2010.
          • Kavaratzis, M.: From city marketing to city branding, Rijksuniversiteit Groningen, Groningen, 2008.
          • Lynch, K.: The Image of the City, MIT Press, Boston, Mass, EE.UU, 1960. Hay varias traducciones al español, la última que conozco es: La imagen de la ciudad, Gustavo Gili, Barcelona, 2014.
          • Montaner, J. M., Álvarez, F. y Muxí, Z.: Archivo crítico. Modelo Barcelona, 1973-2004, Ajuntament de Barcelona, Barcelona, 2012.
          • Quaroni, L.: La Torre di Babele, Marsilio, Padova, 1967. En español: La Torre de Babel, GG, Barcelona, 1970.
          • Rossi, A.: L'architettura della città, Marsilio, Padova, 1966. Hay varias traducciones al español, la última que conozco es: La arquitectura de la ciudad, GG, Barcelona, 2013.
          • Sáez, L, Mediano, L. y Elizagarate, V.: "Creación y desarrollo de marca ciudad. Análisis de los registros de marca de las principales ciudades españolas", Revista de Dirección y Administración de Empresas, nº 18, diciembre 2011, pp. 125-156.
          • Sutton, O.: "Barcelona y el City Branding: La ciudad como una corporación", Geocrítica, vol. XVIII, nº 1049(17), 15 de noviembre de 2013.
          • Tinto, J. A.: “La imagen de marca de las ciudades”, Provincias nº 19, enero-junio, 2008, pp. 91-121.







          Rompiendo con el sedentarismo

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          Aunque no me gusta convertir las ponencias que presento a congresos en artículos, ya que se corresponden con medios diferentes, en este caso los párrafos que siguen son la adaptación de la que presentaré al congreso “El deporte, cuestión de Estado” que se celebrará dentro de unos días en Santander. Pero resulta que, en este caso, coincide además con un tema muy parecido de la asignatura La Ciudad y el Medio que imparto en la Escuela de Arquitectura, y que acabo de explicar a mis alumnos. Recoge también en parte algunas de las conclusiones que sacamos de un Encuentro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo celebrado ya hace cuatro años en el Lazareto de Mahón sobre la planificación urbana saludable. En el artículo intento justificar la necesidad de cambiar el enfoque de una ciudad pensada para el automóvil privado y en la que se ha sustituido el modelo de distancia por el de tiempo, centrando las prioridades en la posibilidad de que la mayoría de los desplazamientos se puedan realizar andando.

          Necesitamos ciudades para los peatones. 
          De la publicación Correr entre coches asetra

          El planeamiento urbano surgió a partir de una necesidad concreta: la de construir ciudades más sanas. El resultado de la Revolución Industrial en el ámbito urbano fue una ciudad insalubre y muy poco equitativa. Como respuesta, un instrumento de previsión como fue el plan de urbanismo creó (entre otras muchas técnicas de intervención) la zonificación, atendió a los vientos y al soleamiento e introdujo el saneamiento y las redes de abastecimiento de agua, mejorando notablemente la esperanza de vida de los ciudadanos. Después de estos comienzos tan prometedores, durante bastantes años el urbanismo ha ido cambiando sus originarios intereses de salud pública por los puramente económicos. Sin embargo, en el momento actual, se empieza a recuperar la necesidad de conseguir una ciudad más sana como criterio fundamental. Y es que han surgido nuevos problemas derivados, entre otros elementos, del tráfico rodado cuyas necesidades se han impuesto sobre cualquier otra consideración. Y no se trata sólo de problemas globales como el cambio climático inducido por el consumo de combustibles fósiles, sino también aquellos locales originados por el cambio en la forma de vida de los ciudadanos.

          La quema de combustibles fósiles no afecta sólo al
           planeta, afecta también al ámbito local  dailytelegraph

          Este uso del coche (muchas veces obligado por estar la ciudad diseñada de esta manera) ha traído consigo una tendencia muy acusada al sedentarismo. A esto se añaden otra serie de hábitos, inventos y comodidades en la misma dirección. Así, la televisión, los ordenadores, internet o la proliferación de empleos de "cuello blanco" inducen al ciudadano a no moverse. Es de sobra conocido el problema que esto representa para la salud. Problema en el que no me voy a detener por estar suficientemente tratado en otros artículos del blog. De forma que tenemos que pensar en otra ciudad basada en el peatón. En la sea posible ir a comprar, distraerse, educarse o relacionarse con los demás sin necesidad de subir a un coche. En la tengamos zonas verdes de proximidad donde se pueda hacer deporte al aire libre a una distancia máxima del domicilio que permita desplazarse a ella andando. También, por supuesto, lugares accesibles mediante otros medios pero de uso más esporádico. Ello redundará en beneficios para la salud mental y física de los ciudadanos, reduciendo la factura en farmacopea y asistencia sanitaria. Es decir, mejorando también la rentabilidad del sistema.

          Crear espacios de proximidad para el deporte fmds

          En momentos en los que se está reconsiderando el planeamiento urbano sobre unas bases diferentes a las de hace tan sólo unos pocos años, cambiando una perspectiva básicamente de negocio, por otra de convivencia, sería importante priorizar. Desde el punto de vista técnico, los que nos dedicamos de una u otra forma a la planificación sabemos que la primera dificultad que hay que afrontar es la reducción de las distancias. Una de las razones más importantes de la insostenibilidad del sistema es el desperdicio de energía, suelo, materiales y la producción de contaminación que trae consigo el transporte. Transporte de alimentos, de personas, de materiales, de la propia energía. Y es que la ciudad se ha extendido de dos formas. La primera, desparramándose sobre el territorio, ocupándolo todo y sustituyendo la noción de distancia física por la de distancia en tiempo. El automóvil privado ha traído consigo la posibilidad de alejar las cosas, las actividades, los espacios urbanizados, mucho más lejos que nunca. Y la segunda, extendiendo su área de influencia a todo el planeta. Las ciudades importan y exportan a cualquier lugar de la Tierra.

          El coche privado ha permitido colocar cualquier trozo de ciudad
           en casi cualquier sitio sin importar la distancia “al centro”  googlemaps

          Necesitamos, desde el punto de vista de la eficiencia, una “ciudad de proximidad” en la que los alimentos se produzcan a pocos kilómetros; los materiales sean los del sitio; seamos autosuficientes en agua y energía. Pero también una ciudad en la que el comercio esté cercano a la residencia; en la que sea posible acceder a los equipamientos andando; en la que existan lugares físicos para la convivencia real. Eso significa que es imprescindible repensar desde una nueva perspectiva los lugares donde hacer ejercicio. Necesitamos, por ejemplo, parques de proximidad en los que sea posible el deporte al aire libre. Y equipamientos cerrados cercanos: gimnasios, piscinas. Como veremos más adelante, para conseguirlo resulta necesaria una densidad residencial suficiente para rentabilizar los costes. Hasta ahora el dimensionado de los equipamientos se ha hecho atendiendo tan sólo al número de habitantes sin pensar en las distancias de acceso. La consecuencia es que la gente tiene que venir desde muy lejos y necesita infraestructuras de transporte importantes, consume energía y contamina.

          Para mucha gente, la cercanía es una necesidad prioritaria  agapito

          Sería una locura fijar densidades mínimas para que todo el mundo tenga una piscina olímpica a menos de 500 metros de su residencia. Pero son necesarias densidades mínimas para muchas cosas básicas: para hacer posible un comercio de proximidad; para que la vigilancia de nuestras calles no sea una misión imposible; para conseguir espacios de convivencia como centros de la tercera edad en los que puedan reunirse las personas mayores. Habría que empezar a cambiar el sistema y organizar toda la distribución de equipamientos (incluidos los deportivos) a base de elementos pequeños, polivalentes y escasamente especializados. Luego sí, habría que complementarlos con otros mucho más especializados, situados en puntos clave y accesibles mediante el transporte público. Incluso algunos, absolutamente excepcionales pero cuya ubicación tendría poco interés ya que afectaría a muy pocos. Así, por ejemplo, la red deportiva básica sería una red de proximidad. Por aquí habría que empezar. Resulta incomprensible tener que conducir diariamente el coche para ir a correr a un parque.

          Juegos infantiles, necesariamente de proximidad  20minutos

          En planeamiento urbano, las reservas de suelo para equipamientos están pensadas para que la hipotética población que vivirá en un área determinada tenga un número concreto de metros cuadrados de zona verde, deportiva o religiosa, por habitante. Sin embargo, por ejemplo en el caso de Madrid, no es lo mismo un barrio del municipio de Parla que el barrio de Concepción. En Parla seguramente habrá muchos niños y en La Concepción muchas personas mayores. No necesitan los mismos equipamientos, ni los mismos espacios. La concreción de los equipamientos deportivos de proximidad se debería de hacer de acuerdo con la población, de forma que fueran los propios usuarios los que ayudaran a su determinación. Este es otro de los elementos básicos que están cambiando en la nueva concepción del planeamiento. Las decisiones de este tipo deberían ser tomadas por los ciudadanos, no por los políticos o por los técnicos. Y es bastante probable que los habitantes del barrio de la Concepción no pidan las mismas cosas que los de Parla ya que no tienen las mismas necesidades.

          El “deporte” de acceder en silla de ruedas a una zona verde  hrw

          Además, la población evoluciona. Es posible que hace treinta años se pudiera hablar de pirámides de población en sentido estricto. A día de hoy esta pirámide se ha invertido y, en realidad, nuestra sociedad es una sociedad envejecida cuyas necesidades difieren mucho de las de antes. La población europea se va convirtiendo, es ya, una población de personas mayores. Pensar un sistema de equipamientos, deportivos o no, para “varones, caucásicos, blancos, de treinta años, sin problemas físicos y de clase media” no se sostiene. El deporte debería ser “una cuestión de todos” aunque una parte significativa de esa población tenga más de ochenta años o problemas que la hagan diferente del estándar medio. Desafortunadamente, hasta ahora no lo hemos entendido así y hemos diseñado, no para los casos más desfavorables sino, precisamente, para los más favorables. Y es que la actividad física debería ser una de las bases de la salud pública como así se reconoce en muchos sitios. Parece que seguimos prefiriendo gastar el dinero de todos en pastillas en lugar de invertirlo en conseguir ciudades más sanas.

          Antes de instalar cualquier invento hay que preguntar a los ciudadanos
           si lo van a usar (y, en este caso, quién se encarga de las piezas)  patagonianorte

          Todo esto quiere decir que no sólo hay que plantear nuestra red deportiva como una red de proximidad, sino que deberíamos adecuarla a las necesidades reales de la población a la que sirve. Y para ello es imprescindible contar con los propios ciudadanos. También empezamos a tener claro que para que esto sea posible estos ciudadanos han de estar informados. Han de conocer las posibilidades que se le ofrecen, las ventajas e inconveniente, los resultados, los costes. Este sistema que en urbanismo empezamos a llamar “la ciudad transparente” implica la necesidad de que el ciudadano sepa qué es lo que de verdad necesita. O el significado de que en su pequeño parque de proximidad se instale una estructura para niños o se diseñe un campo para jugar a la petanca. Lo ideal, claro, es que tuviéramos las dos cosas. Pero en el peor de los casos no caben, o no son necesarias, o el Ayuntamiento no tiene dinero para la instalación y el mantenimiento de ambas. Decisiones de este tipo deberían dejarse en manos de los ciudadanos. Pero hacerlo no es tan sencillo como decirlo.

          Cualquier proyecto de este tipo debería incluir también
           un plan de actividades y su financiación  espormadrid

          Habría que empezar por el principio. “Alguien” debería de estudiar el tema, convertirlo en alternativas y encargarse de transmitirlas al ciudadano de forma comprensible. Y ese “alguien” necesariamente deberían ser las instituciones públicas que, se supone, velan por el bien común. Y, además, en el ámbito local que parece el más adecuado para abordar esta cuestión. Tantas concejalías de deportes que no saben más que organizar “medio-maratones” absurdos un día al año para justificar su existencia, tendrían una razón de ser evidente. Y es que no se puede decidir, más que desde la demagogia, si no tenemos información y si esta información no se transmite al administrado de forma comprensible. Muchas campañas de publicidad absurdas que sólo duran un tiempo corto en el espíritu del receptor del mensaje podrían ser sustituidas por el conocimiento racional de las cosas, que no es tan efímero como una impresión emocional que depende de circunstancias concretas. Este es el sentido que empieza a tener en urbanismo el término “participación pública” con el que tantas veces nos llenamos de tópicos.

          La actividad física, competitiva y/o por placer,
          a ser posible al aire libre, base del deporte  zoomnews

          Se puede entender el deporte de muchas formas distintas. Según el Diccionario de la RAE tiene dos acepciones. Según la primera es: Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas. Y según la segunda: Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre. Las dos tienen de común el ejercicio o la actividad física y la idea de juego o competición relacionada con el placer o la diversión. Pues bien, la actividad física más barata y elemental es andar. Y andar es, además, la base de una ciudad más sana. Si las ciudades estuvieran pensadas para andar, para desplazarse a pie un sitio a otro, probablemente serían ciudades más placenteras, sanas y divertidas. Interactuaríamos con personas y no con coches, ejercitaríamos los músculos, el corazón, los pulmones (por supuesto estarían mucho menos contaminadas). Y los que pudieran correrían no sólo por los circuitos preparados de los grandes parques sino por los circuitos que diseñaríamos aprovechando las calles y las plazas. O, si físicamente tuvieran la posibilidad, abordarían en bicicleta las distancias más grandes.

          Habría que intentar facilitarle la vida al corredor urbano  werunbarcelona

          Dicen Pozueta, Lamíquiz y Porto en un libro titulado La ciudad paseable (hay una reseña en un artículo del blog) que “Muchas de las ventajas de caminar tienen que ver con su mayor sostenibilidad ambiental frente a otros modos, pero comprenden, también, aspectos económicos, sociales e, incluso, de salud. La vida humana se desarrolla básicamente a pie; es a pie, fuera de los automóviles, cuando se producen las relaciones más directas e intensas de las personas con el entorno físico y social; y, el espacio público que las acoge es el espacio cívico por excelencia, el espacio de la integración y de la coherencia social”. Son, por tanto, muchas las ventajas, y no sólo desde un aspecto exclusivamente deportivo, de diseñar ciudades para el peatón: un medio de transporte sostenible, una práctica saludable, una actividad económicamente de interés, una inversión equitativa, mejor aprovechamiento del suelo y ausencia de congestión y calidad de vida e integración social.

          Aparcar a la puerta como prioridad absoluta  viajaramadrid

          Por desgracia, hasta hace pocos años la tendencia era la contraria. Todavía hoy en los procesos de participación ciudadana lo que los vecinos exigen por encima de cualquier otra consideración es la existencia de aparcamientos cercanos. Esto no quiere decir que la gente sea tonta o que “esté dominada por la tiranía del automóvil”. Es, sencillamente, porque lo necesita para desplazarse a casi cualquier sitio. Cuando se diseña (o rediseña en los procesos de rehabilitación o regeneración urbana) no se piensa nada más que en el rendimiento económico del producto inmobiliario pero casi nunca en la vida de las personas que van a “ocupar” ese producto. El primer mandamiento debería ser el de situar los servicios y equipamientos a una distancia razonable. El radio de acción de los desplazamientos peatonales, si se emplean entre  20 y 30 minutos para el recorrido sería de unos 2 kilómetros para velocidades de 4-5 Km/h. Eso si contamos con personas sin problemas. Si lo planteamos para casos más desfavorables estos radios deberían reducirse hasta el medio kilómetro, y para el acceso a los parques de proximidad probablemente a los 400 metros para que las personas de más de ochenta años con ciertos problemas de dependencia, pudieran acceder sin sufrimiento adicional.

          Las bajas densidades de la periferia fragmentada imposibilitan
           conseguir servicios y equipamientos que no sean ruinosos  fercavia

          Pero para conseguirlo resultan imprescindibles tres condiciones. Y las tres se relacionan directamente con el planeamiento y el diseño urbano. La primera, de la que ya hemos hablado, se resume en contar con densidades suficientes que hagan posible estos radios de recorrido en relación con los equipamientos o los servicios diarios. Con las bajas densidades de la ciudad periférica fragmentada es imposible contar, por ejemplo, con comercio de proximidad rentable y aparece la necesidad de usar el coche privado para acceder al comercio más elemental, incluso para comprar el pan o la leche. Y lo mismo sucede respecto a los equipamientos como los docentes. La segunda condición se refiere a la multiplicidad de usos. Un no rotundo a los usos exclusivos de residencia, de industria (hay muchas menos contaminantes que las viviendas), de equipamiento, comerciales o de oficinas. La mezcla de usos es básica para conseguir ciudades peatonales. Y la tercera tiene que ver con las tipologías arquitectónicas y urbanísticas. Por ejemplo, los patios de manzana privados con equipamientos en el interior de las manzanas hacen inviable un espacio público complejo y educador en la urbanidad.

          Calles y plazas confortables son la base de una vida más activa  efarquitectura

          Pero la cuestión no se refiere sólo a las distancias. Para que la gente de verdad disfrute andando por  una calle o por un parque tiene que hacerlo en condiciones confortables. Todavía me acuerdo de aquella encuesta que se hizo en los años 80 del pasado siglo XX sobre las plazas duras que se pusieron de moda en Cataluña. Cuando se les preguntaba a los mayores por qué no las usaban, la contestación era parecida a esta: porque nos da el viento en el cogote. El diseñador urbano cuenta con muy pocos elementos para garantizar el confort de una calle, una plaza o un parque. Pero algunos sí que existen: los propios edificios, los árboles, la topografía, los pavimentos. El problema es que suele olvidarlos. O si se acuerda los usa con una grave ignorancia de las normas más elementales. Aceras y árboles situados en sitios inadecuados, pavimentos que no evapotranspiran y que se convierten en bombas de calor por inercia térmica, bancos donde cae el sol a plomo en el verano y están sombreados en el invierno, utilización de especies alergógenas en el arbolado, paisajes urbanos inhóspitos y poco atractivos.

          Nuestro espacio público necesita seguridad, no sólo respecto
           a los coches o a los accidentes, también contra la delincuencia  re

          Pero necesitamos además un elemento muy importante que muchas veces se desprecia y cuya ausencia está volviendo nuestras zonas urbanas “zonas de guerra” en las que es casi imposible la vida de relación: seguridad. De forma sorprendente, no es una cuestión que normalmente se tenga en cuenta a la hora de planificar o diseñar nuestras áreas urbanas. Estamos ante una especie de tema tabú en el urbanismo que raramente se trata en los centros de enseñanza que forman a los profesionales de la planificación urbana. La consecuencia es que se comenten errores de bulto acerca de cuestiones elementales que luego repercuten en el anómalo funcionamiento de calles, plazas y parques. Existen un buena cantidad de métodos de diseño urbano que permiten conseguir una buena seguridad subjetiva: la llamada Prevención del Delito a Través del Diseño Ambiental (Crime Prevention Through Environmental Design, CPTED, iniciales de las siglas en inglés), la herramienta de Espacios Urbanos Seguros, el Retrato del Delito de Oportunidad en la Calles (Crime Opportunity Profiling of Streets, COPS, iniciales de las siglas en inglés), Los Lugares y los Niños (Kids and Space), Virtual CPTED, los mapas de criminalidad, las encuestas de victimización, y tantos otros.

          El siglo XXI necesita ciudades pensadas para los peatones  arquine

          Los nuevos enfoques con los que empieza a renovarse el urbanismo en este siglo XXI afectan también a la forma de afrontar el deporte y la actividad física en relación con la ciudad. Y, sobre todo si se consideran ambos aspectos (que, en parte, son el mismo) como un elemento básico de la salud pública. Esa salud pública que dio origen al urbanismo tal y como hoy lo conocemos pero que se fue separando más vez más de sus primitivas metas para convertirse en otra cosa, seguramente un negocio. Y eso no es malo. Lo malo es cuando ese negocio se convierte en el eje fundamental del planeamiento urbano. A lo largo de este artículo sólo he pretendido esbozar los aspectos prioritarios de esta nueva relación, que empiezan a indicar una vuelta a la necesidad de que el aire de las ciudades haga libres a los que en ella viven. Lo que significa que los haga más sanos de mente y de cuerpo, y más solidarios entre sí. El resumen podría ser: tenemos que conseguir una ciudad de proximidad con equipamientos cercanos (incluidos los deportivos de base) y en la que la mayor parte de los desplazamientos se puedan hacer andando. Son muchos los elementos a considerar, unos más importantes que otros (confort, seguridad, distancias, participación) pero es indiscutible la necesidad de que el marco físico y político en el que nos desenvolvemos haga posibles otras prioridades más nobles que las actuales.

          Recuperar el territorio

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          Hace unos días tuvimos una reunión del Comité Hábitat español para seleccionar las Buenas Prácticas para el concurso de Dubai. Eso me permitió ponerme en contacto, una vez más, con “las cositas buenas” que se están haciendo en este país relacionadas con los aspectos sociales, territoriales y urbanos. Independientemente del proceso de selección, e incluso del hecho de que alguna práctica de las que voy a explicar no haya sido seleccionada (los criterios del concurso son un tanto especiales, específicos y, en algunos casos, contradictorios) me gustaría contaros algo de tres de las Buenas Prácticas presentadas. Se trata de ejemplos concretos y reales del camino que entiendo debería priorizar esta vuelta a lo local de la que algunos venimos hablando desde hace unos años. Las tres corresponden a propuestas muy diferentes, una rural, otra territorial y la tercera urbana, pero tienen en común la necesidad de recuperar la perdida relación del ciudadano con el territorio en el que vive.

          Fragmento de la acuarela “Pachamama” de Cesar Bertel  cesarbertel

          Aquellos que me conocen (y, sobre todo mis alumnos) saben que repito como un mantra que, para cuidar el territorio, para amarlo, lo primero es conocerlo. No se ama lo que no se conoce. En un alarde de inventiva y de trabajo ya podemos detectar paisajes naturales o agrícolas de mantenimiento prioritario para la pervivencia de la propia sociedad urbana. O señalar entre los profesionales las bases de su pervivencia. Incluso inventarnos nuevas formas de gestionarlos o novedosas técnicas de recuperación. Si la mayoría social es ajena a su naturaleza, necesidades e importancia, tarde o temprano sucumbirán ante cualquier agresión por parte de esa misma sociedad. Por ello se va volviendo cada vez más importante algo que parecía al principio como un adorno, algo accesorio frente a los problemas de detección, organización o gestión: la difusión de los valores patrimoniales, sean naturales o no, del territorio. Y todavía más. No una simple difusión erudita y distante desde los “sabios” a los “ignorantes”, sino una puesta en relación del ciudadano con el territorio que habita.

          Internet Map, conexiones europeas ciudad a ciudad
           ¿Reconoces el territorio? (busca, está debajo)  chrisharrison

          Desde mi punto de vista, las tres prácticas que voy a explicar significan avances apreciables en esta dirección. Son, básicamente modernas, porque ponen el énfasis justamente en el aspecto hasta ahora más olvidado de la gestión sostenible de los recursos naturales y también de la ciudad y su entorno natural: la necesidad de que las personas vuelvan a conectar con un territorio que los medios de difusión masivos, internet, la sustitución del concepto de distancia por el de tiempo y las relaciones instantáneas, han hecho olvidar. Ese territorio que parece no existir cuando asistimos a la fiesta de la arquitectura y el urbanismo genéricos (tan modernos), cuando hablamos de que el entorno de cualquier ciudad es el planeta entero o cuando pretendemos medir todos los objetivos, todas las emociones, mediante un único patrón. La sostenibilidad del planeta pasa por la vuelta a lo local y para que esta sea posible es imprescindible reconectar con un territorio hoy frecuentemente olvidado.

          Croquis de “una máquina de pensar” de Geddes, método visual de
           conexión entre hechos e ideas (¡qué falta nos hace!)  cafedelasciudades

          Y no es que esta idea sea precisamente nueva. Geddes, Jacobs, Mumford y tantos otros, no solo la han propuesto como una teoría. Incluso la han llevado a la práctica. La dificultad del tema, y lo que le confiere un mayor interés, es la especial situación creada por el paso de un mundo local a un mundo global, especialmente en los años que llevamos de siglo.   

          Un parque muy nuestro

          Vamos a empezar por la más humilde. Se llama "Un parque muy nuestro", de la asociación Ripakoa y corresponde al Ayuntamiento del Valle de Lizoain Arriasgoiti en Navarra. Esta práctica ya obtuvo una mención en el 7º Catálogo de Buenas Prácticas de esa Comunidad y los datos proceden de dicho Catálogo. Es una zona agrícola y ganadera en la que viven unas 350 personas repartidas en 13 aldeas. Dividida en dos zonas por el río Erro, no contaba con un espacio de encuentro para las diferentes localidades. Según el catálogo, un lugar "donde, desde antaño, la valoración del paisaje ha dependido muy directamente de su rentabilidad económica". Esto es importante porque pudiera parecer que la desvinculación del territorio de la que hablaba al comienzo se refiere sólo a los urbanitas. En el medio rural también pasa, aunque de forma diferente. En realidad, así como un urbanita cuando va “al campo” lo entiende como estética, ese mismo campo se ve por el agricultor o el ganadero cómo su fuente de ingresos.

          Un parque muy nuestro  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

          Así como hace algunos años en Europa se podía hablar de una diferencia clara en cuanto a los modos de vida rural y urbana, ahora no sucede lo mismo. “El campo” para el habitante de la aldea ya no está relacionado con una forma de vivir que abarcaba todo, desde la economía hasta las relaciones sociales, pasando por la forma de divertirse o la de comprar, sino que se ve casi como una industria más. El modo de vida, los deseos, las ambiciones, las relaciones, la forma de divertirse, de vestir, de consumir, los determinan la radio, la TV, internet, la prensa escrita (cada vez menos), Twitter o Facebook que son, básicamente, urbanos. De forma que ese sentimiento por la tierra en su sentido profundo (sentimiento que experimenté en mi niñez rural en Galicia) se va perdiendo también en el mundo de la aldea. Eso es algo que, precisamente, pretende recuperar esta práctica. Pero no sólo esto, sino también crear un “lugar abierto, de encuentro para niños y adultos, en un valle diseminado en 13 pueblos”. Es decir, crear marcos de memoria y relación entre la gente del valle vinculándolos a un lugar concreto.

            Fuente con simbología celta Catálogo Buenas Prácticas Navarra

          Pero los objetivos van mucho más allá: “Realizar un parque emblemático para nuestro valle fusionando el cariño y respeto hacia nuestra infancia, nuestros árboles y su significado cultural ancestral; desarrollar la formación y educación ambiental de los niños y sus familias y la participación, desde temprana edad, en trabajos de auzolan voluntario e intergeneracional; aumentar la biodiversidad de las tierras bajas del valle”. Cualquiera que lea las palabras anteriores copiadas textualmente del Catálogo podrá darse cuenta de que se trata de lo mismo que venimos repitiendo de forma machacona en este blog. La actuación concreta consistió, por tanto, en algo muy sencillo, construir un parque entre todos. Pero no un parque cualquiera, sino un parque formado por un círculo de árboles representando el calendario lunar celta (19 plantas igual a 13 meses y 4 estaciones primer y último día del año) y una fuente central con simbología celta. Es decir, un parque simbólico.

          Árbol autóctono, placa, niños  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

          A partir de este centro, y en su entorno, sesenta familias “plantan árboles autóctonos con el nombre de sus hijos. Cada planta lleva una placa informativa (árbol en latín, euskera y castellano; nombre y fecha nacimiento). Paneles informativos en euskera y castellano, con esquema del parque y explicaciones básicas, para su comprensión y consulta de las características atribuidas a cada persona, según fecha de nacimiento”. Además se construye un reloj solar para saber la hora a partir de la propia sombra. Tampoco me parece anecdótico el tema del reloj solar. Puede parecer absurdo, en un mundo de móviles, que se intente conocer la hora mirando la sombra pero en la cultura rural tradicional la diferencia más importante con la urbana era el sentido del tiempo. Digamos que la cultura urbana creó el reloj con horas, minutos ¡y segundos! En el mundo rural tradicional el reloj era un instrumento poco útil. Recordarlo debería formar parte de esa cultura que se está perdiendo.

          Parque comunal entorno antigua iglesia San Miguel  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

          Paralelamente diseñamos un Calendario Lunar de pared para 2013. Consta de trece meses, presididos por los trece árboles del círculo y por cada uno de nuestros trece pueblos, fase lunar diaria y fotografía grupal de niños y niñas participantes. El año se inicia el 24 de diciembre con el mes del abedul. Este calendario tiene un original diseño propio, mixto Lunar/solar, respetando la ancestral manera de contar el tiempo y práctico para nuestras necesidades actuales”.  El parque está situado en un terreno comunal, “hasta ahora dedicado al cultivo de cereal, próximo al núcleo urbano y en el entorno de la antigua iglesia de San Miguel. Un enclave especial desde cuyo centro, la vista puede recorrer el horizonte circular de la baja montaña del entorno del valle, sólo interrumpido por la vieja iglesia. Para nuestros antepasados podría representar el propio centro de su universo”… “La antigua Iglesia Parroquial de San Miguel unida al Parque, quemada en 1932 y actualmente restaurada y desacralizada, se convertirá en centro cívico dónde complementar las actividades programadas relacionadas con el parque y otras, que requieran un espacio cubierto”.

          Visitas escolares  Catálogo Buenas Prácticas Navarra

          Para terminar sólo me resta decir que el coste de esta práctica ha sido de 18.600 euros. Se han celebrado ya diferentes fiestas, juegos, talleres infantiles, comidas populares, visitas escolares y diferentes actividades que sería largo reseñar. Además “las tareas periódicas de mantenimiento y riego, en auzolan voluntario, son ocasión de encuentro y colaboración entre niños y adultos de los diferentes puntos del valle”. Reconectar con el territorio. Esta recuperación de lo local (base de la sostenibilidad) tiene que partir, necesariamente, de volver a sentir el territorio como algo propio, de amarlo. De conectar lugares concretos, a ser posible simbólicos, con los grupos humanos que le dan sentido y que, a su vez, adquieren identidad al relacionarse con ellos. 

          12 meses 12 paisajes

          Esta práctica es la que abarca un ámbito mayor ya que se refiere a toda Galicia. Desde el año 2008 esta Comunidad Autónoma cuenta con una ley de protección del paisaje (7/2008 de 7 de julio) en base a la cual se ha elaborado una Estrategia Gallega del Paisaje. Se trata de un documento muy interesante que trataremos, más adelante, en otro artículo del blog. Uno de sus elementos fundamentales es la sensibilización, formación y divulgación del paisaje gallego. El hecho de que se entienda como uno de los pilares para la comprensión del territorio ya nos pone en la pista de la situación en la que se alinean sus responsables y que coincide plenamente con el enfoque que entendemos hay que darle al tema. Se diferencia sin embargo de las otras dos actuaciones que estamos comentando en que el elemento central no es la educación ciudadana, sino la educación reglada. Se desarrolla, básicamente, en colaboración con la Consejería de Educación del Gobierno gallego y, en concreto, a través del llamado “Plan Proxecta”.

          Plan Proxecta CEIP de San Xoán de Becerreá  blogdoplan

          Al plantearse sobre todo para el ámbito escolar tiene que considerar y formar al profesorado para animarle “a realizar acciones de mejora paisajística asumibles desde el aula con proyección en el entorno local”. A la vez se desarrollan talleres de especialización “para técnicos y profesionales, así como foros informativos en el ámbito local, con el objetivo de formar y concienciar a la ciudadanía en la responsabilidad de respetar y proteger el paisaje”. Actuaciones ya realizadas: en el período desde el año 2011 al 2013 participan en el programa casi 3.400 alumnos, alrededor de 400 profesores, unos 150 profesionales y 56 centros educativos de los cuales 13 eran de otras cinco comunidades autónomas. También se llevaron a cabo 12 foros ciudadanos y se elaboró un conjunto de materiales didácticos de apoyo. El presupuesto total (con una pequeña participación de entidades privadas además de la administración) alcanzó durante este período los 232.000 euros.

          12 meses 12 paisaxes CEIP Illas Cíes “Os golfiños das Illas Cies” osgolfinosdoillascies

          Las prioridades del programa fueron tres: “Sensibilizar, con carácter general a toda la población, a través de los medios de comunicación en aspectos relacionados con la protección, gestión y conservación del paisaje; facilitar recursos formativos a los técnicos y profesionales directamente relacionados con la gestión del paisaje; integrar el paisaje en el currículum educativo para desarrollar una mirada crítica en el alumnado con el objetivo de fomentar una actitud responsable y proactiva de cara al futuro”. La primera me parece que es básica. Sin que la ciudadanía quiera defender su cultura, sus elementos de identidad y la belleza de sus territorios es casi imposible conseguirlo: cualquier agresión será secundaria respecto a otras cuestiones tales como la creación de puestos de trabajo o la obtención de un rendimiento económico (aunque sea a corto plazo).  Pero ya hemos dicho muchas veces que es imposible querer lo que no se conoce. Y este conocimiento es lo que se pretende con su introducción en escuelas e institutos.

          Mirador de Monte Branco  ponteceso

          De las actividades desarrolladas en el ámbito educativo destacaría algunas por su interés y novedad. En colaboración con la Fundación Juana de Vega se realizaron una serie de talleres de lectura del paisaje cuyo objetivo fue “desarrollar la capacidad de leer e interpretar el paisaje para los docentes y el alumnado”. Se utilizaron algunas técnicas divertidas como la colocación de las “gafas de mirar el paisaje”. También, en colaboración con la Fundación Eduardo Pondal, se llevaron a cabo con alumnos de infantil y primaria de Ponteceso, Cabana y Laxe, una serie de Obradoiros (talleres) de interpretación del paisaje en el mirador de Monte Branco. También, dentro del plan “Proxecta”, diferentes proyectos escolares de intervención paisajística, destacando la vinculación entre centros mediante trabajo compartido en red. Otra actividad destacable fue la celebración, en junio de 2013, de la “Primeira xuntanza de xóvenes pola sostibilidade e a paisaxe” (Primera reunión de jóvenes por la sostenibilidad y el paisaje) con la participación de 43 profesores y cerca de 200 alumnos de primaria y secundaria de 27 centros educativos de 6 comunidades autónomas.

          El cartel de la reunión de Pontevedra  cmati

          Afortunadamente ya estamos un paso más delante de la simple detección de los elementos del territorio a defender. La sensibilización, la educación, el contacto y el conocimiento del territorio, se empiezan a considerar aspectos tan básicos como la legislación o las metodologías de gestión. Prueba de que esto se entendió así fue que, una vez dividida toda Galicia en 12 áreas paisajísticas, el esfuerzo no se quedó exclusivamente en una publicación, probablemente muy interesante para los profesionales, sino que se procedió a realizar Foros Informativos en los que “participaron los principales agentes sociales, institucionales y educativos de cada zona. El objetivo era reconocer y valorar los aspectos positivos del paisaje a través de una metodología activa y participativa, para comprometer a los ciudadanos en el cuidado y protección de su paisaje”.  Se trata de un salto cualitativo importante, que tiene que ver con la consideración del territorio como algo básico no sólo desde el punto de vista de la realización plena del individuo sino de la propia sostenibilidad del sistema.

          Llevando a cabo un proyecto IES Carlos Casares de Vigo  iescc

          Entre las lecciones aprendidas después de la realización de esta práctica me interesan destacar dos. La primera se refiere a las posibilidades del paisaje como recurso educativo: “El paisaje es un recurso educativo extraordinario para el trabajo multidisciplinar porque es accesible desde varias materias facilitando dinámicas pedagógicas abiertas, creativas e innovadoras como el trabajo por proyectos y la resolución de problemas que desarrollan las competencias básicas del alumnado”. Y la segunda tiene que ver con eso que solemos llamar “diseño participativo” del que tanto se habla y en el que tan pocos profesionales creen: “El alumnado que participó en 12M12P de estos centros fue capaz de opinar, discutir y acordar acciones para mejorar aspectos de su entorno inmediato y de transmitirlos en su comunidad educativa y local reforzando los valores de una ciudadanía activa”. Parece mentira, pero avanzamos. Además, en una materia tan (aparentemente) difícil como el paisaje.

          Las raíces del mañana: 250.000 árboles y ciudadanos

          El caso de Vitoria-Gasteiz no deja de sorprenderme. No es ya que vayan años luz por delante de casi todos en temas territoriales, es que tienen tan interiorizado su territorio que son capaces de avanzar cambiando el rumbo cuando atisban que algo puede ayudar. Lo digo porque el título de la Buena Práctica que han presentado al concurso de Dubai (que es el que figura arriba) no era el título original del programa. El título primitivo era el siguiente: "250.000 árboles y arbustos para el Anillo Verde".  Aquellos que no conozcan la historia del Anillo Verde podrán sorprenderse, pero es que el llamado “Anillo Verde” que costó a los vitorianos sangre, sudor, lágrimas (además de mucho trabajo) no se trata de un cinturón de naturaleza que rodea en su totalidad la ciudad. Está formado por una serie de espacios verdes que se han ido consiguiendo conservar y que, en algunos casos, ni tan siquiera están unidos entre sí por corredores ecológicos. Lo que pretendía el programa primitivo era, precisamente, conectarlos plantando árboles y arbustos en aquellos espacios que quedaban o que fuera posible recuperar para este fin.

          Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz, centro de interpretación Ataria  estudioataria

          Pero el propio concepto de Anillo Verde (y no sólo en Vitoria-Gasteiz) ha ido cambiando con el tiempo. En el momento actual los anillos verdes que rodean muchas ciudades en todo el mundo han pasado de ser piezas separadas con identidad y el poder suficiente como para organizar el crecimiento urbano, a ser considerados como un elemento más en el entendimiento global del territorio. Rebeca, una de mis alumnas de doctorado está terminando ahora mismo una tesis en la que se observa claramente esta evolución en Vitoria. Y el año pasado, Susana ya leyó su tesis en la que defendía lo mismo para el caso de Inglaterra. Así se explica que la expresión "Anillo Verde" haya desaparecido del programa siendo sustituida por la palabra “ciudadanos”. Esa es la clave del cambio (y el motivo de mi asombro). El foco está ahora, todavía más, en el ciudadano. En realidad, en una sociedad entera que entiende, ama y preserva su territorio. Por eso me refiero a su adelanto respecto a otros lugares y a su demostrada capacidad de ver lo que es obvio, pero ante lo que en otros sitios se cierran los ojos.

          Plantación del “Bosque ciudadano” en Salburua AVG en Flickr

          Dice el informe remitido al Comité Hábitat: “La iniciativa persigue básicamente mejorar la funcionalidad ecológica del Anillo Verde -a través de su cosido con plantaciones- y convertirlo en la pieza principal de la Infraestructura Verde del municipio de Vitoria-Gasteiz, así como posibilitar la participación social y del sector privado, sensibilizando sobre la necesidad de potenciar la biodiversidad, por su importante papel en la lucha contra el cambio climático, además de por reportar otros muchos beneficios socioecosistémicos”. Hasta el momento se han plantado cerca de 130.000 plantas, repartidas en 38 localizaciones gracias al apoyo de 17 empresas o instituciones. Se ha creado la figura del socio protector del Anillo Verde y para la plantación se ha contado con la colaboración de la ciudadanía en general, diversos colectivos e, incluso, de los trabajadores de empresas o instituciones. Cerca de 3.000 ciudadanos han participado en campañas de plantación populares o campañas escolares. Aunque los habitantes de Vitoria-Gasteiz están ya muy sensibilizados siempre es posible dar un paso más.

          Actuaciones “Las raíces del mañana” cortesía Ayto Vitoria-Gasteiz
           Señalar en la imagen para verla a mayor tamaño

          Se han obtenido beneficios ecológicos: “El cierre o cosido del Anillo Verde, a través de la plantación de árboles y arbustos, está mejorando la conectividad ecológica, confiriendo estabilidad al Sistema de Infraestructura Verde e incrementando sustancialmente las funciones y los beneficios socioecosistémicos que ésta aporta. Además de beneficios ambientales, las intervenciones ya ejecutadas están reportando importantes beneficios sociales y económicos.
          Entre los beneficios ambientales más reseñables cabe citar el aumento de la biodiversidad y de la vida silvestre, la prevención de inundaciones, el control de la erosión y la reducción de los niveles de CO2, todos ellos relacionados con la prevención y la adaptación al cambio climático”. Pero también sociales: “Por otro lado, el proceso de participación social llevado a cabo, con acciones de voluntariado, en las que tienen cabida todo tipo de personas y colectivos, está afianzando el sentimiento de comunidad y de identidad, ayudando a combatir la exclusión social y el aislamiento. También tiene una componente educativa importante, por cuanto sensibiliza sobre la necesidad del cuidado y protección del Anillo Verde y del entorno natural”.

          Plantación en el cerro de Atxa en el Zadorra  blogsvitoria

          Hemos empezado estudiando una actuación en un entorno rural, y luego hemos visto lo que hace el Instituto del Territorio gallego con el paisaje de toda la comunidad autónoma. Ahora es el caso de una ciudad y su entorno. Pero en los tres ejemplos, de lo que se trata es de conectar a la gente con el territorio en el que vive. Si de verdad queremos resolver el problema al que se enfrenta el siglo XXI tenemos que pensar soluciones reales. Se trata de afrontar un conjunto de requisitos históricamente nuevos (y de los que depende que podamos vivir dignamente) derivados del hecho de que la huella ecológica de la Tierra haya sobrepasado la totalidad de su superficie. El cambio tiene que pasar porque toda la sociedad asuma roles nuevos derivados de la vuelta a lo local. Para ello se necesita reconectar con un territorio del que la ciudad se había separado. Deberíamos olvidarnos de pensar en las ciudades como artefactos ajenos al sitio. Los costes, tanto ecológicos como económicos, de mantener este tipo de superestructura depradadora e insaciable (consumo y crecimiento ilimitados basados sobre todo en una economía exógena) son, en estos momentos, inasumibles por el planeta.

          Byung-Chul Han y la sociedad transparente

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          Los lectores del blog ya saben que suelo utilizar bastante una metáfora: “la ciudad transparente”. Aunque ya he advertido otras veces sobre los peligros del uso de metáforas para describir realidades complejas, dado que mi público mayoritario son arquitectos o estudiantes de arquitectura con una educación muy icónica y para los que las metáforas y los símbolos (básicamente visuales) son su lenguaje natural, pienso que sería interesante hacer algunas precisiones sobre esta metáfora concreta. Para ello me voy a ayudar de algunos escritos de Byung-Chul Han, filósofo de los que me gustan (es decir, polémico y dado al pensamiento divergente, como Ortega del que ya sabéis me declaro admirador) y que, además, escribe libros muy cortos con capítulos a su vez también muy cortos y que se pueden leer casi de forma separada unos de otros. Eso sí, a las dos o tres páginas de que consta cada capítulo hay que dedicarle un cierto esfuerzo intelectual para extraer todo lo que encierran.

          "Ciudad transparente", talla en acrílico de Lucía Pacenza  luciapacenza

          Byunh-Chul Han es un personaje peculiar. Nació en Seúl (Corea del Sur), en 1959. Estudió metalurgia en su país, pero aquello de la metalurgia no terminaba de convencerle y decidió marcharse a Alemania a estudiar literatura, aunque acabó dedicado a la filosofía. Así lo cuenta el propio Han en una excelente entrevista de Francesc Arroyo, publicada en El País de marzo de 2014: “Cuando llegué a Alemania, ni siquiera conocía el nombre de Martin Heidegger. Yo quería estudiar literatura alemana. De filosofía no sabía nada. Supe quiénes eran Husserl y Heidegger cuando llegué a Heidelberg. Yo, que soy un romántico, pretendía estudiar literatura, pero leía demasiado despacio, de modo que no pude hacerlo. Me pasé a la filosofía. Para estudiar a Hegel la velocidad no es importante. Basta con poder leer una página por día”. En 1994 lee su tesis sobre Heidegger en la Universidad de Munich.

          Escena de “Byung-Chul Han en Seúl y Berlín”  ABC

          Después consigue la habilitación como profesor en Basilea y, desde entonces, se dedica a dar clases y escribir libros. Actualmente es profesor de filosofía en Berlín después de haber pasado por Karlsruhe. Ha escrito muchos libros en alemán pero no todos están traducidos al español. Los que tengo localizados los he reseñado al final del artículo en una de las notas. Dado que se está poniendo de moda, y que sus libros se venden como auténticos best sellers, no sería raro que en estos momentos tenga ya más traducciones al español. Sus temas son recurrentes de forma que no es raro encontrar que las descripciones más claras de la "sociedad del cansancio", por ejemplo, estén En el enjambre. Por eso, a pesar de que uno de sus libros se titula precisamente La sociedad de la transparencia voy a intentar acercarme a la forma en la que entiende esta metáfora a partir de varios de sus textos.

          Portada de "La sociedad de la transparencia"  Herder

          Me interesa, sobre todo, deshacer el equívoco que puede producirse si se plantea que una “ciudad transparente” procede de una “sociedad transparente”. Nada más lejos de la realidad. En varios artículos del blog ya señalo como uno de los objetivos prioritarios de la vida urbana la educación en la urbanidad. Esa educación que, según las ideas de Richard Sennett, nos permite convivir con el resto de ciudadanos sin traspasar los límites de la intimidad si es que no queremos hacerlo. O traspasarlos si estamos de acuerdo en ello. Esto significa, por supuesto, que la intimidad es un valor importante y el encargado de salvaguardarlo es la urbanidad (la educación ciudadana) tal y como hemos comentado en varios artículos del blog. La cuestión es que la intimidad puede ser casi cualquier cosa pero entre sus cualidades no figura precisamente la transparencia. Esto es importante y se relaciona directamente con lo que dice Han.

          La educación en la urbanidad permite la intimidad  4ever

          Aunque sea complicado resumir un pensamiento tan complejo (y sobre todo polémico) como el de Byung-Chul Han voy a intentar centrarme sólo en aquellas partes que puedan aclarar el concepto de ciudad transparente. En el primer capítulo de su libro Psicopolítica encontramos un párrafo que me va a dar pie para toda la explicación posterior y que centra algunos de sus análisis: “Al principio se celebró la red digital como un medio de libertad ilimitada. El primer eslogan publicitario de Microsoft, Where do you want to go today?, sugería una libertad y movilidad ilimitadas en la web. Pues bien, esta euforia inicial se muestra hoy como una ilusión. La libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en control y vigilancia totales. También los medios sociales se equiparan cada vez más a los panópticos digitales que vigilan y explotan lo social de forma despiadada. Cuando apenas acabamos de liberarnos del panóptico disciplinario, nos adentramos en uno nuevo aún más eficiente”.

          Where do you want to go today? thelogopatrol

          Y es que para Han, la era capitalista del liberalismo, que se caracterizaba por el paradigma de la obligación y los sistemas coercitivos que explotaban al ciudadano siguiendo el modelo del panóptico de Bentham (es decir, controlando exteriormente su actividad), ha sido sustituida por otra diferente: la neoliberal. Entiende que el neoliberalismo se caracteriza por un modelo basado en el rendimiento: “El sujeto de rendimiento está libre de un dominio externo que lo obligue a trabajar o incluso lo explote. Es dueño y soberano de sí mismo. De esta manera, no está sometido a nadie, mejor dicho, solo a sí mismo. En este sentido, se diferencia del sujeto de obediencia. La supresión de un dominio externo no conduce hacia la libertad; más bien hace que libertad y coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento” (de La sociedad del cansancio). Para que esto suceda es imprescindible desprenderse de lo que llama “negatividad” y centrarse de forma prioritaria en la “positividad”.

          Panóptico. New Illinois State Penitentiary at Stateville  educaciocritica

          De esta forma suprimiendo la coacción externa, la negatividad que conlleva, se aumenta el rendimiento y aparece la autoexplotación. La autoexplotación es mucho más eficaz que la explotación por otros ya que el autoexplotado se siente libre. Víctima y verdugo ya no pueden diferenciarse: “Esta autorreferencialidad genera una libertad paradójica, que, a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia. Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica” (de La sociedad del cansancio). Este exceso de positividad aparece de muchas formas. Por ejemplo, mediante un aumento de la información, que fragmenta la percepción y la dispersa. Desaparece así la atención profunda y contemplativa característica del pensamiento durante buena parte de la historia humana. Según su discurso, esta sociedad del rendimiento conduce, de forma inexorable, a la sociedad del dopaje cuyo reverso es lo que llama la sociedad del cansancio y el agotamiento excesivos.

          La excesiva información disminuye la atención profunda  mangasverdes

          Este cansancio de la sociedad del rendimiento es un cansancio a solas. En esta cuestión sigue las ideas de Hadke en su Ensayo sobre el cansancio: “Los dos estábamos cayendo ya, cada uno por su lado; cada uno a su cansancio más propio y particular, no al nuestro, sino al mío de aquí y al tuyo de allá”. Se trata de un cansancio que destruye toda comunidad, que termina con la cercanía. Un cansancio “sin mirada, sin habla, y que separa”. En las páginas que finalizan La sociedad del cansancio trata de diferenciar entre este cansancio en soledad y el cansancio fundamental, que inspira, que deja que surja el espíritu. Y es importante para nuestro tema porque es, precisamente, según Hadke “La cosa en este cansancio fundamental no aparece nunca sola para sí, sino siempre junto con otras, y aunque solo pocas cosas, al fin y al cabo todo está junto”. Y aquí es donde voy a tratar de enlazar toda esta larga introducción (imprescindible para plantear algo del vocabulario metafórico que utiliza Byung-Chul Han) con la cuestión de la transparencia que me ha servido para titular el artículo.

          La sociedad del rendimiento, el cansancio a solas  entorno

          Han dice en las primeras páginas de La sociedad de la transparencia: “Quien refiere la transparencia tan solo a la corrupción y a la libertad de información desconoce su envergadura. La transparencia es una coacción sistémica que se apodera de todos los sucesos sociales y los somete a un profundo cambio. El sistema social somete hoy todos sus procesos a una coacción de transparencia para hacerlos operacionales y acelerarlos”. Es decir, la transparencia así entendida no es más que una forma de aumentar el rendimiento, de conseguir una más perfecta autoexplotación del sujeto. Y luego sigue: “La transparencia estabiliza y acelera el sistema por el hecho de que elimina lo otro o lo extraño. Esta coacción sistémica convierte a la sociedad de la transparencia en una sociedad uniformada”. Espero que vayáis viendo porque me interesa particularmente esta visión y como se relaciona de manera directa con lo local y el alejamiento del pensamiento único, las formas únicas y como aboga por el mantenimiento de la singularidad y la diferenciación. En nuestro caso, de un urbanismo y una arquitectura contextualizados, anclados en el lugar, y alejados de elementos formales universales.

          Pensamiento y formas únicas  eufs

          De hecho, las relaciones entre información, transparencia, Big Data y teorías y modelos, aparecen en casi todas sus obras (y en casi todos los capítulos de sus obras). En concreto, en Psicopolítica se refiere a la polémica surgida a raíz de la publicación del libro de Chris Anderson The End of Theory y a una especie de nueva religión que el traductor de Psicopolítica llama “dataismo”, y reproduce un texto publicado en 2008 de Wired Magazine: “Adiós a la teoría del comportamiento humano, desde la lingüística hasta la sociología. Olvida la taxonomía, la ontología y la psicología. ¿Quién sabe por qué la gente hace lo que hace? La cuestión es que lo hace y que podemos seguirlo y medirlo con una fidelidad sin precedentes. Con suficientes datos los números hablan por sí mismos”. He reproducido este párrafo porque resume de forma bastante clara como en estos contextos (sobre todo en los políticos) transparencia se hace equivalente a datos, a información, y no a conocimiento.

          La nueva religión de los datos  bloomberg

          Este exceso de información conduce directamente al IFS (Information Fatigue Syndrom): “Los afectados se quejan de creciente parálisis de la capacidad analítica, perturbación de la atención, inquietud general o incapacidad de asumir responsabilidades. Este concepto fue acuñado en 1996 por el psicólogo crítico David Lewis” (de En el enjambre). El problema básico es que paraliza la capacidad analítica, es decir la capacidad de diferenciar lo esencial de lo que no lo es, que es la base del pensamiento. Nos encontramos, por tanto, que si hacemos equivalentes cantidad de datos y conocimiento resulta que puede suceder que al aumentar la cantidad de datos disminuya el conocimiento. Han entiende que la transparencia “de forma violenta vuelve todo hacia el exterior para convertirlo en información” y que “el secreto, la extrañeza o la otredad representan obstáculos para una comunicación ilimitada. De ahí que sean desarticulados en nombre de la transparencia” (de Psicopolítica).

          La transparencia intenta convertir todo en información  cognoscenti

          Una ciudad transparente no es, por tanto, una ciudad en la que se abrume al consumidor (según Han en la sociedad noeoliberal el ciudadano ha sido sustituido por el consumidor) con cientos de miles de datos que, en realidad, solo suministran información, sino una ciudad en la que los técnicos y los dirigentes tienen la capacidad de comunicarle al ciudadano aquella información relevante que le sirva para tener un conocimiento real de lo que está sucediendo en su ciudad. Una ciudad cuyo aire haga a las personas libres. Es decir, que no desnude su intimidad hasta volverla pornografía, que no anule su libertad individual haciendo desaparecer su personalidad. Resumiendo, una ciudad transparente no es una Smart City gobernada por las decisiones de millones de datos acumulados, sino una ciudad con un proyecto político verdadero que ponga el énfasis en los “por qué”, en la búsqueda de los fines, en la cooperación y en el conocimiento.Un ciudad construida por los ciudadanos, no por los datos.

          Ciudadanos frente a consumidores  informabtl

          Espero haber despertado el interés por las ideas Byung-Chul Han y el deseo de leer sus escritos. Se podrá discrepar con sus planteamientos. Acusarle de que, en realidad, no dice nada nuevo. Tacharle de superficial. Pero propone unas metáforas tan potentes que, necesariamente, despiertan la imaginación de los que leen sus ensayos. Querría terminar con un párrafo de Psicopolítica: “Es legendario el anuncio de Apple que en 1984 centelleaba en la pantalla durante la Super Bowl. En él, Apple aparece como libertador contra el Estado vigilante de Orwell. Trabajadores sin voluntad y apáticos se adentran en una gran sala y escuchan el discurso fanático del Big Brother en la telepantalla. Entonces una corredora irrumpe en la sala, perseguida por la policía del pensamiento. Avanza sin vacilar y delante de sus pechos bamboleantes lleva un gran mazo. Corre decidida hacia el Big Brother y arroja con rabia el martillo a la telepantalla que explota. Los hombres despiertan de su apatía. Una voz anuncia: «El 24 de enero Apple Computer introducirá Macintosh. Y verás por qué 1984 no será como 1984». Frente al mensaje de Apple, el año 1984 no marca el fin del estado vigilante de Orwell, sino el comienzo de una nueva sociedad de control que lo supera con creces en eficiencia. Comunicación y control coinciden totalmente. Cada uno es el panóptico de sí mismo”. En los momentos críticos en los que vivimos necesitamos generar interés para pensar sobre las cosas trascendentes, sobre los problemas que nos abruman. Necesitamos conocimiento, no información. Necesitamos transparencia real, no pornografía. Necesitamos ciudadanos, no consumidores. Necesitamos actores, no espectadores.


          Nota 1. En el momento de escribir este artículo todos los libros de Byung-Chul Han traducidos al español han sido publicados por la editorial Herder: 
          • El aroma del tiempo (Duft der Zeit: Ein philosophischer Essay zur Kunst des Verwailens, 2009).
          • La sociedad del cansancio (Müdigkeitsgesellschaft, 2010)
          • La sociedad de la transparencia (Transparenzgesellschaft, 2012)
          • La agonía del Eros (Agonie des Eros, 2012)
          • En el enjambre (Im Schwarm. Ansichten des Digitalen, 2013)
          • Psicopolítica (Psychopolitik: Neoliberalismus und die neuen Machttechniken, 2014)

          Nota 2. Aunque no es muy dado a conceder entrevistas (o por lo menos esto es lo que sucedía hace un par de años) resulta bastante interesante la que le hizo Francesc Arroyo para El País, publicada el 22 de marzo de 201 titulada “Aviso de derrumbe”. El enlace es este.

          Nota 3. También podéis leer la que le hizo Alfonso Armada para El Cultural de ABC del 3 de febrero de este año titulada: "Byung-Chul Han: Hoy no se tortura, sino que se postea y se tuitea". El enlace es este.

          Nota 4. Hace unos días, el 12 de mayo, el propio Han publicó un artículo en el diario El Mundo titulado “Añoranza del enemigo” que, aunque bastante alejado del tema que tratamos hoy, incide en sus ideas, ahora aplicadas a las relaciones con el fundamentalismo y a responder a la pregunta: ¿Qué es el enemigo? Otra forma de ver lo que llama “positividad” y “negatividad” de las cosas. El enlace es este.

          Planeamiento y cambio climático

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          Acabamos de terminar la redacción de la Guía metodológica para la mitigación y adaptación al cambio climático en el planeamiento urbano, que nos habían encargado la FEMP y la Oficina Española de Cambio Climático. Coordinada por Carlos Verdaguer hemos intervenido en su redacción GEA21, CC60 y GIAU+S (ver más detalles en las notas finales). Con esta disculpa, y basándome en el trabajo que hemos realizado a lo largo de un período de más de dos años, probablemente dilatado en exceso por cuestiones ajenas al equipo redactor, he pensado explicar un poco el objeto de una Guía de este tipo, su estructura y algunos temas ya más personales que tienen que ver con el momento crítico al que nos enfrentamos. Ya he planteado en otros artículos del blog la controversia sobre el origen humano (o no) del cambio climático y el funcionamiento de los paneles de expertos, de forma que esta parte no la trataré hoy.

          Portada  Guía

          Centraré mis comentarios en tres aspectos. En primer lugar, los efectos probables del cambio climático en nuestro país. Luego, las medidas comunes; y, por último, las específicas concretadas en áreas temáticas. Me centraré sobre todo en estas dos últimas cuestiones debido a que el equipo consideró en su momento que las medidas comunes (medidas marco) y las específicas eran válidas no sólo para mitigar y adaptar nuestras ciudades y territorios a lo presumiblemente va a venir en forma de efectos del cambio climático, sino que en realidad, eran medidas racionales para conseguir mayor sostenibilidad y resiliencia independientemente de estos efectos. Es decir, que se trata de medidas de Buenas Prácticas que deberían adoptarse de cualquier forma, independientemente del alcance, mayor o menor, que tenga el cambio climático que se avecina. En realidad, que ya ha empezado.

          Riadas, desbordamiento del Ebro, marzo 2015  elpais

          Antes habría que explicar tanto la finalidad de esta Guía como el método realizado para su elaboración. A pesar de que podría entenderse como un conjunto de recetas a considerar por los Ayuntamientos (y los equipos redactores) que se encuentren en fase de elaboración de un plan, con el objetivo de añadir una serie de condicionantes a los considerados como tradicionales, no es así. El título lo dice con bastante claridad: se trata de una metodología. Se intenta plantear otra forma de trabajar introduciendo entre las prioridades, no sólo aquellas específicas derivadas de los cambios previstos, normalmente mucho más exigentes que las consideradas hasta ahora, sino también las más globales que afectan al conjunto del planeta. Por ejemplo, no sólo hay que considerar cómo influye el aumento de la temperatura en el plan concreto de que se trate, sino también qué hacer desde este plan para que no incrementar el problema.

          Portada de uno de los informes del IPCC  ipcc

          Por otra parte tampoco se trataba de hacer investigación básica. El encargo estaba pensado no para añadir una serie de recomendaciones a las ya conocidas, sino seleccionar entre las ya existentes. Porque la dificultad no provenía de la escasez, sino de la abundancia de material. Se trataba de trabajar de forma parecida a como lo hace el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). El objetivo era, por tanto, buscar entre lo ya realizado, agrupar, clasificar y priorizar. El resultado fue algo así como una “Guía de Guías” aunque también se utilizó (además de Guías) material de otras muchas otras fuentes como Buenas Prácticas, Planes, Estrategias, o incluso Normativas. Pero también se pretendía conseguir otro objetivo: "La otra finalidad fundamental de esta Guía es la de contribuir a incrementar la conciencia general sobre el cambio climático y la necesidad de luchar contra el mismo desde los pueblos y ciudades de nuestro territorio, en la constatación de que el ámbito urbano y la escala local son cruciales para hacer frente a la crisis ambiental".

          Sistema de movilidad urbana motorizado  aeecad

          ¿Qué puede hacer desde el planeamiento municipal para contribuir a que el cambio climático no se haga incontrolable y muy dañino? El conjunto de medidas a adoptar para conseguirlo y reducir los efectos nocivos es lo que en la literatura especializada, se conoce con el nombre de mitigación. Aunque, en general, en lo que se refiere a las medidas de mitigación, todos los elementos están muy relacionados, se puede detectar la contribución de las áreas urbanas al incremento del problema en aspectos concretos. Por ejemplo, la emisión de gases de efecto invernadero resulta de un sistema de movilidad urbana motorizada y un modelo urbano e industrial basados en el consumo de combustibles fósiles. O la destrucción de los ecosistemas y la pérdida de la biodiversidad es la consecuencia de una forma urbana fragmentada, dispersa y monofuncional, a lo que habría que añadir un sistema socioeconómico basado en el sobreconsumo, y una agricultura y una industria intensivas.

          Causas e impactos, tabla I  Guía
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          Respecto a los efectos en España son bastante conocidos, por lo menos en términos generales, y no parecen demasiado favorables. Así como hay países en los que el cambio climático incluso puede parecer positivo (de todas formas habría que discutir el significado de la palabra "positivo" en determinadas situaciones), no es nuestro caso. Con objeto de simplificar se consideraron dieciocho impactos derivados de seis causas, aunque en realidad dos de ellas se podían entender más bien como impactos  pero se optó por dejarlas así ya que, en realidad, el objeto de la Guía era el “planeamiento urbano” y no la planificación territorial, turística o estratégica. Por ejemplo, probablemente para un plan ecológico los incendios forestales habría que considerarlos como un impacto y no como una causa. Pero, desde el planeamiento urbano parece que así queda más claro. La causa es el incendio forestal y el impacto “los riesgos para áreas urbanas próximas a zonas forestales”.

          Causas e impactos, tabla II  Guía
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          Estos efectos tienen unas causas muy claras y contrastadas científicamente: aumento de las temperaturas; elevación del nivel del mar; lluvias torrenciales; sequía; alteración y extinción de especies; e incendios forestales. Como ya he explicado no se trata de descubrir nada, los datos proceden de fuentes reconocidas. En este caso, por ejemplo, de los informes del IPCC, UN-HABITAT CCCI, el PNACC y la ELCC. Estas causas originan una serie de impactos en la ciudad que resulta imprescindible considerar cuando se hace un plan y que dan lugar a lo que se llaman medidas de adaptación. Por ejemplo, el aumento de las lluvias torrenciales va a cambiar necesariamente las previsiones acerca de inundaciones por avenida y las sobrecargas en las infraestructuras de alcantarillado. Estos cambios tendrán una importancia distinta y habrá que enfocarlos diferencialmente atendiendo al tipo de ciudad o población, el lugar geográfico, el clima y las condiciones locales pero, en cualquier caso, dan lugar a una serie de acciones a adoptar que se suelen conocer con el nombre de medidas de adaptación.

          Tipos de municipios según tamaño y actividad  Guía
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          Respecto a las medidas, sean de mitigación o de adaptación, el documento se divide en dos partes claramente diferenciadas: medidas marco y específicas. Desde la perspectiva de un artículo para este blog las medidas marco son las de mayor interés, por eso le dedicaré más espacio. Las medidas específicas también son muy importantes pero, probablemente, más para aquellos que se enfrentan a la realización de un plan de urbanismo o un proyecto urbano concreto. Las medidas marco son las que deberían de teñir toda actuación urbana que considerara el cambio climático como una de sus prioridades. Se puede leer en la Guía: “El resultado son las cuatro medidas que se presentan en este tercer capítulo de la primera parte,denominadas Medidas Marco por su carácter general y transversal, y que se caracterizan porque con respecto a ellas existe un absoluto consenso entre todos los expertos y creadores de políticas que han volcado sus esfuerzos en la lucha contra el cambio climático”.

          Análisis de riesgos e impactos  proteccioncivil

          La primera se refiere al análisis de riesgos e impactos, y sugiere la necesidad de analizar y cartografiar los riesgos del cambio climático en las condiciones específicas de cada localidad. Para ello es necesario usar un sistema de indicadores ambientales que permitan un seguimiento detallado de estos riesgos e impactos y su evolución en diferentes escalas, desde la regional hasta la más cercana. También parece imprescindible (segunda medida): “Elaborar planes locales de adaptación y mitigación al cambio climático basados en las condiciones específicas e incorporar las medidas de lucha contra el cambio climático en los instrumentos de planificación urbana y en las ordenanzas y normativas municipales”. Se trata, por tanto, no sólo de insertar medidas de mitigación y adaptación en el propio planeamiento y proyecto urbano, sino que estas medidas respondan a un verdadero plan global que abarque la totalidad de los sectores implicados, desde la colocación de un banco en un paseo hasta las propias ordenanzas municipales.

          Comunicación y participación  biencomun

          Las otras dos medidas marco propuestas son, en realidad, complementarias. La primera se refiere a la necesidad de comunicación y concienciación del ciudadano. Se trata de que se ponga a disposición de todos información clara, fiable y accesible, relativa al tema. Incluso destacando que la lucha contra el cambio climático no sólo no va en contra de las posibilidades laborales o de crecimiento local, sino que puede aumentarlas. Y la segunda se refiere al fomento de la participación ciudadana. Dice la Guía: “Fomentar la participación ciudadana en los planes locales de lucha contra el cambio climático y en los procesos de planificación urbanística y facilitar la incorporación de las iniciativas ciudadanas existentes en relación con el urbanismo y el cambio climático a los planes e intervenciones ambientales y urbanísticas en marcha”. A nadie se le escapa la importancia de estas dos medidas para conseguir avanzar en el camino de la lucha contra el cambio climático.

          Una de las áreas temáticas consideradas  de la Guía

          Para la propuesta de medidas específicas se atendió a su división en doce áreas temáticas que pueden servir perfectamente también como revisión de cuestiones a las que atender de forma concreta cuando se aborda un plan de urbanismo y se considera el tema como cuestión prioritaria. Las áreas temáticas fueron las siguientes: relación con los ecosistemas del entorno; pautas de ocupación del suelo; distribución espacial de los usos urbanos; densidad; energía; agua; materiales, residuos y emisiones; movilidad y accesibilidad; regeneración; edificación y forma urbana; espacio público; y, por último, el verde urbano. Por supuesto que un plan de urbanismo debe atender a muchas otras cosas. Pero el cuestionamiento de cómo se han planteado en el plan estos campos específicos puede dar una idea muy clara de la bondad del mismo en relación con la lucha contra el cambio climático y a la consideración de sus efectos.

          Record histórico de temperaturas máximas en junio  aemet 
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          La Guía tiene muchas más cosas por eso os animo que la consigáis y dediquéis un tiempo a su lectura. El cambio climático no es más que el resultado del problema al que debemos enfrentarnos en este siglo XXI: estamos consumiendo planeta por encima de sus posibilidades ecológicas. En estos momentos estoy escribiendo en mi domicilio, sudando, e intentando concentrarme en lo que escribo. Me resulta complicado. Probablemente no tendré más remedio que encender el aire acondicionado para poder seguir con el artículo. Pero es que soy un privilegiado. Una parte importante de la población de mi ciudad no puede hacerlo. Y si pudiera se produciría algo así como una catástrofe porque el sistema no está preparado para ello. Estamos en el mes de junio batiendo todos los registros históricos de temperaturas máximas en Madrid. Con esto no quiero decir que el cambio climático sea la causa de esta ola de calor. Lo pongo como ejemplo de lo que puede venir y de la necesidad de adaptar el planeamiento a las nuevas condiciones de forma que no sea necesario encender el aire acondicionado más que en casos puntuales y no de forma generalizada.

          Cambio climático y salud  thelancet 
           Señalar en la imagen para verla más grande

          Y esto no se refleja sólo en el confort. Según un reciente informe de la revista Lancet, titulado “Health and climate change: policy responses to protect public health” (lectura gratuita, el enlace lo podéis encontrar en las notas) los problemas del cambio climático no son sólo económicos, sociales o ambientales. Afectan directamente a la salud de las personas. El informe respalda los números de la OMS que pronostica 250.000 muertes en el período comprendido entre 2030 y 2050 debidos directamente al cambio climático. En el informe de Lancet se propone actuar lo más pronto posible en varias direcciones para evitar estos problemas de salud pública. Una de las más importantes es precisamente una adecuada planificación de las ciudades para conseguir no solo reducir la huella de carbono, sino adaptar los parámetros tradicionales de planificación a la nueva situación.

          Bosques más vulnerables al fuego  eleconomista

          Aunque el informe de Lancet es muy claro y documentado (elaborado por cerca de cincuenta expertos de la más alta cualificación) ya el año pasado en la conferencia de la OMS celebrada en Ginebra sobre salud y cambio climático, se había advertido sobre la necesidad de tomar medidas para afrontar el incremento de los problemas de salud derivados de los episodios climáticos extremos, las enfermedades infeccionas, la contaminación o la mala alimentación. He terminado este artículo con un guiño a los problemas de salud por varias razones. La más importante se menciona en el informe de la revista Lancet: probablemente sea una de las formas más directas de concienciar a la población en general, a los técnicos, a los profesionales, y a los encargados de la toma de decisiones, de que el cambio climático va a afectar, no sólo a sectores más o menos incomprensibles y muchas veces lejanos como la economía, sino que va a tener implicaciones directas para el ciudadano relacionadas con sus posibilidades personales de supervivencia.

          Congreso sobre calentamiento global 2020
          "¿El camino a Copenhague?" - "Esto es Copenhague"  elpais

          Como he dicho tantas veces (mis alumnos ya estarán aburridos de oírlo) el sistema tiene capacidad de ajustarse sólo y salir airoso de los mayores problemas como ha hecho a lo largo de la historia. La cuestión es que, probablemente, lo haga de forma ciega e inflexible, sin pararse a pensar cuántos van a sufrir y cuánto van a sufrir. Debemos intentar como técnicos (y como personas) que esto ocurra con el menor sufrimiento posible y de forma que afecte a muy pocos. El cambio climático es un hecho evidente, como también parecen evidentes las causas. Nuestra obligación es ayudar a que sea lo menos intenso posible y a que sus efectos puedan ser soportados sin merma apreciable en las posibilidades de progreso social e individual. En concreto, en el campo del planeamiento resulta que las medidas a adoptar son medidas que deberían tomarse con independencia de la mayor o menor intensidad del cambio o de los orígenes del mismo, porque influyen de forma directa en la eficiencia y resiliencia de las ciudades. Si redundan en la salud, seguridad, comodidad y progreso del ciudadano, entonces ¿cuáles son los obstáculos que nos impiden adoptarlas?


          Notas
            • La Guía metodológica de medidas para la mitigación y adaptación al cambio climático en el planeamiento urbano ha sido elaborada por la Red Española de Ciudades por el Clima, Sección de la Federación Española de Municipios y Provincias, con la colaboración de la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. La realización técnica ha corrido a cargo de: Gea21 SL. Dirección, coordinación y redacción: Carlos Verdaguer Viana-Cárdenas, Isabela Velázquez Valoria y Alfonso Sanz  Alduán; CC60. Redacción y maquetación: Gloria Gómez Muñoz y Emilia Román López; GIAU+S/UPM. Redacción: José Fariña Tojo y Margarita de Luxán García de Diego. Edita: Federación Española de Municipios y Provincias. Depósito legal: M-17301-2015. Puede obtenerse gratuitamente en este enlace de la página web de GEA21.
            • El informe de la revista Lancet titulado Health and climate change: policy responses to protect public health, puede obtenerse en este enlace. La descarga, tanto del .pdf como de la información complementaria es gratuita pero hay que registrarse previamente. El problema es que está en inglés, pero para aquellos que no tengan el problema del idioma entiendo que su lectura será del máximo interés. Dice la reseña del informe: "The 2015 Lancet Commission on Health and Climate Change has been formed to map out the impacts of climate change, and the necessary policy responses, in order to ensure the highest attainable standards of health for populations worldwide. This Commission is multidisciplinary and international in nature, with strong collaboration between academic centres in Europe and China".
            • Aunque no soy muy partidario de hacer referencia a otros artículos del blog me parece que, en este caso, resultará bastante útil leer el titulado "Cambio climático y revisión por pares", que trata de centrar la controversia, analizar lo más desapasionadamente posible las posiciones planteadas, y explicar un vocabulario que se suele utilizar sin demasiado conocimiento de causa. El enlace al artículo del blog es este.
            • Hace unos días ha aparecido publicado un artículo mío en uno de los suplementos del diario El País (28/06/2015) titulado “Una ciudad más próxima” en el que intentaba hacer notar al lector los problemas que causa el hecho de haber sobrepasado nuestra capacidad ecológica. Y lo centraba, en concreto, en la ineficiencia de las formas de organizarse las ciudades en el territorio y en la locura de considerar que el ámbito de todas las ciudades (desde la más pequeña a la más grande) sea el planeta entero. El cambio climático no es más que una de las manifestaciones de haber llevado al límite la biocapacidad del planeta. Puede ser interesante leer este artículo como complemento al de hoy. Puede encontrarseen este enlace.

            Lavapiés, en el corazón del activismo

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            En estas fechas de vacaciones, y como contraste, he decidido traer este mes un tema denso y, aparentemente, distinto a los tradicionales del blog. Además, es un artículo todavía más largo que los anteriores (mi cruzada anti-tuit sigue a toda máquina). Se trata de documentar como determinados espacios pueden llegar a adquirir personalidad propia, no tanto por tener unos valores estéticos o singulares, por su arquitectura o por la disposición de sus elementos, sino por las tramas sociales que se tejen en sus calles, en sus plazas, en sus bares o en sus parques. Es decir, como en determinados casos, lo que le confiere carácter a un espacio urbano no es precisamente su conformación física sino la gente que lo habita. Y sin embargo… si en el caso que se va a estudiar no existiera un tipo especial de vivienda dotada de unas condiciones muy concretas y unos espacios públicos determinados con unas características muy especiales, probablemente las cosas no se hubieran desarrollado de la misma forma.

            Calle del barrio de Lavapiés en Madrid  patriciocoronado

            Para ello he elegido el trabajo de uno de mis alumnos del máster que impartimos en nuestro departamento. Se llama Roberto Cilleros y su investigación fue dirigida por Fernando Roch uno de mis compañeros de trabajo que mejor conoce el barrio. Roberto es sociólogo y, por tanto, tiene un punto de vista distinto al de un arquitecto o un ingeniero. Ya sabéis que son precisamente las otras miradas sobre la ciudad las que, para mí, tienen un interés adicional. Siempre me ha parecido que ver el mismo objeto desde diferentes perspectivas es una de las cosas que más enriquecen el conocimiento. Además, metodológicamente, el hecho de que se utilice una técnica (la de la entrevista) bastante ajena a los trabajos más cuantitativos, le confiere un interés adicional. Interés al que se suma el hecho de que Roberto analiza unos acontecimientos en los que ha participado activamente. Esta forma no canónica de enfocar un trabajo de investigación no está exenta de críticas ni de riesgos, pero por eso me apetecía traerlo aquí.

            Economía alternativa en Lavapiés  elpaseodejane

            Los lectores asiduos ya lo saben, he destrozado el artículo de Roberto para poder acomodarlo blog. Si alguien tiene interés en leerlo en un formato más académico y en su versión original probablemente se publicará pronto en la revista del departamento Territorios en Formación. Las citas sin indicar procedencia son transcripciones de las entrevistas en profundidad realizadas. Todas las imágenes (menos las dos que se reproducen del trabajo) son exclusiva responsabilidad mía. Roberto no tiene culpa ni de su elección ni de su reproducción.


            El papel de Lavapiés en el activismo madrileño  
            Autor: Roberto Cilleros

            Este trabajo no pretende más que realizar un análisis del papel que tiene Lavapiés en el activismo social y político madrileño actual. Mi posición, ligada tanto al barrio como al activismo, es en gran parte la principal motivación y el punto de partida de este estudio. Desde un punto de partida ligado a la experiencia personal, he llevado a cabo una investigación que ha utilizado principalmente dos enfoques: una exhaustiva revisión documental y bibliográfica –artículos en prensa, archivos web, vídeo reportajes, documentales audiovisuales, etc.– en torno al tema, y un acercamiento cualitativo a los relatos de los activistas a través de entrevistas en profundidad. De esta forma, se plantea el interrogante de por qué el barrio de Lavapiés parece tener un papel fundamental en el activismo madrileño, en los ciclos de movilización, y en fenómenos contra-hegemónicos como Podemos o Ahora Madrid.

            El método utilizado

            La aparición y/o emergencia de campos de investigación de alta complejidad analítica y discursiva reclamaba la atención sobre la necesidad de usar dispositivos de investigación alternativos que se centrarán en aspectos comunicativos de la realidad donde, según Luis Enrique Alonso, “la palabra es vector principal de una experiencia personalizada, biográfica e intransferible”. La entrevista cualitativa surge como técnica que puede aprehender dimensiones demasiado complejas de la realidad, como las ligadas a la acción colectiva, los movimientos sociales o las propuestas de emancipación y contra-hegemónicas. Se enfoca aquí la entrevista en profundidad como  una conversación entre iguales, aunque esta supuesta igualdad entre investigador-entrevistado sea puesta en duda por autores tan reconocidos como Pierre Bourdieu. En este trabajo se ha optado por entrevistas diseñadas en profundidad para cada entrevistado donde el objetivo es asegurar que las preguntas tengan el sentido apropiado.

            Lavapiés en marcha  acsur

            Cabe señalar aquí que he participado en movimientos sociales y políticos desde hace ya tres lustros. Los diez primeros años en Salamanca ligados al movimiento estudiantil: las movilizaciones anti-LOU, anti-LOCE y contra la guerra; y las movilizaciones contra Bolonia. Luego me mudé a Madrid en pleno post-15M, en octubre de 2011. En esta época, he tenido un contacto bastante intenso con activistas y militantes políticos. Además he acabado viviendo en el barrio de Lavapiés. Con esto, simplemente pretendo exponer que gran parte de los conocimientos que dieron lugar a mi interés por este tema procedían de mi experiencia vital. Lejos de desechar todo este conocimiento experiencial acumulado, he intentado ponerlo bajo vigilancia epistemológica, para que pudiera constituir una herramienta más del trabajo. En definitiva, la propuesta metodológica de esta investigación del activismo madrileño y su relación con el céntrico barrio de Lavapiés, surge de la de la triangulación entre: revisión bibliográfica y documental, entrevistas en profundidad, y observación participante.

            El barrio de Lavapiés

            El origen de Lavapiés está en los arrabales, en las zonas extramuros del Madrid medieval. Así, autores como Bahamonde y Otero, exponen que en la época de los Reyes Católicos Lavapiés era un arrabal en torno a lo que actualmente son las plazas de la Cebada y Tirso de Molina, donde se concentraba la mayor parte de población judía de la zona. Cuando son expulsados los judíos y árabes el barrio empieza a ser un receptor de inmigración interna, especialmente andaluza, y la mezcla con la población autóctona del lugar daría lugar a lo que se conocería después como “manolería”, o a lo que Armando Vázquez ha llamado “el arquetipo social del Madrid castizo”. De esta forma, nos encontraríamos con una curiosa contradicción del significado de “castizo” como algo “puro” frente a la realidad de Lavapiés caracterizada por su mezcla a lo largo de los siglos entre inmigrantes del interior y autóctonos.

            Aquel Lavapiés castizo  uolala

            Según Mayte Gómez en su artículo “El barrio de Lavapiés, laboratorio de interculturalidad”, el proceso por el cual se ha llegado a denominar “castizo” a este barrio madrileño forjado por distintas oleadas de inmigración es un ejemplo más del proceso de asimilación a través del cual se ha construido la capital del país, proceso que para la autora sería una especie de melting pot a la madrileña. ¿Pero cómo es el barrio en la actualidad? Dice esta autora refiriéndose a los grupos existentes: “En primer lugar, están los inmigrantes nacionales y sus descendientes, una población ya envejecida a la que todo el mundo –incluso ellos mismos- conoce como «los vecinos de toda la vida». En segundo lugar se encuentran los «nuevos vecinos», inmigrantes internacionales que empezaron a llegar a Lavapiés en los años sesenta y setenta, y pero que protagonizaron un auténtico boom migratorio alrededor de 1995, hasta llegar a ser hoy día casi la mitad de la población del barrio. Esta segunda ola de inmigración trajo nuevos ingredientes que marcaron Lavapiés con renovados aires de marginalidad, pues muchos de estos inmigrantes se encuentran en el país de manera irregular e intentando también dejar su huella en un lugar ya de por sí cargado de connotaciones culturales muy poderosas”.

            Plaza de Lavapiés en los 80, sala Olimpia  lacasaenlavapies

            Además, habría un tercer grupo formado por una nutrida comunidad de activistas, cuyas ideologías y prácticas socio-políticas transcurren al margen del sistema. Y en cuarto lugar, estarían los “novísimos vecinos” o “nuevos colonos”, que sería una nueva población de ciudadanos de clase media relativamente joven que llega al barrio atraída por el mito de una zona céntrica que es “castiza”, “progre” y “multicultural”. Una cuestión fundamental para entender el barrio y su diversidad social y cultural, es que en el parque de viviendas de Lavapiés existe un gran número que son pequeñas y están en malas condiciones de habitabilidad. Ese parque de infraviviendas es el que ha permitido en gran medida la llegada en distintas oleadas de inmigración al barrio, es decir, esta gran cantidad de pequeñas viviendas en el centro de la ciudad en malas o pésimas condiciones, son las que han permitido en distintos momentos el asentamiento de la población proveniente de diferentes oleadas migratorias.

            Verano de 1928, una corrala en Lavapiés  caminandomadrid

            Es decir, desde este estudio se parte de la premisa que el origen de la variedad social del barrio y de la fuerte presencia de inmigrantes está ligado a la existencia de ese parque de infraviviendas. Y que esto, a su vez, ha dotado al barrio de un carácter específico: primero el de la “manolería” como fruto del encuentro entre viejos moradores e inmigrantes del interior del país; segundo el de la “multiculturalidad” actual del barrio, como fruto del encuentro entre poblaciones de diferentes países y la cultura propia de Lavapiés. Pero además, habría que mencionar, según las investigaciones de autores como Fernando Roch, lo que serían los dos tipos de parcelario más comunes en el barrio: las corralas por un lado, y el entramado de escaleras y patios interiores por otro. Algo, que podemos ver en el ejemplo de abajo, en el que se muestran dos viviendas de la calle Salitre, siendo la de la izquierda una corrala típica y la de la derecha un edificio alargado de varios patios interiores que aprovecha al máximo las posibilidades.

            Viviendas en la calle Salitre  imagen del trabajo

            A partir de ahora trataré de realizar un análisis del discurso y de los relatos de los activistas partiendo de las entrevistas en profundidad realizadas. No pretendía conseguir una muestra representativa del activismo, sino que el grupo de entrevistados y entrevistadas incluyera perfiles diversos: entorno Podemos, entorno IU, movimiento okupa, 15M, espacios político-culturales, etc. Además, también buscaba perfiles variados en cuanto al género, relevancia dentro del activismo madrileño, momentos de movilización vividos, y en menor medida el aspecto generacional. En todo momento, se ha tenido presente conseguir perfiles variados en cuanto a su relación con el barrio: gente que viva lejos del barrio, que vivieran lejos y ahora vivan en el barrio, que lleven años viviendo en el barrio, etc.

            Desalojos y okupaciones

            Una de las cuestiones más destacadas que se han observado está relacionada con las distintas experiencias de okupación que se han vivido en el barrio, especialmente las relacionadas con la creación de centros sociales okupados autogestionados. Esta cuestión no es baladí, y ya en la revisión documental se ha encontrado un fuerte enlace entre los distintos proyectos de okupación y movimientos sociales que marcaban la agenda de movilización. Antes de las experiencias okupas de los llamados Laboratorios, ya habían existido en el barrio numerosas experiencias importantes. De hecho, el primer centro social okupado en Madrid fue en  la calle Amparo en noviembre de 1985 que, aunque sólo duró unos días, es aún hoy referente en los relatos del movimiento. Como señalan los investigadores Raquel Cartas, Manuel Ortiz y Juan Luis de la Rosa, en el barrio de Lavapiés se concentraron el mayor número de okupaciones en los primeros diez años de estas experiencias en Madrid.

            18.05.1994 Asedio y desalojo del centro Minuesa  quierescallarte

            Una de las okupaciones más representativas realizadas en Lavapiés probablemente sea el CSA Minuesa, una vieja imprenta okupada en un inicio –julio de 1988- por los trabajadores de la imprenta ante las evidencias de que el propietario de la empresa pretendía llevarla a la quiebra para derribarla y especular con el solar. Este centro, referente del movimiento okupa y alternativo de todo el país, no fue desalojado hasta 1994. Desalojo del que surgió una corta ocupación del edificio que hoy es el Teatro Price, en la Ronda de Atocha. En 1996 tuvo lugar la okupación de la casa del número 15 de la calle Lavapiés que tiene especial relevancia por ser el antecedente al Laboratorio 1. Además, fue el lugar desde el que surgió un espacio específico de mujeres desde el que se okuparía La Eskalera Karakola, el centro social autogestionado con mayor antigüedad en el barrio. Aunque no se ubica en su sitio original, sigue siendo, casi veinte años después, un referente dentro del movimiento asociativo del barrio, y del movimiento feminista madrileño.

            La Eskalera Karakola  boletincf+s

            A raíz de estas experiencias surge lo que sería seguramente el proyecto más conocido: los Laboratorios. Del primer Laboratorio, situado en frente de la Tabacalera en la entrada al Parque del Casino de la Reina, cabría señalar la relevancia que tuvo desde el primer momento, siendo una okupa que seguiría la estela de Lavapiés 15 en su apertura al barrio, y como lugar de encuentro de muy diferentes movimientos sociales y colectivos a finales de los noventa, especialmente ligados al alter-mundismo y a la anti-globalización. El Laboratorio 2, situado en la plaza Cabestreros en lo que hoy es el CSROA La Quimera, estuvo abierto varios años y estaría más encerrado en si mismo que los otros. El Laboratorio 3 volvería a ser un proyecto más abierto, y se convertiría en los años que estuvo funcionando, entre 2002 y 2003, en un espacio donde confluía en gran parte el movimiento anti-LOU y el movimiento contra la guerra, así como muchos otros colectivos de diversa índole. Habría que señalar que tanto por lo analizado en la revisión documental, como por los relatos de los activistas los Laboratorios tuvieron un papel fundamental en los movimientos contra-hegemónicos de aquellos años.

            CSOA La Alarma en Sebastián Herrera  okupatutambien

            Después de la última experiencia de los Laboratorios se abrió un período de discontinuidad, coincidente con un momento de reflujo de los movimientos sociales, de resaca de las movilizaciones contra el gobierno de Aznar. Sería en 2006 cuando se abriría de nuevo un ciclo de okupaciones, con el CSOA La Escoba Mesón de Paredes. Que continuaría en 2007 con el CSOA La Alarma en Sebastián Herrera; en 2008 con el CSOA Malaya en Atocha; en 2009 con el CSOA La Mácula en Sebastián Elcano: entre abril de 2010 y septiembre de 2012 con el CSOA Casablanca en Santa Isabel; a finales de 2012 con el CSOA Raíces, de nuevo en el edificio donde había estado La Escoba seis años atrás; y, por último, con el CSROA La Quimera abierto desde mayo de 2013 y todavía activo, en el edificio de Plaza Cabestreros donde había estado el Laboratorio 2.

            La Quimera en la plaza Cabestreros  google

            Cabe señalar que todos estos espacios okupados han jugado un papel central en los movimientos sociales urbanos más importantes de los últimos diez años como se refleja en las entrevistas realizadas. Entre 2006 y 2010 estos centros fueron en gran medida una pata más del movimiento estudiantil contra el Proceso de Bolonia, como se puede deducir de las palabras sobre La Escoba realizadas por uno de los protagonistas de dichas movilizaciones universitarias: “allí hubo muchas reuniones de activismo estudiantil, si había una manifestación y la mani acababa con algo de lío o tal, pues era un buen sitio para volver de punto de encuentro, hacer asambleas, planificar cosas…”. Continuando ese trabajo ligado al movimiento anti-Bolonia las okupas de La Alarma y Malaya, la breve experiencia de la Mácula y finalmente desembocando el activismo estudiantil anti-Bolonia en Casablanca.

            La Quimera en Cabestreros, batalla de agua  csrolaquimera

            En este sentido, cabe señalar los enlaces entre la lucha anti-Bolonia con la creación, primero de Juventud Sin Futuro (JSF) y el estallido del 15M. Como parte importante de la lucha en Ciudad Universitaria contra el plan Bolonia acabarían siendo protagonistas en esos nuevos espacios con un impacto mayor que los movimientos sociales alternativos previos. Respecto al espacio actualmente okupado, el CSROA La Quimera, merece la pena mencionar algunas observaciones de la entrevista a una de las activistas del centro social: la importante presencia del movimiento feminista en La Quimera y en el barrio, y la fuerte carga de reflexividad llevada a cabo por dicha okupa, cuya mejor muestra es el auto-cierre que hizo la asamblea de la Quimera para repensar mejoras en el aprovechamiento del espacio físico de la okupa, el papel que tenían en el barrio, la imagen que proyectaban, cómo podían mejorar el proyecto, etc.

            Espacios de sociabilidad

            Una de las cuestiones que aparece de forma recurrente en las entrevistas, es la existencia de espacios que permiten el encuentro y la interacción con otros activistas de diferentes organizaciones y movimientos. Los más mencionados serían los bares, terrazas y cafeterías que suelen frecuentar los activistas de distinto signo, como espacios donde poder encontrarse en un ambiente informal y amable. Lo que se deduce de los discursos de los distintos activistas, es que además de una amplia oferta de actos y eventos culturales y políticos, en el barrio estarían situados sus principales lugares informales de sociabilidad. Respecto a los variados espacios donde “sociabilizar” o tejer “relaciones personales de afinidad”, se señala también la vital importancia que tienen de cara al activismo, aunque es cierto que lo piensan en mayor medida aquellos que tienen algo que ver con procesos de convergencia.

            Bares en Argumosa  lamarea

            Además de esto se ha señalado, por parte de los dos entrevistados que empezaron su activismo a mediados o inicios de los 2000, un cambio sustancial en las lógicas espaciales del activismo madrileño al entender que Malasaña habría sido sustituida como lugar de encuentro informal a lo largo de la anterior década por Lavapiés donde empezaban a surgir diferentes proyectos cooperativos en que los propios activistas eran los copropietarios de los bares en los que trabajaban. Se apunta a que en la actualidad en Lavapiés habría más de una veintena de bares en cooperativa. Es decir, se habría dado un desplazamiento de Malasaña como lugar de encuentro para el ocio hacia las plazas, los bares y los centros sociales de Lavapiés, sitios donde el activismo parecería encontrarse más cómodo.

            Movimientos contra-hegemónicos

            Una cuestión sustancial relacionada con las anteriores, sería la centralidad que tiene Lavapiés en los movimientos contra-hegemónicos de Madrid. En este sentido, en los discursos de los entrevistados se muestra que hasta cierto punto es lógico que exista en el activismo cierta tendencia a quedar o juntarse en el centro urbano, dada la disposición espacial de Madrid y lo “difícil que es moverse entre periferias”.

            El Universal convertido en Traficantes de sueños  google

            Las cuestiones más reseñables sobre esa centralidad de Lavapiés en el activismo madrileño, podrían ir en varios sentidos: (I) el proceso ya mencionado en el que Lavapiés ha ido configurándose como el lugar de referencia para “hablar y discutir de política” desplazando a Malasaña; (II) que esa centralidad supone en cierta medida que se cree una especie de “gueto activista que te aleja un poco de la realidad”; (III) que con la irrupción del 15M y la estrategia tomada por este de “abrirse a los barrios”, se habría revertido en gran parte esta realidad y volvería a ganar centralidad vivir el activismo en tu barrio aunque esté en la periferia; y (IV) que la centralidad de Lavapiés ha tenido un peso especialmente importante a la hora de configurarse los nuevos proyectos de “asalto a las instituciones”. En este último punto habría que referirse especialmente a dos procesos: la gestación de Podemos en torno a la Librería La Marabunta, la primera sede de Podemos en la calle Zurita, y los bares de la zona; y por otro lado, la configuración de Ganemos Madrid y Ahora Madrid, ligadas ambas a espacios como Traficantes de Sueños y Diagonal, pero también a los espacios informales.

            Desplazamiento hacia Arganzuela

            Aunque se ha visto que hace una década empezó el desplazamiento de Malasaña -ligado a su gentrificación- hacia Lavapiés por parte del activismo, habría que señalar también que existe en todos los entrevistados referencias a la realidad actual de Lavapiés como un lugar que está sufriendo, a su vez, una gentrificación cada vez más visible, aunque algunos de los entrevistados muestren cierto optimismo en que la presencia fuerte del activismo y del cooperativismo pueda impedir esa gentrificación.

            “Lavapiés ingentrificable” de Ruina  cabezasdetormenta

            Me atrevería a decir, según lo observado este último año en las calles, plantas bajas e interior de los edificios, que en Lavapiés se está dando una intensificación de la gentrificación en las ya bastante gentrificadas calles de Miguel Servet y Argumosa. Y que parece haberse abierto un espacio de oportunidad a la gentrificación en las calles cercanas a Cascorro, donde se mezcla la decrepitud de la zona tras la fuga de decenas de tiendas mayoristas, con el supuesto esplendor de los negocios y empresas de estética hipster. Sin embargo, creo también -aunque quizás esta creencia esté demasiado influenciada por mi posición como activista y como investigador social preocupado por lo que ocurre-, que Lavapiés seguirá resistiendo. Y que la resistencia no se encuentra solo en el cooperativismo o el activismo, sino también -por ejemplo- en las pequeñas viviendas en patios interiores o en los grupos de inmigrantes que utilizan el barrio como puerta de entrada a la ciudad.

            Conclusiones e interrogantes

            Una conclusión que parecería clara, es que en el barrio de Lavapiés se ha producido una importante concentración de movimientos sociales, organizaciones políticas, centros sociales okupados, bares en sociedad cooperativa o proyectos colectivos de autoempleo. Todo esto, además, se habría ido entremezclando con una presencia creciente de activistas y gente del entorno del activismo, o bien habitando en una vivienda dentro del barrio, o simplemente viviendo el día a día del barrio. Esta concentración de movimientos políticos y sociales estaría especialmente representada por la presencia casi constante de espacios okupados con voluntad de ser centros sociales desde que surgió la primera okupa en Madrid en 1985 hasta la actualidad. En todo Madrid se han ido produciendo okupaciones, pero en ningún barrio se ha dado el número ni la relevancia de las okupas de Lavapiés.

            Centros sociales en Madrid  del trabajo según 15mpedia
            Señalar en la imagen para verla más grande

            Además, podríamos identificar varios momentos en la relación del activismo político y social madrileño respecto al centro urbano de Madrid en lo que llevamos transcurrido de siglo: (1) un primer momento que supondría una especie de desplazamiento del punto de encuentro de ocio del activismo de Malasaña a Lavapiés; y (2) un segundo momento en que el efecto de la decisión del 15M de expansión a los barrios habría ayudado a que empezara a darse cierto desplazamiento del activismo hacia el sur, hacia el distrito de Arganzuela, tendencia agravada por un supuesto proceso de gentrificación que estaría recrudeciéndose en algunas zonas de Lavapiés. En relación con los espacios de sociabilidad hay que señalar su importancia a la hora de establecer confianza y relaciones de afinidad personal, de forma que sirvan para favorecer el entendimiento entre diferentes activistas, para relajar tensiones derivadas de las lógicas asamblearias, y para facilitar la convivencia en los espacios políticos.

            Autor: Roberto Cilleros


            Hasta aquí el larguísimo artículo de hoy. Me quedan pocas cosas que añadir. Una de carácter técnico. Para realizar su trabajo Roberto utilizó, aparte del soporte documental y bibliográfico, siete entrevistas en profundidad. Una buena parte del tiempo utilizado en diseñar la metodología se empleó en justificar la elección de los entrevistados. Se trata de un aspecto importante del trabajo que he suprimido enteramente porque el artículo ya era suficientemente denso.

            Mi barrioooo… no lo reconozco ¿o si?  fotomadridelpais

            Y otra sentimental. Durante un tiempo Lavapiés formó parte de mi entorno vital. Estudié toda la enseñanza media en el instituto Cervantes, en plena glorieta de Embajadores al lado mismo del edificio de La Tabacalera. Cuando leí el artículo de Roberto quedé impactado porque la realidad que describía no parecía tener nada que ver con mis recuerdos ¿activismo? ¿15-M? ¿Podemos? ¿okupaciones? ¿movimientos anti-hegemónicos? La verdad es que yo ya no conocí el Lavapiés multicultural. Pero cuando me contaban que convivían más de ochenta nacionalidades distintas no me resultaba extraño imaginarlas allí. Luego intenté entender este Lavapiés actual y, aunque me costó al principio, poco a poco empecé a pensar que sí, que también podía ser posible. Que, en realidad, el germen ya estaba en lo que yo recordaba. En el fondo, el alma de un barrio está condicionada por su realidad física y la gente responde racional y emocionalmente a cada piedra, a cada espacio, a cada árbol. Aunque cambien los elementos materiales y las generaciones subsiste el carácter, la impronta que, detrás de los cambios, se reconoce por todo aquel que lo ha vivido. Sí, claro que creo posible un Lavapiés corazón del activismo madrileño.

            Paisaje rural: imagen e identidad

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            De los tres enfoques clásicos del paisaje (geográfico, ecológico y perceptivo) siempre me ha preocupado la relación que se podía establecer entre ellos y el significado de cada uno según que el contexto fuera urbano, rural o de naturaleza. La sospecha es que estas tres formas de abordarlos tienen diferente peso, resultado de la importancia que se le otorga a algunas características esenciales que los definen. Su estudio escapa a las posibilidades del blog de forma que, en el artículo de hoy, y basándome en parte del trabajo fin de máster que le dirigí a una de mis alumnas, Teresa Eiroa, simplemente intentaremos aclarar, para el caso del paisaje rural de Millana (un pueblo español de la Baja Alcarria) las relaciones que se establecen entre dos de los elementos básicos que caracterizan el paisaje: imagen e identidad. El primero tiene que ver con la percepción del sitio que tienen "los otros", y el segundo con "la nuestra". Ambas están relacionadas pero, a efectos de explicar los procesos, es interesante analizarlas de forma separada. Por supuesto son importantes en cualquiera de los ámbitos, pero es en el rural, por su claridad, donde se pueden diferenciar de forma más didáctica.


            Del trabajo de Teresa, excelente, voy a reproducir sólo aquellas partes que explican los resultados a los que se llega estudiando el mismo objeto paisajístico desde un enfoque más icónico y desde otro más identitario. Es decir, cómo el paisaje es capaz de crear imagen e identidad. El trabajo lleva por título: “Aspectos icónicos e identitarios en la caracterización del paisaje rural de Millana. Comarca de la Baja Alcarria”. Como siempre lo he adaptado al blog y no voy a entrecomillarlo ni colorear las partes que transcribo literalmente, pero sí que diferenciaré claramente cuando empieza su parte y cuando termina. Tampoco seguiré la forma de exposición de todo trabajo de investigación y suprimiré todas las citas, referencias y bibliografía. Asimismo he reorganizado los párrafos. Todas las imágenes, excepto las referenciadas, son del trabajo.


            Aspectos icónicos e identitarios del paisaje rural de Millana
            Autora: Teresa Eiroa Escalada

            La metodología empleada para el desarrollo de esta investigación se basa en la comparación entre los elementos que caracterizan el paisaje de la comarca a escala general, con los elementos y cambios percibidos por la población local, con el fin de reflexionar sobre las posibilidades actuales de protección de los valores culturales. Para la descripción comarcal de las Alcarrias se partió de la delimitación y caracterización realizada en los Atlas del Paisaje de Castilla-La Mancha y de la Provincia de Guadalajara, y se sintetizaron los elementos críticos en fichas. De las descripciones anteriores se extrajeron los elementos configuradores principales del paisaje de esta comarca que sirvieron de variables de análisis. Posteriormente éstos se analizaron en la cartografía a escala local, y se identificaron los principales cambios producidos. Para este apartado se utilizó la cartografía oficial disponible, fotografías antiguas de los vecinos del lugar y fotografías actuales propias.

            Millana es un pueblo de Guadalajara en España  mellado

            En la segunda parte se realizó una investigación directa mediante encuestas, para recabar información sobre el paisaje percibido. Éstas se han realizado sobre una muestra de 30 personas (siendo la población del municipio de 152 habitantes en 2012) divididas en tres grupos de población:
            • Grupo 1: Residentes. Vecinos con arraigo en el pueblo, mayores de 50 años.
            • Grupo 2: Veraneantes. Personas no residentes, pero con arraigo en el pueblo, mayores de 35 años.
            • Grupo 3: Visitantes. Personas no residentes, sin arraigo en el pueblo ni conocimiento del mismo, de cualquier edad.
            Por último, se contrastó lo reflejado por los residentes, veraneantes y visitantes con los aspectos objetivos analizados previamente.

            Primera parte, el paisaje institucional

            El Atlas de los Paisajes de Castilla-La Mancha es el resultado de una investigación realizada por las Universidades de Alcalá (UAH) y de Castilla-La Mancha (UCLM), financiada por la Consejería de Ordenación del Territorio y Vivienda. Desarrolla también los contenidos del Atlas de los Paisajes de España, publicado en 2004 por el Ministerio de Medio Ambiente, para el territorio de Castilla-La Mancha. Del estudio del Atlas de los Paisajes de Castilla-La Mancha se ha extraído para este trabajo la identificación de los elementos constitutivos del paisaje. La metodología que emplean sus autores está basada en el método de caracterización del Landscape Character Assessment y en las experiencias francesas más reconocidas. Dicho método de identificación y caracterización recoge los componentes principales de cada unidad paisajística así como sus reglas de evolución. La escala de análisis empleada para la selección de los elementos constitutivos del paisaje y su comprensión es la 1:200.000.

            Fragmento del plano de unidades de paisaje del Atlas de CLM

            Para el estudio concreto del término municipal de Millana se hizo una revisión de los diferentes componentes del paisaje en la zona de estudio, a una escala de mayor detalle, con el fin de servir de base y ayuda a la interpretación posterior de la información recogida en las encuestas. Dado que el paisaje es una expresión territorial, sujeta por tanto a su representación e interpretación cartográfica, para este apartado se recurrió al soporte cartográfico 1:25.000 y ortofotografías (PNOA 2006) del Instituto Geográfico Nacional, sobre el que se fueron identificando aquellos elementos que tienen presencia e interpretando sus relaciones jerárquicas principales, con la ayuda de fotografías realizadas en el trabajo de campo. Los elementos que se analizaron son aquellos que crean la estructura orgánica del paisaje en este caso, y configuran su imagen concreta y reconocible: geología, relieve, red hidrográfica, viario principal y secundario, parcelación, vegetación silvestre, cultivos, ganadería, núcleos urbanos y elementos singulares, y aspectos etnográficos. Por su relativa incidencia se optó por omitir el análisis de otros aspectos como la fauna.

            Segunda parte, el paisaje percibido

            La investigación directa se realizó en el municipio de Millana, mediante encuestas tipo cuestionario, realizadas por la autora de este trabajo entre los meses de junio de 2012 y junio de 2013, en visitas domiciliarias o reuniones en local municipal y bar del pueblo, para los encuestados de los grupos 1 y 2, tanto en días de diario como fines de semana. Las encuestas del grupo 3 se realizaron en visitas al efecto, o aprovechando invitaciones ocasionales de los vecinos.

            Realización de las encuestas

            La encuesta planteada se estructuró en tres partes:
            • Datos previos: página inicial de datos, común a todos los cuestionarios. Ha sido cumplimentada por la entrevistadora, y su contenido se archiva a efectos de confirmación de la información y otros.
            • Datos sobre el objetivo específico: diferente para cada grupo, compuesta de varias preguntas, y espacios para dibujar.
            • Test de pares de fotografías: 11 pares (impresas en un DIN A4 cada una), para mostrar preferencia (de cada par, una anterior a 1980 y otra reciente), lo más parecidas posible, representativas de diferentes temas relacionados con el paisaje.
            Del contenido de las encuestas, se filtraron los componentes relacionados con el paisaje que aparecen en cada una, bien en las descripciones, bien en los dibujos. Además de los elementos configuradores analizados en la primera parte, se han añadido aquellos que aparecen mencionados por varios de los encuestados y que no aparecían antes.

            Resultados de las encuestas

            Para el grupo 1, Residentes, los aspectos que más peso tienen son aquellos estrechamente ligados a la actividad agropecuaria que sustenta la vida rural tradicional: red hidrológica, parcelación, vegetación silvestre y cultivos, y en menor medida el viario. El relieve y el núcleo urbano no son identificados como algo especial, sino más bien como el soporte de sus actividades agrícolas o vitales. La revisión de los dibujos realizados por este grupo muestra variedad en los temas, pero la mayoría refleja elementos concretos, a escala cercana, relacionados con la vida diaria.

            Resultados de las encuestas para los tres grupos
             Señalando en la imagen se puede ver más grande

            En el grupo Veraneantes se puede reconocer una mayor dispersión de resultados. Se combina el hecho de haber vivido o pasado los veranos de su infancia en el pueblo, lo que les asimila al grupo anterior, con el de estar acostumbrados a un modo de vida más urbano, lo que lo que permite una mirada "desde fuera". La revisión de los dibujos realizados muestra también variedad: desde las percepciones generales, hasta una escala de mayor detalle que pone de relieve las cuestiones concretas que les interesan. En lo que se refiere tercer grupo, Visitantes, los rasgos que identifican como característicos coinciden en gran medida con los rasgos considerados en los estudios institucionales (para el Atlas de los Paisajes de Castilla-La Mancha, también se realizaron encuestas). Las variables de más peso son el relieve y los cultivos, seguidos de los asociados al propio núcleo urbano y, en menor medida, la vegetación natural y elementos singulares como la ermita de la Fuensanta. La revisión de los dibujos realizados, muestra una gran coincidencia tanto en la visión de conjunto del paisaje, como de los elementos destacados del pueblo (iglesia románica de de Santiago).

            Ermita de la Fuensanta  mellado

            Habría que mencionar otros temas. Así, los aspectos geológicos sólo aparecen en el grupo Veraneantes, por encuestados con un nivel de estudios medio-alto, y en relación con el color y la composición del suelo. Los aspectos climáticos se detectan en las descripciones de los Residentes, en relación casi siempre con la agricultura y la disminución de nieves y lluvias. Y en los Visitantes, por la presencia del cielo en el paisaje, y más concretamente el color y las nubes (sobre todo en los dibujos). Los aspectos festivos aparecen sólo reflejados por los Residentes, especialmente la Romería de la Fuensanta, las procesiones para pedir lluvia y el concurso de arados por San Isidro. Resulta curioso que el grupo de Veraneantes casi ni los mencione.

            Resultados de la comparación de pares fotográficos

            En cuanto a la comparación de pares de fotografías, no ha sido posible disponer de fotografías antiguas representativas de todos los aspectos anteriormente estudiados. Dado que la fuente principal de la que se han tomado las fotografías antiguas es una publicación local que recogió en su día gran número de fotos pertenecientes a los vecinos, puede considerarse que este hecho es representativo de que la percepción consciente del paisaje por parte de la población local es algo relativamente reciente, en aquellos lugares que no son de especial pintoresquismo. Son escasas, comparativamente, las fotos en las que aparecen los componentes del paisaje, incluso como fondos de escena.

            Resultados de la comparación de fotos
             Señalando en la imagen se puede ver más grande

            Para el grupo de Residentes se puede reconocer una clara preferencia por las fotografías actuales en todo aquello que tiene relación con el entorno construido. Mencionan claramente el mal estado de las edificaciones y calles, sin luz ni agua corriente, etc. En cambio, las opiniones prácticamente se igualan en el caso de las fotografías relacionadas con el laboreo y los cultivos. Las razones que dan en este caso a favor de las fotografías antiguas están relacionadas con las tareas cooperativas, con un modo de vida que juzgan más sano, con una mayor diversidad de cultivos, y también con su juventud y con el reconocimiento de las personas que salen en las fotografías. En cambio, aquellos que prefieren las modernas, reconocen la dureza de aquel tipo de vida.

            Vecinos de Millana  guplazamayor

            En el grupo de Veraneantes las opiniones están más repartidas, destacando únicamente la fotografía reciente de la Calle Real, que antiguamente estaba muy estropeada, y la clara preferencia por las fotografías relacionadas con el laboreo y los cultivos. En este caso eligen las fotografías antiguas dado que muchos las asocian con momentos de vacaciones o juegos, incorporando un cierto componente de nostalgia. En cuanto a los Visitantes se decantan por las fotografías actuales, aunque con distintos grados. Con la excepción de la fotografía antigua de la Iglesia de Santiago que prefieren por los árboles hoy eliminados para dar mayor visibilidad al monumento, y por el grupo de gente que le da un cierto aire pintoresco.

            Conclusiones

            Como ya se ha señalado, una vez analizadas las descripciones de los Atlas de Castilla-La Mancha y de la Provincia de Guadalajara, y estudiado el entorno próximo del municipio de Millana sobre base cartográfica, trabajo de campo y fotografías realizadas en diferentes estaciones, se identificaron aquellos aspectos icónicos característicos de este paisaje. Al contrastar estos rasgos con la percepción del paisaje que tienen distintos grupos de población, recogida en una serie de encuestas y valoración de imágenes, se pueden sacar algunas conclusiones. Respecto de los encuestados que no tienen una vinculación con el lugar, y lo visitan en muchos casos por primera vez, su imagen del paisaje coincide bastante con las descripciones institucionales que se pueden obtener de Atlas de paisaje y estudios similares. Esta imagen es de carácter global, al percibir los componentes del paisaje de manera integrada. Los elementos que más peso tienen son: la topografía, los cultivos y el núcleo urbano.

            Dibujos de los visitantes

            En cambio, los encuestados que son residentes en el municipio, y que forman parte de una generación que ha vivido y trabajado en el pueblo, tienen una imagen muy diferente. Su paisaje es, en realidad, una percepción fragmentada y rica en significados del territorio que soporta su actividad. Este mosaico de imágenes parece componerse de elementos asociados a vivencias, percibidos en una escala de detalle, pero que coinciden con las percibidas por otros vecinos. Así, en las encuestas realizadas a este grupo, aparecen algunos elementos nuevos relativos al territorio, que no estaban contemplados como principales en la descripción objetiva previa, tales como las fiestas o el clima. Los que parecen de mayor importancia son aquellos más relacionados con su manera de vivir: cultivos, vegetación silvestre, red hidrográfica y parcelas, siendo el relieve simplemente el soporte de todo ello. El grupo que hemos llamado veraneantes tienen aspectos en común con los otros dos. Su percepción del paisaje está teñida de una cierta nostalgia. Son muy conscientes de la pérdida de muchos detalles asociados al antiguo modo de vida, lo que el grupo de residentes no muestra de forma tan clara.

            Dibujos de los residentes

            A partir de lo anterior se puede concluir que los aspectos identitarios del paisaje, que tienen que ver con una lectura simbólica y más fragmentada del territorio por parte de sus habitantes, no se recogen en los Atlas desarrollados como base para la protección de estos paisajes, lo que significa una pérdida relacionada con los elementos identitarios. Sin embargo, estos documentos sí son una base eficaz para la protección del paisaje en sus rasgos icónicos, tal como es percibido por los visitantes. Son también un elemento básico sobre el que plantear nuevas formas de registro documental de los aspectos identitarios, con vinculación concreta al territorio.

            © Teresa Eiroa


            El trabajo contiene muchas más cosas que no he transcrito, ya que hoy el tema es la relación entre dos grupos de elementos, los de imagen y los identitarios, que suelen asociarse al valor de un paisaje. Estos dos elementos aparecen en todos los tipos de paisajes. Particularmente los urbanos los hemos estudiado, sin explicitarlo como hoy, en varios lugares del blog. Así, la imagen cristalizada en iconos arquitectónicos, o la identidad relacionada con los espacios de proximidad más domésticos que facilitan la creación de redes sociales. Pero como puede verse en el análisis anterior esto pasa también de forma mucho más clara en otros paisajes como son los rurales. El problema para la determinación de los elementos relevantes, tanto para la imagen como para la identidad es que, para los residentes, ambos se mezclan ya que la identidad no sólo se sustenta con espacios de proximidad sino también con lo que se refleja en cómo se ve desde afuera. Es decir, la identidad no sólo se crea por el establecimiento de relaciones entre los miembros de un grupo ligado a un espacio concreto, sino también por la conciencia de cómo lo ven las personas ajenas al grupo.

            Paisaje de la Baja Alcarria en Millana

            Esto significa, por supuesto, que existen varios niveles de identidad y no resulta sencillo diferenciarlos diseccionándolos como si unos no tuvieran nada que ver con los otros ya que están fuertemente imbricados entre sí. Lo que claramente se manifiesta en el trabajo de Teresa es que los estudios tradicionales de paisaje basados en la determinación de unidades de paisaje globales son insuficientes para llegar a los ámbitos identitarios más locales. Esto ya se detectaba en otros artículos del blog relacionados con el paisaje rural, particularmente en el titulado “Paisaje, lugar e identidad”, de Esther Prada. Por supuesto estos estudios globales son referencias imprescindibles para poder encuadrar de forma adecuada los objetos de estudio pero, probablemente, no contengan los elementos necesarios para poder abordar una intervención en el territorio. Se trata de análisis básicos e imprescindibles pero que ayudan poco a la hora plantear la protección, el cambio o la regeneración de un lugar concreto desde el paisaje.

            El pueblo y su entorno

            Necesitamos nuevos métodos que nos permitan acercarnos a la consideración local del paisaje intentando detectar aquellos elementos que en una visión 1:200.000 desaparecen, pero que tienen una importancia manifiesta precisamente para aquellos que no van a ese territorio en visita turística buscando un pintoresquismo que no encuentran en las ciudades. El paisaje cultural como imagen tiene poca razón de ser, excepto para su uso turístico (y para el marketing, claro). Y en momentos en que vamos a tener que ir pensando en alternativas a un turismo basado en el transporte masivo, el estudio de estos paisajes culturales tendrá que volverse local, porque a quienes de verdad importa su mantenimiento es a aquellos que tienen sus recuerdos anclados en ellos. Estamos necesitados de técnicas como las que ha utilizado Teresa, junto con otras que se están ensayando, tales como los SIG participativos, que permitan la colaboración imprescindible de los residentes. Esta otra visión del paisaje más doméstica, y relacionada con elementos identitarios de ámbitos locales más pequeños, es el complemento perfecto de otras formas de acercarse al mismo más globales que tienen que ver con la imagen y el carácter icónico del territorio.
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