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Ciudades del futuro cercano

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Hace unos días estuve en un encuentro entre arquitectos e ingenieros de caminos que se titulaba “Construyendo hoy la ciudad del 2030”. Me pareció bastante razonable, dado el pragmatismo que caracteriza a los ingenieros, y puesto que se celebraba en su colegio, acotar el ámbito temporal a doce años vista. Esto tiene sus ventajas pero también impide detectar las tendencias subyacentes que son, en definitiva, las que deberían marcar la dirección a seguir. Me refiero a que si uno piensa en el futuro cercano, lo que en realidad está planteando es la forma de resolver los problemas inmediatos (sobre todo los acuciantes) y, desde mi punto de vista, es casi como redactar las bases de un plan de urbanismo de los muchos que se hacen (bueno, que se hacían) en este país. A pesar de todo, resultó una jornada de gran interés y merece la pena reflexionar sobre algunos aspectos de lo que allí se dijo.

Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos
 "Construyendo hoy la ciudad del 2030", inauguración  ciccp

Como no me voy a referir a personas ni posturas concretas, sino que voy a escribir sobre algunos de los temas planteados, lo primero sería citar a los actores que (por orden de aparición) fueron los siguientes: Juan A. Santamera, Ángela de la Cruz, José María Ezquiaga, Antonio Serrano, Luis Fernández-Galiano, Miguel Aguiló y yo mismo que intervine después de Antonio Serrano. El encuentro estaba planteado como una serie de diálogos, aunque como casi siempre en estos casos, el tiempo no se sabe muy bien por dónde se escapó pero el caso es que los pretendidos diálogos se quedaron en monólogos excepto al final cuando, con buen criterio Luis Fernández-Galiano y Miguel Aguiló decidieron dialogar directamente. En general, al hablar de un futuro tan cercano, y como no podía ser menos, no hubo sorpresas y casi todos planteamos las mismas cuestiones con diferentes variantes. En este artículo voy a comentar algunas de ellas, las que me parecieron referencias obligadas para casi todos. Eso no quiere decir que no se trataran otros temas también interesantes y sobre los que seguramente escribiré otro día.

Parafraseando a Naomi Klein:
 El cambio climático lo cambia todo

Entre todos los temas tratados destacaría el cambio climático como eje de muchos de los análisis realizados. Parece que, por fin, este elemento crítico no ya de futuro sino casi de presente, empieza a tomarse en consideración (por lo menos entre los profesionales) como un elemento que debería condicionar de forma determinante la estructura y organización de nuestras ciudades. Por lo menos en lo que se refiere a las medidas de adaptación que ya se consideran imprescindibles. También las de mitigación pero más bien relacionadas con la eficiencia. Iba a escribir “con la eficiencia y la sostenibilidad” pero me contuve a tiempo porque, en realidad, hubo dos palabras que brillaron por su ausencia y casi nadie, que yo recuerde, mencionó (afortunadamente, por lo menos de la forma machacona que viene siendo habitual): sostenibilidad y resiliencia.
       De todas formas, incluso en un tema tan crítico como el del cambio climático, hubo posturas diferentes relacionadas con la conveniencia de un mayor o menor intervencionismo. Los lectores del blog conocen perfectamente mi postura al respecto: claro que el sistema tiene capacidad para ajustarse solo, pero si lo dejamos que lo haga por si mismo sin controlar el proceso, probablemente mucha gente va a sufrir mucho.

Johnny Miller "Unequal Scenes" (South Africa)
 Señalar en la imagen para verla más grande  unequalscenes

El otro tema mencionado por casi todos fue el de la desigualdad. Por supuesto se trata de una cuestión de largo recorrido histórico ya que la ciudad siempre se ha caracterizado por su desigualdad. No hay más que acordarse de la ciudad antigua, de la ciudad medieval o, ya más cercana, de la ciudad producida por la Revolución Industrial. Sin embargo, parece que la tendencia que se detecta es hacia unas desigualdades cada vez mayores. La capa social de amortiguación constituida por la burguesía parece que se va diluyendo atraída por los dos extremos lo que da lugar a barreras incluso físicas (guetos de pobres y urbanizaciones cerradas de ricos) que recluyen a la población en zonas espacial y socialmente segregadas.
       Aunque esta cuestión está directamente relacionada con la economía, sin embargo tiene un reflejo espacial claro. Y no sólo espacial, por supuesto, sino funcional o, incluso, formal. También, como en el caso del cambio climático, existen posturas diferentes sobre la forma de abordarlo y, una vez más, relacionadas con la posibilidad de intervención. Desde mi punto de vista y mirando el funcionamiento de la naturaleza me preocupa que los ecotonos sociales que se detectan en la ciudad actual tiendan a convertirse en simples líneas de separación (es decir, en fronteras) entre elementos, en lugar de constituir amplias franjas de intercambio donde se pueda producir la mezcla y la innovación dando lugar a situaciones de evolución, frente a la estabilidad “ecosistémica” de amplias zonas urbanas muy estables.
       En cualquier caso, e independientemente de mi opinión al respecto, no hay duda de que la cuestión de la desigualdad que, en algunos casos, se relaciona con la cohesión social es otro de los problemas a resolver en ese futuro cercano al que me refería en el título, si queremos que las ciudades sean un marco adecuado de convivencia.

La ciudad media como nuevo ideal urbano
 Plaza de la Virgen Blanca, Vitoria-Gasteiz  gasteizhoy

También me sorprendieron gratamente algunas de las menciones que se hicieron a las ciudades medias como ese ideal al que habría que tender, frente a lo que se propugnaba no hace mucho tiempo del crecimiento urbano hasta llegar a la gran ciudad como objetivo a conseguir. Cada vez más va calando la idea de la megaciudad como un monstruo casi imposible de controlar con costes ecológicos, sociales y económicos insoportables. También se mencionó la relación entre el aumento del tamaño y de los costes (sobre todo para las infraestructuras de comunicaciones). Lo que no parece tan evidente es la dimensión de una ciudad para que se pueda considerar como media o intermedia. Por ejemplo, para algunos autores, todas las ciudades españolas, incluyendo Madrid y Barcelona, serían ciudades de este tipo, aunque la discusión estaría en si se incluyen o no sus áreas metropolitanas. Desde mi punto de vista el tema, más que con el número de habitantes estaría relacionado con la accesibilidad de todos los puntos de ciudad andando o, como mucho, en bicicleta. Prometo un artículo sobre esta cuestión que considero crítica para la eficiencia del sistema urbano.

A participar también se aprende  paisajetransversal

Y el último tema “estrella”, como no podía ser de otra forma, fue el de la gobernanza y el de la intervención del planificado en la planificación (o del usuario en el diseño urbano). Y aquí sí que las diferencias fueron bastante notables. Y es que se trata de una de las cuestiones en las que se mezclan, además de consideraciones técnicas, otras de carácter más ideológico, o incluso, moral. En general se podría decir que todo lo relacionado con la gobernanza es, aparentemente, menos conflictivo porque suele reducirse, sobre todo en lo que se refiere al planeamiento, a cuestiones de coordinación, tanto horizontal como vertical. Y no parece cuestionarse en este campo casi nada más. Lo que no deja de sorprender.
       Otro tema distinto es el de la participación. Y aquí sí que no puedo ser ecuánime porque todos los lectores del blog saben sobre este tema tengo una postura clara y beligerante. Por supuesto que en esta reunión también se mencionó en diferentes intervenciones para destacarse su importancia, pero sin entrar en el fondo del asunto. Hay que comprender que sus implicaciones ideológicas y políticas son manifiestas y que el foro era un foro más bien técnico. De todas formas voy a aprovechar el comentario para plantear (una vez más) lo que pienso. Se puede resumir en un par de líneas: sin información, sin saber de qué estamos hablando, la participación se convierte en mera demagogia. Y que un paso previo e imprescindible a todo proceso de participación es la información. Pero no una mera información de “ahí tiene usted todos los datos” y allá se las componga. Sino una información activa relacionada directamente con la educación, lo que requiere estructuras estables y permanentes en el tiempo.

Una ciudad ideal, Amiens en el año 2000  issuu

De cualquier forma la pregunta de cómo será la ciudad en el 2030 es casi una propuesta de cómo resolver los problemas de la ciudad actual. Ni tan siquiera es prospectiva. Claro que, probablemente, sea el único ejercicio posible desde un punto de vista práctico. Porque lo que pueda llegar a ser lo que a día de hoy llamamos ciudad en un futuro lejano, parece algo como escribir una novela. Si, como veremos, autores tan visionarios como Jules Verne se equivocaron tan espectacularmente al pensar en la ciudad del futuro, lo más seguro es que el común de los mortales propongamos auténticos absurdos totalmente alejados de lo que serán en realidad las ciudades de fin de siglo. Lo digo porque he terminado de releer un curioso documento. Se titula Una ciudad ideal y su autor es, precisamente Jules Verne.
       Aparte de mi admiración por Ortega, mi otro autor de referencia es Verne. Por distinta razones y en contextos diferentes, amo a ambos por igual. Y, además, desde hace muchos años. A Verne, desde mi infancia cuando mi padre me traía algunas de sus novelas de la recién inaugurada biblioteca de O Carballiño (donde vivíamos) y las leíamos entre los dos. Y a Ortega, desde años después, ya en Madrid y estudiante de Arquitectura.
       Para terminar quería contar algo sobre cómo veía Jules Verne la ciudad de Amiens en el año 2000. En realidad, estuve dudando si comentar algo sobre esta visión o sobre otra obra que estuvo muchos años oculta llamada París en el siglo XX, o incluso Los quinientos millones de La Begún que muchos relacionan con la ciudad de La Plata cerca de Buenos Aires, pero voy a dejarlas para otro día porque Amiens se acerca más a mi tesis sobre la imposibilidad de plantear “la ciudad del futuro lejano”. En realidad Una ciudad ideal no fue más que un discurso en forma de cuento que el 12 diciembre de 1875 Verne leyó en la Academia de Amiens y que quedó inmortalizado en las actas de la misma con el nombre de Una ciudad ideal.

“Una ciudad ideal” discurso en forma de cuento de Jules Verne  issuu

Empieza pidiendo disculpas porque, en realidad, su discurso va a ser la lectura de un cuento: “Señores y señoras: Tengan la bondad de permitirme faltar a todos los deberes de un director de la Academia de Amiens que preside una sesión general, al reemplazar el discurso habitual por el relato de una aventura de la que fui protagonista. Me disculpo por adelantado, no solamente ante mis colegas, cuya benevolencia jamás me ha faltado, sino también ante ustedes, señoras y señores, cuya expectativa va a verse frustrada”. Y es que Verne lo que va a leer ante los académicos no es nada más y nada menos que sus impresiones al despertar una mañana en esta ciudad pero en el año 2000. Es decir, 125 años después.

La máquina de amamantar niños  Damian Christ

Lo curioso es constatar las tremendas diferencias entre el Amiens pensado por Verne y la realidad del Amiens en el año en el que el euro sustituye al franco. Casi todos los cambios que profetiza son sociales y totalmente alejados de la realidad. Por ejemplo, un impuesto progresivo a los solteros (cuanto más viejo sin estar casado el impuesto es mayor) hace que todo el mundo esté casado y sólo los muy ricos pueden permitirse permanecer célibes. O a los médicos sólo se les paga si uno está sano de forma que estos profesionales procuran que sus clientes gocen de buena salud ya que, entonces, cobran sus honorarios. En realidad, los mayores inventos eran una máquina de amamantar niños (necesaria dada la cantidad de nacimientos y la escasez de nodrizas), y un concierto que se podía oír simultáneamente mediante hilos eléctricos en París en la sala Hertz, en Londres, en Viena, en Roma en Pekín o en Amiens.
       Por supuesto, también lo último en maquinaria industrial: “Luego, en todas partes, estaban las máquinas de procedencia norteamericana, llevadas hasta el último límite del progreso. A una se le presentaba un cerdo vivo y de ella salían dos jamones, ¡uno de York, otro de Westfalia! A otra se le ofrecía un conejo aún coleando y ¡entregaba un sombrero de piel con forro sudorífugo! ¡Ésta absorbía vellones vulgares y devolvía un vestido completo de paño de Elbeuf! Aquélla devoraba un ternero de tres años y lo presentaba de nuevo bajo la doble forma de un estofado humeante y de un par de botines recién lustrados, etc., etc.

Máquina para fabricar estofados + botines a partir de un ternero  issuu

Pero en lo que se refiere a la ciudad pocos fueron los cambios detectados por Verne en el año 2000. Eso sí, todo estaba limpio y el transporte público parecía magnífico: “¡Y eso no era todo! ¡Los bulevares, aquel día, habían sido regados a una hora elegida juiciosamente —ni muy temprano ni muy tarde—, lo que impedía al polvo producirse y al agua esparcirse en el momento en que afluían los paseantes! ¡Y las contracalles, asfaltadas como las de los Campos Elíseos en París, presentaban un suelo agradable al pie! ¡Y había bancos dobles con respaldo, uno junto a cada árbol! ¡Y estos bancos no estaban contaminados por el descaro de los niños ni el desparpajo de las niñeras! ¡Y, cada diez pasos, unos candelabros de bronce sostenían sus elegantes faroles hasta el follaje de los tilos y los castaños! ‘¡Dios mío —exclamé—, si estos bellos paseos están ahora tan bien iluminados como están cuidados, si algunas estrellas de primera magnitud brillan en lugar de esos pabilos amarillentos de gas de otros tiempos, todo va a pedir de boca en la mejor de las ciudades posibles!’”

Amiens, acceso actual a la casa de Jules Verne. El autor de tantas
 profecías cumplidas nunca lo hubiera imaginado así  Googlemaps

Si uno de los mayores visionarios de la literatura universal fue incapaz de imaginar (ni remotamente) el Amiens del año 2000, ya puede comprenderse lo juicioso de haber limitado el encuentro entre arquitectos e ingenieros de caminos, canales y puertos que tuvimos hace unos días a un horizonte de 12 años. Y sin embargo... mi espíritu de arquitecto (alguno me debe quedar todavía) me dice, ahí en el fondo recóndito de mis deseos, que no hubiera estado mal haber planteado un futuro algo menos cercano para estas ciudades que parecen haberse apoderado de la totalidad del territorio y de sus recursos. Y es que, después del encuentro, noto como si faltara algo de imaginación y utopía que, sin embargo, desborda las propuestas de mis alumnos de la ETSAM. Para otro año me gustaría que se repitiera el encuentro proponiendo la construcción de la ciudad de finales del siglo XXI. Comprendo que sería menos profesional pero, probablemente, más divertido.
       De cualquier forma recomiendo la lectura, no sólo de Una ciudad ideal, sino también de París en el siglo XX y, sobre todo, de Los quinientos millones de La Begún a todos aquellos que busquen imaginar las ciudades del futuro. Es un reconfortante ejercicio que pone distancia con los problemas que es imprescindible resolver en un momento crítico para la ciudad como el actual, y que (¿por qué no?) puede ayudarnos a repensar algunas cosas. Bueno, el impuesto sobre el celibato mejor no mencionarlo, no sea que nuestros amados dirigentes…

Gentrificación y gentrificaciones

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Aunque la palabra gentrificación no está todavía en el diccionario de la RAE me he decidido a usarla, tanto en el título como en el texto, ya que hasta la Fundéu (Fundación del Español Urgente, asesora de la RAE) la admite como un neologismo válido en español. Además me he inventado la de “gentrificaciones” para hacer notar que no estamos hablando de un proceso único sino que, como se verá a lo largo del trabajo que reproduzco a continuación las cuestiones contextuales hacen variar, en algunos casos radicalmente, no sólo el desarrollo del proceso produciendo casi siempre casos diferentes, sino también su resultado. Eso no quiere decir que no existan factores y elementos (incluso desarrollos) comunes. Es lo que nos permite hablar de gentrificación de una forma general y según esta Fundación como del “proceso mediante el cual la población original de un sector o barrio, generalmente céntrico y popular, es progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor”.

Gentrificación y gentrificaciones  contraindicaciones

Este artículo es la adaptación de un trabajo que se titula La gentrificación. La producción y el consumo de la ciudad, realizado por Antonia de Michele para una de las asignaturas que imparto en el Máster de mi departamento. Los habituales del blog ya saben que el proceso de adaptación de un trabajo de investigación a la estructura del blog conlleva el sacrificio de partes importantes del mismo resultado de seleccionar los elementos relacionados con el mensaje a transmitir. Y también cambios formales importantes tanto en las citas como en las referencias que no se adaptan a ningún sistema normalizado sino a uno simplificado en el que se elimina todo lo que dificulte la búsqueda del libro o del artículo. Sencillamente, en algunos lugares del texto se señalan autores que, en los casos más significativos, aparecen al final en la bibliografía que se incluye sólo como referencia para el caso de que cualquier lector quiera profundizar en determinados temas y, sobre todo, para señalar que la idea o la frase es de otro.


La gentrificación. La producción y el consumo de la ciudad
Autora: Antonia de Michele

La gentrificación es un mecanismo clave dentro del contexto del capitalismo actual, caracterizado por una competencia interurbana creciente (Peck, Sassen) y por una reestructuración de configuraciones territoriales (Brenner); al mismo tiempo la gentrificación se relaciona con la emergencia de nuevas clases sociales y nuevos estilos de consumo. A partir de la primera conceptualización de la gentrificación elaborada por Ruth Glass en la década de los sesenta, muchas han sido las investigaciones sobre este tema. El presente estudio pretende ser una demonstración del hecho que cada proceso de gentrificación tiene su particularidad y no repite necesariamente los mismos patrones, como se está comenzando a ver, tanto desde la academia como desde el mundo del arte o el activismo.

Cada proceso de gentrificación es distinto  code

En la primera parte de este trabajo se presentarán brevemente los principales estudios que han contribuido al avance del conocimiento sobre este tema, a partir de su primera definición. El objetivo es demostrar, a pesar de la amplia literatura, la dificultad de encuadrar teóricamente y de forma universal este concepto. En la segunda se propone una investigación comparativa entre los barrios de Malasaña y Lavapiés situados en lugares bastante céntricos de la ciudad de Madrid. Primero se estudiarán en ambos casos aquellos cambios que reflejan la existencia de gentrificación. Y posteriormente, aunque ambos barrios han sufrido transformaciones importantes en los últimos años, trataré de responder a las preguntas: ¿Se trata del mismo proceso? ¿Con las mismas consecuencias?

A modo de introducción

Parece que la gentrificación escapa a una definición específica. En parte, esto refleja la multitud de actores implicados y de sus motivaciones, a partir de los artistas y los trabajadores creativos o de los nuevos consumidores de espacios urbanos exclusivos, hasta los constructores y los especuladores inmobiliarios, que, junto a las autoridades políticas, responden y al mismo tiempo forjan las demandas de las nuevas clases urbanas. Se podría afirmar que la gentrificación es una reinversión sobre edificios, o mejor, partes enteras de ciudades, usualmente en sus zonas centrales, que habían perdido su valor. Tiene a que ver con la imagen, así como con el capital, económico y también cultural.

Suelen producirse cambios en la población originaria  indymedia

La palabra “gentrification” fue acuñada por la socióloga marxista de origen alemán Ruth Glass, que la empleó en 1964 para describir los cambios en las características de algunos barrios del Norte de Londres: “One by one, many of the working-class quarters of London have been invaded by the middle-classes – upper and lower. Shabby, modest mews and cottages- two rooms up and two down- have been taken over, when their leases have expired, and have become elegant, expensive residences […] Once this process of ‘gentrification’ starts in a district it goes on rapidly until all or most of the original working-class occupiers are displaced and the whole social character of the district is changed”. Glass habla de cambios en gran medida residenciales, que se manifiestan principalmente con la sustitución de la población originaria, lo que genera, a su vez, una modificación del “carácter social de un distrito”.
       Tras esta primera conceptualización, las investigaciones sobre gentrificación han proliferado de manera exponencial. La literatura sobre el tema es muy amplia y engloba estudios que se han centrado sobre ciudades o barrios particulares, además de discusiones teóricas para un encuadramiento más preciso del fenómeno. Los estudiosos han intentado dibujar modelos generales capaces de dar cuenta globalmente de las características del proceso.

La gentrificación suele terminar con especulación inmobiliaria anticapisevilla

A este propósito, Hacworth y Smith han construido un modelo de etapas (a partir de la observación histórica) que se caracterizaría por diferentes fases y transiciones. En primer lugar una gentrificación esporádica, de carácter no sistemático. Después un periodo de anclaje, con una estabilización a nivel global del fenómeno a partir de los ochenta, por acciones de inmobiliarios que seguirían a “los pioneros”. Y en tercer lugar una fase de gran expansión tras la crisis del inicio de los noventa, en la cual la gentrificación se daría de forma creciente en las ciudades gracias a una relación más estricta entre capital y política.
       A este esquema, Lees, Slater y Wyly añaden una nueva fase, que correspondería a la especulación inmobiliaria entre 2000-2006, caracterizada por un empuje adicional a través de una mayor integración entre dinámicas locales y mercados globales y nacionales, y gracias también a una serie de políticas públicas de apoyo al fenómeno. El sociólogo Gotham considera fundamentales en la emergencia de la gentrificación, las nuevas formas de “conexión institucional entre las instituciones locales, las inmobiliarias y la economía global”. También autores como Zukin han subrayado el papel relevante de la cultura y de la economía simbólica, centrándose más en los impactos de la gentrificación en los entornos urbanos.

Desplazamiento de los más desfavorecidos  elmundo

Según Marcuse, entre estos impactos, el desplazamiento es sin duda la consecuencia más polémica del proceso. Este fenómeno de expulsión de las familias más desfavorecidas no solo puede ser considerado como un aspecto clave y definitorio de la gentrificación, sino que debería ser estudiado en términos de violencia simbólica y física contra la población. Aunque el desplazamiento es uno de los elementos centrales de la gentrificación, es al mismo tiempo uno de los menos estudiados. Sin embargo, el desplazamiento puede ser definido como una operación que restringe las opciones de ciertos sectores sociales para vivir en un barrio específico, sobre todo cuando otros grupos sociales con mayor capital económico, social y cultural llegan a ese área. Entonces, según Jahnoska y Sequera Fernández, debe entenderse no solo como una forma directa de expulsión, tan física que económica, sino también como el resultado excluyente de una violencia indirecta y simbólica.
       Hay que avanzar un último comentario en cuanto al debate que ha dividido muchos estudios que han puesto su atención en los procesos de gentrificación. A partir especialmente de mediados de los ochenta, las propuestas científicas sobre la gentrificación se han concentrado en desmentir la visión de los economistas neoclásicos que consideraban este proceso como una inevitable y natural adaptación a dinámicas de mercado, algo que celebrar en cuanto sinónimo de un retorno de las clases medias al centro de las ciudades desde los suburbios (Slater). La integración de las explicaciones culturales y del capital es vital para el desarrollo de los estudios sobre gentrificación, ya que ambas razones, las culturales y las económicas, están cada vez más íntimamente relacionadas, y las dos son cada vez más difícilmente extrapolables.

Malasaña y Lavapiés, barrios gentrificados

Como punto de partida de este trabajo se considera que ambas zonas en examen han vivido unas trasformaciones que responden plenamente a lo que se define como gentrificación, según lo visto anteriormente. En primer lugar, se evidencia, tanto en Malasaña como en Lavapiés, una subida de los precios de la vivienda, señal y al mismo tiempo efecto de un cambio poblacional y de inversiones inmobiliarias.

Precio de la vivienda de segunda mano  trabajo de Antonia
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Además, como recoge Idealista (portal inmobiliario) actualmente en Malasaña el precio de venta de viviendas es de 4133,25 €/m2 y de alquiler es de 15,7€/m2, mientras que en Embajadores es respectivamente de 3239,29 €/m2 y de 14,6 €/m2. Estos datos adquieren significado considerando que el precio medio de la venta de vivienda en la ciudad de Madrid, según el último informe de Idealista actualizado a noviembre de 2017, se sitúa en 3.268 €/ m2 mientras que, para los alquileres, según datos actualizados a septiembre 2017, el promedio es de 15,3 €/m2. Es decir, si bien Lavapiés se encuentra todavía poco por debajo de la media ciudadana, ambas zonas tienen valores inmobiliarios altos y en crecimiento, con una diferencia considerable en comparación con los precios de otros distritos.
       Tanto en Lavapiés como en Malasaña, se han dado cambios sociodemográficos, que pueden ser interpretados como signos de gentrificación si se considera como algo que tiene que ver con un remplazo poblacional, por el cual nuevas clases urbanas, más jóvenes, relacionadas con la creatividad (Florida), y sobre todo con mayor poder adquisitivo (Clark), sustituyen a los residentes tradicionales. Según estadísticas oficiales del Ayuntamiento de Madrid, desde el año 2004 hasta el momento actual ha habido un descenso de la población mayor en ambos casos: en Embajadores la población de más de 65 años ha pasado del 17,8% al 14,53%, mientras que en Universidad, esta misma población ha bajado de un 17,6% al 16,74%.

Cambios sociales y económicos importantes  paulmullins

Otra cuestión fundamental es la llegada de colectivos de población que encajan en un perfil de gentrificación. Así, el nivel de estudios de la nueva población puede ser sintomático en este sentido. Como demuestra Jorge Sequera Fernández en su tesis doctoral sobre la gentrificación en Lavapiés, a partir de 2005 se evidencia en el barrio una entrada creciente de sectores sociales con nivel alto de estudios, mientras que aquellos con capital cultural bajo empiezan a salir de la zona, lo que conlleva que los nuevos residentes en el barrio tienen un perfil distinto de los precedentes. El mismo discurso vale para Malasaña, en donde desde el 2000 al 2011 han aumentado los residentes con niveles de estudios más altos, a un ritmo mayor que en las zonas contiguas (Cilleros Conde, Prieto Serrano, David Ricci).
       Uno de los elementos centrales y más problemáticos de la gentrificación, es que esta produce desplazamiento, de forma directa o indirecta, de los vecinos. Aparte de cuestiones más generales, existe un fenómeno real de desplazamiento, expulsión, marginación, especulación inmobiliaria y modificación del tejido comercial en zonas de moda como Malasaña o Lavapiés. El cierre de tiendas tradicionales obligadas a mudarse por la presión económica en Malasaña es algo que los habitantes del barrio van denunciando desde hace años, como se puede comprobar leyendo las entradas del periódico Somos Malasaña.

Desaparición de los usos tradicionales paisajetransversal

Existe también una dimensión a considerar del imaginario urbano que atestigua la gentrificación en Malasaña y Lavapiés relacionada con el papel de la cultura y de la economía simbólica (Zukin) como dispositivos activos en este proceso. Sin duda, las representaciones tienen un gran potencial transformador de la realidad social. La ciudad tiende a ser consumida y lo urbano se transforma en experiencia de consumo. A raíz de la primera, en tanto que lugar de producción de servicios que se ofrecen a los residentes o a los turistas se ponen en marcha una serie de dinámicas interesantes, que incluyen el branding urbano, la creación e invención de estímulos emocionales y experienciales asociados a los espacios urbanos.
       Tanto para Malasaña como para Lavapiés, es suficiente mirar las representaciones recientes promovidas por revistas online, páginas web, guías turísticas y blog de varios tipos, para darse cuenta de su cambio de imaginario colectivo, que conlleva la construcción de imágenes de estos barrios como zonas de moda estimulantes y creativas. El resultado es la construcción de paisajes urbanos identificables como escenarios atractivos para las clases medias y altas, atraídas por nuevos estilos de vida y consumo.

"Branding" de los barrios ganasdebarrios

Parece que estos barrios se están trasformando en marcas con atributos reconocibles. Significativa a este respecto es la existencia de una aplicación web en que se presentan mapas con la ubicación de todas las “atracciones” de ambos los barrios, como bares, teatros, tiendas, etc. Los nombres de estos mapas son sin duda emblemáticos: “Ganas de Lavapiés” o “Ganas de Malasaña”. Casi como en una operación de marketing los dos barrios se asocian a un brand caracterizado por rasgos específicos, que se promueve en el “mercado ciudadano”, y que, al día de hoy, parece tener un éxito creciente. En conclusión, es un hecho que tanto Lavapiés como Malasaña se encuentran en un proceso de gentrificación. Ahora se trata de evaluar si, en los dos casos, la gentrificación sigue el mismo modelo, o al contrario es posible establecer peculiaridades específicas en cuanto a procesos, mecanismos e implicaciones.

Las diferencias

Tanto Malasaña como Lavapiés se encuentran en el distrito Centro de Madrid. Es sin duda interesante aclarar que ambas delimitaciones no se corresponden con entidades administrativas, siendo Malasaña parte del más amplio barrio de Universidad y Lavapiés de Embajadores. Esto dato inicial puede ser considerado una señal de la identidad significativa que marca las dos zonas, ya que se identifican en el sentimiento común de los madrileños como barrios. La ubicación central de estas dos zonas es el primer punto común que destacar en cuanto al tema aquí en examen. A pesar de que la gentrificación no es un proceso exclusivo de áreas urbanas centrales, es cierto que es en los barrios centrales donde se materializa principalmente este cambio. En el contexto general del neoliberalismo global, aparece imprescindible la modernización de estas áreas centrales, en tanto que lugares estratégicos para la cultura, la política y la economía, como espacios de representación positiva de la ciudad.

Plano de Malasaña con los lugares vintage  enfemenino
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Malasaña nunca fue un barrio estrictamente obrero. Durante el Siglo de Oro se consolidó de forma bastante desordenada con la construcción de palacios de la nobleza y conventos. Después de la llegada de Napoleón y la Guerra de independencia española, durante el siglo XIX nuevas clases medias se concentraron en esta zona. Arquitectos, artistas y artesanos procedentes de toda Europa se establecieron en los barrios actuales de Maravillas, Conde Duque, Universidad u Hospicio al servicio de aquella inmensa máquina de gasto suntuario. Pasado el siglo de Oro, se llenó de palacios de la media nobleza, que empezó a dar vida y trabajo a un tropel de gentes de oficios variados.
       En el siglo XIX el barrio se llenó también de casas de vecinos, de corralas. Los viejos artesanos se especializaron en oficios con más demanda: carpinteros, ebanistas, plateros, encuadernadores, impresores, etc. Nuevas clases medias ocuparon los viejos palacios que se iban convirtiendo en casas de vecindad. Todos estos factores favorecieron el desarrollo del carácter artístico del barrio. Así que se puede afirmar que el barrio siempre ha estado habitado por la nobleza o a las clases medias.

Mapa de Lavapiés de la Asociación de Comerciantes  lacasa
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Sin embargo, su carácter “popular” es, por el contrario, lo que parece haber caracterizado a Lavapiés. Es fundamental entonces considerar el proceso de construcción del estigma de marginalidad de Lavapiés que, en parte, depende de su evolución histórica y de sus condiciones urbanísticas efectivas. De hecho, Lavapiés adquirió una identidad de barrio popular, particularmente a lo largo del s. XIX y en los principios del s. XX. Funcionó como receptor de población, que se asentó en las muchas infraviviendas que ofrecía el barrio, que representan todavía hoy, y a pesar de las diferentes intervenciones y cambios realizados a través del tiempo, un problema endémico. Estos flujos migratorios campo-ciudad (Pérez Agote) es necesario entenderlos en el centro de un creciente proceso de industrialización.

Multiculturalidad, característica de Lavapiés  madrider

El crecimiento demográfico se paró durante la década del 1960 y 1970, cuando la zona de Embajadores/Lavapiés inició a perder población. Es indicativo el dato de que la población pasó de 76.534 personas en el censo de 1970 a 40.754 en su punto más bajo en el Padrón de 1996 (Pérez Agote) por el desplazamiento de los hijos residentes en el barrio hacia nuevos barrios residenciales. Esto provocó un proceso de envejecimiento de la población y una tendencia general a la marginalización y a la degradación.
       Entre finales de los noventa y el comienzo del nuevo siglo empezó a registrarse un incremento en el número de habitantes, ligado a la inmigración de población extranjera transnacional, que aumentó de manera considerable y que sin embargo ha contribuido a reforzar la percepción de Lavapiés como barrio marginal, inseguro y como zona urbana degradada. Lavapiés se transformó así en la zona más multicultural de Madrid. Dentro del imaginario colectivo su significado era sinónimo de peligro, droga, delincuencia, con inmigrantes considerados culpables de hacer inhabitable uno de los barrios más castizos de Madrid.

La mítica Rock-Ola templo de la La Movida  agenciaefe

Sin embargo, también Malasaña vivió su periodo de marginalización, junto con el surgir del movimiento cultural y urbano de la Movida madrileña, reduciéndose de forma muy marcada su población entre los ochenta y los noventa. Sin duda el movimiento de La Movida, que se consolidó entre los finales de los años setenta y principio de los ochenta, marcó profundamente la identidad de este barrio.
       La Movida madrileña fue un movimiento contracultural surgido durante los primeros años de la Transición de la España posfranquista, que se generalizó más tarde a otras provincias y se prolongó hasta mediados de los años ochenta. Malasaña fue el centro verdadero de este fenómeno. Lo que caracterizaba este movimiento de la juventud, era la idea de modernizar la cultura urbana y de impulsar formas de comunicación provocativas y fuera de lo establecido, para romper con la cultura tradicional y conservadora de antaño y promover una nueva atmosfera centrada en la diversidad, la pluralidad y el pensamiento abierto (Stapell).

La movida madrileña, Almodovar  elespanol

La materialización de La Movida es un aspecto importante de la imagen de Malasaña como un lugar bohemio, y contribuye de forma importante a su valor histórico y cultural. En cierto sentido la Movida contribuyo a la atracción de una población de jóvenes artistas y profesionales que inundaron las calles y las viviendas de este barrio seducidos por un movimiento artístico contracultural. En este sentido, cabe resaltar como mucha literatura sobre la gentrificación ha subrayado el rol de los artistas como pioneros en muchos procesos de trasformación urbana (Ley). A la vez, esta eclosión artística se acompañó también de un uso masivo de drogas. Fue la excusa perfecta para estigmatizar el territorio y sus habitantes (Román García). Una consecuencia directa fue la huida de la población residente y la venta de numerosos inmuebles a fondos de inversión, además de la construcción de una retórica de marginalización, lo que conllevó el propósito de la trasformación del barrio por parte de las instituciones.

“Heridas” rehabilitadoras  Segado-Vázquez y Espinosa-Muñoz en EURE
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Pero no es sólo que las bases de partida en ambos casos y la evolución del contexto sean diferentes. Es que los mecanismos que dieron lugar a la gentrificación también lo fueron. En el caso de Lavapiés se debería hablar de “state-led gentrification”, referida a una estrategia política urbana en la cual el capital privado y los gobiernos locales forman un “empresarialismo” urbano (Harvey) capaz de modificar su paisaje urbano y social. La gentrificación en esta área se ha producido como consecuencia de planes de rehabilitación pública que han transformado un barrio de clase obrera mediante la concesión de subvenciones directas a propietarios para la renovación del parque de viviendas, la instalación de instituciones culturales como factor atrayente de nuevos estilos de vida, trabajo y consumo, y mecanismos de control sobre el espacio público, como la instalación de videovigilancia y el refuerzo policial.
       En concreto, en el 1997 la zona de Lavapiés se definió como Área de Rehabilitación preferente dentro del PGOUM-97, justificándose por el fuerte deterioro de sus viviendas e infraestructuras, su bajo potencial comercial, así como por la carencia de equipamientos urbanos básicos y el envejecimiento de su vecindad. En esta fase las intervenciones se centraron en la vivienda. Esta mejora del parque de la vivienda se tradujo en una oportunidad única para los propietarios, que hicieron uso de la rehabilitación como estrategia de maximización del beneficio obtenido (Cañedo Rodríguez). Principalmente fueron los residentes de rentas más bajas los que sufrieron las consecuencias de la rehabilitación siendo, efectivamente, desplazados y reemplazados.

Cámaras de video vigilancia en Lavapiés  20minutos

En 2004 se presentó para Lavapiés un nuevo plan denominado Plan de Acción de Urbanismo, Vivienda e Infraestructuras para la Revitalización del Centro Urbano (PERCU) que se pone en marcha en 2005 con la participación del Área de Economía y Participación Ciudadana (de la Oficina del Centro del Ayuntamiento de Madrid) y la Dirección General de Participación Ciudadana. Un aspecto que merece atención es que, la aplicación del Plan implica la construcción o reforma de una serie de contenedores culturales, con una inversión total de 33,52 millones de euros. La construcción o acondicionamiento de catorce edificaciones dispersas por Lavapiés, dirigidas a los consumidores de la “alta cultura”, ha contribuido a la modificación socio-espacial de Lavapiés y, específicamente, a su transformación en un distrito cultural que resulta atractivo para una determinada clase, además de posicionarse como estratégico para el desarrollo de una economía cultural y del conocimiento.
       Este empuje en la dimensión cultural debe ser considerado como otro mecanismo clave de la gentrificación en Lavapiés. En los centros urbanos globales la creatividad y la innovación se convierten en los nuevos engranajes de industria empresarial de la ciudad, que valora crecientemente sus infraestructuras y contenedores culturales. Por fin, en 2012, se pone en marcha el Plan Integral de Mejora de la Seguridad y de la Convivencia del barrio de Lavapiés de Madrid, que añade a la instalación en 2010 de 48 CCTV, el sistema de video vigilancia de la vía pública y la centralización de las señales de vídeo recibidas.

Malasaña, la Plaza del 2 de mayo “okupada” por los jóvenes  malasanaman

Por lo que concierne a Malasaña, el mecanismo fundamental que ha funcionado como agente de trasformación ha sido el cambio del perfil comercial del área. Así que en este caso se debería hablar de “comercial gentrification”. Esta se refiere al cambio del perfil comercial de una zona, en el cual las tiendas tradicionales son sustituidas por nuevos comercios que responden a los gustos y los estilos de consumo de los gentrificadores.
       Sin duda también Malasaña ha sido al centro de planes de rehabilitación que han contribuido a la trasformación de su paisaje social. Entre varias, cabe destacar que, en 1994, en el barrio se declara inicialmente como Área de Rehabilitación Preferente la zona de la Plaza Dos de Mayo (afectando a 601 edificios, 6750 viviendas). Tal declaración se justifica como respuesta a una problemática de envejecimiento, marginación, prostitución, drogas y “movida”, así como a una degradación estructural de los edificios. El objetivo marcado es convertir la zona en un área principalmente residencial, lo cual determinará la estrategia de intervención que se lleva a cabo por tres vías: mejorar el parque residencial (lo que supuso el desplazamiento de quien no podía pagar), intervenir profundamente sobre el espacio público (plazas, calles e infraestructuras) y acción social en colaboración con entidades culturales y tejido asociativo junto a la intervención medioambiental (ruido, suciedad y tráfico).
       A partir de 1995, con la ampliación de los ARP (1996-1999) se suman dos nuevos ejes de intervención: El Eje Fuencarral (267 edificios, 3213 viviendas) y la ampliación hacia el sur/este del área I Plaza Dos de Mayo.

Malasaña, cierre del comercio tradicional  abc

Como ya señalado hablando de Lavapiés, las mejoras de las viviendas y edificios pueden funcionar como mecanismos de desplazamiento, si no están contrarrestados por políticas de construcción de parques de vivienda pública. Pero en Malasaña lo que se ha dado sobre todo es otra forma de gentrificación:
       “En todo caso en Malasaña estos procesos no se han manifestado en el ámbito de la vivienda de un modo tan sobresaliente como en el caso del comercio. En particular, la apertura de nuevas tiendas ha funcionado como la verdadera punta de lanza de la transformación del barrio en un espacio adecuado para los nuevos vecinos y visitantes del barrio. Así, la hostelería y las tiendas de moda han reemplazado al comercio tradicional y de proximidad. Del mismo modo, las franquicias han empezado a instalarse en unas calles y plazas convenientemente urbanizadas. Uno tras otros, los nuevos establecimientos encuentran cada vez más facilidades para satisfacer las demandas de unos consumidores que no paran de crecer y que, como si de una peregrinación se tratase, acuden a Malasaña en masa para consagrar su estilo de vida en el altar del consumo más alternativo, moderno y cool.” (Sorando y Ardura).

Malasaña, tiendas de moda de regalos y diseño  elpais

En Malasaña se ha apostado por aprovechar la proximidad del principal polo comercial de la ciudad. Los cambios más importantes han venido de la mano de la eliminación del comercio tradicional y de proximidad por otro formado por locales, la mayoría de restauración, de diseño y de franquicias. La evolución por la que atraviesa Malasaña viene reflejada sobre todo por el desarrollo del comercio de ciudad que es el principal foco de atracción turística y financiera: el comercio de barrio va siendo, poco a poco, sustituido por el de ciudad. La mayor concentración de estos negocios de ciudad se encuentra en las zonas recién rehabilitadas, es decir Fuencarral, Dos de Mayo, San Bernardo y se aprecia una gran concentración sobre todo en la zona norte. Por tanto, después de la llegada de los artistas-pioneros, el mercado ha reaccionado activando proyectos de éxito a nivel económico, produciendo un avance importante en la mercantilización del barrio, que actualmente “se ha convertido el paradigma del territorio hípster que ya no se encuentra al alcance de todos los bolsillos” (Sorando y Ardura).

Situación actual y conclusiones

Tras la presentación de las diferentes características de la gentrificación en Malasaña y Lavapiés, vale la pena interrogarse sobre el estado actual en cual se encuentran los barrios. Es importante destacar que no todas las zonas de ambos barrios pueden considerarse completamente gentrificadas. Existen en los dos casos elementos que hacen dudar de que se pueda hablar de gentrificación en sentido estricto: en algunas partes de Malasaña donde la vivienda nunca fue barata y en Lavapiés donde siguen existiendo nichos de marginalidad muy marcados, a nivel social y de vivienda.

La gentrificación como negocio  diegojimenez

En cierto sentido, se puede afirmar que en Malasaña el cambio ha sido más fuerte y la gentrificación se encuentra en un estado más avanzado. Se ha producido una importante modificación de usos en el espacio del barrio, en cuyas calles y comercios se han llevado a cabo desplazamientos notorios. De forma que Malasaña se usa a menudo como caso emblemático de mercantilización (Sorando y Ardura).
       En Lavapiés, la permanencia de colectivos más vulnerables (como por ejemplo los inmigrantes económicos internacionales, que a pesar de su diminución a lo largo de las últimas décadas, siguen representando un alto porcentaje de la población total) y de situaciones de viviendas bajo los estándares mínimos de calidad, podría ser un signo de que la gentrificación no ha sido capaz de actuar en la totalidad del barrio. Además, Lavapiés siempre se ha caracterizado por la presencia de un fuerte tejido asociativo (Castells) y por la concentración de colectivos de contracultura, que, más que en Malasaña, siguen luchando, poniendo en evidencia las posibilidades de resistencia contra el modelo dominante a través de prácticas de denuncia de los efectos excluyentes de las trasformaciones urbanas y de acciones de apoyo mutuo, basadas sobre solidaridad, horizontalidad y autoorganización.

Lavapiés, el "barrio-hotel" de Madrid  20minutos

Para terminar este apartado es necesario mencionar una cuestión. A pesar de las diferencias evidenciadas, parece que tanto en Malasaña como en Lavapiés se esta dando una forma nueva de transformación, que tiene a que ver con el turismo. Los vecinos de ambos barrios alzan la voz en contra de la reconversión turística que se está produciendo, sobre todo por sentirse amenazados a causa de un sistema que genera expulsión, en forma de desplazamiento directo, desplazamiento por exclusión, ruido que afecta a la convivencia, así como desplazamiento colectivo (Cocola Gant). En este caso, el enemigo número uno estaría representado por plataformas de comunicación y comercio entre particulares como Airbnb, que ofrecen y demandan soluciones de alojamiento en diferentes modalidades: viviendas completas, habitaciones individuales o habitaciones compartidas. Estas plataformas, basadas en una presunta “economía colaborativa” y en intercambios denominados peer to peer, sin lugar a dudas cuentan con una demanda y una oferta que en los últimos años han experimentado un crecimiento exponencial.

La relación entre gentrificación y turismo es global  spencer

La gentrificación es ciertamente un proceso estrictamente relacionado con dinámicas globales que tienen que ver con la estructuración del capitalismo actual, el papel de las ciudades en la sociedad postindustrial, la reciente emergencia de sectores sociales inéditos y de nuevas configuraciones espaciales.
       En cuanto fenómeno global, algunos aspectos de la gentrificación parecen repetirse de forma universal por todos los lugares. Pero lo que se ha intentado de poner en evidencia con este trabajo es la dificultad de aplicar de forma indistinta las mismas lentes analíticas para evaluar casos específicos de gentrificación. El presente estudio, proponiendo un análisis comparativo entre Malasaña y Lavapiés, es una demonstración del hecho que cada proceso de gentrificación tiene su particularidad y no repite necesariamente los mismos patrones. En la tabla siguiente se resumen los resultados obtenidos:

Comparativa de los procesos  trabajo de Antonia
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Es indiscutible que, como se ha dicho en párrafos anteriores, hay una cierta estrategia público-privada hacia la transformación de Lavapiés en determinada dirección, mientras que en Malasaña muchos de los cambios se han producidos tras la llegada de nuevos sectores sociales bohemios. Pero, en ambos casos es complicado intentar construir una clara demarcación entre causas y efectos. Entonces, en los procesos de desposesión ¿son más relevantes las inversiones o los gustos y las preferencias estéticas de los recién llegados? ¿No sería más apropiado considerar los mismos procesos como una rueda que se retroalimenta? En este sentido, a pesar de cumplir el sector público o los pioneros un papel de impulsor inicial, los nuevos estilos de vida y de consumo así como las dinámicas económicas y políticas, adquieren gran importancia.
       Por otra parte, ¿cómo distinguir los agentes activos de este proceso? No es posible valorar con precisión los que son "malos" o "buenos", e identificar los agentes gentrificadores como si fueran en ejercito desplegado para la conquista de un territorio. Por citar un ejemplo, los artistas llegaron a Malasaña cuando todavía no era un barrio de moda, y, sin embargo, han trabajado sin saberlo en favor de la gentrificación, sufriendo después las consecuencias de la subida de los precios y su posterior desplazamiento. La pregunta sería si tiene sentido esforzarse en este tipo de análisis o si, siguiendo a Hartman, la reflexión debería concentrarse en los efectos de estas transformaciones y en las medidas para contrarrestarlas.

Autora: Antonia de Michele


Hasta aquí el trabajo de Antonia. Creo que es el artículo más largo que he incluido en el blog. Pero su trabajo es todavía mucho más largo. En cualquier caso se trata un tema complejo en el que los detalles adquieren una gran importancia y no he sido capaz de prescindir de muchos de ellos. Particularmente me siento un poco frustrado al no poder incluir toda la dialéctica producción-consumo presente a lo largo de su trabajo pero que tendría que ser objeto de otro artículo. Espero que Antonia pueda publicarlo entero con los requisitos formales y conceptuales de toda investigación en cualquier revista dedicada a estos temas para que todos puedan tener acceso al mismo. El tema está sometido a fuertes discusiones teóricas y conceptuales que no se pueden obviar por aquellos que nos dedicamos al urbanismo. Probablemente sea necesario introducir la visión del usuario, cosa bastante complicada ya que no suelen cumplirse los requisitos de conocimiento necesarios para que esta perspectiva no esté distorsionada. Educación, educación, educación… siempre, educación.



Nota 1.-Para complementar este artículo sería interesante leer el titulado “Lavapiés, en el corazón del activismo” publicado en el blog en agosto del 2015 en el que otro de mis alumnos Roberto Cilleros analiza también lo sucedido en este barrio madrileño.

Nota 2.-Se relacionan a continuación algunos de los libros que Antonia ha utilizado para realizar su trabajo y cuyos autores, a veces, se mencionan a lo largo de este texto.
  • Brenner, N. (1999): "Globalisation as Reterritorialisation: The Re-scaling of Urban Governance in the European Union", Urban Studies, Vol. 36, N. 3, 431-451.
  • Cañedo Rodríguez, M. (2007): "Políticas urbanísticas en el centro de Madrid: La Rehabilitación de Lavapiés", FICYURB, Centro de Investigação e Estudos de Sociologia. Instituto Universitàrio de Lisboa (CIES-IUL).
  • Castells, M. (1986): "La formación de un movimiento social urbano: el Movimiento Ciudadano de Madrid hacia el final de la era franquista", La ciudad y las masas. Sociología de los movimientos sociales urbanos. Alianza Editorial, p. 299-386.
  • Cilleros Conde R., Prieto Serrano D., David Ricci M. (2012): "Desplazamiento residencial y transformación urbana en barrio Universidad (Madrid) ¿Existe un proceso de gentrificación?", disponible en http://fes-sociologia.com/desplazamiento-res1425encial-y-transformacin-urbana-en-barrio-univers1425ad-madr1425-existe-un-proceso-de-/congress-papers/1425/
  • Clark, E. (2010): "The order and simplicity on gentrification: a political challenge", Lees, Slater, Wyly (ed.), The gentrification reader, Routledge, London, 24-31.
  • Cócola Gant A. (2016): "Apartamentos turísticos, hoteles y desplazamiento de población", Informe para el debate sobre el nuevo Plan Especial Urbanístico de Regulación de los Alojamientos Turísticos, Barcelona, Creative Commons.
  • Florida, R. (2009): Las ciudades creativas, Barcelona, Paidós.
    Glass, R. (1964): "London: Aspects of Change", Centre for Urban Studies n.3, London, Gibbon and Kee.
  • Gotham, K. V. (2005): "Tourism Gentrification: The Case of New Orleans. Vieux Carre (French Quarter)", Urban Studies, Vol. 42, No. 7, 1099– 1121.
  • Hackworth, J. and Smith, N. (2001): “The changing state of gentrification”, Tijdschrift voor economische en sociale geografie, 92: 464–477.
  • Hartman, C. (1984): “The right to stay put”, en Geisler C., Popper F. (Ed.), Land Reform, American Style, Totowa, NJ: Rowman and Allanheld, 302–318.
  • Harvey, D. (2001): "Globalization and the ‘Spatial Fix’", Geographische Revue, n. 2.
  • Harvey, D. (1989): "From Managerialism to Entrepreneurialism: The Transformation in Urban Governance in Late Capitalism", Geografiska Annaler. Series B, Human Geography, Vol. 71, No. 1, The Roots of Geographical Change: 1973 to the Present, pp. 3-17.
  • Janoschka, Sequera Fernández J. (2014): "Procesos de gentrificación y desplazamiento en América Latina, una perspectiva comparativista", Juan José Michelini (ed.), Desafíos metropolitanos. Un diálogo entre Europa y América Latina, pp. 82-104, Catarata, Madrid.
  • Janoschka, M., Sequera Fernández, J. y Salinas, L. (2013): "Gentrification in Spain and Latin America a Critical Dialogue"International Journal of Urban and Regional Research 37.
  • Lees, L., Slater, T., Wyly, E. (2008): Gentrification. London, Routledge.
  • Ley, D. (2003): “Artists, Aestheticisation and the Field of Gentrification”, Urban Studies, 40 (12), 2527-2544.
  • Marcuse P. (1985): "Gentrification, Abandonment, and Displacement: Connections, Causes, and Policy Responses in New York City", Urban Law Annual; Journal of Urban and Contemporany Law 28:195, 195-240.
  • Peck, J. (2005): "Struggling with the Creative Class", International Journal of Urban and Regional Research, Volume 29, pp. 740–770.
  • Pérez-Agote, A., Tejerina, B., y Barraño, M. (2010): Barrios multiculturales. Madrid, Trotta.
  • Román García, A. (2016/2017): Gentrificación en el barrio Maravillas. Influencia de las actividades económicas en la creación de la “marca” Malasaña, trabajo final de grado, Universidad Politécnica de Madrid, disponible en oa.upm.es/47408/1/TFG_Roman_Garcia_Alejandra.pdf
  • Sassen, S. (1991): The global city: New York, London, Tokyo. Princeton, N.J,  Princeton University Press.
  • Sassen, S. (2010): "The city: its return as a lens for social theory", City, Culture and Society 1, pp. 3–11.
  • Sequera Fernández, J. (2013): Las políticas de gentrificación en la ciudad neoliberal. Nuevas clases medias, producción cultural y gestión del espacio público. El caso de Lavapiés en el centro histórico de Madrid, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid.
  • Slater, T. (2011): "The gentrification of the city", Gary Bridge G., Watson S. (a cargo de), The New Blackwell Companion to the City, London, Blackwell Publishing Ltd., London, 571-585.
  • Sorando D., Ardura A. (2016) First we take Manhattan, Se vende ciudad. Madrid Catarata.
  • Somos Malasaña (2016): “Jorge Sequera: “La especulación supera con creces al fenómeno de la gentrificación”, entrevista disponible en https://www.somosmalasana.com/jorge-sequera-la-especulacion-supera-con-creces-al-fenomeno-de-la-gentrificacion/
  • Stapell, H. (2010) Remaking Madrid: Culture, Politics, and Identity after Franco, New York, Palgrave Macmillan.
  • Zukin, S. (1995): The cultures of cities, Oxford, Blackwell Publishers.
  • Zukin, S. (2009): Naked city: the death and life of authentic urban places, Oxford, Oxford University Press.

Infraestructura Verde y Paisaje, tan cerca

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Tan cerca (o tan lejos) según veremos en este artículo. Llevo algunos años tratando de definir el paisaje desde diferentes ámbitos pero lo cierto es que todavía no he sido capaz de imaginar una visión comprensiva de los muy diferentes enfoques que se producen cuando se tratan de plantear unas bases claras para abordarlo de forma conjunta.  Hasta tal punto que llevo todo lo que va de siglo (tampoco es tanto, dieciocho años) intentando escribir un libro sobre el tema y no he sido capaz. Los amigos ya me dicen de broma: ¿qué tal el libro? Saben perfectamente de qué libro se trata y cuál es mi problema al respecto. Para complicarlo todo ahora se ha puesto de moda la llamada Infraestructura Verde, lo que añade más leña al fuego. Lo cierto es que los últimos años llevo más tiempo dedicado a temas relacionados con la llamada Infraestructura Verde (IV, en inglés GI) que al paisaje propiamente dicho.

Infraestructura Verde y Paisaje  eps

Cuando hace unos meses me propusieron que impartiera una ponencia en el 1.º Congresso Ibero Americano em Estudos de Paisagem a celebrar en Sintra (Portugal), decidí obligarme a repensar las relaciones entre Paisaje e Infraestructura Verde y propuse un título alusivo a ambas expresiones. Eso fue hace algunos meses. Desde entonces he tratado de aclarar esta relación. Para eso he leído lo que he encontrado relativo al tema, he asistido a conferencias, he hablado con autoridades en ambos campos y he pensado y vuelto a pensar en todo ello. Bueno, pues no tengo nada claro que haya conseguido avanzar de forma significativa.
      Y es que, si ya el concepto de Paisaje es escurridizo, el de Infraestructura Verde no le va a la zaga. Ni tan siquiera tengo claro, para ambos casos, si utilizar mayúsculas o minúsculas. Al final, en este artículo concreto, me he decidido hacerlo con mayúsculas ya que pretendo enfatizar que los voy a tratar de forma singular y relacionándolos. Pero no estoy seguro ni de que esto sea lo correcto o, sencillamente, lo más adecuado.
      Para empezar sería interesante acercarse a la noción de Paisaje. Como tengo bastantes cosas pensadas al respecto (y muchas ya escritas) no creo que sea complicado plantear algunas de las aproximaciones más importantes. Empezaré por las más amplias. Probablemente el acercamiento más comprensivo sea el geográfico. Podríamos decir, simplificando, que para un geógrafo el Paisaje es su objeto de estudio que se concreta en lo urbano, lo rural, la naturaleza, las ciudades, las personas, la sociedad, la economía y pienso que hasta la informática. En realidad, aunque soy arquitecto y licenciado en derecho lo que de verdad me hubiera gustado es ser geógrafo (o intelectual renacentista, claro). Según el diccionario de la RAE la palabra geografía tiene dos acepciones. La primera dice: "Ciencia que trata de la descripción de la Tierra". Y la segunda: "Territorio, paisaje".

Convenio Europeo del Paisaje

Esta forma tan omnicomprensiva de entender el Paisaje es bastante parecida a la que se ha adoptado en el ámbito europeo. Así, en el artículo primero del Convenio Europeo del Paisaje puede leerse: “Por ‘paisaje’ se entenderá cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos”. Desde mi punto de vista esto abarca la totalidad del territorio siempre que exista una percepción del mismo por parte de “la población”. Dado que en ningún sitio se nos explica que es eso de “la población” se puede entender que “la población” puede ser el conjunto de los geógrafos, de los arquitectos, de ambos, la sociedad civil o los militares. Por poner ejemplos. También la población del lugar, los turistas, los agricultores o los tratantes de ganado.
      Dejando aparte las bromas, este es el resultado de que en el ámbito europeo casi todo lo que se aprueba tenga que ser objeto de consenso y, por tanto, deba abarcar la mayor cantidad de casos molestando lo menos posible.
      Lo cierto en que, sin tanto afán conciliador, el mismo diccionario de la RAE no es mucho más explícito. En la edición del tricentenario actualizada a 2017 la primera acepción dice: “Parte de un territorio que puede ser observada desde un determinado lugar”. Ni tan siquiera dice “que se observa” sino que “puede ser observada”. A mis alumnos siempre les ponía el ejemplo de la estrella Alfa-Centauri situada a 100 años luz de la Tierra que tenía un territorio parecido al de nuestro planeta pero que nunca había sido observado (ni probablemente lo sería) por un ser humano, como ejemplo de algo que era un territorio pero no un Paisaje. Pues como resulta que nada indica que, en algún momento del espacio-tiempo no pueda ser observada, ahora tendría que considerar a ese territorio también como Paisaje. Por supuesto he dejado de poner este ejemplo para diferenciar entre territorio y Paisaje.

¿El Paisaje necesita de un observador?  DaniCaxete
El banco más bonito del mundo, Loiba (Galicia)

Bueno, por lo menos estos acercamientos tan amplios deberían de contentar a todos. Pero lo cierto es que no es así. Podríamos distinguir tres grupos diferentes con sus propias ideas sobre el Paisaje. En primer lugar “la gente” (se supone que “la población” en sentido general, según el Convenio Europeo). No quisiera meterme ahora en una discusión pero, simplificando, podríamos decir que lo determinante para este grupo es la belleza, la emoción, el sentimiento.
      El segundo grupo sería el constituido por los “acercamientos de disciplinas afines”: arquitectura, ecología, geografía, literatura, economía, informática… Todos ellos con su propia forma de entender el Paisaje desde su área concreta.
      Y, por supuesto, el tercero sería el de la propia disciplina del Paisaje (en el supuesto de que tal cosa exista). Para entender un poco este tercer grupo me voy, como siempre, al diccionario de la RAE y leo lo referido al término “paisajista” que se supone es el profesional del paisaje: "1/Dicho de un pintor: Que pinta paisajes. 2/Especialista en paisajismo (estudio o diseño del entorno natural)". Por supuesto habría que atender a esta segunda acepción. Pero si buscamos “paisajismo” encontramos, también en su segunda acepción: "2/Estudio o diseño del entorno natural, especialmente de parques y jardines". Por lo que parece, el paisajista es el que se dedica a diseñar y estudiar el entorno natural y, sobre todo, parques y jardines. Bueno, pues esta si que es una visión restrictiva del Paisaje.
      Claro que si entramos a analizar los acercamientos a partir del disciplinas afines: arquitectura del paisaje, ecología del paisaje, economía del paisaje, paisajes virtuales, paisajes agrarios… Las cosas no hacen más que complicarse. Ni lo voy a intentar hoy porque, de lo contrario, no creo que pudiera terminar este artículo.

Olmsted y Vaux, 1868, Sistema de parques en Buffalo  pbs

Pero todavía no he hecho más que empezar. Vamos ahora analizar la expresión de moda: Infraestructura Verde. Como en los cuentos infantiles, todo empezó hace muchos años en un remoto lugar. En el lejano 1868 un tal Frederick Law Olmsted (padre de la arquitectura del paisaje, y diseñador del Central Park) en colaboración con Vaux realiza en Buffalo, el primer sistema de parques en red. Y diez años después planteó en Emerald Necklace en la ciudad de Boston, un sistema de parques urbanos conectados para conseguir una reducción de las inundaciones. Ambos elementos están en la base de lo que actualmente se entiende por Infraestructura Verde. Pero, en realidad, no es hasta los años noventa del pasado siglo veinte que la expresión hace fortuna precisamente en USA y relacionado, básicamente, con estos dos elementos: red interconectada de espacios verdes y la gestión del agua.
      Pero pronto se vio que la gestión del agua era sólo uno de los muchos elementos “aprovechables” de la idea. Lo que verdaderamente le dio un impulso espectacular fue asociarlo a los llamados servicios de los ecosistemas entendidos como los recursos o procesos del territorio que hacen posible la vida o que, en cualquier caso, benefician a los humanos.
      Existen diferentes clasificaciones de estos servicios. Por la sencilla razón de su accesibilidad, y porque suministra datos concretos para el caso español, voy a seguir la propuesta de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio en España (EME) que se comenzó en el año 2009. En el informe los servicios se clasifican en tres grandes grupos.

Mosaico de ecosistemas que conforman un paisaje cultural  ecomilenio

El primero está formado por los llamados “Servicios de Abastecimiento”: Aquellas contribuciones directas al bienestar humano que provienen de la estructura biótica y geótica de los ecosistemas. Entre estos servicios podemos destacar: Alimentos, agua, materias primas o medicinas naturales. El segundo grupo sería el de aquellos llamados “de Regulación”, ya que se trata de contribuciones indirectas al bienestar humano tales como: Regulación climática, del aire, del agua, control de la erosión o polinización.
      El tercero, los “Servicios Culturales”, agruparía a todas “aquellas contribuciones intangibles que la población obtiene a través de su experiencia directa con los ecosistemas y su biodiversidad”. Puede parecer anecdótico este grupo pero tiene también gran importancia porque está directamente relacionado, por ejemplo, con cuestiones de salud tanto mental como física: Conocimiento científico y ecológico, identidad, disfrute estético de los paisajes, turismo o educación ambiental. Y, además, desde lo que me interesa para el artículo de hoy hace su aparición estelar el tema del Paisaje (bueno, su disfrute estético).

Infraestructura Verde para Europa  folleto UE

De forma general se podría entender la Infraestructura Verde relacionada, básicamente, con una red interconectara de espacios verdes que se utiliza, no sólo como equipamiento, sino también sobre todo con la gestión del agua. Esta visión es la más usada en Estados Unidos de América y heredera directa de las ideas de Frederick Law Olmsted. Así, para la American Planning Association, el concepto se refiere a "sistemas verdes a pequeña escala, diseñados para ser infraestructura urbana de gestión de aguas pluviales".
      La relación de la red de espacios interconectados para conseguir recursos y procesos del territorio que ayuden al bienestar humano proviene más bien del ámbito europeo. Uno de los problemas de Europa es la extrema fragmentación de su territorio lo que tiene como consecuencia directa que los ecosistemas no cumplen verdaderamente el papel de suministradores de servicios y los europeos tienen que conseguirlos cada vez más lejos a unos precios cada vez mayores. El año 2013 la Unión Europea en la Comunicación titulada Infraestructura verde: mejora del capital natural de Europa, plantea la protección de los procesos naturales de su territorio (debido a los beneficios que produce a sus ciudadanos) de forma que se integre en la planificación espacial. Propone la utilización de soluciones naturales: la Infraestructura Verde frente a la infraestructura gris tradicional.
      Según dicha Comunicación la Infraestructura Verde, basada en el principio de que la protección y valorización de la naturaleza y los procesos naturales y los numerosos beneficios que la sociedad humana obtiene de la naturaleza, debería integrarse de manera consciente en la planificación espacial y el desarrollo territorial. Frente a la infraestructura gris, de finalidad única, la Infraestructura Verde aporta múltiples beneficios. No constriñe el desarrollo territorial, pero promueve soluciones naturales si son la mejor opción. A veces puede ofrecer una alternativa a las soluciones grises estándar o complementarlas.

Infraestructura Verde para Europa  folleto UE 
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En esta Comunicación se entiende la Infraestructura Verde como “una red de zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales, planificada de forma estratégica, diseñada y gestionada para la prestación de una extensa gama de servicios ecosistémicos. Incorpora espacios verdes (o azules en el caso de ecosistemas acuáticos) y otros elementos físicos de espacios terrestres (incluidas zonas costeras) y marinos. En los espacios terrestres, la infraestructura verde está presente en los entornos rurales y urbanos”. El documento también relaciona este concepto con la protección, mejora y conservación del capital natural (biodiversidad); como forma de propiciar un crecimiento inteligente y sostenible; y con la gestión de las medidas de adaptación y mitigación el cambio climático.

Posibles elementos de una IV folleto UE 
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Tal y como está planteado parece que se trata de la Gran Idea que va a permitir fusionar la planificación espacial, la ecológica, la económica, la defensa de la naturaleza, la prevención y mitigación del cambio climático, la regeneración de un territorio tan fragmentado como el de la Unión Europea, el urbanismo, el uso agrícola, forestal y ganadero, la conservación del paisaje y casi cualquier cosa que se nos ocurra relacionada con el uso y la construcción del territorio. Pero, atendiendo tema sobre el que hoy pretendía escribir: ¿Cómo queda, en concreto, la relación con el Paisaje? Si, como hemos visto ya es complicado y resbaladizo plantear el concepto de Paisaje y, casi igualmente, el de Infraestructura Verde, la relación entre ambos es doblemente compleja. Pero voy a intentar abordar las líneas doctrinales principales.
      Por parte de los paisajistas más generalistas se puede entender la Infraestructura Verde como el enfoque contemporáneo de la planificación del paisaje. Incluso se plantean los principios básicos de este enfoque: Multiescalar, específico del lugar y multifuncional. Otros autores añaden a estos tres principios básicos los de conectividad, estrategia, inter y transdisciplinariedad, e inclusividad social (Pauleit, Hansen y otros). Incluso los menos generalistas, tales como la Asociación Alemana de Arquitectos Paisajistas (BDLA) ha llegado a considerar la Infraestructura Verde como el tema central del futuro para la arquitectura del paisaje. Pero probablemente sea en el Reino Unido donde se esté enfocando el tema directamente relacionado con el Paisaje. Así, en los planes de Infraestructura Verde de Londres, Mánchester o St. Edmundbury.

Infraestructura Verde para Londres  urbangreenbluegrids 
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Para simplificar podemos distinguir dos acercamientos. Uno, que plantea la Infraestructura Verde como una herramienta (muy importante, eso sí) de la planificación del Paisaje. Y otro, que entiende el Paisaje como un servicio ecosistémico más y, por tanto, como parte de un Plan, una Estrategia o una Directriz de Infraestructura Verde. En general, la mayor parte de los profesionales del paisaje, los geógrafos e incluso los planificadores físicos, contemplan la Infraestructura Verde como un instrumento que viene a resolver uno de los problemas carenciales para estos profesionales: Contar con metodologías que permitan integrar las cuestiones relacionadas con la naturaleza en sus campos respectivos. Incluso, en algunos casos, a través de los servicios ecosistémicos, introducir aspectos económicos. Desde el paisajismo se piensa que, de cualquier forma, algo de esto ya estaba más o menos explícito en la llamada Ecología del Paisaje según las propuestas de Forman y Godron.
      El otro acercamiento entendería el Paisaje como un servicio ecosistémico más de carácter cultural a un nivel parecido a los del conocimiento científico, el ecológico, la identidad y sentido de pertenencia, el sentimiento espiritual y religioso, las actividades recreativas y el ecoturismo o la educación ambiental. Este enfoque sería, por supuesto, mucho más limitado y, aunque estaría en consonancia con algunos de los planteamiento ya explicados en párrafos anteriores, aparentemente es demasiado restrictiva. Pienso que todo sería más sencillo si se considerara el carácter multiescalar tanto de la Infraestructura Verde como en el Paisaje. Las relaciones entre ambos conceptos no son las mismas, por ejemplo, en un barrio de una ciudad que en una región entera como pueda ser Galicia.

Comunidad de Valencia, Infraestructura Verde regional
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Por ejemplo, si nos planteamos la escala regional, la propuesta de integrar todos los temas en el paraguas de la Planificación Territorial podría ser la adecuada. De forma que, tanto Paisaje como Infraestructura Verde estarían al mismo nivel.
      Este enfoque es el que ha adoptado la Comunidad de Valencia. Así, en el documento de la Estrategia Territorial puede leerse que: “La Administración del Consell definirá un sistema territorial de espacios abiertos o infraestructura verde, tal y como la misma ha sido establecida en la Ley de Ordenación del Territorio y Protección del Paisaje de la Comunitat Valenciana. Sistema territorial que incluirá los espacios con valores ambientales, paisajísticos y patrimoniales, así como sus conexiones, que resulten necesarios para mantener los procesos ecológicos básicos del territorio, a fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y orientar los futuros desarrollos urbanos y territoriales” (directriz 37.1). Y: “La infraestructura verde se definirá a diferentes escalas en el marco del planeamiento urbanístico y territorial, y deberá ser ordenada de forma que quede garantizada su función territorial, paisajística, ambiental y cultural, pudiéndose llevar a cabo las actuaciones que se autoricen, en su caso, en las condiciones y circunstancias que las normas establezcan.” (directriz 37.2).

Una de las últimas publicaciones de Udo Weilacher  landezine

En cambio, en la escala urbana (o menor todavía) esta relación debería ser diferente y probablemente más cercana a lo planteado por Udo Weilacher para el que el Paisaje es algo más que una Infraestructura Verde. En un artículo reciente escribe lo siguiente asombrándose de que la BDLA (German Association of Landscape Architects) haga equivalentes los términos Infraestructura Verde y arquitectura del paisaje: “El término ‘infraestructura verde’ suena actual pero se trata de una expresión muy general que se puede interpretar aleatoriamente de acuerdo con el contexto dado. Una definición clara no existe. Según la BDLA: ‘Infraestructura verde significa toda [...] actividad humana en el paisaje en el sentido más amplio. Incluye estructuras cercanas a la naturaleza y elementos antropogénicos del espacio abierto: en Alemania, casi todos los paisajes culturales se pueden interpretar de esta manera’. Al final, la Asociación Alemana de Arquitectos Paisajistas llega a la asombrosa ecuación: infraestructura verde = arquitectura del paisaje”.

Infraestructura Verde de Londres  landscapearchitecture

En cualquier caso Infraestructura Verde y Paisaje son dos conceptos que han nacido para caminar juntos tanto en la macro como en la micro escala. Para terminar, y sólo de forma polémica y como base de discusión, voy a reproducir un párrafo de Tom Turner de la LAA (Landscape Architects Association) extraído de su artículo “Green infraestructure planning for London's urban landscape” hablando de la planificación de los espacios verdes de Londres: "¿Y cómo debería llamarse esta categoría de planificación urbana? 'Verde' es casi aceptable si se usa en sus dos sentidos, pero dudo si esto es posible y la palabra es demasiado descriptiva como para servir como un objetivo de planificación. 'Infraestructura' es también una palabra utilitaria, que es a la vez una ventaja y una desventaja. Pienso en la actividad como 'planificación del paisaje', porque el objetivo es hacer de Londres un gran paisaje urbano, incorporando una amplia gama de objetivos estéticos, ecológicos y funcionales”.
      Siento terminar introduciendo todavía más ruido con esta cita de Tom Turner, que me ofrece la ocasión de plantear si “Infraestructura Verde” e “Infraestructura Verde Urbana” no deberían ser, a su vez, conceptos distintos con aproximaciones y metodologías diferentes. Las razones son muchas. Tantas que es posible que me anime a propiciar una discusión sobre el tema en el próximo Foro de Paisaje de Vitoria-Gasteiz, al que he sido invitado, y que se celebrará a finales de mayo con el título de "Visión 2050. Reconectando al ciudad con la naturaleza. 25 años del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz".

Ayer estuve en el Raval

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Bueno, para ser precisos, hace unos días. Y, aparentemente, he salido indemne aunque un poco triste. Las noticias de los últimos tiempos sobre este barrio de Barcelona han sido bastante alarmantes. Muy alarmantes: robos, narcopisos… peleas. Nada bueno. Lo cierto es que, aún dejando aparte el hecho de que los medios de comunicación suelen sobredimensionar algunos sucesos, algo debe de estar pasando cuando tanto se habla de un barrio. Durante un tiempo parecía que las operaciones de rehabilitación y renovación urbana llevadas a cabo por la administración iban a dar sus frutos y que el área iba a mejorar de forma evidente. Pero, al parecer, eso fue sólo un espejismo. En realidad, a lo largo de todo el proceso, las sucesivas actuaciones llevadas a cabo en este barrio casi siempre han estado sometidas a fuertes controversias y análisis casi nunca coincidentes.

Barcelona, el Raval  beroomers

A las operaciones de renovación urbana se han destinado varios artículos del blog destacando el hecho de que, en muchos casos, fueran acompañadas de gentrificación. Y también se advertía sobre la necesidad de ser cautos con estos temas. Siempre es fácil plantear a toro pasado una hipótesis de “lo que evidentemente iba a suceder” pero lo cierto es que se trata de un ejemplo que, desde el punto urbanístico, es necesario analizar con la máxima prudencia posible. Mi impresión personal después de una rápida visita es que el Raval, que evidentemente ha mejorado respecto al que yo conocí, en algunos de sus rincones (sobre todo en la zona sur) todavía podría ser el escenario de cualquier novela negra. Lo que no parece muy descabellado sabiendo que Manuel Vázquez Montalbán se crió en la Plaza del Pedró en pleno Raval. Muy cerquita, por cierto, de la Residencia de Investigadores donde me alojó la Universidad.

El Barrio Chino y la prostitución  ABC

Para aquellos que no lo conozcan, se trata de un barrio muy céntrico perteneciente al distrito de Ciutat Vella. Situado el borde la muralla hasta mediados del XIX, fue durante la Edad Media una zona agrícola en la que se instalaron unas cuantas instituciones religiosas entre las que ocupaba un lugar central el monasterio de San Pau del Camp. Pero, poco a poco, se fue convirtiendo en un barrio pobre y marginal. Hasta tal punto que, cuando en el año 1977 estuve un tiempo en Barcelona, se le conocía con el nombre de Barrio Chino con las connotaciones consiguientes, y su imagen estaba muy ligada a la prostitución, pero también a la droga y la delincuencia. De forma que, en realidad, la consideración del Raval como un lugar marginal viene ya casi desde siempre. Por lo menos, desde que yo supe de su existencia.
       Pero esta no es la causa de que le dedique un artículo. Al fin y al cabo barrios marginales existen en todas las ciudades. La razón de mi interés es que se trata de uno de los ejemplos más importantes de intento de rehabilitación y renovación urbana de una zona degradada mediante “inyecciones culturales” ahora tan de moda. Dado que, desde el punto de vista de la ortodoxia urbanística de hace unos años este intento cumplía todas las condiciones que cualquier profesional consideraba deberían ser tenidas en cuenta a la hora de intentarlo, la pregunta sería: ¿Funcionó este sistema? No sé si voy a poder responder ya que se trata de un tema muy complejo que requeriría un estudio a conciencia realizado por un equipo de investigadores competentes y que, probablemente esté ya hecho (aunque yo lo desconozco). Pero, por lo menos, intentaré describir lo que me ha llamado la atención.
       La otra razón es personal. Hasta tal punto que pensé titular el artículo como “El Raval revisitado” porque tenía bastante interés en saber si todo lo que había oído y leído sobre las actuaciones realizadas habrían cambiado mi percepción del barrio. La verdad es que estos días tampoco tuve una vivencia suficientemente prolongada como para consolidar una opinión personal pero, por lo menos, sí para contrastar impresiones. Es como cuando alguien conoce a un niño y no lo vuelve a ver hasta que es adulto. Lo normal es que diga: no lo reconocería si me lo encontrara si no me dicen quien es. Pero también, cuando se sabe quien es esa persona, se identifican rasgos, actitudes, posturas. En definitiva, invariantes que son capaces de superar el paso del tiempo. Bien, pues si exceptuamos la zona de La Rambla y algunas arquitecturas que salpican sobre todo el norte del barrio, pienso que el cambio no ha sido tan fuerte como me esperaba después de cuarenta años. Bueno, si exceptuamos turistas y patinetes.

Inyectando cultura al caos  libremercado

Dado que la nostalgia me invade al recordar una etapa de mi juventud, voy a tratar de hacer un recorrido también nostálgico por algunas noticias que me han ido impactando a largo de los años y que leía con más o menos interés cuando aparecía la palabra Raval en los medios de comunicación. Es decir, voy a abordar el tema intentando un relato de mis “recuerdos leídos” que han dejado huella en mi memoria. Además, como ahora con Internet es relativamente sencillo recuperar los que he perdido, este recorrido me servirá, además, como historia de lo ocurrido. Una historia, eso sí, muy personal e intransferible.
       El impacto más fuerte y que recuerdo con mayor nitidez me lo produjo un artículo de Javier Calvo en El País titulado “El Raval, un barrio prostituido”. Al buscarlo (es muy sencillo, basta poner en Google “Javier Calvo” y “El Raval”) veo que lo publicó en septiembre de 2009. El párrafo destacado debajo del título dice textualmente: “El antiguo Barrio Chino de Barcelona se hunde cual 'Titanic' en un mar de crimen y sexo en las calles. Las dos décadas de política municipal supuestamente renovadora sólo han sido un sueño húmedo capitalista”. Bueno, aunque demos por supuesto que Javier Calvo es un tanto tremendista y que su forma de escribir más bien cinematográfica lo cierto es que, en su momento, no me pareció en consonancia con todos los esfuerzos que sabía se habían estado realizando por mejorar el barrio casi desde que me marché de Barcelona.
       En el artículo de Javier Calvo se puede leer textualmente: “Entre 1984 y 1992 se diseñaron las grandes líneas de esas intervenciones, siguiendo las directrices del Plan Especial de Reforma Interior (PERI), ejecutadas por la empresa mixta pública-privada Procivesa en forma de expropiaciones masivas y venta de inmuebles para ganar capital. Para el Raval Norte, menos degradado, se ideó un 'eje cultural' de museos para atraer a los turistas más sibaritas, que de momento todavía no han aparecido por el barrio. En el Raval Sur se intervino en dos fases: primero la demolición de una parte (habitada) del barrio para abrir la Rambla del Raval, que en su origen se concebía como escenario de festivales institucionales de música al aire libre, olvidando al parecer que allí vivía gente, aunque hay que decir que el hecho de que en el Casco Antiguo de Barcelona viva gente siempre ha molestado a nuestros gobernantes. La segunda fase es la tristemente célebre Operación Illa Robadors, donde se destruyeron 50 edificios, 450 viviendas y 93 locales comerciales para levantar un hotel de lujo y una filmoteca, en un ejemplo de urbanismo salvaje y mobbing descomunal que ha trascendido nuestras fronteras”.

Rambla del Raval. Espacio, palmeras y terrazas  airbnb

He querido copiar literalmente sus palabras porque dan voz a lo que, al parecer, pensaban algunos de los vecinos del barrio. Y porque describe de forma descarnada lo que en el aséptico lenguaje urbanístico podría ser algo así: En el año 1985 se aprueba definitivamente el PERI del Raval basado en el PGM de 1976 que, básicamente, intenta tres objetivos. El primero, reajustar la distribución de usos del suelo. El segundo, rehabilitar los edificios menos degradados mediante la instalación de equipamientos culturales y demoler los más degradados mediante operaciones de esponjamiento. Y el tercero, empezando por la zona norte hasta llegar a la parte central, consistiría en la apertura de una gran plaza central (lo que transcurrido el tiempo y los proyectos sucesivos sería la Rambla). En la primera mitad de los años ochenta dirigía una empresa dedicada al planeamiento y, por fuerza, el PERI del Raval me llamó la atención. Sobre todo porque, además, parecía que se enfocaba desde una perspectiva diferente ya que el Ayuntamiento llegó incluso a un acuerdo con la Asociación de Vecinos del barrio.

PERI del Raval y del sector oriental
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Pero no fue solo el PERI. En el año 1986 se aprueba que el distrito de Ciutat Vella sea un Área de Rehabilitación Integrada. La declaración de ARI conlleva, casi siempre, no sólo actuaciones de rehabilitación sobre la vivienda sino también sobre el espacio urbano y los tejidos sociales. Un año después se crea una Comisión Gestora  con la participación de las asociaciones vecinales. En 1994 se accede a los Fondos de Cohesión de la UE, en el quinquenio del 94 al 99 a los planes cuatrienales de vivienda y ya en 1999 al programa URB-AL de la UE con el proyecto Ciudades Puerto y Centro Histórico. Se actúa, por tanto, desde varios frentes a la vez. Aparentemente las cosas se intentan hacer bien. Hasta tal punto que el programa es premiado en el Concurso de Buenas Prácticas de Dubai del año 2002. En aquellos momentos, desde mediados de los años ochenta hasta el fin del siglo, parecía que estábamos ante un enfoque adecuado de una operación de rehabilitación y regeneración urbana casi modélica.

Rambla del Raval desde la calle Hospital  Google

Sin embargo, algunos signos de que no todo iba bien ya se vislumbraban. El día de la inauguración de la Rambla del Raval (21/sep/2000) aparecía el siguiente titular en El País: “La apertura de la Rambla del Raval dispara los precios de comercios y pisos próximos”. Y en el primer párrafo: “Las placas de las calles de Cadena y de Sant Jeroni ya no aparecen en el corazón del barrio del Raval de Barcelona. Han sido sustituidas por otras: las de la nueva Rambla del Raval, un paseo de más de 300 metros de longitud por casi 60 de ancho que se inaugura hoy. La mayor operación urbanística de Ciutat Vella, de trascendencia histórica para este barrio, ya ha tenido un efecto: el alza de los precios de locales y viviendas, signo evidente de la revalorización de la zona. Han aparecido nuevos comercios y buena parte de los edificios de la flamante calle han sido ya rehabilitados”. Y esto, la subida de precios, parecía una buena noticia. Indicaba, ni más ni menos, que el barrio empezaba coger impulso.
       Hoy sabemos que una subida de precios de los inmuebles no siempre es positiva. Es magnífica para los inversores, claro. Pero no necesariamente para los vecinos. Lo que parece dar razón a Javier Calvo cuando dice que “el hecho de que en el Casco Antiguo de Barcelona viva gente siempre ha molestado a nuestros gobernantes”. Y este problema no sólo se aplica al caso del Raval. Se trata de “el problema” en casi todas las operaciones de rehabilitación y renovación urbana que suele terminar en la expulsión de los residentes más vulnerables.

L’Illa Robadors ya limpia de “molestias”  elpaís

Pero casi a continuación de la apertura de la Rambla se acometió otra de las operaciones más discutidas: la de l’Illa Robadors. La modificación del PERI del Raval que permitiría la ejecución del proyecto se aprobó el 28 de septiembre de 2001. El ámbito era un sector delimitado por las calles Sant Rafael, Robador, Sant Josep Oriol y la antigua calle de la Cadena. El derribo, que afectó a unos 50 edificios con un total de 450 viviendas y 93 locales comerciales iba a permitir la construcción de un hotel de 14 plantas, oficinas, 120 viviendas protegidas y la filmoteca de la Generalitat. El proyecto global se encargo al estudio MBM (Martorell-Bohigas-Mackay) y la gestión a la empresa mixta Focivesa. Hubo numerosas protestas, sobre todo relacionadas con la altura del hotel (que se cambió varias veces) pero el caso es que el 16 de abril de 2004 se derribaba el último edificio que quedaba en pie. La demora fue debida a que el propietario del bar Ciutat Vella de la calle San Rafael se negaba a abandonar el inmueble por entender que la indemnización no era justa. Al final aceptó, pero hacía casi quince años que Focivesa había empezado la compra de los edificios. Las críticas fueron muy importantes y las protestas de la Taula del Raval o de la Coordinadora d’Entitats contra l’Especulació del Raval se sucedieron en contra de lo que entendían una operación especulativa.
       Pero lo que sucedió en l’Illa Robadors fue muy similar a la remodelación de la l’Illa Negra (San Ramon) entre 1988 y 1999. Por diversas circunstancias personales no me enteré hasta que no leí un artículo de Rodolfo Rufián Roto (heterónimo de un antropólogo de la UB) en el 2011, que despertó mi interés porque pensé que me daría información sobre la l’Illa Robadors. Pero, en realidad, describía como realizar una operación especulativa magnificando una guerra por el control del narcotráfico entre gitanos y negros. Lo traigo ahora a colación sencillamente para demostrar que determinados invariantes se mantienen a pesar de todas las operaciones de renovación, rehabilitación e, incluso, gentrificación, en este barrio que en un momento histórico fue “rojo, rojo, rojo, el más rojo de Europa”. Incluso rojo y negro ya que se le llegó a considerar centro del anarquismo español.

Plaza del Pedró en 1900  lamarea

Bueno, pues lo que pretendía el plan Maciá de 1933 y que luego medio consiguieron las bombas de la Guerra Civil, parece que ahora, con estas operaciones de rehabilitación mediante inyecciones culturales y esponjamiento (San Ramon, Rambla, Robadors y los muchos edificios “culturales” situados sobre todo en la zona norte), aparentemente se ha conseguido. Claro que digo “aparentemente”. En realidad, y según ya anticipaba en el párrafo anterior, si pongo uno detrás de otro mis recuerdos y mis recortes a lo largo de todo este proceso, desde que tomé contacto con este barrio tan especial hasta casi hoy, parece que las cosas no han cambiado demasiado. Titulares de La Vanguardia (28/12/2012): “Los problemas del Raval se enquistan pese a las reformas urbanísticas. La prostitución opera en la calle Robador y los pisos mantienen las pancartas. El Ayuntamiento cerrará en los próximos días 13 'meublés' de la zona. Los vecinos conviven desde hace meses con un punto de menudeo de heroína y cocaína”.

Los problemas del Raval se enquistan
 pese a las reformas urbanísticas  lavanguardia

Ese mismo año, (tres años después del artículo de El País con el que empezaba mi relato de hoy) en una entrevista que le hacen a Javier Calvo en Joanen Cunyat puede leerse: “A mi me gusta vivir aquí, pero la historia cultural de Barcelona de las últimas décadas me parece la historia de una degradación y de un empobrecimiento terrible. Si coges el punto álgido de la creación cultural en el Raval, más allá de la época anterior a la Guerra con el Ateneo Libertario y el anarquismo, después de la Guerra Civil, a partir de los años 60 y 70 donde está todo el tema underground, con los dibujantes, el teatro, la Fura dels Baus, Nazario… toda esta contracultura del barrio, que es en esos momentos la oposición, la cultura subterránea… a partir de esos momentos todo se va al garete, es una degeneración progresiva”. Pero no todos piensan igual. Jordi Corominas titula un artículo publicado en El Mundo a finales del 2015 de forma bastante explícita: “El Raval, de 'distrito de los horrores' a centro neurálgico de la cultura alternativa”.

Todas las ciudades están poseídas  blocmanueldelgado

Se trata de una curiosa rehabilitación en la que existe una guerra soterrada (bueno, a veces no tan soterrada) entre los habitantes del Raval de toda la vida y los nuevos. Además, “los nuevos” resulta que no son mayoría como en otros casos. Y se quejan. Dice Miquel Fernández en un excelente artículo titulado “Viejos problemas y nuevos vecinos. Consecuencias de una gran reforma urbana en el barrio del Raval, Barcelona” publicado en 2016 en la Revista Iberoamericana de Antropología: “Como una carcoma, la interpretación sobre lo que ha pasado y está pasando en la calle d’en Robador pivota insistentemente sobre el hecho de que allí todavía vive gente trabajadora, pobre e ‘inmigrante’. Llegan paulatinamente turistas con mayor poder adquisitivo —gracias, en parte, a la propulsión del lujoso hotel Barceló Raval—; burócratas como los que puede llegar a atraer la sede de UGT o ‘profesionales autónomos’, instalados en los pisos de ‘protección oficial’ de la Illa Robador. A esto se le añade la ubicación de ‘centros culturales’ como la sede del IEC o la nueva sede de la Filmoteca Nacional de Catalunya”.
       Pero no es sólo en trabajos de investigación, la prensa nos dice que la situación no parece haber cambiado a pesar de todo. Titular de El Mundo del pasado año: “Barcelona impulsará cláusulas ‘antigentrificación’ en edificios rehabilitados con dinero público”. O en ABC hace unos meses: “Polémica en Barcelona por los ‘narcopisos’ en el Raval. Vecinos y oposición reclaman contundencia a Colau y el Consistorio la exige a los Mossos”. Hace unos días en La Vanguardia: “Un vecino del Raval graba una pelea a machetazos a plena luz del día”. Esta misma mañana en El Periódico: “Narcopisos: dos historias de terror en el Raval”. O en Economía Digital la semana pasada: “La degradación del Raval y los narcopisos ponen contra las cuerdas a Colau”.

En realidad, algunas cosas nunca se han ido  blogmiyares

Pero acabo de darme cuenta de que todavía no he contado mis impresiones al reencontrarme con el Raval. Voy a intentar hacerlo en un par de párrafos (aunque no sé si lo conseguiré) porque, como siempre, el artículo ya es tan largo que no creo que casi nadie sea capaz de llegar al final. Espacio público y edificios: Notable mejoría en casi todo el barrio respecto a mis recuerdos. Seguridad: No me sentí inseguro en ningún momento, ni por la noche ni por el día. La gente: Multicultural como antes. Eso sí, en algún momento se sentí transportado a Marruecos o a Pakistán. Pero lo que más vi fueron turistas. Verdaderos enjambres de turistas que ocupaban todo. Lo más divertido fue ver como un grupo de alemanes se dedicaban a fotografiar a una chica que, delicadamente, cortaba jamón en el bar/restaurante (no se sabe muy bien que era) donde cené la noche de mi llegada. Luego, hablando con la chica resultó ser una muchacha italiana que había aprendido allí mismo “por ciencia infusa” a cortar jamón como una auténtica maestra cortadora. ¿Autenticidad?: Multiculturalidad.

El Raval, un barrio que resiste, ¿también al turismo?  todoporhacer

Sigue la prostitución, como siempre, sobre todo en la calle d’en Robador. Pero lo que más me sorprendió fue ¡la cantidad de personas que se desplazaban en patines de todo tipo! Y las masas de turistas. No sé cuando volveré al Raval. Igual mañana o pasado, o le seré infiel durante otros cuarenta años, no se sabe por qué circunstancias de la vida. Pero, la verdad, con tanto turista no sé si me apetece demasiado. Voy casi a terminar reproduciendo el final del artículo de Miquel Fernández al que me he referido un par de párrafos atrás: “Se espera que el arribo de nuevos vecinos, el aumento del flujo de turistas y la erección de nuevos templos en honor a la Cultura, impongan sus cualidades redentoras o expiatorias para purificar los restos del mitificado Barrio Chino. Tal y como aquí se ha expuesto, ninguna de estas estrategias, por separado o coordinadamente, han conseguido acabar con la representación hiperbólica asociada al mito del Barrio Chino ni con las formas de vida otra que se niegan a desaparecer. Es más, podríamos decir que mito y realidad del Barrio Chino están más vivos que nunca”.
       Mi Barrio Chino sigue siendo mi Barrio Chino. Eso sí, se ha convertido en un parque temático de mi Barrio Chino. Cualquier día, como en Venecia, pondrán tornos para entrar, incluso fijaran un aforo máximo y cobrarán la entrada a cinco euros. O veinte si se incluye el espectáculo de pelea a machetazos por un narcopiso (con derecho a grabarlo en el móvil y a un selfie con los contendientes de fondo). Es lo que tiene haber creado una marca-ciudad de éxito, aunque pensando sólo en el negocio de algunos y olvidando que en ellos vive gente. Esa gente que, según Javier Calvo, molesta a los gobernantes. Sin embargo hay que reconocer que el Raval resiste. Algunas ciudades, algunos barrios, son capaces de sobreponerse a cualquier cosa: Planes de todo tipo, especulación, turismo, drogas, ejes culturales, prostitución, ARIs y PERIs. Probablemente sea porque son auténticos. Eso tan difícil de encontrar y que el turismo hace desaparecer en un soplo en cuanto lo encuentra. He construido este relato del Raval casi a golpes de recuerdos. Probablemente sea un relato caótico pero, afortunadamente, es lo que corresponde a un barrio que es todavía más caótico que mi relato, y al que todavía quiero como lo quise en mi juventud. A tal señor tal honor.


Nota.-En el artículo de hoy no pensaba incluir ninguna referencia ya que está hecho con retazos de recuerdos. Pero, al final, no me he resistido y he decidido incluir algunas. Sin ánimo de nada ya que sólo son parte de mi memoria. Podía haber añadido bastantes más pero las que van abajo pueden ayudar a completar la narración y aportar perspectivas distintas. He procurado huir de análisis puramente urbanísticos que, en este caso, me interesan menos aunque, sin duda, habría que hacer y tienen su importancia:
  • Calvo, Javier: "El Raval, un barrio prostituído". El País, 8 de septiembre de 2009.
  • Corominas, Jordi: "El Raval, de 'distrito de los horrores' a centro neurálgico de la cultura alternativa". FCinco, 1 de diciembre de 2015.
  • Delgado, Manuel: "Todas las ciudades están poseídas". En El Cor de les aparences, bloc de Manuel Delgado publicado el 14 de septiembre de 2016.
  • Fernández González, Miquel: Matar al Chino: Entre la revolución urbanística y el asedio urbano en el barrio del Raval de Barcelona. Tesis doctoral leída en el año 2012 y luego publicada por la editorial Virus en el año 2014.
  • Fernández González, Miquel: "Viejos problemas y nuevos vecinos. Consecuencias de una gran reforma urbana en el barrio del Raval, Barcelona". En Revista de Antropología Iberoamericana, vol 11 nº 2, pp. 225-246, mayo-agosto, 2016.
  • Rufián Roto, Rodolfo: "Un caso paradigmático: La rehabilitación de las calles d'en Robador y Sant Ramon del barrio del Raval de Barcelona. El oscuro antecedente de la Isla Negra". Sin Permiso, 6 de marzo de 2011.
  • Subirats, Joan y Rius, Joaquin: Del Chino al Raval. Cultura y transformación social en la Barcelona central. Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, 2006.

Mi tesooooro… El Anillo (verde) de Vitoria-Gasteiz se reinventa 25 años después

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Todos los que me conocen saben de mi gran aprecio por lo que se está haciendo, desde hace bastantes años, en la ciudad de Vitoria-Gasteiz. Sobre todo en materia ambiental y ecológica. He ido a ayudar y aprender cada vez que me han llamado y, por eso, me llevé una gran alegría cuando me invitaron tanto al Taller como a las Jornadas organizadas para conmemorar el 25 Aniversario del Anillo Verde. Ya anticipo que, una vez más, no me han defraudado. Estuve dudando bastante si escribía o no este artículo precisamente por mi cariño por esta ciudad. Comprendo que no soy objetivo. Pero es muy difícil ser objetivo al encontrar que se está haciendo, precisamente, lo que uno piensa que se debe de hacer. Y después de tantos artículos criticando con bastante dureza cosas que entiendo están mal enfocadas, es un alivio pasarse al lado bueno de la fuerza. Es decir, a la alabanza.

25 años del Anillo Verde

Y es que en Vitoria-Gasteiz, en estos momentos, se están replanteando una nueva utopía adaptada a las necesidades del siglo XXI. Y no me cabe ninguna duda de que, con mayores o menores dificultades, la van a conseguir convertir en realidad. Bueno, por lo menos en parte, ya que una utopía nunca llega a realizarse enteramente. Convertir una ilusión, una imagen, en realidad es exactamente lo mismo que hicieron con el actual Anillo (mi tesoro).
       No voy a construir un relato de lo sucedido ni en las Jornadas ni en el Taller sino que, como hice en el artículo del Raval, voy a escribir sobre aquellos elementos “catalizadores” (como los llama Emanuel Carter que ha sido, una vez más, otro de los profesores invitados) que determinan el cambio de una a otra utopía considerados desde un punto de vista estrictamente personal. Eso sí, después de haber recibido impactos muy importantes tanto de los participantes en el Taller (con personas como ellos el futuro está asegurado) como de los panelistas de los tres días que han durado las Jornadas. Y es que el Anillo, además del peso profesional y de investigación, tiene para mí una componente de implicación personal muy importante.

Luis Andrés Orive, Lena Chang, Rebeca Dios
 y el autor, en el primer día de las Jornadas.

Porque resulta que el Anillo de Vitoria-Gasteiz, independientemente de lo que se esté pensando para los próximos 25 años, ya ha sufrido una evolución muy importante a lo largo del tiempo transcurrido. Evolución a la que, en sus últimas fases, he asistido. Es casi como ver crecer un niño hasta que se convierte en adolescente. Tal y como plantearon, tanto Luis Andrés Orive como Rebeca Dios el primer día de las Jornadas, estos cambios en el propio concepto del Anillo Verde se han ido materializando progresivamente en su propio diseño.
       En realidad, casi todos los anillos verdes se entendieron al principio como una pieza urbana más. Y, en muchos casos, como una pieza urbana de contención de la propia ciudad. Pero esto no sucedió exactamente así en el caso de Vitoria-Gasteiz. En los primeros momentos, se aprovechó la oportunidad de la existencia de una serie de zonas no edificadas (unas “verdes” y otras no) para plantear la idea del Anillo como una imagen, como una utopía de lo que podría ser una parte “verde” de la ciudad cercana a todos por el hecho de rodearla.
       Pero esta imagen, aparentemente, nunca se construyó con la idea de limitar el crecimiento de la ciudad como, por ejemplo, sucedió en el Green Belt de Londres sino más bien con la intención de suministrar un entorno verde a la población de Vitoria-Gasteiz cercano a casi todos sus habitantes puesto que rodeaba el área edificada.

El Anillo como verde de cercanía  PaisajeTransversal

Sin embargo, una vez consolidada no sólo la imagen sino también la realidad del Anillo, se empezó a pensar que se trataba de un instrumento formidable que permitía hacer muchas otras cosas. E incluso antes de que se empezara a hablar de Infraestructura Verde de forma generalizada, ya en Vitoria-Gasteiz empezaban a trabajar en la relación entre las áreas verdes interiores y determinados ejes viarios, con el Anillo. En definitiva, una Infraestructura Verde Urbana en la que, por supuesto, se incluía el cinturón verde que ya estaba consolidado como Anillo Verde. Como casi siempre sucede en esta ciudad maravillosa las ideas, una vez debatidas y analizadas, se llevan a la práctica.
       Y, por supuesto, el tema del agua, presente en los comienzos de lo que luego se llamó Infraestructura Verde, sobre todo tal y como se entendía en USA en los años noventa del pasado siglo XX, también estaba presente casi desde el comienzo en esta utopía llevada a la práctica. Y así, las avenidas del río Zadorra se pensó en controlarlas, no mediante tubos de evacuación cada vez mayores, sino utilizando el propio terreno para laminar las aguas. ¿Y qué decir de una ciudad que, en lugar de entubar un arroyo para que circule debajo de sus calles lo saca a la luz, recupera (en la medida de lo posible) los márgenes y la vegetación de ribera y lo integra en el diseño urbano? Esto lo ha hecho Vitoria-Gasteiz con el arroyo Batán que discurría por debajo de la avenida Gasteiz y que ahora corre a la vista de todos. 

El arroyo Batán vuelve a discurrir sin entubar
 a lo largo de la avenida Gasteiz  v-g

Todavía recuerdo, y eso que fue hace seis años, el anterior Taller en el que participé y donde empezamos a trabajar con el llamado anillo interior. Además de Emanuel Carter, con el que también coincidí en ese Taller del Foro de Paisaje, formaban parte del profesorado  Timothy Beatley y Anne Whiston, está última profesora de Planificación y Arquitectura del Paisaje del Departamento de Planificación y Estudios Urbanos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Tim es profesor de Comunidades Sostenibles del Departamento de Planificación Urbana y Medioambiental de la Universidad de Virginia y uno de los discípulos más entusiastas de las ideas de Wilson y, todavía más, de lo que podríamos llamar “cultura de la biophilia”. Nos acompañó en las Jornadas de este año mediante una conferencia en vídeo donde explicó la llamada Red de Ciudades Biofílicas de la que, por cierto, forma parte Vitoria-Gasteiz.
       También es miembro destacado de esta red la ciudad de Singapur de donde venía otra de las expertas mundiales invitadas, Lena Chang, directora de la división de conservación de la biodiversidad de los Parques Nacionales de esta ciudad, que explicó la importancia de la biodiversidad y la aplicación del llamado “índice de biodiversidad de Singapur”.

La bio-región de Álava central planteada ya hace unos años

Parece, por tanto, que nos encontramos en los dominios de “lo verde”: el Anillo Verde (mi tesoro), la biophilia, el índice de biodiversidad... Pero, además de lo verde, el segundo tema estrella en el que Vitoria-Gasteiz lleva trabajando ya desde hace bastantes años es el de las bio-regiones. Hace ya tiempo, creo recordar que en el año 2010 o 2011, en unos diálogos celebrados en el pórtico de la Catedral de Santa María, se planteó la necesidad de incorporar el llamado Anillo de las Tierras Altas, una serie de montes y parajes naturales que rodean Vitoria-Gasteiz más allá de la llanada y las tierras rurales. En el diálogo me correspondió enfrentarme a Antonio Serrano con la moderación de Santiago González. Pero no hubo tal enfrentamiento. En realidad, los dos (bueno, los tres, el moderador también) estábamos de acuerdo en la necesidad de considerar la ciudad, no en sus límites estrictos, sino en el ámbito de una región cultural, económica y, sobre todo, natural (eco-región). Antonio también vino a las Jornadas de este veinticinco aniversario a plantear, una vez más, la bio-región como marco básico de la planificación de la ciudad.
       Pero el poner de acuerdo a tantos ayuntamientos implicados, muchos de ellos rurales, para realizar un planeamiento común en el que, además, el mayor peso corresponde precisamente a la ciudad es una ardua tarea independientemente de las posibilidades de un sistema de planificación pensado más bien desde el crecimiento urbano y con un ámbito básicamente municipal. Se propusieron muchas soluciones (incluso como Reserva de la Biosfera) pero, de momento, la bio-región de Vitoria-Gasteiz no deja de ser una utopía a conseguir. Lo que no quiere decir que se abandone la idea. En realidad, es la posibilidad más racional de futuro que se puede plantear en estos momentos.

Hace ya unos años que Vitoria-Gasteiz
 cuenta con una estrategia agroalimentaria

Pero mientras tanto (como me gusta esta gente cuando plantea sus “mientras tanto” como en Zorrozaurre en Bilbao) están pensando en cómo dirigirse, paso a paso, a esta bio-región. Y, claro, lo que está más cerca son las zonas rurales. De forma que casi un día entero de las jornadas estuvo dedicado al tema de la alimentación de proximidad con todas las ventajas que tiene. Tanto desde la sostenibilidad del planeta al reducir una de las lacras de la civilización actual que es el transporte, en concreto el transporte de alimentos, hasta la creación de empleos agrícolas, ganaderos y forestales, pasando por conseguir ciudades más saludables. Así que, en la segunda jornada Eduardo Rojas, Marian Simón, Renato Ferlinghetti o Antonio Lorenzi, trataron sobre este tema en contextos diferentes. 
       En eso están ahora. El Anillo probablemente dejará de ser de color verde (o verde de la clorofila mezclado con el azul del agua) para volverse más marrón, más amarillo, aunque sin duda seguirá siendo “verde” en el sentido más ecológico del término. El que en Vitoria-Gasteiz se hable de una estrategia alimentaria de proximidad debería de hacer reflexionar a muchas ciudades hacia dónde parece sería interesante dirigirse en estos momentos de incertidumbre. También quedó claro que no se trata de conseguir el autoabastecimiento de alimentos. Aparte de ser, probablemente, inviable desde el punto de vista económico hay que pensar en que tenemos la espada de Damocles del cambio climático encima y el comportamiento del tiempo atmosférico probablemente no sea, a partir de ahora, demasiado previsible con las consecuencias de todo tipo tanto para la agricultura como para la ganadería. De lo que se trata es de conseguir rebajar, en la medida de lo posible, la dependencia alimentaria.

Alimentación de cercanía, algo más que huertos
 urbanos con finalidad educativa o terapéutica v-g

También resulta evidente que una alimentación de proximidad no es plantear unos huertos urbanos con efecto educativo o terapéutico, sino conseguir una agricultura y una ganadería que no obliguen a que los alimentos tengan que recorrer grandes distancias, pero enfocando el tema desde un punto de vista eminentemente comercial. Adquieren, por tanto, una gran importancia los sistemas de distribución, sean de ciclo corto (directos o cuasi-directos del productor al consumidor) o mediante estructuras de intermediación mínimas y cercanas. De forma que no se trata tan solo de pensar en unos suelos de secano, regadío o pastos que es necesario poner en producción, sino en la manera en la que se van a comercializar los alimentos resultantes en condiciones de competitividad. Y desde este punto de vista la administración debería de encargarse de las condiciones para que suceda. Todavía estamos lejos de la utopía pero ya se está pensando en las posibilidades de las nuevas tecnologías y la era digital.
       Incluso al hablar de una estrategia alimentaria habría que plantear la cuestión del usuario final. Es decir, cual es la dieta de un urbanita medio y cuál debería de ser una dieta saludable. Se vuelve clave la relación entre estos tres factores: qué consumir y en consecuencia qué producir, y cómo distribuir. En un momento en el que en algunos foros se empieza a hablar, por ejemplo, de agricultura urbana en altura parece algo fuera de toda lógica que terrenos productivos, cercanos a las ciudades, se mantengan en espera de “no se sabe qué” (en el fondo se sabe) o se urbanicen sepultando hectáreas y hectáreas de excelente suelo cultivable bajo el asfalto, las baldosas hidráulicas o que se conviertan en vertederos.

Alumnos del Taller llegando a la Casa de la Dehesa,
 antigua sede del Centro de Estudios Ambientales

También se insinuaron otros temas críticos como la cuestión de la energía o los residuos. Pero tan solo se insinuaron, aunque en el Taller se plantearon con una mayor profundidad. En el último día de las Jornadas se habló de ciudades neutras en carbono, regeneración urbana y el programa de Cambio Global. Los ponentes fueron Dominique Richard de la Agencia Europea del Medio Ambiente, Claire Roument directora de Energy Cities, Rainer Konerding de la ciudad de Hannover e Ignacio de la Puerta que planteó el caso del País Vasco. También Juan Requejo y Fernando Prats. Como se puede ver, se trataron aquellas cuestiones en las que ahora mismo están trabajando los centros más avanzados del mundo. Todo ello se completó con un Taller en el que unos alumnos extraordinarios resultantes de un proceso de selección entre los mejores, junto a cuatro profesores, trataron de poner sobre los planos algunas de las ideas que he ido mencionando a lo largo del artículo.

Una celebración de convivencia ciclista, familiar y colegial
 nos despide (hasta la próxima ocasión) de mi tesoro.

Hay pocas ciudades como esta en las que se piense más en las personas que en el crecimiento urbano sin medida y sin plantearse para qué. Espero, estoy seguro, que dentro de 25 años cuando se celebre el cincuenta aniversario del Anillo Verde, ya no será ni el de hoy ni aquella idea que comenzó casi como una imagen de algo que podría ser. Igual ni tan siquiera se llamará Anillo. Pero lo que sea, se pensará para que las vitorianas y los vitorianos sean felices, y seguro que respetando los límites del planeta. Vitoria-Gasteiz será un lugar (ya los es) en el que sus habitantes no estarán aquejados por el trastorno de déficit de naturaleza al que se refiere Louv. Donde se producirá la mayor parte de la energía y los alimentos cerca, sin que megavatios, hortalizas y carne tengan que recorrer miles de kilómetros a lo largo de todo el planeta. Donde apenas se producirán residuos, y los que produzcan tendrán solución en su bio-región sin necesidad de convertir continentes entereos como África en un basurero. Claro que habrá problemas (si fuera un político diría retos). Como los hay ahora. O peores, porque se avecinan tiempos difíciles. Pero seguro que sabrán enfrentarse a ellos.


Anexo.-Programa de las Jornadas que tuvieron lugar los días 30 y 31 de mayo y 1 de junio de 2018 en el Palacio de Congresos:
  •  Intervinieron en la primera jornada, que me correspondió moderar y que respondía al tema de visiones y funciones de los Anillos Verdes: Luis Andrés Orive, director del CEA y uno de los “padres” del Anillo; Rebeca Dios investigadora en el tema; Timothy Beatley “biophílico” seguidor de Wilson en la Universidad de Virginia; y Lena Chang directora de la división de conservación de la biodiversidad de Parques Nacionales de Singapur.
  • En el segundo día, moderado por Albert Cuchí de la Escuela de Arquitectura del Vallés (Barcelona), se abordó la cuestión de los sistemas verdes integrados y los anillos agrícolas: Antonio Serrano, presidente de Fundicot; Emanuel Carter, universidad de Syracuse (New York); Eduardo Rojas, decano del Colegio de Ingenieros de Montes; Marian Simón, investigadora en agricultura de proximidad; Renato Ferlinghetti, administrador del parque del Colli; y Moris Antonio Lorenzi, Centro de Estudios sobre el territorio “L. Pagani”.
  • Y, por último, el tercer día con la moderación de Alicia Torrego, presidenta de la Fundación CONAMA y con el tema de Biorregiones y ciudades neutras en carbono: Dominique Richard, de la Agencia Europea del Medio Ambiente; Claire Roumet, directora de Energy Cities; Rainer Konerding, Proyect Manager, Hannover; Ignacio de la Puerta, director Planificación Territorial, Urbanismo y Regeneración Urbana; Juan Requejo, consultor; y Fernando Prats, asesor CCEIM para el programa Cambio Global.
El taller estuvo a cargo de Miriam García, Emanuel Carter, Yon Bárcena y yo mismo.

    Un Piano desafinado

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    Llevo más de un año evitando escribir este artículo pero, por fin, me he decidido a hacerlo. En caso de que alguien lo esté leyendo es que, además, me he decidido a publicarlo. La primera vez que vi el Centro Botín de Santander casi terminado ya me pareció que aquello no era lo que me esperaba de Renzo Piano, uno de mis arquitectos más queridos. Impresión que se confirmó cuando, dos o tres meses después de inaugurado, estuve en Santander a unas Jornadas organizadas por el Colegio de Arquitectos. Pero me trataba de convencer de que aquello era una falsa impresión y que, en realidad, necesitaba un tiempo para asimilarlo. Mi decepción no estaba en los espacios, ni en las extraordinarias vistas de la bahía desde las plataformas exteriores o los maravillosos ventanales interiores. No, mi decepción tenía que ver con la violenta modificación que introducía en el paisaje urbano del frente marítimo de la ciudad.

    Santander, Centro Botín desde el mar  elplural

    Entonces pensé que era hora de retomar aquella intuición sobre espacios malditos que tuve cuando escribí sobre la plaza de Castilla de Madrid. Porque la realidad es que el frente marítimo de Santander no ha tenido mucha suerte. El primer suceso desgraciado a destacar fue el desastre producido por el barco de vapor Cabo Machichaco en noviembre de 1893. El barco, cargado con harina, material siderúrgico (que haría las veces de munición), ácido sulfúrico y más de cincuenta toneladas de dinamita, estaba atracado en el muelle 2 de Maliaño (cerca del actual emplazamiento del Centro Botín), cuando se produjo un incendio a bordo. El resultado fue demoledor: una explosión que produjo casi seiscientos muertos y más de mil heridos. Entre otros, la mayor parte de las autoridades militares y civiles de Santander que estaban cerca intentando controlar la situación.
           Pero también hubo importantes desperfectos en muchas de las viviendas cercanas. Así, casi todos los edificios de la calle Méndez Nuñez se vieron afectados. La explosión debió de ser tan fuerte que hasta la ermita de San Juan de Maliaño situada a kilómetros del barco se derrumbó debido a la onda expansiva, lo mismo que le sucedió a muchos edificios, aunque no se incendiaran. Santander se fue olvidando poco a poco del desastre aunque al año siguiente, en un intento de recuperar la dinamita que todavía quedaba en el barco hundido en la bahía se produjo otra explosión y murieron quince operarios. No quisiera que este artículo se convirtiera en una narración de desastres pero, para aquellos que no conozcan la historia de esta ciudad maravillosa, lo peor en materia de incendios no había llegado.

    El Cabo Machicaco diez minutos antes de la explosión  postucanta

    Estamos en el año 1941, en pleno régimen franquista, en la madrugada del 15 al 16 de febrero. Es entonces cuando se produce el mayor desastre urbano de Santander. Se inicia un incendio en la calle Cádiz (la inmediata paralela a Méndez Nuñez que va vimos fue la más afectada por la explosión del Cabo Machichaco) que se extiende de forma imparable debido a un fuerte viento sur con rachas de más de 180 kilómetros por hora. Pronto las llamas alcanzan a la Catedral que empieza a arder y se convierte en un foco propagador del fuego. El incendio avanza de forma muy virulenta y llega a afectar a la práctica totalidad del casco amurallado medieval. La llegada de un frente de lluvia ayudó a combatir el fuego que, aún así, tardó unos cuantos días más (casi quince) en extinguirse totalmente.
           De esta forma fue como Santander perdió casi toda su zona histórica al verse afectadas casi cuarenta calles y más de cuatrocientos edificios la mayor parte de los cuales de alto valor patrimonial. Se quedaron sin vivienda, negocios o empresas el diez por ciento de los habitantes, aunque el único fallecido fue un bombero madrileño que ayudaba en las labores de extinción. La consecuencia fueron más de cien mil metros cuadrados de suelo urbano libre en un lugar extraordinario de la ciudad sobre los que, de forma inmediata, empezaron las maniobras especulativas. Pero esa es otra historia que no se corresponde con el artículo de hoy.

    El incendio de 1941  incendiosantander

    Se rehacen en la medida de lo posible la Catedral y la iglesia de la Anunciación. Y se construyen las plazas de la Asunción y también la Porticada que se convierte en el nuevo centro representativo al situarse en la misma varios edificios oficiales. Asimismo se realizan diversas obras de ensanche de calles, nivelación y un nuevo trazado del tranvía. En 1954 toda la zona está ya reconstruida pero, como casi siempre que se producen operaciones de este tipo (sean planificadas o como consecuencia de desastres) la traducción social es un desplazamiento de la población. De forma que la burguesía, las instituciones oficiales, comercio, bancos y oficinas, sustituyen a la población de menor poder adquisitivo que ocupaba estos espacios. Es decir, una operación de gentrificación en toda regla. Pero también esta es otra historia sobre la que tampoco voy a escribir hoy.

    La desolación posterior al desastre  eltomavistas

    Bueno, ahora (y también por desgracia) no me queda más remedio que irme al otro extremo, hacia Puerto Chico. Y digo que no me queda más remedio porque tengo que hablar no muy favorablemente de otro de mis arquitectos favoritos y una de las personas que tienen todo mi respeto y consideración, Francisco Javier Sáenz de Oiza. Y es que Sáenz de Oiza no parece que haya acertado demasiado al proyectar el Palacio de Festivales de Cantabria. Se trata de un edificio controvertido ya desde su inauguración el 25 de abril de 1991, pero no es mi intención entrar ahora en la polémica creada haciendo una crítica arquitectónica del mismo. Solo voy a señalar algunos de los elementos que pueden ayudar a entender ciertas decisiones de Renzo Piano en el otro extremo del frente marítimo y su relación con el mismo.
           Así, las críticas más fuertes se relacionaron con el hecho de tratarse de un único volumen de gran contundencia, en la ausencia de iluminación natural interior (excepto el algunos zonas y mediante tragaluces situados en la cubierta) y en la utilización en su revestimiento de losas de mármol y planchas de cobre que supusieron sobrecostes importantes. Además hubo problemas en los accesos, en la situación de las butacas que hizo inservibles los estudios acústicos, en el mármol en los suelos que se convierten en entradas aptas para el patinaje artístico, y otras menudencias. Si se repasan las opiniones en las redes sociales se puede observar que van desde “magnífico edificio” a “monstruosidad no representativa de Santander” pasando por “mamotreto”, o incluso “objeto grandilocuente sin sentido de la proporción”.

    Palacio de Festivales de Cantabria desde el mar  lito

    Pienso que casi todos los problemas técnicos han sido solucionados y la mayor parte de las críticas relativas a los mismos, sencillamente a día de hoy no tienen razón de ser. Otra cosa son las relacionadas con la adecuación al lugar, la falta de escala y la pretenciosidad de las formas. Y ahí pienso que, probablemente, el que fue presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, tuvo algo que ver en el tránsito casi radical, del primitivo proyecto de 1985 en el que Sáez de Oiza pensaba en un auditorio contenido, de tamaño medio que simbolizaba una puerta colgada sobre el mar, a la solución actual. Me gustaría conocer las interioridades de cómo se convirtió en el edificio que es hoy y que ha sido descrito como “un templo egipcio en hortera”, o un “un perrete boca arriba”. También ha tenido el honor de haber sido señalado por el diario El Economista como uno de los edificios más feos de España junto a “In Tempo” (el rascacielos de Benidorm) o el Palacio de Congresos de Oviedo. Pero conociendo el enfoque de otras actuaciones llevadas a cabo por Juan Hormaechea probablemente tenga algo que ver con ello.

    Un edificio controvertido  tiempo

    También habría que destacar la intención del arquitecto de conseguir una visión de la bahía desde la platea a través de un enorme trapecio acristalado que finalmente hubo que recubrir. Pero, realmente, el principal problema del edificio de Oiza es el sitio en el que está colocado. Casi todos mis alumnos conocen la metáfora que suelo utilizar de los ecosistemas urbanos relacionados con los naturales. Se pueden entender las pieza urbanas (no quiero hablar de barrios o distritos porque suena demasiado administrativo) como ecosistemas que se han ido adaptando a las condiciones locales. Como las condiciones locales varían, las piezas urbanas también. De forma que se van produciendo diferentes adaptaciones según el lugar. Al final del proceso todas estas piezas deberían de funcionar perfectamente a menos que “distorsiones externas” introdujeran dinámicas nuevas.
           Pero dejemos tranquilas a las piezas adaptadas porque la gracia está en las fronteras. Las zonas de frontera en los ecosistemas naturales se llaman ecotonos y es en esas zonas donde se producen los experimentos y la innovación. Mi teoría es que en el paisaje urbano hay que aprovechar precisamente estas zonas de frontera (siempre que sean “zonas” y no “muros”), esos ecotonos urbanos, para experimentar. Por desgracia el frente marítimo de Santander no es un ecotono urbano y el experimento de Oiza no está adecuadamente situado ya que Puerto Chico tiene su propia naturaleza y lenguaje.

    Igual en otro sitio…  wegow

    Bueno, como siempre he tardado pero he conseguido llegar al tema: el Piano desafinado. Después de estas tres páginas de desastres acaecidos al frente marítimo de una de mis ciudades favoritas, creo que ya estoy preparado para que el Centro Botín no me parezca tan desastroso. Hasta el punto que he pensado replantearme el título y cambiarlo por “Un Piano levemente desafinado”. También puede suceder que esté afinado en un sistema de frecuencias distinto y que, debido a ello, la música resultante no suene exactamente como se espera. Sea como sea, voy a tratar de razonar mis impresiones paisajísticas al respecto que son fácilmente imaginables después de lo dicho. De forma que ahora nos desplazamos hacia los jardines de Pereda donde se encuentra nuestro edificio más o menos desafinado.

    Dos volúmenes separados del suelo  tomavistas

    Lo primero que salta a la vista es que está levantado del suelo y dividido en dos volúmenes. Como dice Domingo de la Lastra en un artículo de El Diario Montañés titulado “Razones para quererle”: “Renzo Piano decide dividir y separar el edificio en dos volúmenes independientes para que su centro sea un espacio público. Ambas arquitecturas flanquean este lugar para la contemplación, frente a Peña Cabarga, nuestro monte Fuji particular, cuya silueta corona ancestralmente el panorama vital de la ciudad”. Parece como si Renzo Piano quisiera alejarse de la pesadez y monotonía volumétrica del edificio de Saéz de Oiza pero el plantear en el extremo opuesto del frente marítimo algo tan distinto es, como mínimo, chocante. Es como si ambos edificios singulares, en lugar de hablar amigablemente, se insultaran. Bueno, en realidad, el Palacio de Festivales es como si estuviera en un mundo diferente al Centro Botín. Y ambos en una galaxia bastante alejada de Santander.

    Centro Botín, al fondo el Palacio de Festivales  turisantander

    Pero las diferencias no terminan en la volumetría. También son muy importantes en relación a la propia envolvente. El mármol y el cobre, materiales tradicionales hasta el paroxismo, se contraponen a las 280.000 piezas cerámicas circulares y curvas con un diámetro de unos 15 cm. que conforman la piel del centro Botín. Se ha producido una cierta retórica en torno a estas piezas. Por ejemplo, en la página web del propio centro puede leerse: “…la envolvente cerámica que cubrirá el edificio desde el vientre hasta el techo, y que ha sido proyectada por el arquitecto con el doble objetivo de potenciar la ligereza de los dos volúmenes y de integrarlo en el entorno, reflejando las distintas tonalidades de la luz de la bahía, el cielo y los Jardines de Pereda”. Y más adelante, “Renzo Piano se refiere a estas piezas circulares de 156 milímetros de diámetro y acabado reflectante como ‘algo semejante a las células de la piel humana, una especie de poros por donde la piel respira’”.

    Renzo Piano delante del recubrimiento cerámico  centrobotin

    Independientemente de la retórica, esta envolvente está originando complicaciones. Cuando hace unos días volví a Santander y me pasé una vez más a ver el Centro Botín un operario estaba colgado en la fachada, y una enorme grúa al otro lado permitía acceder a las piezas de la envolvente para repararlas, porque ya a los tres meses de su inauguración empezaron a producir problemas. Parece ser que “las perlas”, como se les llama a estas piezas, no se adaptan a las variaciones climatológicas y tienden a agrietarse con el peligro consiguiente de caída. Esto, que no tendría porque afectar a las características paisajísticas es, sin embargo, un síntoma de que algo no está bien en la relación entre el entorno y el edificio. Es lo mismo que sucedió en la plaza de La Encarnación de Sevilla cuando se empezaron a despegar las piezas de madera de Las Setas porque el adhesivo no resistía las temperaturas de esta ciudad.

    Operario reparando las “perlas”  elautor

    El ceramista de Granollers Antoni Cumella ha sido el encargado del diseño y producción de “las perlas” que se fabrican en cinco tamaños diferentes y están pensadas de forma que el esmalte blanco que las recubre aproveche “estéticamente el reflejo de la luz, captando las diferentes tonalidades según los cambios meteorológicos”. Pues resulta que son precisamente estos cambios meteorológicos los que se manifiestan en contra, lo que no parece el mejor síntoma de una armoniosa relación con el medio.

    La relación directa con el Banco es evidente  centrobotin

    Pienso que al Centro Botín le pasa algo parecido al Palacio de Festivales situado al otro extremo, sencillamente está en un lugar que no le corresponde. Comprendo que los mecenas de la obra quisieran que hubiera una relación directa y  cercana (más allá de cualquier simbolismo) entre la sede del Banco de Santander y el edificio. Relación que, a poco que se miré se establece sin más que fijarse en cualquier foto del Centro con el fondo escénico del Banco tal y como puede observarse en la imagen de arriba. Pero esta percepción de que está situado en un lugar inadecuado la tienen también los habitantes que se han manifestado en múltiples ocasiones en contra de esta ubicación mediante manifestaciones, carteles, campañas en redes sociales… Todo en vano. El Centro Botín está donde está y ya no tiene remedio.

    Alzado señalar en la imagen para verla más grande archdaily

    Después está el problema de la agresividad hacia la bahía. El Centro no se comporta de forma amable con el mar, se impone, se abalanza como queriendo decir, “ya que no puedo imponerme por el volumen como el Palacio de Festivales lo voy hacer de otra manera”. Y vaya si lo hace, volando por encima del muelle. No es mucho el vuelo, pero visto desde el mar, impone. Y eso que según el arquitecto el objetivo a conseguir es que fuera silencioso y tímido, un edificio que no se comportara de forma arrogante sino que estableciera una relación armónica con el entorno. ¿En qué lugar del espacio-tiempo se perdieron estas buenas intenciones?

    El Centro Botín imponiéndose a la bahía  clubbingspain

    También comprendo la idea: cuando uno se sitúa en esa plataforma volada encima del mar parece como si flotara en un mundo infinito de azules y grises. Percepción que aumenta en esos días plomizos de lluvia en los que el mar y el cielo parecen la misma cosa. La sensación es verdaderamente espectacular y no resulta extraño que la mayor parte de los selfies de los turistas que vienen a Santander ya no se hagan en la Magdalena o en la Porticada, sino en el Centro Botín y, precisamente en este sitio. Por eso he dicho al principio que no iba a hacer una crítica de la arquitectura. Es decir, de la vivencia al experimentar un espacio “desde el interior”. El enfoque es otro, la contemplación del objeto “desde fuera”.

    Flotando en un mundo azul y gris casi infinito  theulifestyle

    Todavía me queda algo negativo: el espacio de resguardo que se crea al levantar el edificio del suelo. Aquí sí que he tenido muchos problemas para analizar una pieza que podría haberse aprovechado para dar una cierta continuidad a los jardines de Pereda. Sin embargo, y a pesar de la remodelación de los jardines esto no se ha conseguido. Esperé a mi última visita de hace unos días para corroborar esta impresión porque pensaba que en ocasiones anteriores, con un sol espléndido en parte ajeno a esta ciudad, había tenido una percepción deformada. Sin embargo ahora, con un tiempo gris y con lluvia, sigue sin convencerme el espacio urbano creado. Existe una evidente desconexión, no sólo con los jardines sino también con el muelle en sí. No tengo claro si será debido al pavimento, a la falta de altura del espacio, a la inclinación del techo o, probablemente, a la serie de objetos que hacen de cordón umbilical con el suelo y que impiden apropiarse del espacio. Perceptivamente me ha sucedido algo similar a las piezas urbanas creadas en el CaixaForum de Madrid: me resultan espacios incomprensibles.

    Espacio (¿urbano?) extraño al sitio novenoce

    Está visto que Santander no está teniendo demasiada suerte con su frente marítimo. Y sin embargo… a pesar de todas las desgracias es una de esas ciudades (como Santiago, como Barcelona, como Sevilla) que es capaz de sobreponerse a todo, sea el planeamiento, la especulación, los desastres o, incluso, el turismo. Por otra parte, en la era del selfie en la que nos encontramos, probablemente el Centro Botín termine por ser uno de esos referentes en los que uno tiene que haber estado y comunicado tal estancia en las redes sociales. Desde este punto de vista estoy seguro que será (ya lo es ahora) un éxito turístico importante. Y ello por varias razones. La primera es que se trata de un objeto eminentemente fotogénico. La segunda porque tiene un perfil claramente identificable y diferente a cualquier otro. Y la tercera, por encontrarse en uno de los lugares centrales de una ciudad maravillosa: Santander.

    Contemplando la bahía desde el Centro Botín  hola

    Claro que la arquitectura no sólo crea paisajes. También crea espacios, en algunos casos tan extraordinarios como ese interior del Centro Botín que se ve arriba. Pero hoy tocaba paisaje. Si hubiera tocado arquitectura el título habría sido otro. Y ahora probablemente sería el momento de empezar la eterna discusión sobre qué es en realidad arquitectura y su relación con el territorio (y escribir otro artículo al respecto). Y también si paisaje es solo contemplación desde un espacio exterior o lo es de la belleza de un territorio desde cualquier sitio. Porque nadie me va a negar que esto que aparece reflejado en la foto de arriba es paisaje. Pero ese paso que la arquitectura siempre ha de dar situándose en un contexto determinado (sea más o menos natural), y que para los espacios urbanos ya he discutido en el artículo del blog titulado “Edmund Bacon, el segundo hombre”, es lo que la relaciona con “lo social”, con los arquetipos creados entre todos. Bueno, al escribir algo positivo sobre el Centro Botín de Renzo Piano ya me siento algo menos culpable por el artículo de hoy.

    Un día gris caminando muelle adelante  ©p.arroyo

    El día de mi vuelta a Madrid, con un cielo gris y plomizo amenazando lluvia, me senté en uno de los bancos de los jardines de Pereda y me dediqué a ver qué hacía la gente que se acercaba al Centro Botín. Conté hasta ochenta y tres personas, luego me cansé. De las ochenta y tres sólo doce accedieron al interior del Centro. El resto subió y bajó por las escaleras exteriores, paseó por las plataformas, se hizo las correspondientes fotos de rigor y, la mayor parte, se marchó caminando muelle Albareda adelante, pienso que en muchos casos, sin ser conscientes de que se dirigían hacia la duna de Alejandro Zaera, uno de esos rincones que empiezan a ser apreciados por los santanderinos como nexo de unión entre ciudad y bahía. No tengo tampoco claro cuántos habrán llegado hasta allí, y sentados en las gradas se habrán dejado acariciar por esa paz mágica propia de contados lugares como este, o como el parque de Bonaval en Santiago.
           Pero hoy tampoco toca hablar de la llamada “duna escalonada” o "duna de Zaera" que es algo muy diferente a una desgracia (a pesar de la polémica surgida por la gestión de su construcción y los problemas de mantenimiento). Prueba inequívoca de que, a veces, en el frente marítimo de esta ciudad también pasan cosas buenas. En cualquier caso, si cuando vayáis a Santander os parece que el Centro Botín o el Palacio de Festivales mejoran de forma notable el paisaje de la bahía, podéis insultarme convenientemente (o sencillamente, discrepar). No os lo tendré en cuenta, porque yo también lo hago pensando en si acaso no estaré equivocado al escribir lo que he escrito hoy sobre dos de los arquitectos que más respeto.


    Lima, acantilados de Barranco

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    En un momento álgido de la temporada turística como el actual me parece un buen momento para plantear que no todo vale en la urbanización del territorio. Si se analiza lo que ha pasado, por ejemplo, con la práctica totalidad de la costa española las conclusiones no pueden ser más pesimistas. Y esto es particularmente sangrante en lo que respecta a la protección de los paisajes, sean naturales o culturales. En general, la mayor parte de las legislaciones en todo el mundo tienen graves dificultades para enfocar este tema con solvencia. El problema ya lo traté en el artículo del blog publicado en 2009 y titulado “La indefensión del paisaje urbano”. En el de hoy se aborda un tema parecido, el caso de los acantilados de Barranco en Lima, Perú. Generalmente este tipo de situaciones se produce porque no siempre se prioriza el bien colectivo por encima de los intereses particulares.

    Lima, los acantilados limamilenaria

    Como bien dice mi amigo Antonio Folgado (y ya empiezo a creérmelo) tengo unos alumnos excepcionales. Una vez más voy a rescatar el trabajo de uno de ellos, Esteban Poole Fuller. Esteban realizó una investigación sobre los acantilados de Barranco, uno de los distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Lima, para la asignatura de Protección del Patrimonio y del Medio Natural que imparto en el máster del departamento. Cuando lo leí pensé casi de inmediato en el Algarrobico o en las urbanizaciones cántabras, con sentencias firmes sobre su ilegalidad pero que permanecen sin derribar como demostración práctica de que no siempre ese principio de lo colectivo por encima de lo particular es compartido por todos.
          He de advertir al lector que, como en otras ocasiones, la adaptación de un trabajo de investigación a las características del blog conlleva bastantes cambios porque los objetivos son diferentes. De forma que le pido disculpas a Esteban si, en algunos casos, esta adaptación desfigura lo que quería decir en su texto. Asimismo he suprimido todas las notas, llamadas y demás ornatos de un trabajo de investigación serio. Doy fe de que en el trabajo original están de sobra justificadas todas las afirmaciones y referencias que se hacen. La elección de las ilustraciones es de mi exclusiva responsabilidad.


    La desprotección del patrimonio urbano y del entorno paisajístico de los acantilados en el distrito de Barranco (Lima).
    Autor: Esteban Poole Fuller 

    Durante los últimos 15 años Lima, capital de Perú, ha atravesado una fuerte expansión de la actividad inmobiliaria, denominada por la prensa local como boom inmobiliario. Dicho boom (o burbuja), vinculado a un ciclo de expansión de la economía peruana (particularmente entre 2003 y 2013) debida al incremento de las exportaciones de materias primas, y facilitado por una regulación urbanística permisiva, ha conllevado una densificación acelerada del área urbana consolidada de Lima.
          Barranco, uno de los distritos urbanísticamente consolidados de Lima, se ha visto sometido a dichas presiones inmobiliarias, pese a gozar de un régimen de protección especial ya que una parte importante de la superficie del distrito ha sido declarada Patrimonio Histórico por el Ministerio de Cultura peruano. Si bien, en virtud de dicho régimen legal, Barranco se ha densificado menos que otros sectores del área central de Lima, el atractivo del mismo para un sector de limeños con alto poder adquisitivo por su vida nocturna, cultural y los paisajes de acantilados de su borde costero, ha motivado una serie de operaciones inmobiliarias en el distrito que, en ocasiones, han estado reñidas con la regulación urbanística vigente.

    Lima, distrito de Barranco  ttnotes

    Un ámbito en el que dichas operaciones inmobiliarias en Barranco han sido particularmente críticas ha sido el de las edificaciones en los acantilados del distrito. Dichos acantilados, además de formar parte de la zona monumental de Barranco, gozan de otro régimen regulatorio especial, el Plan Maestro de la Costa Verde, instrumento de planeamiento urbano vigente desde 1995 que protege el borde de acantilados de Lima denominado “Costa Verde”, debido a su valor paisajístico y a los riesgos derivados de su carácter sísmico. Pese a ello, a partir de 2003 se han edificado en esos suelos cuatro complejos de apartamentos. Si bien recién en 2010 se declaró la intangibilidad de las edificaciones de los acantilados de Lima, y por tanto la prohibición tajante de edificar en los mismos, dichas edificaciones se han terminado construyendo. Más aun, los promotores inmobiliarios abusaron de determinados instrumentos legales, tales como el silencio administrativo positivo para el otorgamiento de licencias de edificación, y los recursos judiciales de amparo, cuando la municipalidad de Barranco pretendió paralizar las obras.

    Barranco, los acantilados desde el circuito de playas googlemaps

    Las edificaciones irregulares en el acantilado de Barranco han tenido impactos ambientales negativos. Por una parte, generan el desgaste del talud del acantilado con el riesgo de derrumbes (particularmente en caso de sismo) amenazando no sólo la vida e integridad de los ocupantes de dichos inmuebles, sino de quienes se desplazan en la autovía que discurre por la parte baja de los acantilados y los bañistas de las playas del borde costero. Adicionalmente al riesgo que implica la presencia de dichas estructuras, las mismas han supuesto la ocupación de parte del espacio público de parques al borde de los acantilados y una evidente degradación de su valor paisajístico, en tanto que han obstruido la vista al mar desde las calles de Barranco e introducido elementos artificiales de amplios volúmenes en el panorama del acantilado.

    Parques al borde de los acantilados  googlemaps

    El hecho de que haya podido construirse dichos bloques de apartamentos, de forma contraria a las regulaciones urbanísticas y con un claro impacto negativo sobre el entorno urbano y paisajístico, en una de las áreas de Lima con mayores protecciones para el mismo, expresa la débil capacidad institucional (o voluntad) de las administraciones municipales de Lima (tanto de ámbito distrital como metropolitano) para regular y planificar el desarrollo de la capital peruana, dejando en gran medida el mismo en manos de agentes privados, formales o informales. En dicho contexto, los promotores inmobiliarios han evidenciado una clara voluntad de obviar, mediante artilugios legales, las regulaciones urbanísticas vigentes en Perú y Lima, ya de por sí bastante laxas en aspectos como cambios de usos del suelo, otorgamiento de licencia y ejecución de edificaciones.

    El distrito de Barranco

    Barranco es uno de los 43 distritos que conforman la Municipalidad Metropolitana de Lima. Cuenta con 3.3 km2 de superficie (siendo el distrito menos extenso del término municipal). Ubicado al suroeste de la ciudad, cuenta con un borde costero de cerca de un kilómetro y medio, hallándose encima de una zona de acantilados, denominada “Costa Verde”. Según el Censo de 2007, Barranco contaba con una población de 33.903 habitantes. En términos socioeconómicos, el distrito suele caracterizarse como de clase media alta. Sin perjuicio de dicha caracterización, en la zona este del distrito predominan los residentes de clase media baja. Pese a las reducidas dimensiones del distrito, se aprecia una situación de segregación socio-espacial entre las dos capas de residentes. El proceso de urbanización del distrito se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, iniciándose tras la construcción, en 1858, de un ferrocarril que enlazaba Barranco con la ciudad de Lima lo que permitió su desarrollo como balneario para las clases altas de Lima.

    Barranco cuenta con una gran riqueza patrimonial  fatima

    Entre fines del siglo XIX e inicios del XX se construyeron numerosas mansiones de estilo art nouveau y neocolonial, actualmente declaradas como patrimonio histórico. Con cerca de 300 inmuebles con condición de bienes culturales, Barranco cuenta actualmente con el segundo conjunto histórico protegido de mayores dimensiones de la capital peruana después del casco histórico de Lima. Durante las últimas décadas Barranco se ha transformado, progresivamente, en un centro metropolitano de ocio, vida nocturna y, en menor medida, de actividad cultural.
          La creciente fama de Barranco como “distrito bohemio” ha generado conflictos con los residentes más antiguos, al tiempo que ha convertido al distrito en una zona atractiva para nuevos residentes particularmente en la zona de los acantilados ya que, al gozar de un paisaje privilegiado por encontrarse próximas al mar, se trata de una de las áreas donde el valor de la vivienda resulta más elevado. Aún así,  dicho boom inmobiliario ha sido menos intenso en Barranco que en otros distritos de la zona de los acantilados limeños como Miraflores, San Isidro o Magdalena del Mar.

    El boom inmobiliario de la zona  instagram

    La zona de los acantilados del distrito de Barranco se encuentra comprendida dentro de un ámbito territorial más amplio, denominado la Costa Verde, que cuenta con instrumentos de gestión y regulación urbana específicos. Comprende tanto los acantilados y la superficie adyacente a los mismos como las playas a orillas del mar. Cabe señalar que la mayoría de éstas últimas fueron “ganadas al mar” en la década de 1970, cuando se construyó el Circuito de Playas, autovía a orillas del mar. Con el fin de promover y encauzar las inversiones inmobiliarias en la Costa Verde y hacer frente a los problemas de gobernanza del área, se creó en 1994, la Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV), entidad con representación de las municipalidades distritales adyacentes a los acantilados y el de Lima, para coordinar las actividades de planeamiento. Se dispuso, asimismo, que debía aprobarse un Plan Maestro de Desarrollo para la Costa Verde. Dicho Plan fue aprobado en 1995 y debía estar vigente hasta 2010, si bien continua prorrogado al no haberse aprobado uno nuevo.

    Un territorio complejo  youtube 
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    El Plan Maestro de la Costa Verde de 1995 se define como “el instrumento que norma el desarrollo integral de la franja costera denominada Costa Verde, a través del Reglamento de Uso de Suelos y del Mar, Habilitación Urbana, Construcción y Medio Ambiente (APC, 1995)”. Entre los objetivos de dicho instrumento, cabe destacar que dispone que el área de la Costa Verde “debe estar [físicamente] organizada bajo estrictos criterios de respeto al orden ecológico y en donde, la vialidad, el urbanismo y la arquitectura armonicen con el medio ambiente y revaloricen el paisaje natural de su mar, playas, acantilados y terrazas urbanas.” Abarca tres sectores:
    • Sector A: Comprendido entre la línea de más alta marea y la Vía Malecón Peatonal. Incluye playas existentes y proyectadas.
    • Sector B: Comprendido entre la Vía Malecón Peatonal y la Vía Circuito de Playas.
    • Sector C: Comprendido entre la Vía Circuito de Playas y la parte superior del acantilado.
    Por tanto, conforme al Plan Maestro, la zona de acantilados de Barranco se encuentra en el ámbito del Sector C de la Costa Verde. Dicho Plan Maestro permitía, hasta 2010, las edificaciones en los acantilados. No obstante, conforme a dicho Plan, toda edificación en dichos acantilados debía cumplir con dos condiciones mínimas:
    • Contar con un pronunciamiento previo de la APCV.
    • Contar con un estudio de impacto ambiental aprobado por la APCV.
    Es importante destacar que en un estudio de ingeniería realizado en 1971 para el Ministerio de Vivienda peruano se había determinado que no se deberían realizar edificaciones en los acantilados a una distancia menor a entre 100 y 200 m del borde de los mismos, debido al riesgo de colapso de los taludes. Una serie de estudios más recientes han confirmado los riesgos de construir a una distancia menor de 150 m de los acantilados, debido a la vulnerabilidad de los taludes frente a sismos y tsunamis, que no resistirían el peso masivo de las edificaciones. Pese a la existencia de dichos riesgos, la APCV ha aprobado algunos proyectos inmobiliarios de envergadura en la zona de los acantilados.

    El peligro de desprendimientos es evidente  munlima

    Asimismo, la Ordenanza 750-MML, aprobada por la Municipalidad Metropolitana de Lima en 2005 dispuso que toda licencia, autorización o permiso emitida por los municipios ribereños de la Costa Verde carecería de efecto en tanto que la APCV no hubiese emitido la Constancia de Compatibilidad de Proyecto y los inversionistas debían obtener, previamente, una Certificación Previa de Adecuación de Iniciativa por parte de la APCV.
          Por último, en 2010 con la aprobación de la Ordenanza 1414-MML se dispuso la intangibilidad de los acantilados de la Costa Verde, declarándolos Zona Paisajística, y prohibiendo toda nueva edificación en los mismos, salvo obras de infraestructura vial en tanto que no menoscabasen el paisaje natural y fuesen autorizadas por la APCV. Sin perjuicio de ello, las operaciones inmobiliarias realizadas en el acantilado con anterioridad a dicha fecha incumplieron con los procedimientos exigidos por la APCV arriba descritos. Por tanto, dichas edificaciones ya estaban viciadas de ilegalidad.

    Legalidad “creativa”

    Entre 2003 y 2010 se edificaron 4 edificios de apartamentos en los acantilados del distrito de Barranco: Bresciani, Aquamarina, Infinity y la Quebrada del Barranco. En los cuatro casos los niveles inferiores de dichos inmuebles ocupan los taludes de los acantilados y las plantas superiores bloquean la vista del mar, produciendo una degradación del patrimonio paisajístico al sobrepasar el máximo de 5 plantas (14 metros) dispuesto en la zonificación de la Zona Monumental de Barranco, que incluye la zona de acantilados.

    Edificaciones en los acantilados de 2003 a 2010  elcomercio 
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    Ninguna de las operaciones inmobiliarias realizadas en los acantilados contó con informe técnico vinculante de la APCV, y los promotores en ningún caso presentaron informe de impacto ambiental; actuaciones legalmente exigidas al momento de autorizarse las obras. De hecho, dichas promociones inmobiliarias ni siquiera se ciñeron al procedimiento para obtener una licencia de edificación por parte de la municipalidad de Barranco. Más bien, el modus operandi de los promotores inmobiliarios consistió, en forma sistemática, en abusar de tecnicismos legales para edificar irregularmente.
          A fin de explicar los mecanismos legales con los cuales los promotores inmobiliarios eludieron la normativa (urbanística, de protección del patrimonio y del entorno natural) que regía en la zona de acantilados de Barranco, se desarrollarán los avatares de una de las edificaciones irregulares en concreto, el Proyecto Infinity.

    Edificio Aquamarina proactivo

    El Proyecto Infinity obtuvo licencia de edificación el 20 de enero de 2009, mediante la figura del Silencio Administrativo Positivo, contemplada en el art. 10 de la Ley 29090 de Regulación de Habilitaciones Urbanas y de Edificaciones, de 2007. En virtud de dicha disposición, si después de un plazo de 30 días la solicitud de licencia de edificación no ha sido resuelta por el municipio ante el que se presenta, se presume que la respuesta ha sido favorable, autorizándose de forma automática la edificación. Cabe añadir que dicho bloque de apartamentos fue construido sobre el que había sido el jardín de un inmueble calificado como patrimonio histórico, la Casa Dasso, construida en 1917. La subdivisión del inmueble, a fin de transformar el jardín en parcela edificable, fue rechazada por el Ministerio de Cultura, pero mediante un proceso judicial de amparo, la propietaria consiguió llevar a cabo la segregación y venta del lote.

    Proyecto Infinity  adondevivir

    El Proyecto Infinity, al igual que el resto de operaciones inmobiliarias en los acantilados de Barranco, obtuvo licencia de edificación sin contar con un pronunciamiento previo de la Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV) respecto a su conformidad con el Plan Maestro de la Costa Verde ni presentar un Estudio de Impacto Ambiental a dicha entidad. Todo ello con el agravante de que la APCV advirtió a la municipalidad de Barranco que los promotores de dicho proyecto no habían sometido el mismo a dicha Autoridad.
          Tras autorizarse la edificación, residentes de Barranco denunciaron los vínculos del gerente de Desarrollo Urbano del municipio con los promotores inmobiliarios, lo que condujo a su destitución. Ante las protestas vecinales, en abril de 2010 la municipalidad de Barranco dispuso la paralización de las obras. En respuesta, la propietaria original del predio y accionista de la promotora inmobiliaria que lo llevaba a cabo entabló un proceso judicial de amparo contra la municipalidad de Barranco, y la construcción prosiguió mediante medidas cautelares. Por su parte, el Ministerio de Cultura inició un contencioso paralelo contra la propiedad y el Consejo Municipal de Barranco, solicitando la nulidad del silencio administrativo.

    Los vecinos protestan  sosbarranco 
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    La obra fue suspendida en varias ocasiones. Sin embargo, y pese a las acciones legales de la municipalidad de Barranco y del Ministerio de Cultura, la obra prosiguió, amparada en medidas cautelares otorgadas por juzgados constitucionales hasta quedar finalizada en 2013. El caso expuesto resulta un ejemplo paradigmático del proceder de los promotores que edificaron complejos de apartamentos en los acantilados de Barranco. Evidencia, por una parte, un empleo indebido por parte de dichos agentes de determinados instrumentos legales y, por otra, una actuación poco eficiente de las instituciones responsables de la protección del área. En primer término, los promotores inmobiliarios recurrieron al silencio administrativo positivo y empezaron a construir. Luego ante las protestas de los residentes, el municipio paralizó las obras pero no anuló la licencia de edificación. Entonces, los promotores recurrieron al proceso de amparo. Dicho mecanismo procesal constitucional resultaba conveniente para sus pretensiones dado que era más expeditivo que los procesos judiciales ordinarios y mucho más flexible en el otorgamiento de medidas.

    Pese a todo, las obras siguen (y finalizan)  cosasperu

    Una vez finalizadas las edificaciones, su presencia en el acantilado quedó sancionada como un “hecho consumado”, pese a haberse eludido completamente los controles de la APCV, que en ningún momento se pronunció sobre si dichas operaciones inmobiliarias eran compatibles con la protección de los acantilados. Frente a las críticas a la irregularidad de su actuación, los promotores inmobiliarios invocaron los principios jurídicos de primacía de la realidad y de derechos adquiridos. En virtud de los mismos, la situación jurídica de sus operaciones inmobiliarias devendría en hecho cumplido, al haberse llevado a cabo las obras de edificación y vendido la totalidad mayoría de los pisos, sin importar la ilegalidad de las actuaciones.

    La protección de los acantilados parece insuficiente  composicionurbana

    A día de hoy, los inmuebles edificados en los acantilados de Barranco siguen en pie. Y todo ello pese a haberse edificado irregularmente, sin aprobación de la APCV, violentando la zona monumental de Barranco y representando un riesgo latente de derrumbes al producirse un sismo de cierta magnitud, que puede producirse en un futuro cercano teniendo en cuenta que Lima se encuentra en una zona altamente sísmica. La demolición de dichos inmuebles no ha sido contemplada en ningún momento. Por el contrario, la municipalidad de Barranco ha legitimado la presencia de dichas edificaciones ilícitas, hasta el punto que, en 2016, subastó terrenos públicos apropiados ilegalmente por los promotores del Proyecto Aquamarina en el curso de las actividades de edificación.

    Conclusiones

    Si bien el distrito de Barranco cuenta con un régimen urbanístico especial, más estricto que el vigente en otras zonas de Lima, en tanto que la mayor parte de la superficie del distrito está declarada como zona monumental, se evidencia la fragilidad de dicha protección ante las presiones inmobiliarias. También la debilidad de la normativa de protección del patrimonio y del entorno natural de los acantilados de Lima. Probablemente parte del problema sea debido a la fragilidad institucional de las administraciones públicas responsables de regular y planificar el desarrollo urbano de Lima, las cuales han dejado el mismo, en gran medida, en manos de agentes privados. Serían necesarias actuaciones más enérgicas de las autoridades responsables de la protección de los acantilados del distrito de Barranco. Además, debe considerarse que la presencia de edificaciones como las mencionadas en los acantilados genera riesgo de derrumbes sobre todo teniendo en cuenta que Lima se encuentra en un entorno altamente sísmico. Por tanto, al realizarse una ponderación entre la seguridad jurídica y el interés general, debería primar este último.

    ¿Continuará?...  huaral

    Si bien no se han autorizado nuevas construcciones en los acantilados de Barranco, y en la Costa Verde de Lima en general, no puede desestimarse el riesgo a que la protección legal de los mismos vuelva a relajarse. En todo caso las situaciones analizadas evidencian la necesidad de que la legislación urbanística brinde mayores protecciones al patrimonio urbano y el medio natural frente al ánimo de lucro de la industria inmobiliaria, eliminando vacíos legales que puedan afectar su vigencia, y el hecho de que se echan en falta instituciones más solventes que hagan cumplir dicha normativa.

    Autor: Esteban Poole Fuller


    Hasta aquí el trabajo de Esteban. He de advertir que mi alumno es jurista, no arquitecto. Sin embargo, después de muchos años de dedicación al urbanismo y la ordenación del territorio he llegado a la conclusión de que nuestra área de conocimiento tiene una indudable ventaja sobre otras: se trata de una zona de “confluencia” entre materias, vocabularios, enfoques y objetivos muy distintos. Y también que hemos aprendido a convivir entre todos. Por otra parte no parece haber alternativa, porque el área abarca tantas cosas que, necesariamente, hay que recurrir a los demás. Economistas, sociólogos, ecólogos, médicos, juristas, geógrafos, historiadores, arquitectos, ingenieros, informáticos… todos nos necesitamos para conseguir ciudades más racionales y en las que sus habitantes puedan vivir cumpliendo sus expectativas. Por supuesto que los “depredadores” del territorio buscarán los recovecos de las organizaciones y de las leyes para conseguir sus objetivos pero, entre todos, tenemos que ser capaces de tapar los agujeros para que el barco no naufrague.


    Nota.-He seleccionado algunas de las referencias del trabajo de Esteban por si pueden ayudar a una mejor comprensión del problema. Sobre todo, artículos de prensa que se pueden leer en internet. Al ser un trabajo de investigación muy técnico desde el punto de vista jurídico he preferido no hacerlo respecto a la legislación. Aquellos interesados podrán consultar toda la normativa cuando se publique en alguna revista especializada el artículo íntegro y no adaptado:

      Lugares escondidos, Parque Lineal del Manzanares

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      Desde hace unos años, al viajar en la línea 4 de cercanías de Madrid (la que une Parla con Alcobendas y San Sebastián de los Reyes), y ya cerca de Atocha, me venía intrigando una extraña escultura parecida a una cabeza de mujer que se encontraba aislada y situada en lo alto de un pequeño cerro. También la veía desde algunos sitios de la carretera de Andalucía y desde el propio nudo de enlace de esta con la M30. Pero, a pesar de tener bastante claro el plano de Madrid en la cabeza, no era capaz de situarla. Este verano, que es el mejor momento para hacer turismo en Madrid porque se puede ir a todos los sitios sin aglomeraciones, me decidí a averiguar qué era, dónde se encontraba en realidad y las circunstancias que rodeaban un lugar que, para mí, era un misterio. De forma que el artículo de hoy no es más que el relato de mis paseos por el sitio donde se encuentra, que no es otro que el Parque Lineal del Manzanares.

      A través de la ventanilla del tren, al fondo a la izquierda
       surge una escultura por encima de las vías y las autopistas

      Debo decir, no ya como urbanista sino como vecino, que mi sorpresa fue bastante grande al encontrar la realidad de una zona verde especial que, ni esperaba ni imaginaba. Sobre todo después de conocer a fondo Madrid-Río del que este parque es continuación natural. Hasta tal punto que, además de los “lugares malditos” y “lugares maravillosos” he decidido inaugurar una nueva sección titulada “lugares escondidos”.
            Ya había oído hablar del Parque Lineal del Manzanares. Incluso conocía el proyecto de Ricardo Bofill. Y también estaba al tanto de algunas de las polémicas en relación con la Caja Mágica (el nombrecito se las trae para unas instalaciones dedicadas al tenis) incrustada en el parque y como un elemento ajeno al mismo. Y también los problemas de la unión con Madrid-Río. Pero, sencillamente, no había estado nunca. Y no había estado nunca, ahora lo comprendo, porque el sitio, en la práctica, se puede calificar de inaccesible. Pertrechado de planos, navegador en el coche y demás artilugios necesarios para una excursión urbana, me preparé para el encuentro con la realidad del parque. Pero no fue sencillo, aunque iba en coche y suponía que llegaría en unos minutos tardé casi una hora en conseguirlo.

      La zona tal y como aparece en Google Maps
      Señalar en la imagen para verla más grande

      Es verdad que me equivoqué varias veces. Por ejemplo (iluso de mí) pensé que siguiendo los letreros que ponen “Caja Mágica” llegaría. Y donde llegué fue a los aparcamientos que se encuentran en la parte trasera de dicha Caja Mágica. Pero como no había competición en realidad me encontré en una rotonda sin posibilidad de aparcar en ningún sitio, porque los aparcamientos públicos estaban cerrados y el pequeño aparcamiento abierto estaba reservado al “personal autorizado” (que no era mi caso). Así que, después de dar dos o tres vueltas a la susodicha rotonda salí por donde había entrado.
            Después de varios intentos fallidos al final se me ocurrió que probablemente sería más sencillo acceder a través del barrio de San Fermín colindante con el parque por el oeste. De forma que busqué la calle que separa parque y barrio y escribí su nombre (Camino de Perales) en el navegador. Después de unas cuantas vueltas conseguí llegar y aparcar sin problemas para, a continuación buscar una entrada. No hay que desanimarse, perseverando se llega incluso a los lugares más inaccesibles. Ahora bien, el sitio hay que buscarlo, no se pasa cerca como el Retiro, el Campo del Moro o la Casa de Campo.

      La entrada que utilicé para acceder al Parque Lineal

      En el párrafo anterior me había quedado buscando una entrada. Y es que el Parque, por lo menos en lo que técnicamente se llama el Tramo 1, está cerrado mediante una verja y hay que localizar las entradas. La primera vez que fuí entré por la que se encuentra, más o menos, a la altura del número 100 del Camino de Perales. Como todas mis visitas las hice en verano el horario de apertura era de 7 a 24. Supongo que en invierno será algo menos. Por supuesto, lo primero fue intentar localizar a la Dama del Manzanares que es el nombre con el que se conoce a la especie de cabeza de mujer que, desde hacía años, me intrigaba en mis desplazamientos como usuario de la línea 4 de cercanías.
            Previamente me había asesorado que, en realidad el pequeño cerro en el que está situada era artificial y tenía una altura de unos veinte metros. Se trata de una cabeza en acero y bronce cuyo autor es el artista valenciano Manuel Valdés del equipo Crónica. Se supone que mira a Madrid (por lo menos mira al norte) y en los confusos carteles de localización del parque aparece con el nombre de La Atalaya que es el del cerro en el que está situada.

      La Dama del Manzanares en lo alto de La Atalaya

      Desde La Atalaya (y también desde el otro cerro situado al extremo sur y que lleva el nombre de El Mirador) no solamente se pueden ver unas fantásticas panorámicas de Madrid sino también de la práctica totalidad de las cerca de 100 hectáreas del parque que diseñó Ricardo Bofill en el año 2000. Si miramos al norte veremos el nudo sur de la M30 y un poco a la izquierda, ya dentro del parque, un trazado lineal que empieza en el auditorio (también llamada Plaza Verde) y que, atravesando el río acaba por encontrarse con el otro trazado que, partiendo de La Atalaya llega a los pies del cerro El Mirador. En su camino pasa por diversos sitios que animan el recorrido como el Laberinto. A la derecha discurre el llamado Paseo de los Sentidos y está el Parque Belvedere que creo integra el antiguo parque de San Fermín.
            Bajando de la Atalaya por una espectacular rampa de madera (no quiero ni pensar en su mantenimiento) se llega a una enorme pradera que conduce a la intersección con el trazado que viene del Auditorio. Esta tremenda alfombra verde, en realidad cespedera, que en este tórrido mes de agosto de Madrid parece un contrasentido ecológico, tiene a su izquierda las instalaciones deportivas que la separan de la autovía de Andalucía. Todo muy bonito y moderno en los planos y en la foto aérea pero no me atrevería a decir que es el mejor diseño de jardines para el clima madrileño. Es más, mis recorridos por este tramo, nunca conseguí que pasaran de la hora y media porque terminé sudando a chorros por la ausencia de sombras.

      La rampa de madera y La Pradera, al fondo El Mirador

      Ahora que lo conozco mejor me molesta bastante la poca relación estética y anímica con un barrio humilde como el de San Fermín que me parece debería ser, por lo menos en parte, la referencia para su trazado. Sin embargo, que uno de los parques que se suponen con más proyección de la ciudad esté situado en una zona de las más pobres de la capital es una nota positiva. Lo mismo que sucedía con Madrid-Río. También en este caso, el que se invierta dinero y se acerque la naturaleza a la ciudad en los sitios más vulnerables de la misma no puede recibir más que aplausos. El problema es que San Fermín es una pieza urbana aislada en la ciudad y no parece que, de momento, este tramo del Parque Lineal haya contribuido a romper este aislamiento. El barrio, construido en los años cincuenta del pasado siglo XX por la Obra Sindical del Hogar mediante expedientes de urgencia e invirtiendo la menor cantidad de dinero posible, fue concebido para dar alojar a la inmigración más pobre de esos años.

      San Fermín, 1957, viviendas de realojo del poblado
      chabolista de Jaime el Conquistador   urbanidade

      Según María Isabel Gea: “La colonia San Fermín se halla entre la carretera de Andalucía y el camino de Perales. El origen fue a principios del siglo XX, cuando un trapero que vivía en la cercana colonia de Las Carolinas, se vino a vivir aquí y se construyó una casita. La gente pensó que estaba loco y empezaron a llamar el lugar el "barrio de los locos". Hacia 1925 se construyó en sus terrenos la colonia Su Majestad Alfonso XIII, nombre que cambió en la Segunda República por la colonia Popular Madrileña. Las casas, de dos plantas, fueron construidas por el arquitecto Jesús Carrasco. En 1930 se habían construido 450 hoteles. La colonia fue destruida durante la guerra civil y sólo se salvaron algunos hoteles. Después de la guerra civil, se construyó la actual colonia de San Fermín, el cual debe su nombre al navarro y primer director del Instituto Nacional de la Vivienda, Federico Mayo Gayarre, encargado de la reconstrucción. Y bautizó las calles con nombres de su tierra: avenida de San Fermín, calles de la Estafeta, Elizondo, Lecumberri, Oteiza, etc. Sus arquitectos fueron José Fonseca y José Gómez Mesa” (Usera y Villaverde: historia de los distritos de Madrid, La Librería, 2012).

      Barrio de San Fermín y Tramo 1 aislados por las autopistas
      Señalar en la imagen para verla más grande  google

      El barrio es como una pieza aislada en la ciudad al estar totalmente rodeado de infraestructuras, incluidas vías de comunicación y grandes autopistas. Al norte, el nudo sur de la M30; al oeste la avenida de Andalucía (antigua autopista con varios carriles por sentido); al este, todo el corredor sur de comunicaciones: el ferrocarril de cercanías (desde donde veía, y veo, en mis viajes por la C4 a la Dama del Manzanares), AVE, etc. y la autovía de Andalucía; al sur, la M40 y la depuradora de La China. Dado que a este Tramo del Parque Lineal le pasa exactamente lo mismo ya puede entenderse el titulo de “Lugares escondidos” que le he dado al artículo.
            A este problema de falta de conexión física y mental con el resto de la ciudad hay que sumarle las dificultades de unión con el propio Madrid-Río y con el segundo tramo del Parque. Porque el Parque Lineal del Manzanares es la continuación natural de Madrid-Río. La dificultad es que, entre ambos, se encuentra el tremendo nudo sur de la M30, barrera casi infranqueable que impide resolver con sencillez la continuidad entre ambos. Tampoco tiene mejor suerte la unión con el Tramo 2 debido a los problemas creados por el nudo sur de la M40, la depuradora de La China y la propia Caja Mágica. Desde mi punto de vista resultan vitales estas conexiones, no solo porque sería la forma de dar una salida verde a la ciudad hacia el Parque Regional del Sureste, sino porque ayudaría a romper el aislamiento del barrio de San Fermín.

      Los dos ejes del proyecto de Bofill desde El Mirador. madrides
      Al fondo La Atalaya  Señalar en la imagen para verla más grande

      Pienso que si se consiguiera coser todo el Parque con Madrid-Río la capital contaría con una de las zonas verdes más útiles y generadoras de igualdad imaginables. Y es que este Tramo 1 que estoy describiendo es solo uno de los tres que constituyen el Parque Lineal del Manzanares. El segundo tramo va desde el nudo sur de la M40 (también un nudo casi infranqueable) hasta llegar a Perales del Río, población del término municipal de Getafe, más o menos pasada la planta de tratamiento de aguas de Butarque. Podríamos simplificar diciendo que es el tramo comprendido entre las depuradoras de La China y Butarque. Un bonito recorrido entre depuradoras. Pero, aparte de la broma, este tramo es un verdadero museo al aire libre, no sólo ambiental sino también histórico. Se pueden encontrar desde trincheras de la Guerra Civil, hasta olmos centenarios (como El Abuelo que aparece en la imagen de abajo), o esclusas de alto valor patrimonial como la Sexta del Canal Real del Manzanares.

      El Abuelo, un olmo centenario en el Tramo 2  parquelineal

      El Tramo 3 llega hasta la desembocadura del río en el Jarama, ya en el Parque Regional del Sureste. Discurre por las Terrazas del Manzanares, pasando por lugares de alto valor ecológico como El Soto de las Juntas o la Laguna del Campillo, espacios afortunadamente recuperados para disfrute de todos. Se trata de tramo todavía más natural que el anterior. De forma que se va produciendo una gradación desde el muy urbano Madrid-Río hasta un área natural protegida. Se trata de la conexión del centro urbano con las áreas periurbanas naturales que buscan todas las ciudades en el momento actual. Un altísimo valor de oportunidad que no debería ser desaprovechado. Otro día trataré de analizar estos tramos. Y también qué pasa al norte de Madrid-Río, porque el Manzanares no se termina en el Puente de los Franceses. Y, además, porque me estoy dando cuenta de que he hablado bastante poco del río, que debería ser el centro y motor de mi relato, aunque nos acompañe todo el tiempo de forma discreta pero constante. Pero ahora vuelvo al tramo 1.

      San Fermín, La Caja Mágica, el Manzanares y la A4  foroazkena

      Desde mi punto de vista (aunque igual estoy equivocado), la construcción de este tramo del Parque ha sido beneficiosa para el barrio. Lo que no significa que sea una situación idílica. La depuradora de La China es un problema (un problema necesario, pero un problema) aunque está previsto su desmantelamiento. Pero el obstáculo de la depuradora se ha visto agravado con aparición de la Caja Mágica, otra de las construcciones megalómanas de Alberto Ruíz-Gallardón pensada para el Madrid olímpico. Porque la Caja Mágica solo tiene una cierta utilidad para grandes eventos, básicamente competiciones de tenis, pero con nulo aprovechamiento para el barrio. Bueno, como no sean las molestias (y algo más) ocasionadas precisamente cuando se celebra alguno de ellos, no solo por la cuestión de los aparcamientos, sino también por los ruidos y aglomeraciones. Mientras tanto el barrio reivindica equipamientos imprescindibles tales con colegios, bibliotecas, guarderías o centros para mayores.

      El Parque ha mejorado la calidad de vida del barrio  madrides

      Aunque pienso que la aparición del Parque Lineal ha supuesto para San Fermín una mejora en su calidad de vida, y eso es importante para un barrio humilde como este, sin embargo no ha sido capaz de romper el aislamiento de esta pieza urbana casi inaccesible para los no conocedores de la zona. En parte le pasa también a Madrid-Río. Y es que la ciudad, tradicionalmente, ha vivido de espaldas al río. Sencillamente lo ha ignorado y el río no entra en el mapa mental de los madrileños. Esto ha empezado a cambiar, pero llevará tiempo. Mientras tanto, los vecinos de Peñuelas, Legazpi o San Fermín, disfrutan de un mejor entorno urbano aunque no con el sistema de prioridades que desearían. El problema del Parque Bofill es que está pensado para un Madrid cosmopolita bastante alejado de la gente que vive en el Camino de Perales y aledaños. Y que, de momento, está escondido precisamente para aquellos a los que, se supone, va destinado. Ese es el mayor problema que le veo al Tramo 1.

      Imagen inversa a la primera que ilustra el artículo.
       Las vías de la C4 desde la Dama del Manzanares.

      Ahora, cuando veo la cabeza de la Dama del Manzanares elevarse por encima de las vías del tren y de los nudos de autopistas ya sé donde está y el significado del lugar en el que se encuentra. Me imagino entrando por cualquiera de las puertas que se abren al barrio de San Fermín y caminando por el Paseo de los Sentidos o subiendo al Mirador. Estoy seguro que volveré muchas más veces en diferentes épocas del año, aunque solo sea para disfrutar de un lugar único. Y de las sombras de la vegetación de ribera que, afortunadamente, todavía existe aunque no haya tenido oportunidad de mencionarla en el artículo. El resumen de mis visitas al Parque sería que he llegado al convencimiento de que, en estos momentos, Madrid cuenta con una posibilidad única de reorganizar toda su estructura vivencial y perceptiva. Para ello ha de volver sus ojos al Manzanares, ese río que según Juan de Rhebiner, embajador de Rodolfo II de Austria, es el mejor río de Europa por ser “navegable en coche y a caballo”.
            Para ello resulta imprescindible considerarlo como un todo, cosiendo las diversas partes en las que la construcción caótica de esta ciudad lo ha ido troceando. Ya se intenta en la unión del Tramo 1 del Parque Lineal con Madrid-Río y en la integración de la Caja Mágica, pero habría que ir mucho más allá. Comprendo que es complicado cuando, durante tanto tiempo, las prioridades se han centrado en las grandes infraestructuras de comunicaciones que ya son un hecho consolidado. Pero en un momento en el que hay un cambio en este sistema de prioridades y que, en muchos sitios, se empieza a pensar en una ciudad de cercanía diseña para andar, Madrid se encuentra ante una oportunidad que no debería desaprovechar.

      Celebration City

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      Hace unos días en estuve en Málaga dando una conferencia en el Centro Pompidou titulada “Utopías y distopías urbanas. La ciudad ideal como ideología”. Entre los ejemplos de ciudades ideales actuales me referí, entre otras, al modelo Smart City y a la ciudad de Celebration. Dado que a la Smart City ya le he dedicado varios artículos del blog he pensado que sería interesante plantear “el caso” de Celebration. Por varias razones que podría resumir en tres principales: se trata de un ejemplo no demasiado conocido; tanto su génesis como su planteamiento son diferentes al resto de ciudades ideales que se han intentado llevar a cabo; y, además, resulta que contiene elementos que ayudan a la comprensión de las dificultades de construir una ciudad ideal con características intemporales y sin posibilidad de aislarla respecto al resto del mundo. De forma que decidí adentrarme en el mundo Disney y tratar de entender un caso atípico de ciudad ideal planteada como un negocio. Rentable, por cierto.

      Celebration City, Osceola, Florida  google

      En diciembre de 2010 The Guardian publicaba un artículo titulado “How the Disney dream died in Celebration” en el que se podía leer: “Había una vez un lugar donde los vecinos saludaban a los vecinos en la quietud del crepúsculo de verano. Donde los niños perseguían luciérnagas. Y los columpios del porche proporcionaban fácil refugio ante las preocupaciones del día. Donde el cine proyectaba dibujos animados el sábado. Donde la tienda de comestibles entregaba los pedidos. Y había un maestro que siempre supo que tenías ese algo especial. ¿Recuerdas ese lugar? Entonces llegó el invierno y sopló un viento helado. La gente perdió sus trabajos, a las familias les vencieron las hipotecas de sus casas. Una mañana despertaste y al volverte para saludar a tus vecinos descubriste que se habían ido. El cine cerró. La tranquilidad de los primeros crepúsculos se vio truncada por la noticia de un brutal asesinato justo en el centro, y unos días después un hombre que se suicidó después de un tiroteo con la policía”.

      Celebration City, Osceola, Florida  google
       Señalar en la imagen para verla más grande

      Como en algunas novelas de misterio, he empezado casi por el final para darle un cierto tinte dramático a un relato que todavía no ha terminado. Y es que lo sucedido en esta ciudad de Florida parece el guion de una película. Y, en realidad, es lo que corresponde a una ciudad (bueno, más bien un pueblo) cuyo origen se encuentra en el imperio Disney. Todo empezó a principios de los años noventa del pasado siglo XX, cuando la Disney Development Company decidió construir en Kissimmee (colindante con Orlando, en Florida) y muy cerca del Walt Disney World Resort, una ciudad “limpia, ordenada, honesta, concurrida, segura” y en la que “el crimen no se toleraría jamás”. Los datos técnicos se pueden encontrar en muchos sitios. Originalmente se llamaba EPCOT, las siglas en inglés de Prototipo de Ciudad Experimental del Mañana. El planeamiento se confió a Robert Stern y a la sociedad Cooper, Robertson & Partners. El paisajismo y las comunicaciones al estudio EDAW de San Francisco.

      Sun Trust Bank de Robert Venturi y Scott Brown  JackieCraven

      Pero es que, además, a mis lectores arquitectos les va a sonar la nómina de estrellas rutilantes de la arquitectura que han diseñado algunos de sus edificios emblemáticos: el cine al que se refiere el artículo de The Guardian que reproduzco en el segundo párrafo es de Cesar Pelli, el Sun Trust Bank lo firman Robert Venturi y Scott Brown. La central de correos es de Michael Graves, el centro de salud de Stern, y el edificio de recepción de Philip Johnson. Sin embargo, el proyecto y construcción de las viviendas no sigue este patrón ya que, en todos los casos, se trata de modelos arquitectónicos predeterminados con pocas variaciones tipológicas. A elegir: costero, colonial, clásico, mediterráneo y victoriano. Y todos estos modelos pintados en colores pastel. La construcción de Celebration se realiza por fases a partir de 1996 y, en principio, tiene un gran éxito. Y no sólo de ventas. En 2001 es nombrada “Comunidad del año” por el Urban Land Institute. Veamos como la describe esta Institución:
             “Celebration es una ciudad nueva e innovadora planificada siguiendo los principios tradicionales de diseño de vecindarios que combina con éxito la arquitectura, la educación, la salud y la tecnología, de manera que se promueve un fuerte sentido de comunidad. (…) Con un centro urbano completo y 2.500 unidades residenciales, la comunidad de uso mixto integra instituciones residenciales, comerciales, educativas, tiendas, restaurantes y servicios a través de una red de caminos, senderos y paseos marítimos. (…) En solo cinco años, Celebration ha desarrollado un sentido de comunidad resiliente, con más de 20 grupos cívicos y sociales prósperos, ocho congregaciones religiosas, una tasa de voluntariado y participación comunitaria del 75%. Otras investigaciones indican que el 80% de los residentes sienten que pueden contar con otros vecinos para obtener apoyo y ayuda. El éxito de Celebration proviene del compromiso inquebrantable de nutrir un fuerte sentido de comunidad a través de un diseño reflexivo, el apoyo de la Fundación Celebración sin fines de lucro, y la invitación a los residentes a participar en la evolución de la comunidad”.

      Una ciudad pensada para pasear  google

      Walt Disney siempre tuvo la idea de construir una ciudad ideal como parte de un proyecto que incluía el ya famoso parque de atracciones. Parece que buscó con constancia en lugar donde llevar a cabo su gran ilusión. Realizó numerosos viajes y, cuando tuvo claro el sitio, fue comprando tierras poco a poco hasta totalizar alrededor de 12.000 hectáreas. Además, los que lo conocían bien, tenían clara su casi obsesión por el control total de todo lo que hacía. También de su territorio. De forma que consiguió de las autoridades locales un poder absoluto, incluyendo el nombramiento de gobernador o la capacidad de aumentar impuestos o controlar carreteras y servicios públicos.Walt Disney murió en diciembre de 1966 sin ver construido el proyecto del parque de atracciones ni tampoco su ciudad ideal. El parque lo llevó a término su hermano Roy que, como homenaje, le puso su nombre: Walt Disney World. Tres meses después de inaugurar el parque, en 1971, muere Roy y la construcción de la ciudad queda en suspenso. No sabemos si en el futuro Walt despertará de su crionización (una leyenda urbana dice que fue crionizado antes de morir) y comprobará que, efectivamente, su ciudad ha sido construida.
             Pero el caso es que ahí está, muy cerquita del parque de atracciones. Los herederos del imperio Disney pensaron que sería bonito diseñar una ciudad “en la que Walt hubiera deseado haber crecido”. Trataron de huir de las soluciones urbanas basadas en suburbios cada vez más alejados y absurdos, a los que las personas “serias” huían para alejarse de los centros donde el consumo de drogas (crack, cocaína) iba degradando a sus habitantes. Se planteó como un intento de volver a los días felices de las pequeñas ciudades americanas anteriores a la guerra. De forma que se buscaron las soluciones más populares de plazas, calles, edificios, de algunas ciudades del sur como Savannah, Charleston o Nueva Orleans y se copiaron directamente en una especie de prontuario de soluciones en las que (según el artículo de Ed Pilkington que se referencia en la nota final) se “dictaba cada detalle, hasta las plantas que se podían cultivar en los patios. Solo se permitieron seis estilos de casa y solo una gama limitada de colores: blanco, azul, amarillo, rosa y beige, todos en tonos pastel”. Sean cinco o seis los estilos de casas permitidos las posibilidades de elección no parecen muchas.

      ¿No parece un decorado de "El Show de Truman"?  ustraveler

      En el año 1997, poco tiempo después de la creación de Celebration, y como residente y trabajador durante seis meses en la misma, Brandy Davis escribe en un artículo titulado “New Urbanism: Cause For Celebration”: “Esta es una ciudad donde las personas quieren involucrarse. Un lugar donde su vecino realmente llamaría al 911 si viera a alguien llevar una camioneta a su puerta y descargar el contenido de su casa. Sí, el crimen sucederá en Celebration y los residentes lo saben. Esto no es una utopía y nadie es tan ingenuo. Sin embargo, esta es una ciudad donde los residentes realmente mostrarán preocupación cuando el crimen suceda. Se encargan de ser proactivos en lugar de reactivos típicamente estadounidenses. Conocen a sus vecinos y están felices de sentir vigilada su casa cuando están ausentes durante el fin de semana. Cuidan a los hijos de sus vecinos como si cuidaran de los suyos”.

      La bandera USA como parte de esta ciudad ideal  google

      Esta premonición de Davis se cumple poco después cuando ocurre el primer robo en Celebration. Una familia residente, la de Terrence Turner, es asaltada por un ladrón que se fuga con el dinero y dos tarjetas de crédito. La necesidad de que intervenga la policía asombra a todos y deja a sus habitantes en estado de shock. En aquellos momentos, los dos mil vecinos que vivían en la ciudad en la que “el crimen no se toleraría jamás” comprueban que una cosa son las películas de Disney y otra la realidad. De cualquier forma, un único delito en dos años casi es un record digno de ser mencionado. Y claro, el hecho salta a los titulares de todos los periódicos. Porque uno de los pilares sobre los que se asientan algunas de las ciudades ideales, la moral de sus habitantes, se resquebraja ¿o no? Porque resulta que también puede ocurrir que El Mal venga de fuera. Y esta es una de las primeras condiciones de una ciudad ideal: su aislamiento del entorno. Tomás Moro lo tiene claro cuando sitúa Utopía en una isla.

      Plano de Celebration en 2017  celebration 
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      Sin embargo pasa un tiempo de más o menos calma y Celebration sigue creciendo. En 2010 tiene ya cerca de 7.500 habitantes y vivir en ella se cotiza muy positivamente como se refleja en los precios de venta. Además, en 2004 Disney había vendido Celebration a Lexus Capital y, aunque sigue con el control (nombra hasta el gobernador), pierde el estigma de ser parte de imperio Disney, y una de las quejas de Brandy Davis (“¿Entonces, cuál es el problema? El problema es que Disney está involucrado. Demasiadas personas están preocupadas con el papel de Disney en la ciudad”) debería de haber desaparecido en parte. Pero la realidad no es tan idílica como una película. Como veremos, cuando la propiedad pasa a manos de Lexus ya había empezado el deterioro y se habían incumplido demasiadas promesas.
             Pero en este año de 2010 sucede algo impensable: aparece colgado el cadáver del anciano jubilado Matteo Giovanditto, que vivía solo con la única compañía de un chihuahua que ladró tres días por la muerte de su amo sin que nadie hiciera caso. Detenido por la policía, el asesino increíblemente contó que Matteo lo había agredido sexualmente. Los problemas no terminaron aquí. Pocos días después, un antiguo piloto de American Airlines llamado Craig Foushee, se encierra en su casa y empieza a disparar. La policía lo cerca y, después de intercambiar disparos a lo largo de catorce horas se suicida. Y es que Foushee acaba de declararse en bacarrota. Además estaba divorciado y, aunque padre de tres hijas, al parecer la maravillosa comunidad de Celebration no había sido capaz de romper la soledad en la que se encontraba. Después de esto ya no todo parecía tan maravilloso en Citylandia.

      Celebration School  change

      Pero ya hacía tiempo que los vecinos se encontraron con otros problemas más cotidianos. Cuando Lexus se hizo cargo de Celebration en 2004 el área central estaba en mal estado y muchos inmuebles deteriorados necesitaban una renovación. A los residentes se les había prometido, desde instalaciones de alta tecnología como fibra óptica en cada casa o servicios comunitarios on line, hasta ordenadores gratuitos a cambio del rastreo de datos. Nada de esto ocurrió. Incluso la escuela pública con criterios de enseñanza privada y planes de estudio diseñados  por las universidades de Harvard y Johns Hopkins, con clases mixtas y sin calificaciones, fueron un fracaso estrepitoso. Parece que hasta hubo enfrentamientos entre los padres a puñetazos y, finalmente, la escuela se dividió en dos más convencionales. Que yo sepa no se ha estudiado con suficiente profundidad este tema y se lo brindo a los jóvenes investigadores ya que se trata de una experiencia docente real basada en premisas muy novedosas.
             Es que ni tan siquiera el cine diseñado por Pelli funcionó durante muchos años. Eso sí, el centro de salud, administrado por la Iglesia Adventista, fue todo un éxito. Y respecto al comercio las quejas fueron unánimes. No había ni una triste ferretería o una peluquería. La tienda de comestibles del centro tuvo que cerrar y se abrió un hiper al lado de la autopista. En el momento actual, y según el Wall Street Journal, los propietarios de condominios de Celebration Town Center "están luchando contra los techos con goteras, balcones que se han separado en los laterales de los edificios y el moho que se extiende en sus paredes. Sus propiedades se han vuelto tan ruinosas, dicen, que están teniendo problemas para venderlas". Hasta tal punto que está en marcha una demanda por parte de los vecinos.

      Sentido comunitario, la fiesta  celebration
       
      Bueno, supongo que eso será solamente en el Celebration Town Center porque resulta que el precio medio del metro cuadrado residencial es, aproximadamente, el doble que la ciudad más cercana y mucho más alto que cualquier otra ciudad del condado, según el artículo del periódico The Economist que se referencia en las notas. En este mismo artículo se puede leer como el paso de las ideas a la realidad, en la mayoría de ciudades ideales, no está exento de dificultades generalmente relacionadas con los sistemas de control, tanto espacial como social que se vuelven críticos: “La esperanza bien intencionada de recrear alguna versión del pasado de Estados Unidos ha sido derrotada por el presente. Los parques, piscinas y áreas de juego pertenecen a la asociación de residentes y están prohibidos a los no residentes. Sentarse en un banco del parque se considera una violación de las ordenanzas. Los vecinos se quejan de los turistas que miran por encima de sus cercas o de los miles de niños de las zonas vecinas que vienen en Halloween. Disney fundó Celebration según el principio de apertura: la escuela y los servicios públicos son públicos, y la oficina del alguacil del condado proporciona patrullas policiales. Sin embargo, se ha convertido en una comunidad cerrada con puertas invisibles”.

      No es Celebration, este si es el Show de Truman  cinemartistry

      Estas son las contradicciones de una ciudad que parece un decorado de El Show de Truman. Solo falta que retransmitan en directo lo que sucede. Hasta tal punto está llena de atrezzo que se puede leer en un artículo que publica Ed Pilkington en The Guardian: “El árbol de Navidad de 40 pies tiene agujas de plástico. La pista de hielo de la manzana central es una hoja de plástico blanco. A primera vista, la nieve que cae cada hora en las noches de invierno, parece tan convincente como la nieve falsa, hasta que nos damos cuenta de que el artificio es de doble capa: no es nieve artificial, sino crema de afeitar. Si pasamos suficiente tiempo en un entorno como este podríamos volvernos paranoicos. ¿Esa nieve en el techo es nieve artificial o es algodón? ¿La bandada de patos caminando por la calle ha sido puesta allí para para que la veamos? ¿El letrero del lago (hecho por el hombre) que dice "es una violación de la ley de la Florida alimentar o acosar a los caimanes" es genuino, o una broma elaborada?”.

      ¿Nieve en Celebration, o quizás crema de afeitar?  orlandoweekly

      El éxito comercial ha sido evidente. Y desde el principio. Hasta tal punto que Disney tuvo hacer un sorteo para vender las primeras 474 casas entre las más de 5.000 solicitudes. Situación que se ha mantenido según hemos podido ver en los precios de venta actuales. ¿Cómo es esto posible? En las pasadas elecciones Celebration voto a Trump y, tanto el distrito como el condado, han votado demócrata. Trump, por supuesto, habla de América primero y, en realidad, Celebration no fue más (lo es todavía) que una forma de encarnar, imaginar, ese sueño americano que se perdió no se sabe muy bien cuándo ni dónde. En la conferencia de Málaga a la que me refería al comenzar el artículo hablaba de que la ciudad ideal se puede entender como una utopía (o una distopía). Es decir, como una representación de una ideología. Como una referencia concreta de un sistema de pensamiento que permite su visualización y se configura como un camino a seguir (o a desechar). Una meta posiblemente inalcanzable pero que nos sirve para avanzar, o para no equivocarnos en caso de que represente una distopía.

      Vista de Celebration con el lago en primer plano  expedia

      Algunos autores piensan que Celebration no ha sido un intento vano y sin sentido. Robert Steuteville en Public Square, donde informa de los Congresos del llamado New Urbanism, nos dice que Celebration ha permitido cambiar, en muchos aspectos, la forma de construir ciudad en Norteamérica: introducción de unos mixtos que permiten romper (un poquito) los estrictos sistemas de zonificación; formas de venta basadas en la creación de comunidad lo que ha traído consigo que se hable como normal de “creación de lugares”; estilos de vida urbanos; ciudades pensadas para andar… Fracasos como los de Owen en Indiana con New Harmony, incluso el Movimiento Moderno con Le Corbusier a la cabeza o el familisterio de Godin y tantos otros intentos de llevar a la realidad ciudades ideales son ejemplos claros de la dificultad del empeño de llevar a la práctica una utopía. Y si a eso añadimos todas aquellas que ni tan siquiera se intentaron construir, el caso de Celebration no parece que sea tan negativo.
             La dificultad que subyace en todos estos intentos, sin duda con buena intención (aunque en el caso de Celebration no tengo claro que no fuera sencillamente un negocio) es que son propuestas de personas más o menos “iluminadas” que concretan sistemas ideológicos generalmente de forma radical sin contar con nadie más. En el diseño de Celebration no intervino para nada “la gente” ese ente amorfo al que, a veces, nos referimos cuando queremos hablar de participación en la construcción de la ciudad. Cuando el contenedor está construido y la gente ya puede habitar en “nuestros” edificios, circular por “nuestras calles”, descansar y diviertirse en “nuestros” parques (todo ello diseñado por excelsos arquitectos y urbanistas), entonces sí, es el momento de que esa masa amorfa se asocie, hable, se conozca, desarrolle ese sentido de la comunidad que desinteresadamente les hemos facilitado con nuestros maravillosos proyectos arquitectónicos y urbanísticos.

      Creando comunidad Celebration’s Annual 2106  celebration 
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      Pero no quería terminar dando una visión demasiado pesimista. La verdad es que sin utopías, sin esas representaciones a veces minuciosas, de unos deseos colectivos que, en realidad, responden a sistemas de valores e ideas que conforman determinada manera de entender nuestras relaciones, no se podría avanzar demasiado. Y una de las formas de representar estas utopías (si queremos ser precisos y hablar solo de El Bien deberíamos hablar de eutopías) son precisamente lo que llamamos “ciudades ideales”. Celebration tiene una parte importante de eutopía pero también de distopía. Y otra igualmente importante de negocio. Pero en el siglo XXI si, de alguna forma, no hay negocio es complicado llevar adelante determinados proyectos. Quedémonos con la idea de que Celebration nos ha permitido pensar, aunque sea para venderla, en una ciudad más justa e igualitaria, más humana, una ciudad pensada para andar, una ciudad en la que los vecinos están dispuestos a ayudarse y a compartir. Aunque la realidad se haya encargardo de desmentirlo, por lo menos se ha planteado. En definitiva, intentando conseguir de un decorado una ciudad para vivir. Porque también hay formas muy distintas de construir decorados. Es decir, contenedores de guiones vitales previamente establecidos.



      Nota. Para aquellos que quieran ahondar en determinados aspectos de Celebration voy a relacionar a continuación algunos enlaces que me han parecido de interés y que además se citan en el texto:

      PlanIT Valley, la Smart City que nunca fue

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      El mes pasado lo dediqué a comentar las vicesitudes por las que había pasado Celebration City, una “ciudad ideal” que el imperio Disney construyó cerca de Orlando. Mientras pensaba sobre ella, una y otra vez, de forma recurrente, se me aparecía una imagen. Se trataba de la planta de una ciudad formada por una serie de hexágonos unidos entre sí por líneas blancas y que ilustraba uno de los párrafos del artículo titulado “Smart Cities, los inventos del TBO” que escribí hace casi nueve años (en enero del 2012). La verdad es hoy que pensaba escribir sobre un tema de salud y urbanismo pero, a última hora, decidí cambiarlo. No fuera que la planta de PlanIT Valley, que así se llamaba la Smart City cuya imagen me rondaba la cabeza casi como una obsesión, no me dejara dormir y fuera a interferir también con el artículo de este mes. Así que decidí escribir sobre esta ciudad nonata.

      La imagen que recordaba, PlanIT Valley inhabitat

      El pueblo de Paredes está situado al norte de Portugal, muy cerquita de Porto, a unos veinte minutos en coche. Es una población tranquila, ordenada, limpia, de edificios de no mucha altura. El municipio, que lleva su mismo nombre, está dividido en 24 parroquias (bueno, la freguesía portuguesa no es exactamente igual que la parroquia española, ni siquiera que la gallega, pero se puede asimilar) y cuenta con más de 80.000 habitantes. Pero lo cierto es que el asentamiento de Paredes sólo se puede entender en un contexto de urbanización dispersa muy parecida a la de ciertas zonas de Galicia o del norte de España. Enclavado en el valle de Sousa, famoso por sus paisajes, cuenta con un interesante patrimonio, como el románico monasterio de San Pedro de Cête o la iglesia de Bitaraes.

      El ayuntamiento de Paredes  google maps

      Ya tenemos el escenario. Vamos ahora a conocer a los personajes. La empresa Living PlanIT se trata de una creación de Steve Lewis que fue un alto directivo de Microsoft hasta que decidió establecerse por su cuenta. En esta aventura le acompañó Malcolm Hutchinson otro veterano de los tiempos del equipo .NET de esta compañía. Esta sería la parte técnica y emprendedora. Pero también habría que mencionar a Celso Ferreira, el alcalde socialdemócrata de Paredes que trató de impulsar la construcción de PlanIT Valley. Ferreira fue elegido alcalde en el año 2005 y estuvo en el cargo hasta el 2017. Doce años de alcaldía de los cuales nueve lo fueron en el período de crisis económica por la que pasó Portugal y que también explica algunas de las razones por la que una de las Smart City más prometedoras se quedó en el papel.

      PlanIT Valley que se quedó sobre el papel  smartcityhub 
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      Pero ya es hora de contar la trama. Trama con un final no demasiado feliz (según como se mire, por supuesto) pero que pienso complementa muy bien el caso de Celebration City. PlanIT Valley se proyectó sobre una superficie total de 1.670 hectáreas en las parroquias de Recarei, Sobreira, Aguiar de Sousa y Parada de Todeira, todas ellas pertenecientes al municipio de Paredes. Es necesario explicar, aunque sólo sea para hacernos una idea del contexto territorial, que estas parroquias no están deshabitadas. Es decir, no son áreas de suelo vacantes en las cuales no vive o trabaja nadie. La población de cada una oscila entre los 2.000 y los 5.000 habitantes (aproximadamente) y, excepto Parada que no llega a las 400 hectáreas, el resto ocupa entre las 1.500 y las 2.300 hectáreas de superficie cada una. Así que PlanIT Valley no iba a aterrizar sobre el vacío sino sobre un tejido de asentamientos tradicional y consolidado. Aunque, desde mi punto de vista, esto no se tuvo en cuenta para nada. Es decir, PlanIT Valley, lo mismo que se situó en Paredes podía haberse situado en Almodóvar del Campo, por poner un ejemplo.

      Una imagen que habla poco más que de un entorno verde  publico

      Según Science Quick Picks todo empezó cuando en el año 2008 un empresario portugués llamado Miguel Rodrigues quiso construir una fábrica de coches eléctricos en Paredes. Rodrigues conoció a Celso Ferreira y le presentó a Peter Van Manen, de McLaren Electronics, y a Manuel Simas, de Microsoft Automotive, que conoció a Steve Lewis, de Living PlanIT. Este fue el comienzo de un proyecto de ciudad pensada para 225.000 personas (Porto cuenta con 215.000), CO2 cero y dotada de un sistema de control de diferentes funciones como el uso de agua o energía y el procesamiento de basura. Para ello se colocaría una gigantesca red de millones de sensores que, en el fondo, y como decía su alcalde, justificarían que se tratara de una ciudad nueva: “Ningún condominio permitiría, de repente, la instalación de sensores... y aquí estamos hablando a escala de manzanas y de ciudad. Empezamos desde cero, y sólo viene para acá quien acepta estos principios aunque, obviamente, no se dejarán de respetar todas las cuestiones legales”.
             En ese mismo año (2008), la compañía comenzó por comprar alrededor de 700 hectáreas de suelo. Se suponía que para 2015 PlanIT Valley contaría con una población de unos 150.000 habitantes con un gran número de empleos en I+D. Sobre todo de socios de Living PlanIT tales como Cisco, Accenture, Buro Happold, Aconex o McLaren Electronic Systems. Era tal el optimismo en el momento del proyecto que Lewis esperaba firmar acuerdos con 14.000 empresas y ya (según decía) estaba en conversaciones con más de 300. De hecho, Cisco anunció en junio de 2010 un acuerdo de colaboración con Living PlanIT para “el desarrollo de una comunidad sostenible, inteligente y conectada en Portugal”.

      Una ciudad verde y CO2 cero dailymail 
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      El objetivo era construir un prototipo de ciudad inteligente que luego pudiera replicarse en todo el mundo. Una ciudad que, además, fuera verde y que pudiera cambiar de forma radical la industria de la construcción para adaptarla a las condiciones del siglo XXI. Lewis decía (refiriéndose a esta forma de construir) que: “Están usando técnicas más antiguas que Dios. Toda la tecnología se está aplicando solo en el diseño final. Nadie mira al futuro y se pregunta: ‘Si pongo un vidrio de mejor calidad en este edificio, ¿qué hace eso por la eficiencia energética en el futuro?’. Se construye para hacer un cambio de rumbo rápido y sin meditar, y finalmente el edificio se vuelve tan ineficiente y es tan caro arreglarlo que es necesario derribarlo. No hay proceso ni gestión del ciclo de vida. La industria está fragmentada y la consolidación de los avances en otras áreas no ha ocurrido en esta”. Como se ve los promotores no se quedaban cortos en sus críticas a la industria de la construcción y al urbanismo.

      Adaptable a diferentes situaciones con luz controlada greenbuilding

      De forma que Lewis y su equipo estudian los métodos de Toyota y Ford para la fabricación en serie y personalizada, constatando que estas compañías se basaban en sistemas de diseño parecidos a los de la industria de la computación a partir de componentes modulares, y proponen un sistema que llaman Sistema Operativo Urbano (propiedad de Living PlanIT).

      Sistema Operativo Urbano, la ciudad como software fastcompany 
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      Pero no se trataba solamente de esto. Es que, además, pretendían plantear la ciudad como un software en que, los sensores que iban colocar en todos los sitios y las aplicaciones, funcionaran de forma remota alojados en “la nube”. Veamos como describe el proyecto en el informe que realiza el Observatorio Tecnológico de la Energía para el IDAE en el año 2012 titulado “Mapa Tecnológico Ciudades Inteligentes”:
             “Los edificios y construcciones de la nueva urbe estarían dotados de múltiples sensores que detectarían problemas de seguridad o ahorrarían gastos energéticos superfluos. Uno de los elementos clave del proyecto es el “Urban Operating Sistem” (UOS) de esta compañía, es una plataforma de control en tiempo real que implica los sistemas de informática en la nube de Microsoft para la detección, simulación, análisis y servicios aplicados al mantenimiento de las infraestructuras de los edificios en las ciudades. Algunas de las medidas tomadas, entre otras, serán: el agua de las cocinas se re-captura a los inodoros, las plantas utilizadas en el tratamiento de aguas serán utilizadas en la fabricación de biocombustibles (también se plantea la producción de biocombustibles con residuos humanos), el aire caliente producido por el centro de datos de almacenamiento masivo, se distribuirá para calentar los edificios, habrá detección de niños perdidos mediante sensores y se colocarán aplicaciones especiales para informar a los residentes sobre el tráfico”.

      No tengo claro si lo verde será el cerebro de la ciudad aunque
       se supone que tiene cerebro (ya que es inteligente)  greenbuilding

      Lo que más que ha gustado de esta descripción del informe es “la detección de niños perdidos mediante sensores” (soy capaz de imaginarlos en el atardecer representado arriba llorando en busca de sus seres queridos y provistos de un sensor colocado como el chip de los perros, y que les salvaría de los extraños que serían el resto de habitants de la ciudad). Entre los objetivos a conseguir el informe destaca dos: producir muy bajas emisiones de carbono, gracias a sus sistemas de gestión; y mayor eficiencia en reciclaje y reutilización de recursos. Finaliza con tres líneas que plantean la clave fundamental del problema: “financiación / presupuesto: entre 10 y 14 mil millones de euros; otra información relevante: a finales de 2010, el proyecto aún tenía que recaudar alrededor de 7 mil millones de euros”.

      Ya en el 2013 y luego en 2015 se vio que aquello no salía adelante

      Pero los futuros habitantes de PlanIT Valley nunca llegaron a pasear por sus calles. Ya en marzo de 2013 el periódico portugués Público decía que “a mediados de 2012 se hizo oficial que el proyecto ya no sigue adelante ese año, por falta de financiación”. Y en el 2015 en un titular de RTP Noticias se puede leer que: “Más de 5 años después de su presentación el Silicon Valley de Paredes continúa en el papel”. Y en el 2018, otro titular, este de Smart City Hub: “PlanIT Valley: The smartest city never been built”.
             ¿Qué pasó para que esta Smart City ideal, este paradigma de una nueva forma de abordar el negocio inmobiliario, esta ciudad CO2 cero planteada como un software, se haya quedado en el papel? La causa directa ha sido la falta de financiación. Era de esperar. Uno de los problemas para los economistas es que los retornos en urbanismo son a muy largo plazo. Y que sólo planteando el negocio a muy pequeña escala pueden abordarse riesgos asumibles. Por ejemplo, Celebration planificó una primera fase de 2.500 habitantes con un techo futuro de unos diez mil. Nada que ver con los más de doscientos mil de PlanIT Valley. Pero es que, además, coincidió con la crisis económica por la que pasó Portugal.

      Probablemente demasiada ciudad para financiarla dailymail

      Sin embargo quiero creer que existían motivos más profundos derivados de la forma en la que se planificó. Aunque, desde el punto de vista empresarial, las razones pueden ser otras. Herman van den Bosch, profesor de la Open University of The Netherlands dice que:
            “Amy Edmondson y Susan Salter Reynolds mencionan tres condiciones que son críticas para la realización de proyectos audaces como este: gran visión, gran equipo y pequeñas acciones. La gran visión nunca fue el problema. Steve Lewis dijo tener más de un millón de ideas por día. Fracasó en lo que respecta a los grandes equipos. Nunca logró crear un equipo estrechamente conectado que representara a todas las compañías involucradas, compartiendo una ambición colectiva y poseyendo los medios para realizarlo. Al mismo tiempo, hay que decirlo, construir un equipo así habría sido muy difícil. Todas las partes involucradas (TI, bienes raíces, construcción, finanzas y gobierno) vivían en sus propios ‘mundos’, que a menudo se enfrentaban”.

      Una ciudad concebida por tecnólogos y para tecnólogos  smartcityhub

      En el fondo la dificultad es que PlanIT Valley se plantea directamente como un negocio: “El problema real es darle sentido a este mercado y aprender a financiarlo. Necesitamos crear un modelo de negocio para hacer esto. Para mí, esa es su joya de la corona, este marco completamente nuevo. No es ‘construirlo, ¿y vendrán?’ Es ‘Darles razones para venir’. Nadie lo ha hecho antes y eso es lo que Living PlanIT está tratando de hacer”. Como se puede leer en el artículo de Lindsay cuya referencia se encuentra en el apartado de notas: “PlanIT Valley es la primera ciudad concebida por tecnólogos, para tecnólogos, en la que la arquitectura y la planificación urbana están casi al margen. (‘Los arquitectos tienen un gran déficit porque no creen que deban estar más comprometidos con las comunidades empresariales y tecnológicas’, dice Eccles. ‘El mundo los está dejando de lado’.) … Para resolver el problema de la ciudad en el mundo, Living PlanIT está apostando por desmaterializar la ciudad, traducirla en código, hacer copias perfectas y luego escalarla al tamaño que necesitemos. Soft City se ha convertido en la Ciudad del Software”.

      Sensores y software en todos los entornos  connectedhome

      Pero, desde mi punto de vista, la gran pregunta no es la Robert Eccles (de la Harvard Business School) que se reproduce en el párrafo anterior. La gran pregunta sería: ¿La ciudad es un producto como un coche, una lavadora o un televisor, que se construye y luego el consumidor la usa según las pautas y reglas marcadas por el empresario? O, de otra forma: ¿La ciudad debe de ser un negocio? Lo siento, pero cuando empecé a escribir este artículo pensaba que esta ciudad que nunca llegó a ser era una ciudad ideal que representaba una ideología puramente tecnológica, pero después de acumular una gran cantidad de información, analizarla y meditar sobre las implicaciones de la propuesta, pienso que se diferencia poco de Celebration City en el sentido de que ambas buscan, esencialmente, ser un negocio. Y que, sencillamente, su fracaso (a diferencia del caso de Disney) ha sido debido a que se trataba de un negocio demasiado ambicioso, mal planteado y en un sitio inadecuado.
             Y sí, me alegro de que no se haya construido. Las ciudades muy especializadas (y esta era una ciudad enfocada básicamente a empleos I+D) parece que no responden a un criterio de complejidad reclamado por todos los urbanistas. Tampoco me gusta el excesivo control que se trasluce detrás de tanto sensor: de hecho, tal y como hemos visto, la justificación de construir una ciudad nueva en lugar de convertir por ejemplo a Porto en una Smart City se basaba en la necesidad de poder colocarlos. Pero, y sobre todo ¿dónde está la gente en todo este proceso? Sólo veo tecnólogos de la empresa y técnicos, muchos de ellos especialistas en grandes números, que seguramente rebuscarían entre miles de datos para encontrar aquellos deseos ocultos de la parte más animal y menos controlada de esa gente, para “darles una razón para venir”. Y en caso de que no los encontraran, una oportuna campaña de marketing en Facebook, Instagram, Twitter, Whatsapp o Youtube, no necesariamente veraz y honesta, sería suficiente.




      Nota.- Para aquellos que quieran ahondar en determinados aspectos de PlanIT Valley he seleccionado, del material utilizado para escribir el artículo, algunos enlaces que me han parecido de interés y que, en algunos casos, se citan en el texto:

      Topofilia, Yi-Fu Tuan

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      Hace tiempo que no dedico ningún artículo a comentar libros relacionados con el paisaje. Reordenando mis papeles del despacho (en realidad, realizando la maniobra compulsiva de cambiarlos de sitio) me encontré con uno que casi había olvidado pero ahora veo que tuvo bastante influencia en mi forma de entender el espacio que nos rodea, Topofilia: un estudio de las percepciones, actitudes y valores sobre el entorno. Su autor Yi-Fu Tuan, nació en China, en Tianjin. Después después de estudiar en Inglaterra, ejerció su docencia en Toronto, Minessota y, por último, en la universidad de Wisconsin-Madison donde es profesor emérito. De forma que me he vuelto a enfrascar en su lectura y voy a escribir mis impresiones sobre este libro que me parece poco conocido, sobre todo por los más jóvenes.

      Yi-Fu Tuan en China sesenta y cuatro años después  gftbooks

      Aunque la edición que voy a comentar es la traducción al español del año 2007 del original inglés que se titulaba Topophilia: a study of environmental perception, attitudes, and values publicada por Prentice-Hall en 1974, mi primer contacto con la obra fue del original. Lo mismo que otro libro que publicó tres años después titulado Space and Place: The Perspective of Experience, que complementa muy acertadamente el de Topofilia pero al que no me voy a referir porque no existe traducción al español (o yo no he sido capaz de encontrarla) y los lectores del blog ya saben que procuro que las lecturas que recomiendo puedan leerse por la comunidad hispanohablante sin necesidad de recurrir a otro idioma.
             Para completar la lectura de Topophilia y de Space and Place también resulta de sumo interés el titulado Landscapes of Fear publicado en Nueva York por Pantheon Books en el año 1979 del que tampoco conozco traducción al español. Para aquellos que no tengan problema con el idioma inglés también recomiendo su lectura.

      La edición original inglesa y la traducción al español

      Lo primero que habría que decir es que la palabra “topofilia” no la recoge el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua. Sin embargo, se viene usando desde antes de la propuesta de Yi-Fu Tuan porque ya la utilizó en su momento Gaston Bachelard como “topophilie” en su obra La poétique de l´espace, aunque luego sería convertida al castellano como “topolifia” en la edición del Fondo de Cultura Económica en 1965. Pues bien, Gaston Bachelard al referirse a la topofilia habla de espacio feliz. Comprendería un conjunto de imágenes muy sencillas que “aspiran a determinar el valor humano de los espacios de posesión, de los espacios defendidos contra fuerzas adversas, de los espacios amados. Por razones frecuentemente muy diversas y con las diferencias que comprenden los matices poéticos, son espacios ensalzados. A su valor de protección que puede ser positivo, se adhieren también valores imaginados, y dichos valores son muy pronto valores dominantes”.
             El propio Tuan dice que en su obra y concepto de la topofilia no influyó sólo Bachelard sino también el poeta Wystan Hugh Auden y, en concreto, se refiere a los poemas que llevan el nombre de “Paysage moralise” escritos en 1934. El hecho es que Auden incluye la palabra en su introducción al libro de poesía titulado Slick but Not Streamlined de John Betjeman. Por cierto, este libro se puede considerar como un precursor de una forma de entender la sostenibilidad bastante curiosa. En cualquier caso, la palabra “topofilia” si se analiza, aunque sea de forma muy elemental, veremos que está compuesta de “topo” que viene del griego “tópos” = lugar, y “filia” de “fhilos” + “ia” = amor + cualidad. En definitiva, viene a indicar un sentimiento positivo, de amor, de cariño, hacia el lugar.

      Cartel del ciclo “La poética del espacio” celebrado en León en 2015  ileon

      El libro se compone  de quince capítulos, todos de gran interés, pero algunos más relacionados con las materias del blog y que será en los que me detenga. En realidad, los seis primeros sirven de introducción para que los lectores que no se desenvuelvan con soltura en cuestiones relacionadas con la percepción puedan luego entender el enfoque psicológico con el que plantea el tema. Y es que Yi-Fu Tuan es geógrafo. Y dado que su propuesta, desde la geografía, no es tanto del espacio considerado ontológicamente (en realidad, mensurable y objetivo) que sería la clásica en esta materia, sino del espacio como introspección, puede llevar a equívocos. Hay que considerar que Tuan es un representante de la llamada geografía humanista o humanística. Incluso algunos autores llegan a plantear su enfoque como geografía romántica. De forma que estos capítulos que tratan sobre los sentidos, las estructuras y las respuestas psicológicas, el etnocentrismo, los mundos personales, las actitudes hacia el entorno o la percepción y visión del mundo, se pueden entender a modo de introducción.

      El sentido del lugar  thehumanimprint

      El capítulo ocho lleva por título “Topofilia y entorno” y el nueve “Entorno y topofilia”. Se trata de las mismas palabras pero en diferente orden para dar una idea del peso de ambos conceptos en un capítulo y otro. En el octavo, el elemento central es la topofilia y en el noveno el entorno. Es necesario leerlos conjuntamente (y a ser posible de un tirón) para entender la especial relación que Tuan establece entre ambos. En palabras textuales entiende la topofilia como el conjunto de “manifestaciones específicas del amor humano por el lugar”. Primero estudia la respuesta al entorno partiendo de la apreciación visual y estética hasta el contacto físico para centrarse luego en factores concretos tales como la salud, el parentesco o la conciencia del pasado. También plantea el impacto de la urbanización en la apreciación de lo que llama “el campo y las tierras vírgenes”, para dedicar luego todo el capítulo nueve al análisis de la forma en que los elementos del medio son consustanciales con los contenidos de la topofilia.

      “Topofilia” de Francesca Dasso francescadasso

      Para Tuan la topofilia es un sentimiento. Así entendido el concepto, su análisis hay que hacerlo partiendo básicamente del sujeto y no del objeto que sería el entorno. De todas formas admite que este análisis del individuo a través de la percepción está mediatizado por la cultura y, probablemente (aunque esto no lo llega a decir con claridad hasta el resumen final) en ciertos casos, por las mismas condiciones físicas del entorno. Con este planteamiento, en realidad bastante radical, no están de acuerdo algunos autores. Así, Carlos Mario Yori en un artículo titulado “El concepto de topofilia entendido como teoría del lugar” dice:
             “Sobre esta base, si bien compartimos con Tuan su idea de que nuestra comprensión del espacio habitado pasa necesariamente por la propia comprensión que tengamos de nuestra relación con él, (definida para el geógrafo por la carga emocional que establezcamos con sus atributos en razón de los juicios categoriales de valor que para el efecto establece: topofilia, topofobia, topolatría o toponegligencia); diferimos en que la comprensión de nuestra relación con tal tipo de espacio pueda reducirse, sin más, a la adjetivación emocional que el uso de dichas categorías comporta”.

      “Topofilia. Geografías imposibles” Pamela Arce  miraflores

      Sin embargo esto no es tan evidente. Bueno, habría que decir que en este libro casi nada es evidente y firme. De cualquier forma, en la parte final cuando hace un resumen de las ideas que plantea en el texto, y después de una cierta ambivalencia a lo largo del mismo, puede leerse que “el entorno material por sí mismo afecta la percepción. La susceptibilidad a ciertas ilusiones en personas que viven en un mundo «con escuadras de carpintero» es diferente a la de aquellos que viven en ambientes no ortogonales”.
             Y además, tal y como hemos ya dicho en párrafos anteriores resulta que un elemento básico en la percepción es la intermediación cultural de forma que, según Tuan, raramente es posible establecer relaciones causales entre características ambientales y divergencias de percepción debido a este elemento de negociación que resulta ser la cultura. El problema es que, de forma indirecta, los elementos culturales al organizar el entorno influyen en la percepción del mismo, no sólo a través de sus características inmateriales sino también de la propia conformación física de los elementos espaciales. Surge así la idea casi tópica de que, en realidad, el individuo crea el entorno y, a su vez, es influido por el.

      “Topofila #2” Filipa Reis  muteart

      A partir del capítulo nueve se tratan una serie de temas directamente ligados a los intereses de los lectores del blog. Se habla de paisaje, de la ciudad ideal, del escenario físico y los estilos de vida, de las imágenes y percepción de las ciudades norteamericanas así como de suburbios y ciudades nuevas. Su concepto de paisaje lo antepone directamente al cosmos y lo vincula a la horizontalidad frente a la verticalidad del primero. En Europa lo sitúa en un momento entre 1500 y 1700 en el que la concepción medieval del mundo va cambiando paulatinamente. Dice que: “El hombre desempeña dos papeles: el social-profano y el mítico-sagrado; el uno atado al tiempo, el otro trascendiéndolo. Estos papeles pueden ser representados por miembros de clases o castas diferentes, en cuyo caso tenemos estratificación social. O pueden ser desempeñados por la misma persona en ocasiones diferentes”.

      Yi-Fu Tuan en el paisaje, Arizona, 1954  datadeluge

      Su planteamiento de las relaciones entre naturaleza, panorama y paisaje, se basa sobre todo en sus implicaciones semánticas y la traducción al castellano plantea algunas dificultades pero en lo que respecta al paisaje intenta aclarar su sentido mediante el recurso de la pintura paisajista. Explica como un cuadro colgado en la pared, si se trata de un paisaje, es como una ventana por la que el espectador puede penetrar en el plano vertical y mirar hacia el horizonte. Y cuando en Occidente se “inventa” la perspectiva esta mirada es capaz de considerar la horizontalidad. Resulta de gran interés su explicación de las diferencias con la cultura china es este tema cuando afirma que “Una escena pintada no es tanto un paisaje, es decir una unidad de tierra, sino un shan shui, es decir, una composición con montañas (shan) y agua (shui)”.
             Estas diferencias entre la cultura europea y la china las amplía a los jardines isométricos y con perspectiva. La última parte del capítulo la dedica al análisis de lo simbólico y lo sacro hasta llegar a los lugares sagrados. Plantea que la definición del espacio no es más que la creación de un orden a partir del desorden: “No sólo la edificación de un santuario, sino la construcción de una casa o de un pueblo obligaba tradicionalmente a la transformación ritual del espacio profano”. De forma que este espacio ordenado se opone radicalmente a la inhóspita naturaleza (no a los campos cultivados) percibida como morada de seres malignos e incomprensibles que, generalmente, infundían temor.

      “Le Livre des Prouffitz Champestres et Ruraulx”
       Petrus Crescentis 1503  catawiki

      Surge la ciudad como un lugar de liberación frente a los caprichos de la naturaleza. De esta forma se convierte en un ideal que es capaz de superar a la vida rural. Ideal que, poco a poco, va perdiendo sus connotaciones de lugar de privilegio para, sobre todo a partir de la Revolución Industrial, hacer patentes sus problemas y defectos. Para Tuan el origen de la ciudad no es económico ni defensivo sino, básicamente, la idea de una creación sobrenatural de un mundo. De forma que, en muchos casos, “Como símbolo del cosmos, la ciudad adopta la forma geométrica regular de un círculo, de un cuadrado, de un rectángulo o de algún otro polígono”. Es así como una gran parte de las ciudades ideales se suelen representar por estas figuras geométricas aunque existen diferencias entre la cultura occidental y la china.
             De cualquier manera, en casi todas las ciudades se hacen guiños hacia lo trascendental mediante monumentos, fuentes, plazas, calles importantes o parques. Sin embargo, en muchos casos, este sentido de lo trascendental se ha ido perdiendo poco a poco sepultado por las necesidades de lo cotidiano. La manera en que el medio influye sobre los estilos de vida (y a la inversa) la analiza Tuan a partir, no sólo a partir de ciudades históricas occidentales como Atenas, Roma o la ciudad medieval, sino también (lo que no es tan común) de ciudades chinas como Ch’ang-un o Hang-chou. Asimismo estudia los entornos callejeros de ciudades georgianas o victorianas hasta llegar a Los Ángeles, la negación de los mismos.

      Dibujo de la parte histórica de Ch’ang-un  pinterest

      Respecto a los trabajos encaminados a conocer la preferencia de los ciudadanos concluye que no hay estudios suficientes y los que hay, como el caso de Kevin Lynch en La imagen de la ciudad, están sesgados y son parciales: “Merece la pena, por lo tanto, repetir que la imagen de la ciudad obtenida en el trabajo de Lynch proviene de una clase social determinada, y que la muestra representa a un grupo de adultos en edad activa”. Esta crítica al trabajo de Lynch, aunque fundada e parte, no tiene en consideración muchas de las investigaciones posteriores (sin estos problemas metodológicos) que corroboran las conclusiones de  La imagen de la ciudad, desde mi punto de vista un libro clave en el análisis de la percepción urbana.
             Es por ello que termina por reclamar la necesidad de un William James para estudiar las variedades de la experiencia del entorno, con objeto de aumentar la cantidad de trabajos al respecto debido a que no se trata de un comportamiento único. Dice: “La topofilia adquiere diversas formas y varía considerablemente tanto en grado como en intensidad emocional. Describir estos sentimientos es, al menos, un comienzo: la fugacidad del placer visual; la delicia sensual del contacto físico; el amor por el lugar que nos es familiar, porque es nuestro hogar o porque representa el pasado, o porque suscita el orgullo de la propiedad o de la creación; el regocijo en las cosas por simples razones de salud y de vitalidad animal”.

      “Topofila #2” Filipa Reis  muteart

      Pero de lo que se muestra seguro Tuan es que las ciudades representan nuestros entornos vitales comunes y de que, por tanto, el amor a ese entorno, la topofilia, tiene relación directa con ellas. También, que el ideal más allá de la ciudad no era un ideal que residiera en la naturaleza sino en el campo. Es decir, en la naturaleza domesticada, no en la naturaleza salvaje que se solía asociar a lo maligno, caprichoso e incomprensible. La idea de la naturaleza como Paraíso perdido es más bien una creación de las sociedades modernas sobre todo a partir de la ciudad de la Revolución Industrial cuyo entorno urbano estaba plagado de defectos. Al principio, el Paraíso perdido estaba en el campo, no en el yermo (la naturaleza). Dice textualmente Tuan:
             “El yermo se identificaba con el caos, con la morada de demonios y, al mismo tiempo, con la pureza. El jardín y la granja representaban la vida idílica, pero hasta el Edén tenía una serpiente; la propiedad de grandes extensiones agrícolas provocaba melancolía, mientras que la granja era sólo para los campesinos. La ciudad simbolizó orden, libertad y gloria, pero también mundanidad, corrupción de las virtudes naturales y opresión. En el mundo occidental, el romanticismo de la naturaleza en el siglo XVIII fue pronto seguido por los horrores de la revolución industrial; juntos condujeron a que la opinión pública encareciera los méritos del campo y de la naturaleza en detrimento de los de la ciudad. Así, las imágenes se invierten, de suerte que el yermo significa orden (el orden ecológico) y libertad, mientras que el centro de la gran ciudad es el caos: una selva gobernada por los parias de la sociedad”.

      El paisaje intermedio (el campo) como ideal
       Imagen extraída del libro de Tuan

      De forma que la naturaleza como paisaje placentero, como ideal, como Paraíso perdido, se basa más bien en un supuesto romántico, en una creación artificial de un estilo de vida actual, que todavía se enfrenta en el siglo XXI a ciertos horrores urbanos que no hemos conseguido desterrar de la ciudad heredada de la Revolución Industrial. Este planteamiento me recuerda el artículo que escribí para el blog hace bastantes años (en octubre del 2007) que se titulaba “La paradoja ecológica o el malvado ecologista” en el que reproducía un párrafo de Cortázar en el que se podía leer: “Un paisaje, un paseo por el bosque, un chapuzón en una cascada, un camino entre las rocas, sólo pueden colmarnos estéticamente si tenemos asegurado el retorno a casa o al hotel, la ducha lustral, la cena y el vino, la charla de sobremesa, el libro o los papeles, el erotismo que todo lo resume y lo recomienza”.

      El paisaje de la naturaleza como ideal
       Imagen extraída del libro de Tuan

      Sin embargo, dado que la capacidad perceptiva del habitante de la ciudad no es capaz de abarcar la ciudad entera, sobre todo si se trata de grandes urbes, el amor al lugar se suele circunscribir a la parte conocida donde se desarrolla nuestra actividad vital. Y, a veces, sobre todo en ciudades que han conseguido asociarse a un símbolo o a una imagen simbólica o real, también existe una identificación con esta globalidad urbana. De forma que este amor al lugar puede llegar a expresarse en los dos extremos, lo particular (la vivienda, el edificio, la calle, a veces el barrio) y lo global (la imagen o el símbolo), desapareciendo en las brumas de lo desconocido todos aquellos espacios que no forman parte de nuestro entorno vital y que nos son ajenos. Se iluminan así en nuestra mente algunas zonas concretas, generalmente discontinuas, bien en el espacio bien en el tiempo, mientras que el resto de la ciudad nos resulta indiferente y no somos capaces de sentirla con igual intensidad, de amarla.

      “Topofilia. Geografías imposibles” Pamela Arce  miraflores

      Esta relectura de libro de Tuan me ha llegado a emocionar. No sólo porque me ha llevado a los primeros años de mi labor docente que ahora ya, como profesor emérito, está en su fase final, sino porque me he dado cuenta de hasta que punto somos deudores de libros que se leen un par de veces y luego se olvidan. Pero que permanecen ahí, soterrados en el inconsciente, influyendo de forma más o menos intensa en nuestra forma de pensar y configurando nuestro desarrollo vital. En cerca de cuarenta años no me he acordado de Tuan, no lo he citado ni una sola vez en los cientos de artículos que he escrito, pero ahora sé al releerlo que le debo parte de mi forma de enfocar la profesión y la enseñanza. Comprendo que he superado muchas de las cosas que dice, y que con otras ni tan siquiera estoy de acuerdo, pero lo mismo que muchos de los lugares que a veces ni tan siquiera recordamos, este libro forma parte de mí desde hace mucho tiempo igual que tantos otros que probablemente ni tan siquiera recuerde aunque los vuelva a leer. No sé si existe la bibliofilia, pero caso de que no exista alguien debería inventarla.

      Ciudades para andar (I)

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      Recientemente hemos terminado un informe para el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social del Gobierno de España en el que intentamos razonar sobre las relaciones entre urbanismo y salud. Este informe se puede entender como la continuación de lo establecido en su momento en las conclusiones de un encuentro entre profesionales de la salud y del urbanismo celebrado en Mahón en el año 2011 y sobre el que escribí un artículo titulado "Urbanismo y Salud Pública". En el blog, además del mencionado, hay bastantes más dedicados específicamente al tema. Así, "Ciudades saludables y sostenibles (2008), "Desigualdades en salud y entorno físico (2011), "Planificar ciudades saludables" (2013), "Rompiendo con el sedentarismo" (2015), o "Espacios públicos para una vida activa" (2016). Y muchos otros de forma indirecta. Hay un enlace a todos los citados al final del texto.

      Ciudades pensadas para andar guiacapital

      Entre las condiciones que se mencionan en el informe para conseguir que nuestras ciudades sean más saludables figura en lugar principal la de cambiar un modelo de ciudad pensada para el coche en otra pensada para andar. En un momento en el que se ha puesto en marcha en Madrid una operación urbanística que ha generado multitud de polémicas y una atención mediática extraordinaria (la que se ha llamado el área de circulación restringida de Madrid Central) parece oportuno plantearse el problema generado por unas ciudades en las que hasta ahora los peatones han sido una pieza secundaria. Es verdad que todavía ni tan siquiera está funcionando con plena efectividad ya que ni se sancionan los incumplimientos, por lo que no se pueden extraer conclusiones al respecto. Además, la mayor parte de los partidos políticos están haciendo del tema un verdadero espectáculo cara a las próximas elecciones municipales lo que enturbia notablemente cualquier acercamiento racional que se haga. Por eso no voy  a dedicarle el artículo de hoy, dejaré el análisis de Madrid Central para más adelante aunque, aparentemente, parece que hay que observar con cariño esta propuesta.

      Madrid Central, una experiencia a considerar  eldiario

      A pesar de todo me parece necesaria una mínima explicación para los que no estén al tanto del tema. Resulta que el Ayuntamiento madrileño ha delimitado un área cerrada coincidiendo con la parte más céntrica de la misma, en la que se ha restringido de forma muy importante el acceso en coche a los no residentes. Desde el punto de vista del derecho que todos tenemos al uso del espacio público implica una evidente pérdida de libertad. Desde el de la circulación de vehículos privados, aparentemente es como si se hubiera creado un auténtico barrio cerrado de los muchos que proliferan en las ciudades grandes y medianas para uso exclusivo de los residentes. Pero, claro, Madrid Central no es un barrio cerrado puesto que todo el mundo puede acceder al mismo (incluso en determinados casos con coche). Se asemeja más bien a la llamada “superille” que hace ya años proponen Salvador Rueda y la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona intentado restringir el tráfico de paso en áreas enteras de la ciudad, aunque en Madrid Central también afecta de forma muy importante al de acceso.

      El encuentro de Mahón de 2011

      En cualquier caso, de lo que se trata es de ir cambiando un modelo basado en el vehículo privado por otro en el que se otorgue primacía al transporte público y al peatón. Ya en el encuentro de Mahón de 2011 se vio como las pautas de cambio establecidas para resolver los problemas de salud de la ciudad de la Revolución Industrial habían traído consigo problemas inesperados. Estas pautas estaban basadas en la separación de usos mediante la técnica del zonning. Separación exacerbada hasta el paroxismo por la irrupción masiva (a partir de los años cincuenta del pasado siglo XX) del automóvil, aumentando las distancias entre zonas a base de reducir los tiempos mediante una red de carreteras cada vez mayor y más sofisticada.
             Aunque la ciudad de Brasilia siempre se pone como modelo de “ciudad del automóvil” lo cierto es que casi todas las ciudades empezaron a funcionar mediante el uso privilegiado del transporte individual en coche. Zonas exclusivamente residenciales situadas a diez o quince kilómetros del centro. Grandes áreas comerciales, polígonos industriales, vertederos, polígonos de vivienda protegida, instituciones de enseñanza, se fueron colocando de forma fragmentada sobre el territorio, alejadas unas de otras y apoyadas en una red de carreteras cada vez más importante. Con este sistema, casi cualquier actividad implica importantes desplazamientos que, en algunos casos, significan decenas de kilómetros. Esto, unido a las bajas densidades residenciales que imposibilita un transporte público racional y rentable, hace que la mayor parte de los desplazamientos se hagan de forma obligada en vehículo privado.

      La ciudad fragmentada  Google Maps
       Señalar en la imagen para verla más grande

      Pronto se vio que esta solución implicaba costes ecológicos y ambientales inasumibles por el planeta. Ya he razonado (en muchos artículos del blog) que los transportes horizontales son casi el mayor desafío al que se enfrenta el sistema urbano en la actualidad. Pero, como decía en el párrafo anterior, ha ocurrido algo inesperado: esta forma de pensar y construir la ciudad ha traído consigo problemas de salud muy importantes. Diferentes a los producidos por la ciudad de la Revolución Industrial, pero que es necesario considerar de forma prioritaria. Simplemente voy a enunciar los principales porque quería centrarme en los temas puramente urbanísticos de las pautas a cambiar para conseguir ciudades pensadas para andar.
             Uno de los más importantes y evidentes es el de la contaminación producida por los propios vehículos. De forma que un problema de contaminación industrial más o menos resuelto por el planeamiento ha sido sustituido por variadas formas de contaminación, unas más difusas y otras más específicas (entre otras, partículas, gases, acústica, visual) debidas al transporte de personas y mercancías de un fragmento urbano a otro y en el interior de cada uno de ellos. A pesar de todo, parece que se trata de uno de los que se pueden resolver con mayor facilidad si se ponen las condiciones necesarias. Así, uso de energías limpias y de sistemas mucho más eficientes, podría solucionar algunas de las aéreas o la acústica.

      El sedentarismo como un problema de salud pública  fissac

      Pero luego están todos los problemas de salud derivados de una forma de vivir basada en el sedentarismo. Entre otros: obesidad, accidentes cerebrovasculares, diabetes, algunos tipos de cáncer, fibromialgia, enfermedades del corazón como el infarto, síndrome metabólico, problemas de colesterol y presión alta, y muchos otros de carácter psíquico (como la depresión) propiciados por el uso masivo del automóvil. Uso que va encerrando progresivamente a los urbanitas actuales en pequeñas cápsulas individuales cada vez más cómodas y sofisticadas que se encargan de trasladarlos entre entre el resto de cápsulas tales como las de la vivienda, del trabajo, de la diversión o las educativas. Todas ellas dotadas de los oportunos asientos y comodidades sin cuento, entre las que destacan las pantallas de variadas dimensiones y que se van convirtiendo, poco a poco, en el sistema de relación social prioritario.
             En estas cápsulas de transporte, también denominadas coches o vehículos privados, el ejercicio físico queda reducido al movimiento del pie del acelerador al freno y del freno al acelerador (o al embrague). Incluso de ambos brazos para mover el volante, o solo del derecho para cambiar de marcha si es que el coche no es automático. Incluso el de los dedos para los intermitentes o las luces. Eso, claro, en el supuesto de que sea el conductor y no el acompañante y no contemos con que se use el móvil o se cambie de emisora de forma compulsiva. En cualquier caso debería de inventarse la oportuna app o incluirse en las pulseras de actividad para saber las veces que se realizan estos movimientos a lo largo del día y las calorías quemadas.

      Cambiar de marcha, frenar, acelerar y mover el volante
       es toda la actividad física que realiza un conductor  auto10

      Parece evidente que la forma en la que construimos nuestras ciudades no es el único elemento que contribuye a esta situación pero, probablemente, sea uno de los que más influyen. Por lo menos de forma negativa. Es decir, no facilita precisamente que se haga ejercicio y, en algunos casos, lo hace muy complicado. Con desplazamientos que necesariamente se han de hacer en vehículo privado (para ir al trabajo, al cine, a la universidad, a comprar, el colegio, al peluquero, al médico, incluso a una zona verde situada a kilómetros del domicilio) es difícil una vida físicamente activa. La bicicleta está bien, pero solo para algunas personas y en algunas situaciones. De los patinetes eléctricos mejor ni hablar ya que, de lo que sabemos hasta el momento de su uso, en realidad lo que hacen es sustituir, precisamente, los trayectos a pie comprendidos entre el kilómetro y el kilómetro y medio.

      Son sedentarios totales la cuarta parte de los españoles  vivaz

      Parece por tanto necesario recomponer la forma de pensar la ciudad. El objetivo es conseguir ciudades para andar, para poder realizar la mayor parte de las actividades posibles caminando. Con esto no solo mejoraremos la salud sino también la sostenibilidad del planeta. Como en tantos otros casos (que no trataremos en el artículo de hoy pero que contribuyen también a mejorar la salud) esta nueva forma de entender la ciudad y su construcción está directamente relacionada con el otro problema del siglo XXI: el de los límites ecológicos. Pero conseguir esto no es sencillo. Se tienen que dar una serie de presupuestos que lo permitan. Presupuestos que, en algunos casos, están en contradicción con algunas de  las ideas que han creado la imagen de “ciudad ideal” que predomina en la sociedad actual.

      El uso obligado del coche ha contribuido al incremento
       del sedentarismo y la contaminación en la ciudad  elconfidencial

      Probablemente el más complicado de entender sea el relacionado con la complejidad. Y no solo complicado de entender. Es que la tendencia es a vivir de espaldas al que no es (o no piensa) como uno. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano al que ya sabéis que le tengo un gran aprecio y al que he dedicado en el año 2015 un artículo del blog titulado “Byung-Chul Han y la sociedad transparente”, dice en una entrevista publicada en el diario El País (07/12/2018) con motivo de una conferencia pronunciada en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona:
             “Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en un intercambio de información: las relaciones se reemplazan por las conexiones, y así solo se enlaza con lo igual; la comunicación digital es solo vista, hemos perdido todos los sentidos; estamos en una fase debilitada de la comunicación, como nunca: la comunicación global y de los likes solo consiente a los que son más iguales a uno; ¡lo igual no duele!
             Pero no lo dice solo Han sino muchos otros filósofos y pensadores para los que la confrontación con “el otro”, con el que no es como uno, resulta fundamental para el progreso social y la convivencia real. Así, en su momento, lo dijo Sennet en multitud de publicaciones. Y también Bauman en varios sitios como en La modernidad líquida.

      Byung-Chul Han en Barcelona  elpais minocri

      Esta tendencia al aislamiento en piezas urbanas separadas unas de otras, con personas lo más parecidas entre sí, de la misma ideología, los mismos gustos, la misma clase social, la misma capacidad económica, anula la esencia de la ciudad. Aquello por lo que la ciudad medieval hacía “hombres libres” (en la actualidad tendríamos que decir “hombres y mujeres libres”): la posibilidad de asumir la existencia del “otro”, del que no es ni piensa como nosotros. Pero no se trata solo de cuestiones sociales y de identidad personal. También es una cuestión de mejor organización urbana. Imaginemos una urbanización pensada para ricos y situada en las afueras de una gran metrópoli, con sus vallas, cuerpos de seguridad propios, y construida en un corto espacio de tiempo. Todos sus habitantes serán de parecida capacidad económica, edad, gustos, sus ideologías (si es que las tienen) serán parecidas… Tendrán hijos casi a la vez (o nietos) y necesitarán las mismas cosas casi al mismo tiempo. Esto es un problema típico de eficiencia y, probablemente, de falta de criterios racionales en la construcción de la ciudad.

      Viviendas del mismo tipo con tipologías urbanísticas
       parecidas y destinadas a la misma clientela google maps

      Por tanto, la primera condición es que las áreas urbanas sean complejas. Que su tejido social esté formado por personas mayores, jóvenes, bebés, ricos, pobres, clase media, votantes de todos los partidos políticos, inmigrantes, intelectuales, marginales… He recurrido casi a la caricatura pero es esencial que se entienda la necesidad de que las piezas urbanas no se correspondan con tipologías arquitectónicas y urbanísticas iguales entre sí, aunque probablemente lo más complicado de conseguir sea la mayor complejidad posible en la pirámide de población. Que exista una adecuada distribución de personas mayores, de mediana edad y jóvenes es complicado. Por eso, en muchos centros de urbanismo se empieza a valorar la necesidad de partir de barrios existentes introduciendo las modificaciones oportunas.
             En cualquier caso, no se podrán conseguir cuerpos sociales complejos si se plantean tipologías urbanísticas o arquitecturas destinadas a “la media” de la población tal y como se ha hecho en la planificación urbanística hasta el momento ya que este sistema tiende, precisamente, ha conseguir cuerpos sociales homogéneos. Hay que intentar que las piezas urbanas estén formadas por elementos lo más diversos posibles. Es decir, que contengan tipologías arquitectónicas y urbanísticas variadas. Y luego, claro, conseguir que  estos elementos estén relacionados entre sí. La complejidad surge, no sólo de la diversidad sino de la existencia de múltiples relaciones entre elementos diversos.

      El camino al colegio  circulaseguro

      La segunda condición es que haya gente suficiente para dar soporte y rentabilidad a los equipamientos, comercios, colegios, transporte público o servicios de salud. No se puede plantear un colegio bilingüe (y probablemente tampoco cualquier otro) si no hay niños y niñas suficientes en un radio determinado que permita que vayan a pie al colegio. La alternativa ya la estamos viendo ahora, largos recorridos de los escolares en autobús, sentados en sus asientos y sin la más mínima posibilidad de hacer andando el camino al colegio que, según los psicólogos, es pieza clave en su formación y no solo desde el punto de vista físico. Pero no se trata solo de colegios, también servicios de salud, bibliotecas, piscinas o, incluso zonas verdes de proximidad con juegos de niños o aparatos para que los mayores realicen ejercicio. Y todo ello en un ámbito razonable para el desplazamiento a pie. Es decir, necesitamos densidades suficientes.

      El suburbio disperso de baja densidad como modelo de
       ineficiencia y de ciudad pensada para el coche  google maps

      La tercera es conseguir continuidad en la trama urbanizada. El sistema fragmentado actual, resultado de llevar al límite la zonificación en la planificación urbana, destruye la ciudad. Porque la ciudad no es solo conocimiento, apoyo, solidaridad, entre la gente cercana y que se conoce. La ciudad es también la liberación que produce el anonimato. El hecho de que, andando algo más o subiendo a un autobús, se pueda salir “del barrio” e ir a otro donde todos van a ser extraños, es una de las características urbanas más valoradas por aquellos que proceden de los pueblos donde no hay forma de aislarse en caso necesario. Y, como en casos anteriores, esta condición también juega a favor de una mayor eficiencia ya que permite ampliar los ámbitos locales para aquellos equipamientos o servicios de uso menos frecuente que lo necesiten. Y la continuidad urbana posibilita la existencia de un transporte público rentable.

      Necesitamos espacios urbanos seguros y confortables  tribunasalamanca

      En la ciudad fragmentada, si tenemos suerte y no es de baja densidad, podremos contar con un autobús, un tranvía, un tren de cercanías o el metro, que nos permitan llegar más o menos cómodamente a nuestros lugares de destino sin producir contaminación, sin consumir planeta o sin romper los ecosistemas que producen los servicios que hacen posible la vida urbana. Pero lo más probable es que necesitemos un coche (más o menos contaminante) que nos encamine de forma directa al sedentarismo con las secuelas consiguientes de obesidad, cáncer, enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, diabetes, colesterol, presión alta, fibromialgia, y otros de carácter psíquico como la depresión.
             Ya tenemos tres de las condiciones para que la mayor parte de las actividades de la vida diaria se puedan realizar andando. Esto no significa que si conseguimos piezas urbanas complejas, con densidad suficiente, y contiguas unas con otras, esté todo resuelto. Se trata de condiciones necesarias pero no suficientes. Para que vecinos y vecinas salgan a la calle se precisan, además, una serie de requesitos que dejaré para una segunda parte dado que (como siempre) me he extendido excesivamente. El próximo mes escribiré, entre otros temas, sobre el confort y la seguridad en el espacio público, elementos imprescindibles para que la gente disfrute caminando y, sobre todo para que los colectivos más vulnerables tales como personas mayores, mujeres o niños, lo hagan con comodidad y sin temor.



      Nota.-Enlace a otros artículos del blog relacionados y citados en el texto:

      Ciudades para andar (II)

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      El mes anterior habíamos visto como existen una serie de condiciones necesarias, pero no suficientes, para cambiar el modelo actual de ciudad basada en el transporte en vehículo privado por otro en el que las prioridades sean para el peatón y el transporte público. Estas condiciones de partida serían tres: contigüidad, densidad y complejidad. Intentarían responder a la idea de que “el mejor plan de movilidad es aquel cuyo objetivo principal es que la gente no tenga que moverse de forma obligatoria en vehículo privado”. Pero, para ello, además de estos requisitos necesarios habría que atender a otras cuestiones críticas que la hicieran viable. Para no hacer interminable el artículo y clarificarlo en la medida de lo posible, las resumiremos también en otras tres que compendian distintos elementos más o menos relacionados entre sí: confort, seguridad y sistema de prioridades alternativo al actual.

      Ciudades pensadas para andar  diarionavarra

      Hay que advertir, antes de seguir adelante, que conseguir ciudades pensadas para andar es sólo una parte de los elementos a considerar, como señalamos en un reciente trabajo sobre Salud y Urbanismo al que se aludía en el artículo anterior. Habría, como mínimo, que mencionar, tanto el tema de las llamadas “zonas verdes” como el de los espacios de convivencia y los equipamientos. La introducción de la naturaleza en la ciudad es fundamental, no solo como espacios verdes de proximidad, sino en su conexión en forma de infraestructura verde, y superando el concepto de verde urbano como equipamiento por el de servicios de los ecosistemas muy relacionado con la solución al problema de la contaminación. Sucede algo parecido con el de espacios de convivencia y equipamientos que deberían estar adaptados a las necesidades específicas del área y relacionados con sistemas participativos basados en la educación urbana. Estos temas los trataremos en otra ocasión.

      Sistema de prioridades

      Pero el artículo de hoy trata de ciudades pensadas para andar. De las tres cuestiones a las que me refería en el primer párrafo vamos empezar por la última: el cambio en el sistema de prioridades. En realidad ¿qué significa darle prioridad al peatón? Es sencillo, que en caso de conflicto cualquier otra forma de desplazamiento quede subordinada a su seguridad y comodidad. Y esto se refiere a coches, patinetes, bicicletas, autobuses, tranvías, caballos o drones. Al hablar de peatón no solo hay que pensar en la gente sin problemas de locomoción sino también (por ejemplo) en invidentes, ancianos o ancianas con carritos de la compra, personas en sillas de ruedas o bebés en sus cochecitos. Ya en artículos anteriores del blog habíamos visto el caso de las aceras menguantes que, progresivamente iban disminuyendo su anchura hasta quedar reducidas a un simple bordillo mientras la calzada destinada a los coches mantenía su dimensión a lo largo de todo el recorrido, indicando claramente la prioridad considerada.

      Menos mal que han prohibido aparcar  lacerca

      Pero no se trata solo del caso de las aceras menguantes, sino también de semáforos en los cuales el tiempo destinado al peatón es de quince o veinte segundos mientras que el de la circulación rodada es de cinco, seis o siete minutos. O de espacios públicos ocupados por múltiples objetos de “mobiliario urbano”, que van desde farolas hasta buzones pasando por contenedores de basura de recogida neumática o manual. Es particularmente nefasta la utilización de las aceras para el desplazamiento de patinetes o bicicletas, (en concreto, sobre todo, los eléctricos ya que, aparte de la cuestión de la seguridad no sirven para hacer ejercicio físico)  por no hablar de su uso como aparcamiento de motos o incluso de coches. Y no solo porque dificultan y hacen incómodo andar sino porque, como veremos más adelante, las aceras deberían ser espacios seguros tanto para los niños como para las personas mayores.

      Una acera ancha pero no lo suficiente  elcorreodepozuelo

      Así que, si queremos ciudades pensadas para andar, la prioridad es el peatón. Luego, por este orden, autobuses y medios de desplazamiento colectivo, bicicletas y patinetes (primero los tradicionales y luego los eléctricos), las motos y, en último lugar, el coche. Soy consciente de las dificultades del tema. Pero como ya hemos visto en otros artículos del blog, resulta que los criterios para conseguir ciudades más sanas coinciden con los de sostenibilidad por lo que no solo estamos mejorando la salud de las personas sino también la del planeta. Los urbanistas, a la hora de pensar en cómo acceder a un sitio, deberíamos de organizar las cosas para que la forma más sencilla de acceder fuera andando. Claro, a algunos sitios, incluso en ciudades pequeñas y medias, no se puede ir andando. Entonces habrá que pensar en la combinación: transporte público más peatón. Si se ha conseguido resolver de esta forma, se puede pensar entonces en dar alternativas: bicis y patinetes, motos y coches (por este orden).

      Seguridad en el espacio público

      Otro tema importante relacionado con el de la prioridad peatonal es el de la seguridad. La seguridad en el espacio público no se refiere exclusivamente a seguridad frente a accidentes sino que incluye (y de forma muy importante) la seguridad frente a la delincuencia. En particular, en el caso de las personas mayores, se sienten muy vulnerables y consideran la seguridad de forma prioritaria a la hora de salir a la calle. En la Guía de ciudades amigables con los mayores publicada por la OMS uno de los aspectos que se destacan es, precisamente, el de la seguridad. En ella se recogen varios testimonios. En particular, el de un habitante de Tuymazy que dice: “Nosotros ya no salimos de noche. Yo no salgo a ningún lado, te pueden matar”. Pero no es solamente de noche. En realidad, conforme aumenta la edad la sensación de seguridad (lo que se llama seguridad subjetiva) va disminuyendo. Pero esto se puede paliar con una serie de criterios de diseño urbano seguro al que ya le he dedicado varios artículos del blog.

      Seguridad frente a la delincuencia  noticiascyl

      Incluso existen guías que ofrecen criterios de este tipo que todo urbanista debería conocer. Porque, además, el aumento de la seguridad subjetiva redunda al final en un aumento de la seguridad objetiva disminuyendo el número de delitos, sobre todo aquellos que se denominan delitos de oportunidad. La reducción objetiva de los delitos estructurales es mucho más complicada y no se puede abordar exclusivamente desde el punto de vista del diseño urbano. Aunque no es el momento de desarrollar esta cuestión ahora, simplemente como recordatorio de lo ya visto en otros lugares del blog, habría que destacar los dos pilares en los que se asienta este tipo de diseño. El primero sería la llamada “vigilancia informal” que se podría resumir en el lema: ver sin ser visto. Y el segundo estaría basado en el control del espacio urbano que incluiría buenos sistemas de orientación y, por ejemplo, iluminación adecuada.

      Necesidad de un mantenimiento adecuado  diariodesevilla

      Pero la seguridad no se reduce a seguridad frente al delito. También sería necesario hablar de la seguridad relacionada con los accidentes. Sobre todo centrada en tres puntos críticos. El primero sería un buen diseño y mantenimiento de las aceras, básico si queremos ciudades para andar. Cuestiones tan elementales tales como una superficie lisa y de poca pendiente y su construcción con materiales anti-deslizantes, deberían de ser imprescindibles. Pero también deberían estar libres de obstrucciones en la medida de lo posible y tener las diferencias de nivel resueltas con pendientes suaves y visibles. El problema del mantenimiento es muy importante ya que, muchas veces, estas condiciones iniciales se degradan y terminan por producir problemas. Aunque, generalmente, las peores situaciones suelen producirse por obras en el espacio público que casi nunca se terminan dejando las cosas como estaban. Debería ser un requisito de todos los pliegos de condiciones, no sólo el resolver el problema momentáneo de la interrupción del tránsito en condiciones adecuadas sino la restitución de las aceras y, en general, de toda la superficie susceptible de ser pisada, al estado anterior a la obra.

      La necesaria visibilidad en los pasos peatonales  e6d

      La segunda cuestión relacionada con los accidentes se refiere a las interferencias con cualquier otro medio de locomoción. El primer problema es el de los cruces peatonales. Es decir, aquellos lugares en los que, necesariamente, hay que compartir el espacio público estableciendo turnos. Como ya se ha mencionado el tema de las prioridades hay poco más que decir. Prioridad para el peatón quiere decir semáforos con tiempos adecuados y a favor del mismo, acuerdos entre las alturas de calzada y acera adecuados, visibilidad en los cruces tanto para el conductor como para el viandante, consideración no del “tipo medio” sino de la persona “más desfavorable”… Todo esto es bien sabido, el problema es que hay que ponerlo en práctica.
             El otro tema sería el del tránsito compartido. En general, y dado que el peatón es la parte más débil (no está acorazado) debería de evitarse en la medida de lo posible, dejando las aceras de uso exclusivo del peatón sin otras interferencias tales como coches, patinetes o bicicletas. En caso de que esto no fuera posible habría que establecer una normativa muy clara y rigurosa al respecto con prioridad absoluta al peatón.

      ¿Accesibilidad, para quién?  lavozdegalicia

      La última cuestión se refiere a todo el campo de la llamada accesibilidad. Decía en otro artículo del blog titulado “Ciudades para las personas mayores” publicado hace un par de años que “en nuestro país resulta realmente curioso el incumplimiento, en algunos casos sistemático, de la normativa tanto estatal como autonómica sobre accesibilidad a pesar de las denuncias de las organizaciones implicadas. Y no sólo en la ciudad ya construida antes de la aprobación de estas leyes, sino también en proyectos actuales que se están ejecutando en estos momentos”. Este incumplimiento no se refiere, sólo a temas relacionados con las personas mayores, sino a un conjunto de colectivos que no se acomodan al modelo clásico de “varón, caucásico, joven, sano y de clase media”. Mientras no se atienda a las necesidades de colectivos tales como los niños, los mayores, la gente con problemas de locomoción o de visión, los adolescentes o los enfermos, no estaremos en condiciones de construir ciudades para todos.

      Comodidad en los desplazamientos

      Una vez abordadas las cuestiones de prioridad y seguridad queda un último grupo de temas que se podrían englobar bajo el epígrafe del confort. El espacio público, y sobre todo el espacio del peatón, debería ser agradable para el caminante. Y esto abarca varias cuestiones que intentaré resumir y que van desde problemas de contaminación hasta la necesidad de contar con bancos o servicios tales como urinarios públicos. Uno de los que en escasas ocasiones se considera es el confort climático, probablemente en la creencia de que poco se puede hacer al respecto. Pero este es un error que se ha encargado de desmentir el llamado diseño bioclimático. Y es que se puede hacer mucho para que nuestros parques, nuestras aceras o nuestras plazas gocen de las adecuadas condiciones de temperatura, viento o humedad relativa. No es este el momento de escribir un curso al respecto pero habría que mencionar que, a partir de la carta bioclimática de la localidad, se pueden conocer las necesidades de la misma respecto a una serie de parámetros que hagan mas cómodos los desplazamientos a pie.

      Contaminación aérea, acústica, visual… problemas  scout

      Pero el espacio público no solo debería de contar con condiciones adecuadas de confort climático. También deberían de estar ausentes del mismo una serie de agresiones que podríamos denominar como “contaminación”. No sólo por la dificultad al respirar y los problemas de salud producidos por la contaminación del aire, tanto por gases como por partículas, sino también la contaminación acústica o incluso, por ejemplo, la visual. Una de las más críticas, no solo por la falta de confort que produce sino también por los problemas de salud que es capaz de generar en la contaminación acústica.
             En la misma Guía de la OMS mencionada anteriormente se recogen algunas opiniones de afectados. Así, en Estambul, una persona mayor dice algo que podría ser aplicable a muchas ciudades españolas y que afecta no sólo al espacio público sino incluso a las viviendas: “Te levantas de la cama a las cuatro de la mañana en lugar de a las seis porque hay demasiado ruido afuera”. Pero no sólo la contaminación acústica. La llamada contaminación visual a que también se han dedicado varias entradas del blog. El problema es que la sobrecarga de estímulos visuales produce estrés. Y si ya de por sí la ciudad produce más estímulos que los que el cerebro es capaz de procesar, si a ello se aumentan los impactos publicitarios en la vía pública la situación puede llegar a ser insoportable. Resulta imprescindible controlar la publicidad en la vía pública, cosa que ya están haciendo algunos ayuntamientos.

      Comodidad en los desplazamientos  jfariña

      El último tema que trataré, intentando resumir una serie de elementos críticos que nos permitan diseñar ciudades para caminar, es el relativo a los equipamientos en el espacio público. Es obvia la necesidad de bancos para poder descansar en momentos determinados. Pero es menos obvia la necesidad de que estos bancos estén adecuadamente colocados. Para ello habrá que considerar la especificidad climática del lugar y actuar en consecuencia analizando necesidades de sombra, de soleamiento, de brisa, de defensa ante los vientos fuertes o de humedad. De forma que el estudio de la colocación de los bancos debería de ser considerada con la importancia que tiene. Pero no sólo los bancos, también son necesarios servicios tales como urinarios, cada vez más demandados por una población como la española (la europea en general) muy envejecida. Es cierto que su mantenimiento es complejo pero en algunas ciudades se cobra una módica cantidad por su uso a una parte de la población mientras que se conceden tarjetas para la población más vulnerable, que permiten su uso gratis.
             También en este apartado habría que mencionar las áreas de juegos infantiles y las de aparatos para que los mayores puedan ejercitarse. En general, y con objeto de mejorar el complejidad de los usos, deberían estar en el mismo sitio o cercanas con objeto de que exista interacción entre adultos, niños y mayores. La separación radical (a veces están situadas a centenares de metros unas de otras) entre zonas no parece muy conveniente desde el punto de vista de la necesaria relación entre unos y otros. Otra cuestión que también habría que abordar, ya tratada en otros lugares del blog, es la relacionada con la necesaria activación de estos espacios. Para hacerlo se necesita con contar con la participación de todos y el apoyo institucional. Cosa tampoco sencilla, pero imprescindible.

      Necesitamos ciudades pensadas para andar  cmartinez

      En definitiva, crear ciudades para andar es bueno, tanto desde el punto de vista de la salud pública como de la salud del planeta. En el momento actual no es cosa fácil, pero los urbanistas deberían tener este objetivo como básico a la hora de planificar y proyectar con objeto de ir cambiando una situación no adecuada. Para ello es imprescindible que nuestros barrios sean suficientemente densos, complejos y no estén colocados de forma fragmentada (como auténticas islas urbanas) en el territorio. Pero también es necesario que andar resulte agradable, que la gente prefiera ir andando a los sitios, que se disfrute de las plazas y de las zonas verdes sin sufrir agresiones ambientales o personales. Incluso que se puedan encontrar comodidades como si el espacio público fuera nuestra casa: bancos, urinarios, wifi, actividades colectivas, aparatos para hacer ejercicio, juegos infantiles, lugares donde comunicarse y hablar. Esto significa un cambio radical en el sistema de prioridades actual basado en que cualquier problema al que se enfrente el planificador o el proyectista, en última instancia, se podrá resolver mediante desplazamientos en un vehículo privado, sea un coche (eléctrico o no), una bicicleta (eléctrica o no), un patinete (eléctrico o no) o un dron (eléctrico o no).

      Smart Cities y democracia

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      Últimamente me he encontrado, una vez más y en varios foros distintos, con la expresión Smart Cities. Sin embargo veo que ya ha traspasado las barreras profesionales y se ha introducido en el lenguaje corriente. Asociada, además de forma directa, a la palabra sostenibilidad que, al convertirse en un tópico, ha perdido todo su interés banalizándose de forma muy acusada. El problema es que la asociación de ambas está siendo utilizada por los políticos como piedra de toque de la modernidad de sus propuestas. Los seguidores de esta página ya conocen mi opinión al respecto porque he dedicado varios escritos a esta cuestión, pero en un momento en que España entra en campaña para las elecciones europeas, generales, autonómicas y locales, me gustaría dedicar el tema de hoy a reforzar determinadas ideas dispersas en diferentes artículos del blog para que puedan servir de ayuda a una reflexión sobre el tema.

      TICs para el siglo XXI  altitude

      En un mundo que Guy Debord definió como la Sociedad del Espectáculo, y en el que las palabras se convierten en un objeto más de consumo destinado al entretenimiento de los espectadores (todos somos espectadores de una u otra forma), surgen, de vez en cuando, algunas expresiones que “marcan tendencia” y llegan a ocultar la realidad de las cosas. Así lo fue en su momento el término desarrollo sostenible, luego convertido en sostenibilidad. En principio relacionado con los límites del crecimiento, pronto se apoderaron del mismo determinadas empresas para hacer negocio. Posteriormente los políticos terminaron de rematar el invento consiguiendo anular completamente el sentido original del término. Hoy en día hay fábricas de automóviles sostenibles, juguetes sostenibles y hasta equipos de fútbol sostenibles. Algo parecido empieza a suceder con las expresiones riesgos o cambio climático en las que algunas empresas vislumbran importantes posibilidades de negocio.

      Todo es ya ¿sostenible? abc

      Sin embargo, el término Smart Cities aparece como una estrella rutilante en la escena mediática de una forma distinta. Directamente se trata de puro marketing creado por unas cuantas multinacionales para conseguir un espacio de beneficios. Y no es que sea malo que una empresa intente realizar un negocio. El problema empieza cuando esa empresa intenta hacer negocio con algo que nunca debería tener las características de un negocio. Tratemos de analizar como empieza todo y el momento en el que nos encontramos. Es una obviedad decir que el mundo del siglo XXI es un mundo digital. Las llamadas TICs, que abarcan el conjunto de nuevas tecnologías solo posibles a partir de la generalización de los ordenadores e Internet, ocupan un lugar casi imprescindible en la sociedad actual. Su aplicación a uno de los mayores inventos que ha producido la humanidad, la urbanización, parece algo de sentido común.
             El problema es que esta utilización en la construcción de nuestras áreas urbanas, tal y como se está llevando a cabo hasta el momento, amenaza con cambiar el sentido original de una ciudad: de marco de convivencia a negocio. El adjetivo smart se ha venido aplicando  a diferentes artilugios tecnológicos: teléfonos, tarjetas, terminales, relojes, edificios o frigoríficos. Normalmente se traduce al español por inteligente aunque no sea una traducción que indique todos los múltiples matices del término inglés (diríamos que, dependiendo del contexto, se trata de la inteligencia del listillo o con un cierto toque de elegancia). Pero bueno, obviando esta cuestión, resulta que tendríamos bicicletas inteligentes, edificios inteligentes e, incluso, trituradoras de basura inteligentes.

      Trituradores domésticos de basura ¿inteligentes?  mecate

      Como decía en un artículo que publiqué hace un par de años: Después de las ciudades sostenibles, las ciudades resilientes, las ciudades habitables, las ciudades sanas, las ciudades seguras, las ciudades bioclimáticas, las ciudades verdes o las ciudades de los ciudadanos, los que de una u otra forma nos relacionamos con la organización, diseño y planificación de esas cosas que algunos llaman ciudades tendríamos otra etiqueta más, "Ciudades Inteligentes". Pero, en realidad, ¿Dónde ponen el acento las ciudades inteligentes? Se supone que en la inteligencia, aunque, ¿Qué es eso aplicado a una ciudad? ¿Una ciudad piensa? ¿Tiene alma? ¿Se condena para siempre en el infierno si se porta mal? Si uno busca en Internet puede leer en la página de la Fundación Telefónica: “Se define Smart City como aquella ciudad que usa las TIC para hacer que, tanto su infraestructura crítica, como sus componentes y servicios públicos ofrecidos sean más interactivos, eficientes y los ciudadanos puedan ser más conscientes de ellos”.
             Y más adelante: “El espectacular desarrollo de las tecnologías TIC relacionadas con la IoT en los últimos años (redes de sensores, RFIDs, etc.) y de las comunicaciones de datos móviles (M2M, Mobile Broadband, etc.) amplia enormemente las posibilidades de mejora muchos servicios urbanos hasta cotas hasta ahora inimaginables, sólo limitadas por la capacidad financiera de los órganos de gobierno municipales”. Esta limitación a la capacidad financiera parece muy atinada vista la penuria en la que viven la mayor parte de nuestras entidades locales. Pero no parece motivo suficiente para hacer desistir a estas empresas de intentar conseguir la mayor rentabilidad de la que ya se empieza a llamar la ciudad-negocio.

      Una ciudad, cientos de posibilidades ¿de negocio?  masquenegocio

      Claro que, según IBM, bajo el epígrafe de Ciudades Inteligentes se puede leer: “Barrios seguros. Escuelas de calidad. Vivienda asequible. Tráfico fluido. Todo es posible”. Para conseguirlo esta multinacional se basa en “el poder de la ingente cantidad de datos reales que ya se recogen sobre los patrones de comportamiento de los habitantes y los sistemas de la ciudad, procurando dotar a sus sistemas de tres niveles básicos de capacidad: recoger y gestionar el tipo adecuado de datos; integrar y analizar los datos; basándose en análisis avanzados, optimizar el sistema para lograr el comportamiento deseado”. Para Microsoft la sostenibilidad (parece imposible librarse de esta palabra) y la habitabilidad se conseguirían a base de dotar a todos sus edificios y construcciones de variados sensores encargados de detectar múltiples problemas de todo tipo. Para ello, estos datos se gestionarían desde la plataforma Urban Operating System (USO), en tiempo real y en “la nube”, por los diferentes sistemas informáticos de tráfico, control de infraestructuras, distribución de energía, contaminación y otros.

      IBM: Superando la Smart City, un ¿Smarter planet?  wikimedia

      Se podría mencionar también a Cisco y a otras grandes multinacionales, pero en todos los casos el planteamiento es el mismo. Se trata de aprovechar la enorme cantidad de datos generados, bien por sensores adecuadamente situados, bien obtenidos a partir de fuentes de acceso general o restringido, para evaluar en tiempo real la situación en la que se encuentran determinadas variables urbanas y tomar las decisiones adecuadas a cada momento con objeto de aumentar la eficiencia del sistema. Por ejemplo, a partir de videocámaras que enfocan una arteria principal de tráfico y mediante el software adecuado que permita realizar un conteo en tiempo real de la cantidad de automóviles que circulan, tomar una decisión sobre el período de un semáforo. Así visto el planteamiento es impecable. Los problemas empiezan en el momento en que empezamos a cruzar datos procedentes de fuentes diferentes que hacen posible determinar “patrones de comportamiento de los habitantes” (textual de IBM).
             José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica ha afirmado en una reciente entrevista que la mitad del tráfico de datos de Internet está producido por “bots” (robots, programas informáticos capaces de realizar funciones automáticas), y que de este tráfico la cuarta parte se pueden considerar datos nocivos en el sentido de que están destinados a difundir mentiras con el objetivo de modificar nuestro comportamiento. Pensar en lo que puedan hacer una serie de "bots" con tal cantidad de datos para influir sobre mi forma de entender la realidad personalmente me produce un cierto desasosiego.

      Una Smart City puede ¿determinar nuestro comportamiento? proschool

      Por supuesto, lo primero sería plantear en manos de quién terminan todos estos datos. En pocas propuestas de ciudades inteligentes he encontrado algo que debería ser obvio y tener prioridad sobre cualquier otra consideración: la forma de acceder a toda esta ingente cantidad de información. Es decir, la respuesta a las preguntas de ¿Quién, cómo y cuándo? Esto es básico en una sociedad democrática. En otro tipo de sociedades, monárquicas, teocráticas, dictatoriales, estas preguntas serían irrelevantes. Pero no en una sociedad democrática y, además, en un nivel local que es el más cercano a la ciudadanía. Yo, Pepito Martínez, que vivo en la calle Girasol número 24, del municipio del Señorío de Belmonte, tornero de profesión, ¿puedo acceder a los mismos datos que el director de informática de la Smart City, o que el alcalde, o que un equipo de investigación de la Universidad, o que una empresa que pretende vender piruletas? Y aún en el supuesto de que pueda acceder a los datos, ¿se ha pensado en algún tipo de mecanismo "no interesado" para hacerlos comprensibles?

      El acceso a los datos ¿solo en Modo Dios? victoriauniversity

      Pero, probablemente, esto no sería suficiente. Porque resulta que las ciudades tienen que construirlas los ciudadanos y para que esto sea posible deberían tener los conocimientos suficientes para entender el significado de algunos elementos críticos que guían la toma de decisiones. En el momento actual, y salvo algún caso excepcional (que probablemente se escapa a mi conocimiento) esto no sucede. Ni tan siquiera se intenta que suceda. Hace años que vengo proponiendo la necesidad de algún órgano local que se dedique en exclusiva a enseñarle al urbanita como funciona su ciudad. Una especie de concejalía de Educación de la Ciudad. Esto que era tan complicado de conseguir en siglos anteriores, es posible en el siglo XXI con las nuevas tecnologías. Y debería ser el primer objetivo de  una Smart City verdaderamente democrática. No la propuesta de una toma de decisiones básicamente automática y basada en la eficiencia del sistema para (por ejemplo) controlar el tráfico, sino una ayuda a una toma de decisiones políticas relacionada con las necesidades reales de la ciudadanía.

      Tratamiento de los datos ¿siempre es inocuo?  sdtimes

      Y es que, desde que Jevons enunció su célebre paradoja el objetivo, si se quiere que una ciudad consuma menos y contamine menos, no puede limitarse a conseguir una mayor eficiencia del sistema. William Stanley Jevons fue un economista británico que en el año 1865 publicó The Coal Question donde planteaba la dependencia energética de Inglaterra respecto al carbón considerado como un recurso limitado. A pesar de que su tesis ha sido revisada posteriormente, en el fondo subsiste la base de su planteamiento cuando dice que “se trata de una confusión de ideas completa suponer que el uso eficiente del combustible equivale a una reducción del consumo. La verdad es exactamente contraria a este supuesto”. Podría resumirse de una manera sencilla así: aumentos en la eficiencia reducen el consumo instantáneo pero la mejora el modelo trae consigo un aumento del consumo global.
             Aunque esta afirmación tan drástica ha sido posteriormente revisada atendiendo a condiciones específicas, se mantiene la idea de fondo de la paradoja de Jevons. Esto no quiere decir que se deba aumentar la ineficiencia del sistema para ver si a sensu contrario conseguimos disminuir el consumo global, sino que, como se demostró posteriormente, para que aumentos en la eficiencia instantánea consigan reducciones globales del consumo es necesaria la colaboración del consumidor y los cambios en los hábitos de consumo. Es decir, se necesitan personas que participen en las decisiones con conocimiento de los elementos críticos. De tal forma que aumentos automáticos de la eficiencia pueden ser incluso contraproducentes en caso de no existir colaboración por su parte. Así que uno de los objetivos básicos de las Smart Cities debería ser revisado a la luz es este tipo de planteamientos.

      Mejoras en la eficiencia ¿aumentan el consumo global?  danieljagline

      Pero este no es más que otro de los requisitos que debería cumplir una ciudad que pretendiera obtener el máximo beneficio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Habría que hablar también de los sistemas propietarios de gestión y tratamiento de la información y su funcionamiento. Casi todas estas grandes multinacionales, cuyo fin es ganar la mayor cantidad posible de dinero, es lógico que busquen ser las más competitivas. Desde este punto de vista los sistemas de control y toma de decisiones que ofrecen a las corporaciones locales son, lógicamente, sistemas propietarios. Es decir, sistemas que sólo ellas controlan. Por esencia no pueden ser sistemas abiertos.
             Esto significa que el mantenimiento o cualquier ampliación, modificación de los programas o cambio de los objetivos a conseguir estará siempre en sus manos. Se trata de un negocio magnífico. Una vez abonado el coste de la puesta en marcha del sistema el municipio queda para siempre ligado a la empresa. Hay pocas alternativas. Probablemente una de ellas sería la de trocear el conjunto y encargar a empresas diferentes cada parte de forma que la futura sustitución de una por otra no supusiera el quebranto de todo el sistema.

      Información centralizada ¿o sistemas autónomos?  informationage

      Pero eso es, justamente, lo contrario de lo que se está intentando. Por otra parte, y relacionado con lo anterior, se vende que una ciudad inteligente debe de ser una ciudad interconectada de forma que los datos se crucen y pueda actuarse sinérgicamente. Y para que esto sea posible parece que la única solución es que toda la información deba de estar centralizada. Las alternativas son complicadas dada la penuria económica de las administraciones locales. Pero lo ideal sería contar con un equipo gestor propio que, en colaboración con los de otras ciudades, pudiera ir produciendo sistemas abiertos de coordinación y cruce de datos. Habría que empezar poco a poco, probablemente por aquellos elementos de menor interés para la eficiencia del sistema y del máximo para la educación del ciudadano de forma que pudiera ir tomando progresivamente las riendas de las decisiones más importantes. Para ello sería necesario sistemas transparentes con datos accesibles y comprensibles para todos.

      Complejidad = relaciones + ¿diversidad?  gobernarte

      Esta descentralización haría que el sistema tuviera, además, una mayor resiliencia. Las ciudades verdaderamente inteligentes deberían aprender de la naturaleza que basa su funcionamiento en la complejidad. La complejidad (es decir, diversidad y una buena cantidad de relaciones posibles entre elementos) huye del control centralizado de los diferentes subsistemas y lo sustituye por una coordinación flexible. A mayor dependencia unos de otros, mayor es la probabilidad de que, ante una situación crítica, todo se venga abajo. Precisamente por lo que aboga la resiliencia es por la autosuficiencia de los diferentes elementos y relaciones alternativas redundantes. La existencia de elementos fundamentales para la resiliencia como son la redundancia (que es lo que primero que se elimina en aras de la eficiencia) o los ecotonos fuertes, diversos y con posibilidades de convertirse en sistemas nucleares, parece imprescindible.
             Justamente lo contrario de lo que se está intentando en casi todos los ejemplos que conozco de Smart Cities. Eso lo tienen claro hasta esas mismas empresas multinacionales (o locales), que en casi todo el mundo, se están subdividiendo en otras más pequeñas cada vez con una mayor autonomía y uniéndose en entidades coordinadas horizontal y verticalmente de forma flexible. Es relativamente sencillo sustituir cualquiera de ellas en caso de fracaso, de forma que la totalidad no se resienta. Esto que parece deseable para una gran empresa ¿es malo para para una ciudad que se llama "inteligente"?

      Ciudades inteligentes ¿ciudadanos libres?  garatu

      La sociedad del siglo XXI es digital y haríamos mal si renunciáramos a ello ya que es la identidad de nuestra generación. Pero si los habitantes de las ciudades quieren que estas ciudades estén cada vez más adaptadas al lugar, al clima, a la cultura, a la historia, de las personas que viven en sus casas y en sus calles, y que sean el marco adecuado de convivencia y progreso, necesitan tener el control y el conocimiento de los procesos que se desencadenan en las mismas. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación son un arma formidable que puede ayudar a conseguirlo. Por desgracia, de momento, no se ve que los objetivos prioritarios más importantes se encaminen en esta dirección.
             Todos hablan de transparencia, pero tener el control significa que el ciudadano entienda y pueda decidir sobre los elementos críticos. La tentación de imponer sus tesis por parte de los que tienen el poder (político, económico, mediático), se acrecienta notablemente cuando se puede acceder a una gran cantidad de datos que se cruzan y organizan para evitar “anomalías”. Estoy hablando de Orwell, claro. Pero no sólo de Orwell, es decir de la ficción, sino de los servicios de inteligencia, del espionaje industrial, del marketing o de los "bots" (buscadores o "creadores" de contenidos), por ejemplo. Y ni menciono votos o elecciones. Es relativamente sencillo colocar sensores de temperatura en las viviendas y también producir el software que sea capaz de tomar decisiones en un sistema de calefacción centralizado para todo un barrio. Lo verdaderamente complicado es proponer un sistema de gobierno de toda esta información. Pero nuestro futuro como ciudadanos libres depende de ello.

      El mundo rural despierta

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      La semana pasada estuve en un taller organizado por la Escuela Gallega del Paisaje de la Fundación Juana de Vega con el apoyo de la Fundación Eduardo Pondal y el Instituto del Territorio de la Xunta de Galicia. El taller se celebró en una aldea del municipio de Ponteceso que se llama O Couto, perteneciente a la parroquia de Cospindo, y llevaba un título bastante expresivo: Revitalizar el paisaje rural. Resulta que coincidió con todo el movimiento de la llamada “España vaciada” que está en relación con el despoblamiento y envejecimiento de la población del rural en todo el territorio español, y que culminó con la manifestación en Madrid del pasado domingo día 31 de marzo. Pienso que nada puede ser más oportuno que comentar las cosas que se hicieron en el taller y algunas de las conclusiones a las que llegamos las más de treinta personas que nos reunimos para trabajar sobre el tema.

      Cartel del taller celebrado en la aldea de O Couto fundación 
      Señalar en la imagen para verla más grande

      Aquellos que me conocen saben de mis querencias por el rural. Mi tesis doctoral, mi primera publicación, mi primera conferencia, fueron sobre el rural gallego. Y algunos de mis amigos que dicen a veces de broma que en lugar de “urbanista” debería llamarme “ruralista”. Pero como hoy en día no está claro a qué nos referimos cuando hablamos de “lo rural” (el llamado modo de vida rural como contraposición al urbano que, desde Wirth nos permitía diferenciar ambos mundos, parece que a día de hoy sólo existe en la teoría) no me siento un intruso urbanista al adentrarme en las aldeas. Como existe la intención de publicar las diferentes propuestas que los seis equipos que constituían el taller hicieron para O Couto voy a centrarme en las conclusiones algo más generales que se derivan, no sólo de las propuestas sino también de las conferencias que tuvieron lugar como apoyo al trabajo del taller.

      El estuario del Anllóns desde el Monte Branco

      De todas formas es necesaria una pequeña introducción. La zona en la que se encuentra la aldea pertenece al área paisajística de A Costa da Morte en la unidad del estuario del río Anllóns. El área es de una gran riqueza agrícola y marisquera. En el estuario hay bancos de berberechos y la zona es muy rica en percebes hasta tal punto que se dice que Ponteceso es el municipio en el que se recogen más percebes del mundo. Por si esto fuera poco resulta que Ponteceso es el lugar de nacimiento de Eduardo Pondal, el poeta gallego autor de Queixumes dos pinos base de la letra del himno gallego. Y el paisaje natural es sencillamente extraordinario. Por tanto estamos en un territorio con una fuerte identidad y enormes posibilidades de revitalización. Sin embargo, de  los 262 habitantes que tenía O Couto en el año 2000 se ha pasado a 154 en 2018. Se trata de uno de los pocos lugares de la costa con problemas de densidad y envejecimiento poblacional (por lo menos con relación a otros) lo que plantea no pocos interrogantes.

      La antigua rectoral, hoy sede de la fundación Eduardo Pondal © p.arroyo

      Pero esto nos lleva a analizar el primer tema que es necesario abordar sin tópicos, aunque duela. El mundo rural, dependiente de una economía agrícola, ganadera, forestal o (en algunos casos) pesquera, ha sufrido una fuerte transformación debido a dos factores: el gran crecimiento del rendimiento de las explotaciones y la irrupción de la globalización y las importaciones alimentarias. Ya nada volverá a ser igual. La situación en la que se encuentra O Couto es similar a la de otros muchos asentamientos rurales gallegos y, en general, en toda España. Es más, es relativamente buena comparándola con cientos y cientos de aldeas que, probablemente, no van a tener posibilidad alguna de mantener a sus habitantes en un plazo relativamente corto o que ya los han perdido definitivamente. Se trata de una situación difícil y dolorosa que, en bastantes casos, va a ser imposible revertir.

      Aldea de O Couto, iglesia y cementerio  © p.arroyo

      Por tanto, para poder abordar la situación con un mínimo de posibilidades parece necesario como primera condición que el lugar cuente con recursos que permitan cambiar la tendencia. Y entre estos recursos, además de los puramente materiales, está la capacidad de innovación. Por suerte, en el caso de la aldea de O Couto, parece que esto es así. Además de un paisaje natural y cultural extraordinario la gente que queda en la aldea está dispuesta a trabajar para cambiar lo que sea necesario. La prueba está en este mismo taller. Pero hay muchas más cosas. Los habitantes que quedan son capaces de llevar adelante una serie de iniciativas que promueven actividades y asociaciones como un día propio Das Letras Galegas, la Fundación Pondal situada en la antigua Rectoral al lado de la iglesia, a Casa dos Veciños inaugurada hace más de veinticinco años, Festiletras… Se trata de una base de partida óptima que, seguramente, hará posible el cambio.
             Pero no hay que pensar que esta situación pueda generalizarse a todo el rural gallego y, mucho menos, a todo el de España. La primera condición es, por tanto, que el lugar a revitalizar cuente con una gente y un territorio que permitan el impulso en la dirección adecuada.

      Festiletras, haciendo Galicia desde O Couto

      Todos los participantes parecían de acuerdo en la necesidad de partir de las bases económicas y culturales tradicionales. En el caso de O Couto se trata de una base agrícola, ganadera, forestal y pesquera bastante diversificada. Sobre esta base tradicional es imprescindible introducir las innovaciones necesarias para poder competir en un mercado cada vez más complejo. La palabra innovación resulta, por tanto, crítica para poder atraer a la gente emprendedora. Algunas de las propuestas resultantes del taller iban en este sentido: cultivos ecológicos, productos de alta calidad a ser posible con denominación de origen, pequeñas industrias de transformación, conservas especiales… Y, por supuesto, intentar la conquista de los mercados urbanos cercanos. La alimentación de proximidad ligada a una estrategia agroalimentaria de carácter más global debería ser la base de la reconversión de la economía tradicional. Esto ya se está empezando a intentar en Ponteceso tal y como se puede ver en la imagen de abajo.

      Compra en el comercio local. Compra en Ponteceso
      Paso siguiente: productos de cercanía

      Una vez innovada la base cultural y económica tradicional podría  parecer que con esto ya es suficiente. Sin embargo, por la experiencia de otros casos, resulta necesario diversificar. Aunque ya de por sí la base tradicional de O Couto lo está (agrícola, pesquera y en menos medida ganadera y forestal) los participantes en el taller señalaron el interés de plantear actividades complementarias a las tradicionales. No solo por introducir complejidad en el sistema sino por atraer a personas con diferentes perfiles profesionales. En general, un abordaje de los problemas desde una perspectiva de complejidad suele dar  buenos resultados. Complejidad implica diversidad de elementos y relaciones entre ellos. Habría que aprender de los fracasos de entidades basadas en una única actividad económica de exportación. Así, Detroit, Cleveland o, más cerca, Ferrol. Incluso el propio mundo rural se podría considerar un monocultivo económico con el resultado que empieza a manifestarse de forma casi irreversible.

      Horreos en la Aldea de O Couto  © p.arroyo

      Ahora bien, estas actividades complementarias deberían tener este carácter, no terminar convirtiéndose en la base de una economía en la que sería imposible competir con las ciudades. Casi todos los grupos señalaron al turismo como una de ellas. El turismo ya ahora mismo ha empezado su despegue basado en un paisaje natural excepcional pero incluso se ha planteado (ya desde su inicio) diversificado. El senderismo, la literatura (Eduardo Pondal) o la gastronomía (los percebes o la recuperación de las habas tradicionales) tienen ya un cierto recorrido. Pero incluso en estas actividades complementarias que ya empiezan a despuntar habría que innovar. Y, en concreto, en lo que se refiere a la actividad turística habría que romper la estacionalidad que es el gran problema aunque se plantee como una actividad complementaria. Y, en este sentido, se encaminaban algunas de las propuestas que espero se publiquen.

      Puesta de sol en el faro del Roncudo 

      Un problema importante en relación con la actividad turística es la necesidad de que las rentas turísticas beneficien a la gente que vive en O Couto. Habría que intentar que el turismo, tanto como uno de los generadores de empleo más eficientes en relación con el capital invertido como generador de riqueza que pueda complementar las rentas obtenidas por las actividades básicas, beneficie a la gente que vive en la aldea. Esto a veces es complicado ya que las ciudades cercanas (o lejanas) tienden a quedarse los beneficios hasta el extremo de que, en muchos casos, se produce un verdadero colonialismo: como no me puedo llevar el territorio lo uso como si fuera mío y me quedo con las rentas turísticas que produce. Esto ocurre de forma muy acusada si se trata de turismo de naturaleza. Por ejemplo, el consumo de paisaje de un urbanita que se desplaza a un mirador, se maravilla ante tanta belleza y se vuelve a su casi sin haber dejado ningún beneficio al habitante de ese lugar que lo ha cuidado por generaciones para que hoy pueda ser disfrutado por todos.

      Paseando por el estuario del Anllóns  © p.arroyo

      También es importante plantear, en el caso de los paisajes naturales, la necesidad de que los valores ambientales no desaparezcan por una inadecuada carga turística. Y no solamente los valores puramente estéticos sino también los ecológicos. Habría que seguir el planteamiento del Tourist Board que dice: "El valor propio del medio ambiente es siempre superior a su valor turístico; su relación debe desarrollarse de tal manera que el primero pueda ser mantenido a largo plazo; las actividades turísticas deben de respetar el equilibrio y el carácter del sitio; el turismo debe contemplarse como una actividad positiva capaz de beneficiar al medio ambiente, a la comunidad local y a los visitantes". Para que todo esto sea posible es necesaria una excelente relación entre el desarrollo turístico, los problemas ambientales y las buenas prácticas de gerencia. Lo más complicado cuando se habla de turismo rural es conseguir una gerencia adecuada para lo cual suele ser necesaria la asociación entre varias localidades.

      A Costa da Morte como paisaje cultural, el Roncudo  camiñodosfaros

      Incluso en las cuestiones turísticas es necesaria una diversificación también de los ámbitos. El que una aldea con los valores de O Couto forme parte de un paisaje cultural como el que constituye la llamada Costa da Morte debería ser convenientemente aprovechado. Pero para ello, por ejemplo, sería excelente que se consiguiera una declaración internacional con el respaldo de la UNESCO de este ámbito paisajístico. Ámbito que, por supuesto, supera el propio de la aldea que estamos intentando revitalizar pero que, sin duda, podría ser un reclamo para atraer gente de todo el mundo.
             Es un tema que supera las posibilidades de esta aldea en concreto pero que podría ser planteado ante instancias superiores para que lo intentaran. Además, una declaración de este tipo suele venir acompañada de compromisos institucionales que ayudarían al mantenimiento de los valores naturales y culturales propios del lugar ya que, muchas veces, su conservación solo se puede abordar desde ámbitos más extensos.

      En la aldea de O Couto ya lo están intentando  lavozdegalicia

      Pero estas actividades complementarias no se reducen exclusivamente al turismo. Algunas de las que se señalaron en el taller tenían que ver directamente con la educación. No solo habilitando lugares en los que los escolares pudieran ver y sentir tanto la naturaleza como las labores del campo, sino también enfocados a la capacitación de los habitantes (tanto del lugar como foráneos) en técnicas modernas que permitieran cambiar la forma de hacer rentable la base económica tradicional.
             La primera estaría encaminada a que colegios e institutos pudieran encontrar un sitio donde estudiar en la realidad algunas de las unidades docentes que imparten. Ello, por supuesto, implicaría una preparación de las mismas en colaboración con los profesores de forma que estos encontraran, no solo el sitio adecuado sino también la organización y el personal complementario para realizar la actividad con la eficacia necesaria.

      Universidad Rural, aunque con otra intención  fep

      Pero la segunda tendría probablemente más interés. Se trataría de enseñar a ganaderos, agricultores, o en general, a todas aquellas personas interesadas, nuevas técnicas de cultivos, aprovechamientos diferentes de los elementos que constituyen la base económica tradicional del lugar o nuevas formas de comercializar los productos obtenidos. Para ello se podría recurrir, tanto a edificios pensados para actividades similares tales como escuelas como a las propias viviendas abandonadas sometidas a un necesario proceso de rehabilitación. El impulso de renovación podría venir de la propia administración previa declaración de la zona como área de rehabilitación o mediante mecanismos similares.
             Este planteamiento se podría extender a la adaptación de las viviendas para uso turístico como alojamientos rurales. Respecto a este tema se señalaba como un problema difícil de resolver el de la estacionalidad aunque estas actividades se podrían realizar de forma complementaria en el tiempo con las de capacitación.

      Entrada a la Fundación Eduardo Pondal  © p.arroyo

      Casi todos los grupos estaban de acuerdo en la necesidad de utilizar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación para lo que resulta básico tener la infraestructura necesaria. Pero probablemente lo más importante de todo es contar con la población local, sus usos, costumbres, tradiciones, en definitiva su cultura e identidad. Es precisamente a partir de esos elementos identitarios críticos sobre los que hay que empezar el trabajo de innovación adaptándolos en la mayor parte de los casos mediante las nuevas tecnologías a las necesidades del siglo XXI. Resumiendo: no todo el rural podrá renacer, solo aquellas aldeas que cuenten con las condiciones adecuadas. Además parece necesario partir de las bases económicas, culturales e identitarias tradicionales adaptándolas a las demandas actuales y hacer más complejo el sistema diversificando estas bases y añadiendo elementos nuevos de carácter complementario. Y todo ello relacionado entre sí.

      Los participantes en el taller
       Señalar en la imagen para verla más grande

      Sería una discusión casi interminable (que afortunadamente en el taller no se produjo) pero en Europa, ese mundo rural que tal claramente diferenciaba del urbano Louis Wirth en el ya célebre artículo “El urbanismo como forma de vida” publicado en el número 44 del American Journal of Sociology, sencillamente ha desaparecido. Y, probablemente, no volverá nunca. En mi caso se acabó cuando en el pueblo donde vivía, no se sabe debido a qué avatares del destino, el programa que escuchábamos los niños en la radio cambió su horario de las ocho de la tarde a las ocho y veinte. Y las campanas de la iglesia que sonaban justo a esa hora dejaron de congregarnos en torno al aparato del que salían las aventuras de nuestro héroe para acudir presurosos a la consulta de un reloj. La necesidad de un reloj lo cambió todo, el mundo urbano se había impuesto definitivamente al rural y nada volvería a ser como antes.
             Pero eso no quiere decir que no sea necesaria la agricultura o la ganadería o que no se siga saliendo a sacar berberechos de la arena o peces del mar. Solo quiere decir que ha de adaptarse. Es más, en algunas aldeas el rural del siglo XXI ya está despertando.


      Nota.-Puede encontrarse información sobre este taller en la página web de A Escola Galega da Paisaxe da Fundación Juana de Vega. Y noticias sobre la Fundación Eduardo Pondal en su página de Facebook.

      La Agenda Urbana Española

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      El 2 de noviembre de 2015 publiqué en este blog un artículo titulado Las nuevas agendas urbanas. Aquellos que lo hayan leído recordarán (bueno, quizás no, ya han pasado más de tres años) que mantenía una posición crítica respecto a la posibilidad de realizar agendas urbanas considerando parámetros planetarios. Por la sencilla razón de que las ciudades son esencialmente locales. Es decir, determinadas por un clima, un territorio, una cultura y unas costumbres muy específicas y concretas. ¿Cómo es posible dar instrucciones globales para la construcción de algo tan local como una ciudad? Pero, como se verá más adelante, en un documento de este tipo se pueden encontrar también valores positivos. De tal forma que estos valores, que en muchos casos tienen la virtud de hacer visibles los problemas que abarcan el ámbito de todo el planeta en nuestras ciudades y áreas urbanas, más que los puramente instrumentales, entiendo justifican sobradamente el esfuerzo de su realización.

      La Agenda Urbana Española

      La Agenda Urbana Española fue presentada en el Consejo de Ministros del pasado día 22 de febrero. Se culminó así un proceso de cerca de dos años, iniciado por el Ministerio de Fomento y en el que han participado multitud de personas, organismos y entidades. Desde expertos independientes hasta la academia y la sociedad civil, pasando por otros ministerios, el sector privado, las entidades locales o las comunidades autónomas. En la reseña de la presentación al Consejo de Ministros se puede leer: “Se trata, en definitiva, de un documento que busca inspirar e informar a los encargados de tomar decisiones desde una amplia visión que incluye a todos los pueblos y ciudades con independencia de su tamaño y población, y bajo el triple prisma de la sostenibilidad económica, social y medio ambiental”.
              Lo transcribo literalmente porque incluye dos cuestiones importantes desde mi punto de vista. La primera es la ausencia de carácter normativo del documento ya que habla de “inspirar e informar”, no de obligar. Y la segunda, la aparición de la palabra “sostenibilidad”. Los lectores del blog ya conocen mi alergia al uso dicho término y todavía más cuando se distingue entre sostenibilidad económica, social y ambiental. Sin embargo lo destaco por el hecho de que toda la AUE está impregnada y deriva, en buena parte, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados en la ONU por los líderes mundiales el 25 de septiembre de 2015.

      Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible
       Señalar en la imagen para verla más grande

      Los ODS no son más que los 17 grandes objetivos que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó bajo el nombre de Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Objetivos que se desarrollan mediante 169 metas a conseguir y se plantean como “Plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia”. Nada menos. Tan loables propósitos tienen un plazo para conseguirse, quince años: “Estamos resueltos a poner fin a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales”.
              No es mi deseo ponerme cáustico ante tal derroche de bondad y optimismo. Lo interesante es saber cómo se pretende conseguir llevar adelante semejante plan de acción. Y, más en concreto, de qué forma las ciudades pueden contribuir. Para hacerse una idea, lo mejor (¡) es recurrir al teléfono móvil (celular en Latinoamérica), e instalarse una app (aplicación) llamada ODS en Acción que se puede conseguir gratis en Google Play y en la App Store. Y ya podréis consultar en cualquier momento de vuestra vida (cruzando un paso de peatones, conduciendo un camión de 30 toneladas o con los cascos puestos para dejar de oír el llanto de vuestro hijo que no para de berrear) que cosas podéis hacer para mejorar el planeta.

      Una aplicación para llevarla en el móvil por si en
      algún momento no sabemos qué hacer con el planeta

      Bien, ya con la App instalada nos vamos al apartado “Los objetivos” y señalamos el número 11 que lleva por titulo “Ciudades y Comunidades Sostenibles” y, después de una pequeña introducción podemos elegir entre los apartados “Datos y cifras” donde se os suministran exactamente siete datos, “Metas” (diez metas), “Qué puedo hacer” (puedo hacer seis cosas), “Estudio de casos” (hasta el momento de escribir este artículo y durante todos estos años doce casos), “Acciones relacionadas” y “Galería” (con cuatro fotos, exactamente cuatro).
              Como me interesa particularmente el apartado de “Metas” veamos lo que se dice en alguna de las nueve. Por ejemplo, la primera: “Para 2030, asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales”. O la quinta: “Para 2030, reducir de forma significativa el número de muertes y de personas afectadas por los desastres, incluidos los relacionados con el agua, y reducir sustancialmente las pérdidas económicas directas vinculadas al producto interno bruto mundial causadas por los desastres, haciendo especial hincapié en la protección de los pobres y las personas en situaciones vulnerables”. Sí, sí, sí… Claro que sí, me apunto. ¿Pero es que alguien, excepto el Maligno, puede estar en contra?

      Hábitat III, la Nueva Agenda Urbana

      Bien, esta es una de las fuentes de la AUE. Otra es la Nueva Agenda Urbana aprobada en  la  Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat  III) celebrada en Quito el 20 de octubre de 2016 y ratificada en diciembre de ese año. La Nueva Agenda Urbana es también heredera de la Agenda 2030 y ya la critiqué suficientemente en el artículo del blog de 2 de noviembre de 2015 escrito en pleno proceso de elaboración. Para dar una idea de las incongruencias en las que, necesariamente, se cae cuando se tratan de abordar los problemas locales desde una perspectiva mundial (también puede leerse el artículo del blog de diciembre de 2017 titulado Europa como estado de ánimo donde se trata el mismo problema en el ámbito europeo) sencillamente voy a transcribir el apartado 10 de la Declaración de Quito incluida en la Nueva Agenda Urbana:
              “La Nueva Agenda Urbana reconoce que la cultura y la diversidad cultural son fuentes de enriquecimiento para la humanidad y realizan un aporte importante al desarrollo sostenible de las ciudades, los asentamientos humanos y los ciudadanos, empoderándolos para que desempeñen una función activa y singular en las iniciativas de desarrollo. La Nueva Agenda Urbana reconoce además que la cultura debería tenerse en cuenta en la promoción y aplicación de nuevas modalidades de consumo y producción sostenibles que contribuyen a la utilización responsable de los recursos y contrarrestan los efectos adversos del cambio climático”.

      Basurero del mundo, Agbogbloshie, Accra, Ghana  marlenenapoli
      Nuestros “principios y compromisos” no parecen los mismos

      Este reconocimiento a la diversidad (no sólo cultural sino también climática, topográfica o ecológica) es bastante difícil de conciliar con lo que viene luego: “nuestro ideal común”, “nuestros principios y compromisos”, etc. Partiendo del hecho de la complicada justificación de la existencia de un “ideal común” ante situaciones de partida tan diferentes y expectativas tan variadas de las que puedan deducirse “principios y compromisos”, resulta bastante poco creíble ya que no hay ni el más mínimo análisis del fracaso de las obligaciones adquiridas por los estados miembros veinte años atrás en Hábitat I y Hábitat II, repitiéndose en muchos casos las mismas ilusiones y esperanzas como una rutina atemporal para tranquilizar conciencias. La pequeña aldea gala y el invasor romano es probable que no tengan el mismo ideal común a menos que sea algo tan genérico como ser felices o algo parecido.

      Nuestros “principios y compromisos” no parecen los mismos
       Europa, “nuestro ideal común” (también "un estado de ánimo")

      Y sin embargo… Veamos otro de los antecedentes de la AUE: la Agenda Urbana para la Unión Europea. A pesar de que nos encontramos ante una situación de diversidad también muy importante, en este caso es más factible encontrar un sustrato común que justifique la existencia de un “ideal común” más allá de unas cuantas líneas de generalidades y la suposición de que todo el mundo es bueno (el artículo 1 de la Constitución Española de 1812 no solo lo suponía: “obligaba” a todos los españoles a ser buenos y benéficos). A pesar de la falta de competencias de la UE en temas urbanos o, precisamente por ello, la cuestión se aborda desde una perspectiva distinta. No parece pertinente en este artículo analizar el Pacto de Ámsterdam ni de la cuestión de la gobernanza multinivel que está en la base del planteamiento europeo, pero sí destacar un par de temas.
              El primero es el hecho ya mencionado de la complejidad institucional. Muchas veces se ha planteado como un problema pero el resultado es la necesidad de negociación a muchos niveles, desde el puramente europeo hasta el local, lo que da lugar a una riqueza mucho mayor de soluciones y formas de afrontar los problemas comunes o no. La segunda ha sido la necesidad de crear doce ejes prioritarios organizados en doce comisiones para trabajar en temas concretos (desde la Economía Circular hasta la Movilidad) con el objetivo de acercarse en cada uno de ellos a las diferentes realidades de las ciudades europeas.

      Agenda Urbana Europea, los doce temas prioritarios
      Señalar en la imagen para verla más grande

      Bien, va siendo hora de que diga algo de la Agenda Urbana Española. Ya puede comprenderse, después del análisis de los antecedentes, que es mucho más sencillo en un ámbito como el español, y a pesar de su diversidad cultural, económica, ecológica o climática, encontrar elementos comunes que en un agenda cuyo ámbito sea el planeta. Para conseguirlo el documento dedica todo un apartado al diagnóstico incluyendo mapas de síntesis territorial por Comunidades Autónomas. Este acercamiento a la diversidad me parece importante porque, sin más que ver los mapas, se puede advertir que la situación de partida, los problemas y las metas son muy diferentes. Es cierto que luego, dentro de cada Comunidad no es lo mismo el caso de Loeches que Madrid (por poner un ejemplo). Pero si se pueden encontrar nexos de forma mucho más sencilla que entre algunas ciudades africanas y otras danesas. Pero es que, además, sí que existen problemas comunes incluso entre Comunidades Autónomas, aunque su resolución se aborde de forma distinta según cada caso.

      AUE, leyenda y fragmento del mapa de síntesis de Madrid
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      El siguiente apartado se titula “Marco estratégico y modelo territorial y urbano. Objetivos estratégicos”. En la propia declaración de intenciones del marco estratégico puede leerse que: “La Agenda Urbana Española parte de la necesaria apuesta por una visión integral del componente territorial y por la defensa del concepto de geografía variable respecto de las estrategias, porque es el vector de la propia estrategia el que define el ámbito territorial y no al revés”. Esta forma integral de entender el territorio es otro de los logros de la Agenda y el concede un valor adicional aunque complique bastante la consecución de los objetivos que se plantean en forma de decálogo:
              “1. Ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo, conservarlo y protegerlo; 2. Evitar la dispersión urbana y revitalizar la ciudad existente; 3. Prevenir y reducir los efectos del cambio climático y mejorar la resiliencia; 4. Hacer una gestión sostenible de los recursos y favorecer la economía circular; 5. Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible; 6. Fomentar la cohesión social y buscar la equidad; 7. Impulsar y favorecer la Economía Urbana; 8. Garantizar el acceso a la Vivienda; 9. Liderar y fomentar la innovación digital; 10. Mejorar los instrumentos de intervención y la gobernanza”.

      AUE, el decálogo de objetivos básicos
       Señalar en la imagen para verla más grande

      Entiendo que todos los grandes temas que nos afectan se abordan en este decálogo. Pero luego, estos diez objetivos se desarrollan en 30 específicos y 291 líneas de actuación. Así, si nos fijamos en el objetivo estratégico 5 (Favorecer la proximidad y la movilidad sostenible) que me es tan querido y al que le he dedicado bastantes artículos del blog, se subdivide en dos: favorecer la ciudad de proximidad y potenciar modos de transporte sostenibles. A su vez, en el de favorecer la ciudad de proximidad se habla de un modelo urbano de usos mixtos, de priorizar la ciudad para el peatón desarrollando redes peatonales y ciclistas, o de pensar en plataformas logísticas de distribución de mercancías por barrios, entre otras líneas de actuación.
              En general se puede decir que estos diez grandes objetivos estratégicos compendian buena parte de “lo que se debe de hacer” según los expertos. He llegado a decir en algún foro que, probablemente, la AUE sea uno de los mejores manuales de Introducción al Urbanismo que se pueden encontrar actualmente. Y para el caso español, no solo aborda una diagnosis planetaria derivada de los antecedentes mencionados en las agendas de ámbitos mayores, sino que plantea los problemas específicos de nuestro territorio. De forma que, tanto el diagnóstico como el marco estratégico y el modelo territorial y urbano, constituyen una aportación muy estimable al conocimiento urbanístico de la realidad de este país. Y, sobre todo, marcan el rumbo que se debería seguir en la medida de lo posible.

      Luego, todos estos objetivos hay que llevarlos a la práctica…
       Obras para construir, obras para reformar  actualidad21

      Todo esto hay que hacerlo realidad. Convertirlo en calles, plazas, parques y edificios que sirvan eficaz y eficientemente a las personas para las que deberían haber sido pensadas. Y aquí empiezan las dificultades. No solo de la AUE sino también de cualquier intento de convertir las ideas en realidades, sea un plan, un proyecto o un diseño. Para conseguirlo, en la AUE lo intentan recurriendo a los llamados Planes de Acción. Incluso plantean el manido análisis DAFO y una herramienta para la implementación de las líneas de actuación. Además se incluyen una serie de indicadores de seguimiento y evaluación. Esto quiero pensar que sea debido a la firma de acuerdos internacionales tales como los vistos anteriormente y a compromisos adquiridos. Porque la propuesta de indicadores globales para todo el territorio no deja de ser un peligro, ya que pueden deformar la realidad de forma notable al partir de situaciones tan distintas y encontrarse en contextos tan diferentes una buena parte de las ciudades españolas.

      …El problema es que la ciudad debería construirse entre
       todos, lo que supone una dificultad añadida  elcorreoex

      Además existe un problema añadido: que las ciudades deberían de construirlas las personas que las habitan. Es decir que, en realidad, estamos hablando de un proceso. Un proceso en el que los actores principales no deberían ser los políticos, los técnicos, o las asociaciones ecologistas o de vecinos, sino la sociedad entera. Estamos hablando de participación, el talón de Aquiles de todo el planeamiento, no solo español. Me hubiera gustado que, de alguna forma, en la AUE se hubiera, por lo menos, planteado uno de los temas más complejos en la construcción de nuestras ciudades. Comprendo que es difícil, pero desde que los geógrafos radicales americanos propusieron la educación como base hemos avanzado poco. No hablamos de la educación en los colegios, institutos o universidades (que también) sino de la educación en el conocimiento de la ciudad en la que se vive. Y para ello no queda más remedio que plantear estructuras estables y permanentes de participación, con sede física reconocible. Estructuras en las que, por ejemplo, se explicara a los habitantes de mi ciudad la AUE y sus enseñanzas para conseguir ciudades más habitables considerando los límites del planeta.
              Tengo la esperanza de que, en alguna de las ciudades en las que se intente realizar un Plan de Acción según se propone en la Agenda, traten de llevar adelante alguno que responda a esta necesidad que, en muchos casos, es casi perentoria.
       

      • Nota 1.-Recomiendo encarecidamente la lectura de la Agenda Urbana Española, es un documento que merece la pena. Se puede consultar gratuitamente en este enlace. Y el pdf completo se puede bajar de aquí.
      • Nota 2.-La aplicación que permite llevar en el móvil la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y, por tanto, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) existe, no es ninguna broma. Se puede obtener de forma gratuita bajándola desde este enlace. Está disponible también tanto en Google Play como en la App Store.

      La Ciudad Jardín

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      En muchos de los artículos del blog aparecen de forma directa o indirecta numerosas alusiones a esta forma de crear áreas urbanizadas pero, hasta el momento, no me había planteado hacer un artículo sobre el tema. Sin embargo, hace unos días, entre el caos de libros no digitales (los digitales están perfectamente ordenados), encontré uno que me trajo recuerdos de aquellos años en los que explicaba historia del urbanismo. Entonces pensé que sería bueno escribir algo al respecto. Sobre todo, porque las nuevas generaciones de arquitectos y urbanistas se encuentran con una realidad controvertida. Por una parte aquellos que achacan a este tipo de urbanización buena parte de los males y del estilo de vida incompatible con los límites del planeta, y de otra los que piensan que, en el fondo, es la forma de vivir deseada por todos aunque no se atrevan a decirlo (o sí). Esta controversia ya la abordé con un enfoque diferente en el artículo "El sprawl es bello" que publiqué en el blog en septiembre de 2012.

      Tad Lauritzen Wright, "Beautiful Urban Sprawl" (fragmento)
      Paper, pencil on rives bfk, 40 in. x 52 in. 2006  lauritzenwright

      Así que hoy voy a tratar de escribir algo sobre la filosofía y los orígenes de la ciudad jardín. Decía en el párrafo anterior que había encontrado un libro que me habría traído recuerdos. Bueno, no sé si se podrá llamar libro a una publicación de menos de setenta páginas. Y, además, si digo quien es el autor: Stephen Bayley. A Stephen Bayley le pasa lo mismo que a Byung-Chul Han, que tiene muchos detractores. Sobre Byung-Chul Han incluso hay un libro titulado ¿Por qué (no) leer a Byung-Chul Han? publicado el año pasado por un colectivo de cinco autoras. A pesar de todo veréis que cito a Han en numerosas ocasiones y que, incluso, le he dedicado un artículo entero del blog. Pero es que a Han lo entiendo, cosa que no me sucede con otros autores más rigurosamente correctos. Comprendo que, probablemente, repita muchas cosas que ya han dicho otros, que le falte algo de base en los planteamientos… Bueno, podéis leer el libro de ¿Por qué (no) leer a Byung-Chul Han?, y luego hacer caso omiso y leer a Han.

      Eso, ¿por qué no leerlo?

      Respecto a Stephen Bayley, colaborador asiduo de periódicos como El País, The Times, The Telegraph, Financial Times o ¡Vanity Fair!, se pueden decir muchas cosas menos que sea humilde. Mi amigo José Juan Barba escribe al respecto en diciembre del año pasado en Metalocus en un artículo que titula “Cuídense de los médicos... o mejor... de Stephen Bayley”: "A los muy morbosos les sugiero una visita a su página web para que vean la ególatra presentación de Stephen Bayley como ‘la segunda persona más inteligente de Gran Bretaña’, o como ‘gurú del diseño’ (...) El que Stephen Bayley utilice un medio de gran difusión como es El País, al que muchos leemos desde hace años, para agrandar su propio ego en detrimento de un gran conjunto de buenos profesionales, es realmente sorprendente y absurdo al mismo tiempo. Considero que todos los medios deberían cuidar su credibilidad"(al referirse a la crítica que hace Bayley al edificio Torres Blancas de Sáenz de Oiza).

      Ratcliffe: "Hampstead Garden Suburb"  tate
      "Welwyn Garden City": Yesterday, To-day, To-morrow  ocwmit
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      Bueno, como siempre ya me he ido del tema. Pero esta vez de forma algo más consciente. Es bien sabido que aprovecho los meses de verano para escribir algo sobre lecturas, libros o excursiones. Bueno, en los primeros tiempos de su carrera, cuando Bayley trabajaba en la Open University, cosa que por cierto no aparece en ningún sitio de su biografía, y su ego probablemente no había adquirido los caracteres que lo adornan actualmente, trabajó en el equipo docente que llevaba el curso A305 sobre la Historia de la Arquitectura y el Diseño entre 1890 y 1939. Con la base de este curso publicó en inglés en 1975 el libro Architecture and Design, History of, 1890-1939: Garden City Unit 23-24 (Course A305). Publicación que se corresponde con la denominada Ciudad Jardín editada por la editorial ADIR en Madrid en 1977. Bueno, pues este es el libro al que me refería en el primer párrafo.

      Ebenezer Howard  archive

      Pero tampoco voy a comentar el libro ni a seguirlo, sino que partiré de las explicaciones que dábamos a los alumnos de la antigua asignatura de Introducción al Urbanismo adaptándolas a un artículo del blog. De forma que si lee este artículo alguno de mis antiguos alumnos le sonará conocido. Por supuesto es imprescindible empezar por Ebenezer Howard. Howard nació en el año 1850 en Londres. De joven vivió en Estados Unidos, primero como granjero y posteriormente como periodista. Durante su trabajo periodístico se relacionó con personajes claves del pensamiento USA como el poeta Walt Whitman, o el filósofo Ralph Waldo Emerson uno de los precursores del movimiento Nuevo Pensamiento. Pero en 1876 está ya de vuelta en Inglaterra. En 1898 publica su célebre obra To-morrow: A Peaceful Path to Real Reform que sería reimpresa en su versión más conocida en 1902 con el título de Garden Cities of To-morrow. Y este sí que es uno de los libros imprescindibles que todo urbanista debe conocer.

      To-morrow y Garden Cities edición original  archive
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      En sus planteamientos fue influido por diferentes autores entre los que destaca Edward Bellamy cuya novela Looking Backward: 2000-1887, publicada en 1888 es un antecedente muy claro. El héroe de la novela de Bellamy, Julian West, tiene una especie de sueño hipnótico en Boston en el año 1887 y despierta en el 2000 encontrando una sociedad socialista utópica en la que, de alguna forma, se basa Howard. Pero también fue influido por muchos otros autores, políticos y utopistas. Entre otras, por las ideas que, a día de hoy, podríamos denominar románticas del movimiento Arts and Crafts, y sus propuestas relacionadas con la vuelta a la arquitectura popular. Con todos estos elementos, Howard propone, más que un diseño bastante abstracto y elemental de ciudad genérica, una nueva organización social. Howard no era arquitecto y contó, como se verá más adelante, para convertir sus ideas en realidad, con la colaboración imprescindible de Raymond Unwin y Barry Parker.

      Teoría de los tres imanes en To-morrow  archive
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      Para Howard el problema básico era que las ciudades pagaban salarios más altos que el campo, por lo cual la gente llenaba las ciudades, las colapsaba y las volvía poco aptas para una vida plena. Proponía crear las condiciones salariales de la ciudad en el campo de forma que la gente viviera saludablemente. Esto lo explicaba gráficamente mediante la teoría de los tres imánes. Decía que, hasta aquel momento, habían sido dos las fuerzas dominantes en el panorama de los asentamientos de población en Inglaterra: por una parte la ciudad, con salarios más altos, facilidad de intercambios, barrios degradados, hacinamiento; y por otra, el campo con deficiencias de equipamientos, salarios bajos y recursos infrautilizados. Howard proponía una tercera vía: la ciudad-jardín con las ventajas de ambos y sin sus inconvenientes. Se trataba de comprar 6.000 acres de terreno que se guardarían en depósito a cargo de cuatro responsables. De este terreno 5.000 acres se dedicarían a la agricultura y los 1.000 restantes a la ciudad propiamente dicha, ciudad que podría albergar alrededor de 32.000 personas.

      Garden City  archive
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      En su propuesta realiza un diagrama indicativo de lo que podría ser una ciudad de este tipo. De forma circular, con un radio de 1.240 yardas (unos 1.140 metros), aparecía dividida por seis grandes bulevares de 40 metros de ancho que harían de radios separadores de los seis barrios en que se organizaba. En el centro, un parque que llamó Central Park, en cuyo borde se construiría un Palacio de Cristal. Habría un área urbana interna separada de la externa por una Gran Avenida de 140 metros de ancho que aislaba las fábricas, almacenes, depósitos y vaquerías. Suponía que se emplearía energía eléctrica para toda la maquinaria mecánica con lo que se evitarían los problemas de contaminación.

      Garden City  archive
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      A pesar de que al principio casi nadie parecía creer en sus propuestas, Howard continuó incansable. En 1899 fundó la Asociación de Ciudades Jardín que en 1907 se convierte en la Asociación de Ciudades Jardín y Planificación de la Ciudad. Esta Asociación dio la siguiente definición de la Ciudad Jardín: "Una ciudad jardín es una ciudad diseñada para una vida y una industria sanas; de un tamaño que permita una total vida social, pero no mayor; rodeada por un cinturón rural; siendo de propiedad pública toda la tierra o guardada en depósito para la comunidad". Lo cierto es que, como afirma Stephen Bayley en la página 9 del libro La ciudad jardín (comentado en párrafos anteriores): "En este siglo el modelo más destacado de organización de vivienda aislada es la ciudad jardín, y en menor grado, los garden suburbs. La ciudad jardín esencialmente es el producto de un solo hombre: Ebenzer Howard".

      Howard, Parker y Unwin en una foto de 1922  riba

      No es que quiera desautorizar nada menos que a Sthephen Bayley, el gurú de la crítica de arquitectura y la segunda persona más inteligente de Gran Bretaña, pero lo cierto es que sin la ayuda de Raymond Unwin y Barry Parker probablemente las ideas de Howard habrían quedado en apenas un folleto publicado en 1898 con una segunda edición en 1902 y una Asociación de Ciudades Jardín planteada tan solo en el papel. Parker nace en 1867 en Chesterfield y comienza a trabajar como arquitecto en 1894. En 1896 le pide a Raymond Unwin que colabore en su estudio. Unwin nació en 1863 en la ciudad de Rotherham y a partir de 1890 estuvo trabajando en casas para mineros. En realidad, la vida profesional de ambos va a estar ligada a dos nombres: Letchworth y Hampstead. Parker era más artista y Unwin intelectual. A otro de esos libros seminales, La práctica del urbanismo, del que es autor Unwin, le dediqué un artículo en el blog en noviembre de 2008 para celebrar el inminente aniversario de su publicación que sería en 2009, por lo que me detendré poco en comentarlo.

      Letchworth Garden City  flickr

      Las teorías de Unwin son todavía hoy fuente de inspiración para muchos arquitectos. Citaré tres: lo indispensable de la belleza; el emplazamiento como generador de la forma; y las doce casas por acre. Justamente a la última se la considera responsable, entre otras, de buena parte de los males planetarios del siglo XXI. Parker defiende las doce casas por acre (treinta viviendas por hectárea) en “The Life and Word of Sir Raymond Unwin” (Town Planning Journal, Julio-Agosto, 1940) de la forma siguiente: "No había nada mágico ni sacrosanto en el número doce. Simplemente es que comprobamos, por un largo proceso de estudios, que inevitablemente existe una devaluación de cada parcela donde hay más de doce casas por acre, esto provoca que el coste de las carreteras sea más alto que el ahorro, en el precio del terreno, excepto donde el terreno es extraordinariamente caro". Como se puede ver se trata de un criterio básicamente económico y, como tal, variable en el tiempo y en el espacio, por lo que debería de tomarse con cautela y adaptarlo a situaciones concretas.

      Plano original de Letchworth Garden City  snail
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      El caso es que, como se ha dicho, en el año 1902 Howard funda una sociedad con objeto de construir la Ciudad Jardín de Letchworth. La ciudad se iba a construir en los 3.822 acres de terreno que se habían comprado a 35 millas al norte de Londres apoyándose justamente en la línea de ferrocarril Londres-Cambridge que pasaba en medio del terreno. El proyecto definitivo, debido a Parker y Unwin, se aleja en diversos puntos de lo preconizado por Howard. Así: los 3.800 acres se dividen en dos sectores: 1.200 para el área urbana y 2.600 para el cinturón agrícola lo que se separa bastante del programa teórico de Howard, aunque la población de unas 30.000 personas está cercana a las 32.000 que proponía. Pero la planta no es radial, el ferrocarril, como una barrera, divide a la ciudad en dos partes y el centro no es lo suficientemente potente como para aglutinar a la población. Sin embargo las ordenaciones residenciales se solucionan con mucha mejor fortuna.

      Letchworth Garden City situación actual, Hertfordshire  marshalls

      Lo cierto es que la construcción de Letchworth va con muchísima lentitud debido a que la industria es reticente a instalarse allí, y fracasa en uno de sus objetivos primordiales: proporcionar alojamiento barato y sano a la gente trabajadora, de forma que solamente aquellos con rentas elevadas pueden aspirar a vivir en la ciudad jardín. Sin embargo, el éxito de la Ciudad Jardín en todo el mundo como modelo urbano no se materializa en ciudades completas e independientes como Letchworth, o como Welwyn a la que me referiré luego, sino en los cientos de miles de hectáreas de adosados como forma de extensión de ciudades existentes. Es decir, como suburbios. Y el modelo está en el Garden Suburb de Hampstead (1906) situado al Norte de Londres y que parece compendiar casi todos los tópicos de la Ciudad Jardín, configurándose como alternativa a la ciudad completa y autosuficiente que proponía Howard y que, por cierto, fue la base del modelo de las Nuevas Ciudades que se plantearon para descongestionar Londres en los años cuarenta del pasado siglo XX.

      Hampstead Garden Suburb, entrada
      Del libro La práctica del Urbanismo de Unwin

      Puede ser interesante reproducir algunos de los objetivos de este suburbio al norte de Londres diseñado también por Parker y Unwin. Según la Compañía creada para su construcción en sus estatutos se planteaban cuestiones sociales: Eran bienvenidas las personas con discapacidad así como de todas clases sociales y situación económica; los bosques y jardines públicos debían de estar abiertos a todos los arrendatarios sin tener en cuenta la cantidad de terreno arrendado por cada uno; también se proponía la delimitación de zonas de rentas bajas para permitir vivir en la propiedad a los obreros. Otras estaban relacionadas con ciertas condiciones numéricas y densidad: Las calles deberían de ser de 40 pies de ancho, y las fachadas de las casas estar al menos separadas de la calle por 50 pies, estando ocupado el espacio intermedio por jardines; la densidad máxima sería de ocho viviendas por acre.

      Hampstead Garden Suburb, disposición en fondo de saco
      Del libro La práctica del Urbanismo de Unwin

      Pero una buena parte tenía que ver con la belleza visual e, incluso con el confort acústico: Las divisiones de parcelas no debían de ser muros, sino setos o enrejados de tela metálica; cada calle debía de estar alineada con árboles, intentado cuando fuera posible, una combinación de colores con los setos; la ubicación de las casas debería de estar cuidadosamente pensada para que ninguna quitara belleza o vista a la colindante; también debería evitarse el ruido, incluso prohibiendo las campanas de iglesia, capilla o instituto. Parker y Unwin realizan un diseño del viario en el que extreman el cuidado no solo funcional sino también estético dependiendo de los lugares de la urbanización a los que sirvieran. Incluso aparecen, en determinados sitios fondos de saco como un sistema de control de accesos. Lo cierto es que los problemas económicos hicieron fracasar la idea central de Hampstead, conseguir una comunidad compleja en la que hubiera desde gente con pocos recursos hasta los más pudientes.

      Welwyn Garden City, plano newtownherts
      Señalar en la imagen para verla más grande

      He dejado para el final la otra ciudad jardín promovida por Howard a través de la Asociación de las Ciudades Jardín y Planificación de la Ciudad, Welwyn Garden City. En este caso ya no se trataba de ver como se desarrollaban en la práctica sus presupuestos teóricos, sino de resolver el problema de la vivienda de Londres creando una ciudad independiente. Se adopta la cifra de 12 casas por acre (luego, en la realidad, fue más baja) y se exige un programa arquitectónico claro que consiste en uniformar el estilo de las construcciones en el neo-georgiano de Louis de Soissons que se convierte en el estilo preferido de todo el país. La realidad es que muchos autores (como Purdom) consideran a Welwyn más como una Ciudad Satélite de Londres que como una Ciudad Jardín cuestionando la posibilidad de su independencia. Esta cuestión se repitió luego en los años cuarenta cuando se pensó en la descongestión de Londres mediante una serie de Nuevas Ciudades que se suponían independientes de la capital. Incluso la única forma de conseguir vivienda en alguna de ellas era demostrar que se tenía trabajo en la misma. Pero ese es otro del tema para un artículo distinto.

      Welwyn Garden City, vivienda  jonestheplanner

      Al final del capítulo 4 de Looking Backward de Ballamy, su protagonista dice: "A mis pies se extendía una gran ciudad. Millas de calles amplias, protegidas del sol por árboles y bordeadas por edificios magníficos, distribuidos no en bloques continuos sino, en su mayoría, en recintos de mayor o menor tamaño, se extendían en todas direcciones. Todos los barrios tenían grandes plazas abiertas llenas de árboles, entre los cuales las estatuas refulgían y las fuentes destellaban con el sol del atardecer. Edificios públicos, de tamaño colosal y una grandeza arquitectónica incomparable a los de mis tiempos, elevaban sus majestuosos pilares por todas partes. Desde luego no había visto jamás esta ciudad ni ninguna que se le pareciese. Por fin, alcé mis ojos hacia el horizonte y miré hacia el oeste. ¿Acaso aquel lazo azul que desaparecía en la puesta de sol no era el sinuoso río Charles? Miré hacia el este; el puerto de Boston se extendía ante mí con sus cabos, con todos y cada uno de sus verdes islotes. Supe entonces que me habían dicho la verdad sobre el hecho prodigioso que me había acontecido".

      El río Charles y el puerto de Boston del 2000 como
      nunca podría haber imaginado Bellamy  alarmne

      Como había comentado al principio, Mirando Atrás (Looking Backward: 2000-1887) que parece ser le había prestado un amigo a Howard en el año 1888, tuvo una influencia determinante en sus propuestas más o menos utópicas sobre la Ciudad Jardín. Fue además uno de los libros más leídos en USA a finales del siglo XX. Hay que recordar que el protagonista despierta justamente en Boston en el año 2000 y se encuentra con cambios muy importantes no solo en la ciudad como se describe en el párrafo anterior sino, sobre todo, sociales: "Viviendo como vivimos en el último año del siglo XX, disfrutando de las bendiciones de un orden social a la vez tan simple y lógico que no parece más que el triunfo del sentido común, sin duda es difícil que quienes carecen de suficientes conocimientos de historia comprendan que la presente organización de la sociedad en su conjunto tiene menos de un siglo. No obstante, no hay hecho histórico más incontrovertible, que casi hasta el final del siglo XIX, fue creencia general que la organización industrial antigua, con todas sus tremendas consecuencias sociales, estaba destinada a durar hasta el fin de los tiempos, quizá con alguna reforma menor".

      Grabado de Doré que suelo utilizar como ilustración
      de los problemas sociales de la ciudad industrial, 1872

      Y es que, probablemente, de las primitivas ideas de la Ciudad Jardín hayan subsistido aquellas más relacionadas con la forma y la organización constructiva (incluso con la arquitectura y el diseño urbano) que las propiamente sociales. Y es que precisamente las más sociales son las que, a estas alturas del siglo XXI, empezamos a recuperar aunque, de una forma diferente. Así, el tema de la complejidad, o del tamaño adecuado a una ciudad que empieza a mirar al peatón más que al coche. En cualquier caso en este mes de junio tenía que recomendar algún libro. En fácilmente imaginable que recomiende precisamente la lectura de Mirando Atrás a la que, por supuesto, sería interesante acompañar de cualquiera de los de Howard: To-morrow: A Peaceful Path to Real Reform o la edición de 1902 Garden Cities of To-morrow. Y para todos aquellos relacionados con la arquitectura y el urbanismo no estaría de más una mirada a otro clásico, La práctica del urbanismo de Unwin.


      Nota.-La versión original digitalizada de To-morrow: A peaceful Path to Real Reform puede encontrarse en este enlace. Y la correspondiente a Garden cities of to-morrowen este otro. Para la versión en español del libro de Bellamy Mirando Atrás se puede comprar la edición que publicó Akal en 2014 o la que publicó Mablaz en el 2017 con el titulo de Mirando atrás desde 2000 a 1887 o el año 2000. Pero también se puede leer gratis en la Wikisource en este enlace. El original en inglés se encuentra digitalizado en muchos sitios, por ejemplo aquí.

      Urbanizar en tiempos inciertos

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      Dado que estamos en plena ola de calor que, afortunadamente, no tiene nada que ver con el cambio climático (esa cosa que no existe y que nos hemos inventado para fastidiar y obligar a la gente a consumir menos produciendo altas cotas de infelicidad) pero que eleva las temperaturas más allá de los cuarenta grados a la sombra, la verdad es que no apetece hacer nada. Ni siquiera aporrear el teclado del ordenador. Supongo que a los lectores tampoco les apetecerá demasiado leer, claro. De forma que he decidido escribir un artículo más bien personal que doctrinal, con el objetivo de que todos seamos capaces de terminar (yo de escribirlo y los lectores de leerlo). Durante este mes de junio he estado dando cursos y conferencias en sitios muy distintos, pero en todos ellos he notado un denominador común: incertidumbre sobre lo que es conveniente hacer al organizar nuestros territorios y ciudades en un tiempo de crisis como el actual.

      Ola de calor  elconfidencial

      Y más que de crisis. Elisabeth Beck (la mujer de Ulrich Beck) habla en el prólogo del último libro escrito por su marido de “libro inacabado” y cuenta como entre John Thompson, Albert Gröber y ella misma consiguieron acabarlo. Al libro le había pasado lo mismo que Beck decía que le estaba pasando al mundo. Un ataque inesperado al corazón había producido algo más que una crisis. Es verdad que ya había comentado con su mujer el sentido de las cosas que quería cambiar, añadir o quitar, pero eso no era más que una metáfora de la propia idea que trasluce el título del libro: “La metamorfosis del mundo”. No estamos en un momento de revolución, de cambio, de crisis. No, estamos en un momento de metamorfosis. Como una mariposa que surge del gusano tras un período de auténtica creación así surgirá el mundo nuevo. Un mundo que no será como el anterior pero para el que hay que ir preparándose con objeto de que, al final, la mariposa no se malogre (en el supuesto de que sea una mariposa y no un sapo o una mofeta con todo el cariño para sapos y mofetas). Por supuesto esto afectará de forma directa a las ciudades y territorios tal y como ahora los conocemos y los pensamos.

      Ulrich Beck “La metamorfosis del mundo”

      De esto pretendía escribir hoy. Ligeramente, sin citas ni pies de página. Ni tan siquiera con la pretensión de construir un relato. Conforme vayan apareciendo las ideas y los recuerdos de este mes intenso (finalización de las clases, congreso APLU en Santiago, urbanismo con perspectiva de género en Gijón, mesa sostenibilidad en el INAP, lección fin de máster IVAP en Bilbao, 125 aniversario Colonias Escolares en Salinas, seminario en Madrid sobre integración de áreas protegidas en el territorio…). He citado algunas de las actividades en las que he participado con el exclusivo objeto de que el lector vea que tratan de temas muy variados. Pues en todas ellas he creído percibir, en el fondo, la misma pregunta: ¿Qué hacer cuándo no sabemos lo qué va a venir? O lo que es lo mismo: ¿Qué podemos hacer los que nos dedicamos a planificar ciudades y territorios en tiempos de metamorfosis? Porque claro, los planificadores partimos del hecho de que somos gusanos y nos arrastramos por la tierra y que, como mucho, evolucionaremos hacia la vejez. ¿Cómo alguien va a pensar en rutas aéreas y alas de lindos colores?

      De gusano a mariposa  cellcode

      Podría suponerse que estos pensamientos nos llevan directamente al escepticismo y a la tentación de no hacer nada. Además, la metodología basada en dejar las cosas como están parece la más segura. Aunque, probablemente, nos lleve a romper la crisálida demasiado pronto. Pero es una opción, cómoda por lo menos. Pues bien, no es esto tampoco lo que he percibido estos días. Al contrario. Desde Madrid a Santiago pasando por Bilbao, Oviedo o Salinas, en todos los foros me he encontrado con bastante optimismo y ganas de ver, de una vez, si de verdad nos convertimos en mariposas. Y, sobre todo, de como lograrlo. Así que he estado hablando con gente muy diversa: arquitectos, juristas, jóvenes, viejos, marxistas, liberales, ecologistas, estudiantes, profesionales, funcionarios… Y en todos he notado ganas de trabajar sobre el futuro. Pensar en lo que vendrá y cómo afrontarlo. Mi muletilla de hace años: el sistema se ajustará solo (de hecho se está ajustando solo) pero, en caso de que no seamos capaces de controlarlo mucha gente va a sufrir mucho. Ahí van algunas de las ideas que he percibido.

      Informe Autopistas Salvajes  wwfes 
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      La mayor parte de los criterios para conseguir territorios, ciudades y viviendas más respetuosas con el medio pasa por conseguir territorios, ciudades y viviendas más eficientes. En realidad el problema es aparentemente sencillo: contamos con un cierto capital natural (energía, agua, suelo, sumideros de contaminación) y tenemos que conseguir convertirlo en bienestar social. Dado que cada vez las necesidades de bienestar social son mayores los beneficiarios del mismo también, y el capital natural permanece fijo, la única solución para conseguir aumentar el bienestar y que este bienestar alcance cada vez a más personas es que consigamos una utilización cada vez más eficiente de este capital natural. Y este objetivo de la eficiencia del sistema debería ser buscado por toda la sociedad independientemente de las posturas políticas. Por supuesto que la forma de conseguir esta mayor eficiencia y la búsqueda de un destino concreto para los pluses generados sí que diferencia unas políticas de otras.

      Bienestar social con base verde  si

      Para este análisis se parte de un concepto de bienestar social que no es el de consumo. Aún así, presuponiendo resuelto el problema de la falsa equiparación entre bienestar social y consumo, subsiste la necesidad de un funcionamiento más adecuado. Sin embargo, la situación que afrontamos hoy es bastante reciente. Hasta hace pocos años no era necesario hablar de “reparto” del capital natural, sino de “explotación” de unos recursos de los que, simplemente, había que apropiarse porque estaban allí. Y esta apropiación (en términos globales) no se hacía en menoscabo de otros porque no se había llegado al límite ecológico del planeta. Es decir, que había margen para crecer sin preocuparse demasiado de los otros o de conseguir un funcionamiento eficiente del sistema. Pero desde hace tres décadas se ha alcanzado ese límite y ahora la cuestión de la desigualdad se ha vuelto crítica. Además, todavía es necesario superar el tema al que ya he aludido en otros artículos del blog y que se conoce con el nombre de la “paradoja de Jevons”: aumentos en la eficiencia de una parte del sistema redundan en una disminución del consumo de esa parte, pero incrementan el consumo global.

      Calles de usos mixtos con prioridad al peatón  lasnoticias

      Pero esto podría superarse con información, educación y participación. De momento lo dejaré aparcado aunque es un problema que habría que abordar de forma urgente. Además ante una situación como la actual es difícil plantear estrategias validadas por la experiencia. Seguramente lo más sensato sea actuar con mecanismos, técnicas y sistemas que podríamos denominar preventivas. Ya se está proponiendo una arquitectura o un urbanismo de la “incertidumbre”.  Los contenedores arquitectónicos deberían de ser capaces de albergar usos, incluso desconocidos en estos momentos. Los materiales, capaces de ser reciclados para unas circunstancias muy diferentes a las que fueron pensados. Las calles para albergar funciones no necesariamente destinadas exclusivamente a transitar. Las zonas verdes deberían ser capaces de soportar usos diferentes a los de “alfombra verde” o “equipamiento”. El objetivo es claro, el aprovechamiento total de los espacios construidos y urbanizados con objeto de aumentar la eficiencia global de nuestras ciudades y de nuestras viviendas.

      Ecosistemas domesticados, solo uso estético  mercadolibre

      Otra de las ideas consensuadas es que se debería de tender a poner en carga todo el suelo construido y el espacio urbanizado con objeto de no aumentar más la superficie antrópica del territorio. Mi lema desde hace ya bastantes años: en la medida de lo posible ni una hectárea más urbanizada. Y esto pasa por empezar a utilizar los metros y metros cuadrados de viviendas vacías que existen en nuestras ciudades, por favorecer su rotación mediante un sistema de alquileres eficaz, por sustituir los edificios ineficientes desde el punto de vista energético por otros diseñados con criterios bioclimáticos, por utilizar las modernas tecnologías para conseguir más con menos. Esto por supuesto está detrás de la otra máxima que debería regir la planificación en momentos de incertidumbre: no hacer nada irreversible. A veces es complicado llegar a determinar si algo es o no irreversible, pero hay cosas que no necesitan la realización de una tesis doctoral para que se puedan afirmar con bastante solvencia.

      La urbanización casi siempre es irreversible  ahora

      Así, desde el punto de vista de las relaciones entre ciudad y territorio resulta imprescindible que, poco a poco, se recupere el límite de separación entre ciudad y naturaleza rellenando los intersticios libres que quedan entre trozos urbanizados que se van distribuyendo de forma casi aleatoria con el único nexo común de las infraestructuras. Y dejando sin tocar el territorio de la naturaleza. Porque sin ese territorio de naturaleza la urbanización no podrá sobrevivir. Y porque, además, es suyo, le pertenece. Y eso a pesar de que según Erik Swyngedouw (ver el artículo del blog titulado “La naturaleza en la ciudad” de marzo de 2011) tal cosa no exista y sea una construcción ideológica. Algo así como el cambio climático o las meigas de mi tierra gallega, que no existen pero que “haberlas haylas”. El caso es que también hay un cierto consenso en afirmar la necesidad de respetar lo que queda de medio natural. Es decir, probablemente sea necesario inventar una nueva ciudad.

      La ciudad del pasado no volverá (esperemos)
       La ciudad industrial de Staffordshide  angelfire

      Lo que significa inventar una nueva forma de utilizar el territorio en comunión con la naturaleza. Cuando se habla de ciudad compacta parece que ya no nos estamos refiriendo a ciudades de ensanche, barrocas o medievales. Es absurdo plantear el volver a la ciudad de nuestros abuelos. Nadie (casi nadie) aceptaría residir hoy en una vivienda medieval. Se necesita ya pensar en una ciudad del futuro que, por desgracia, apenas se vislumbra. Más no menos se sabe hacia donde no hay que ir. También se empiezan a conocer algunas líneas del rumbo a seguir. Mientras tanto habría que actuar cautamente para no hipotecar posibles soluciones aún desconocidas. Pero, y aunque parezca contradictorio, también se debería experimentar. Mucho se habla de innovar. Pero innovar significa equivocarse. Sin equivocación no existe innovación. Por supuesto que es necesario equivocarse a pequeña escala. Las equivocaciones a gran escala en realidad lo que hacen es descontar los avances conseguidos.

      Ciudad y naturaleza, Vitoria-Gasteiz se aproxima  conama

      Como se puede advertir, en lo escrito hasta ahora subyacen tres ideas básicas. La primera es la necesidad de conseguir un funcionamiento más eficiente del sistema. La segunda es que la respuesta en un contexto de incertidumbre nunca puede ser igual que en una situación estable o de evolución más o menos previsible. Y la tercera, recuperar ese límite entre ciudad y naturaleza que permitía el funcionamiento de la primera a base de que la segunda era capaz de absorber todo aquello que le sobraba a la ciudad y, además, de suministrarle los recursos que necesitaba. Al borrar el límite, la naturaleza deja de funcionar como tal y ya no es capaz de ser sumidero de residuos ni suministrador de “nutrientes”. De las tres, parece que la crítica es la última ya que se trata de la condición básica para que las otras se puedan producir. Es decir, que sea posible que sigamos poblando este planeta maravilloso en condiciones dignas y sin necesidad de convertirlo en un detritus de materia inerte.

      ¿”Metamorfosis del mundo”? ¿De todos y para todos?  ellixas

      Pero para conseguirlo es imprescindible un nuevo acuerdo social. Ya solo su existencia justificaría el término “metamorfosis” aplicado a lo que vendrá. Porque, en realidad, lo que hoy conocemos como “acuerdo social” no sería más que un pálido reflejo de lo que habría que lograr para que el resultado no se malograra y que surgiera una mariposa viva y colorida. Se trata, entre otras cosas, de la consabida participación. Es un tema muy difícil y complicado de abordar. Pero, como ya está analizado en otros artículos del blog solamente diré ahora que, probablemente, no se pueda plantear más que desde la educación. Pero no solo a partir de la educación desde las aulas sino mediante la educación  de ciudadanas y ciudadanos en muchas y diversas instancias. Sobre todo, en el conocimiento de la ciudad y el territorio. El planteamiento último de educar en estos temas pasaría, sencillamente, por profundizar en la democracia a partir del conocimiento (y no de la ignorancia) de nuestro entorno. De forma que información, comunicación y educación parecen herramientas básicas que, paradójicamente, casi ninguna instancia parece dispuesta a abordar. Y este sí que es un problema.


      Nota.-Estamos en julio y lo que corresponde es que recomiende un libro. Los asiduos ya conocen mi predilección por Ulrich Beck al que le he dedicado dos artículos uno de los cuales es el que tiene más éxito de todos los escritos en el blog si atendemos al número de visitas. Es fácil de imaginar que voy a recomendar la lectura de su último libro (ya mencionado), Metamorfosis del mundo, que en realidad, no tuvo tiempo de revisar enteramente y que se encargaron de terminar su mujer Elisabeth, John Thompson y Albert Gröber. Publicado por la editorial Paidós en su colección Estado y Sociedad en el año 2017, es la traducción del original inglés The Metamorphosis of the World: How Climate Change is Transforming Our Concept of the World. Como puede observarse el título en inglés es algo más descriptivo.
             No me resisto a copiar un fragmento del primer capítulo titulado "¿Por qué metamorfosis del mundo en lugar de transformación?" Dice: “Esa confusión no puede conceptualizarse desde el punto de vista de las nociones de cambio de que dispone la sociología: evolución, revolución y transformación, pues vivimos en un mundo que no está solo cambiando, sino que se está metamorfoseando. El cambio implica que algunas cosas cambian, pero otras siguen igual: el capitalismo cambia, pero algunos aspectos del capitalismo permanecen inalterables. La metamorfosis implica una transformación mucho más radical, mediante la cual las viejas certezas de la sociedad moderna se desvanecen mientras surge algo completamente nuevo. Para comprender esta metamorfosis del mundo hay que explorar los nuevos comienzos, centrándose en lo que surge de lo viejo e intentando comprender las futuras normas y estructuras que caracterizan la confusión del presente”.

      Autopistas Salvajes

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      El pasado mes de junio estuve moderando una mesa en el seminario sobre Integración de las áreas protegidas en el territorio: alianzas, conectividad ecológica e infraestructura verde, organizado en la Universidad Autónoma de Madrid. Por desgracia no pude asistir a la totalidad de las mesas y ponencias por un compromiso previo en el INAP en la mañana de ese mismo día, pero la sesión de tarde resultó de gran interés. Las intervenciones a lo largo de toda la jornada iban encaminadas a contribuir al desarrollo del Plan estratégico del patrimonio natural y de la biodiversidad y al Programa Sociedad y áreas protegidas promovido por EOROPARC-España, e intervinieron destacadas figuras relacionadas con el tema. Además, dada su complejidad, se abordó el seminario desde distintas escalas y ámbitos de conocimiento.

      Autopistas salvajes WWF-España

      La fila cero de la mesa que moderé estaba ocupada por representantes de la FEMP, el Ayuntamiento de Torrelodones y WWF España. Pues bien, el artículo de hoy se refiere precisamente a un informe de WWF España titulado Autopistas salvajes. No se trata de hacer notar (o sí) que las autopistas que se están construyendo por todas partes sean una salvajada, ni tampoco re refiere a la célebre película titulada "Mad Max, salvajes de autopista", que menciono algunas veces cuando me vuelvo apocalíptico y planteo un futuro distópico desesperante y desesperado. No, se trata justamente de todo lo contrario: de una propuesta para una Red Estratégica de Corredores Ecológicos entre espacios de la Red Natura 2000 en España. Este trabajo se presentó en Madrid el 9 de marzo del año pasado y, desde mi punto de vista, ha pasado demasiado desapercibido.

      Infraestructura verde para Europa Comisión Europea

      Parece que la cuestión de la conectividad ecológica, sobre todo entendida como una de las patas de la llamada Infraestructura Verde, se está planteando más bien en ámbitos municipales (incluso autonómicos) pero parece imprescindible empezar la casa, no por el tejado sino por los cimientos. Es decir, considerando la conectividad en el ámbito europeo o, por lo menos, nacional para ir concretando la cuestión en ámbitos más reducidos. Esto es lo que hace este informe de WWF-España proponiendo “una visión de la conectividad para la España peninsular con una propuesta de corredores ecológicos como nexos entre espacios de la Red Natura 2000. Es una identificación que tiene en cuenta los corredores transfronterizos, que funcionan como conectores entre espacios ubicados en el territorio español y transcurren en parte de su trazado por territorios de países limítrofes (Portugal, Francia y Andorra)”.

      Importancia de España en la Red Natura 2000
      Señalar en la imagen para verla más grande  efeverde

      Es resultado del trabajo es de gran interés y debería ser considerado, como mínimo, en los preceptivos informes de Evaluación Ambiental a los que están sometidos muchos instrumentos de planificación y ordenación del territorio. Se resume en la propuesta de doce corredores ecológicos prioritarios y diecisiete zonas críticas para la conectividad. Es cierto que se plantea exclusivamente entre espacios de la Red Natura de 2000. Es decir, no sobre la totalidad de las áreas de naturaleza que deberían de estar conectadas aunque habría que destacar que la Red Natura 2000 ocupa alrededor del 30% del territorio nacional. Y eso sin mencionar la importancia que tiene para la UE ya que España es el país que más hectáreas aporta a la red tanto desde el punto de vista absoluto como relativo. Con unos 1.800 espacios y casi 400 especies afectan al 60% de los hábitats y el 40% de las especies protegidas por la directiva comunitaria. Abarca, por tanto, buena parte de las zonas más importantes a conectar. El problema es que, según un estudio de la propia WWF-España de 2016 en muchos de los casos la situación es de “graves carencias” en lo que se refiere a los obligados planes de gestión.

      Calidad de los planes de gestión de LIC
      Naturómetro 2016  WWF-España

      Esta red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad (según la definición del Ministerio para la Transición ecológica del Gobierno de España) está formada a día de hoy por Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Zonas Especiales de Conservación (ZEC). Los actuales Lugares de Interés Comunitario (LIC) pasarán a ser ZEC cuando tengan aprobados sus planes de gestión. Casi todos ellos deberían ya de tenerlos aprobados hace tiempo pero todavía no es el caso. Aunque las primeras zonas protegidas para aves datan del año 1995, en realidad la situación no se consolida hasta la Directiva 2009/147/CE conocida como Directiva Aves, en la que se establece un sistema de protección basado en la conservación de los hábitats, su regulación y explotación. Esta Directiva reemplazó a la 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, después de numerosos cambios en la misma que hacían aconsejable, en aras de su clarificación jurídica, sustituirla por otra.

      Directivas de hábitats y aves  publicacionesUE

      Las Zonas de Especial Conservación (ZEC), declaradas previamente Lugares de Interés Comunitario (LIC), son espacios que albergan especies o tipos de hábitats naturales de especial valor para la Unión Europea. Su regulación procede de la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, más conocida como Directiva Hábitats. Según su art. 6: “Con respecto a las zonas especiales de conservación, los Estados miembros fijarán las medidas de conservación necesarias que implicarán, en su caso, adecuados planes de gestión, específicos a los lugares o integrados en otros planes de desarrollo, y las apropiadas medidas reglamentarias, administrativas o contractuales, que respondan a las exigencias ecológicas de los tipos de hábitats naturales del Anexo I y delas especies del Anexo II presentes en los lugares”.

      Red Natura 2000 en España miteco
      Señalar en la imagen para verla más grande

      Todo esto tiene mucha importancia. Hay que considerar que el artículo 133 del Real Decreto Legislativo 7/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana dice que: “No obstante lo dispuesto en los apartados anteriores, sólo podrá alterarse la delimitación de los espacios naturales protegidos o de los espacios incluidos en la Red Natura 2000, reduciendo su superficie total o excluyendo terrenos de los mismos, cuando así lo justifiquen los cambios provocados en ellos por su evolución natural, científicamente demostrada. La alteración deberá someterse a información pública, que en el caso de la Red Natura 2000 se hará de forma previa a la remisión de la propuesta de descatalogación a la Comisión Europea y la aceptación por ésta de tal descatalogación.” El que aproximadamente al 30% del territorio nacional le afecte este artículo de la actual Ley del Suelo debería de suscitar el interés sobre qué sucede con estas zonas protegidas.

      Los espacios marinos también forman parte de la Red
      Islas Cíes (Vigo)  galiciameiga

      Y una de las cuestiones prioritarias según se señala en el propio informe es la de establecer redes de conectividad entre áreas naturales. Ya se ha señalado en otros artículos del blog que las áreas protegidas no conectadas (sobre todo si son de dimensión media o pequeña) tienden a comportarse como relictos, degradándose y perdiendo biodiversidad. De tal forma que la urbanización está fragmentando y convirtiendo el territorio de naturaleza en un conjunto de zonas aisladas impidiendo el movimiento de especies y, en general, de los flujos ecológicos. La situación se vuelve más grave en unos momentos en los que el cambio climático hace necesaria una cierta capacidad de respuesta, no solo desde el ámbito antrópico, sino también desde el natural, de forma que se consigan territorios más resilientes. Y la urbanización indiscriminada lo está impidiendo. En este sentido sí que se podría hablar de “autopistas salvajes” a las que salvajemente parcelan, fragmentan y aíslan los ecosistemas.

      Autopistas verdaderamente “salvajes” que
      fragmentan el territorio  lavozdeasturias

      La metodología seguida en el Informe consta de cuatro pasos: Identificación de corredores ecológicos; priorización y caracterización de los mismos; identificación de zonas críticas para la conectividad; y, por último, análisis de los usos del suelo. Quizás de las cuatro merezca la plena detenernos en la primera. Está claro que para empezar un trabajo como el que se comenta hay que identificar las zonas a unir. En primer lugar se hizo una delimitación cartográfica de los tres tipos de hábitats forestales de la Red Natura 2000: bosque denso, bosque claro y matorral. También se identificó la llamada “superficie de resistencia” (también a veces de “fricción” o de “coste”) que no es más que el grado de dificultad que un territorio específico representa para el desplazamiento de las especies consideradas. Suele determinarse en función de los tipos de cubierta y los usos del suelo. Valores bajos suelen estar asociados a zonas de hábitat de mayor calidad mientras que los valores más altos representan territorios alejados de las mejores condiciones para las especies consideradas.

      Caminos de coste mínimo  WWF-España
      Señalar en la imagen para verla más grande

      Una vez identificadas las zonas núcleo con su superficie de resistencia se decidieron los caminos “de coste mínimo”. Es decir, aquellos corredores con menor resistencia al movimiento de las especies entre zonas núcleo. Para ello se determinaron los puntos centrales de dichas zonas correspondientes al bosque denso, claro y matorral. Por último se calculó la anchura de los corredores representando la resistencia a ambos lados del eje central. Dado el interés de las metodologías ecológicas para su uso en situaciones antrópicas me permito señalar la posible utilidad de la correspondiente a los llamados “caminos de coste mínimo” para el uso peatonal de los viarios urbanos, sobre todo en situaciones de riesgo y emergencias (convenientemente adaptada, por supuesto). Una vez llegados a este punto surgieron una gran cantidad de corredores entre espacios correspondientes a la Red Natura 2000. Pero no todos con  la misma importancia de forma que se hizo necesaria su caracterización y priorización.

      Los doce corredores ecológicos prioritarios WWF-España
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      El resultado fue la propuesta de doce corredores ecológicos prioritarios: del Cantábrico, del Pirineo, del Alto Ebro, Portugués, de las Sierras Litorales del Mediterráneo, del Duero, del Sistema Central, del Sistema Ibérico, de La Mancha, de Sierra Morena y Montes de Toledo, de las Sierras Béticas y, por último, del Atlántico Sur. Su análisis ha permitido distinguir entre corredores a conservar o a restaurar. Los corredores a conservar “son aquellos en los que la degradación de sus condiciones actuales tendría un efecto muy negativo sobre la conectividad global de la Red Natura 2000 en España”, mientras que los de restauración prioritaria serían “los que una mejora de sus condiciones produciría un incremento significativo de la conectividad global actualmente existente en la Red Natura 2000 española”. Algunos de los corredores ecológicos propuestos combinan ambos tipos de forma que “el deterioro de sus condiciones actuales se traduciría en un elevado impacto en la conectividad, pero la mejora de esas condiciones a través de acciones de restauración podría incrementar de manera notoria la conectividad del conjunto de la red”.

      Las diecisiete zonas críticas para la conectividad  WWF-España
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      Por último, se identificaron zonas críticas para la conectividad generalmente debido a su fragilidad ya que existe un alto riesgo de que desaparezcan al discurrir por áreas de usos muy intensivos. Se identificaron diecisiete zonas de este tipo a las que habría que atender de forma prioritaria. El último paso, muy importante desde el punto de vista de la planificación fue el análisis de usos del suelo. De este análisis se obtuvieron algunas conclusiones. La primera es que los corredores prioritarios tienden a coincidir con los márgenes de los ríos, y (aunque el 10% lo haga), afortunadamente no suelen atravesar zonas agrícolas. Además, en una gran proporción, discurren a través “de paisajes con más de la mitad de su superficie incluida en la Red Natura 2000 (56,7%)”. Por último, en algunos casos, se localizan fuera del territorio español, sobre todo en Portugal y en la vertiente francesa de los Pirineos algo que también fue considerado tal y como se dijo al comienzo del artículo.

      Sustituyamos las autopistas de hormigón y asfalto por otras
      salvajes (en el buen sentido) que no nos conduzcan al infierno rockfm

      Como decía al principio pienso que se trata de una importante contribución a  la defensa del territorio y que merece una difusión más importante de la que ha tenido. En general, aquellos que nos encontramos en “la otra orilla”, es decir que nos ocupamos de urbanizar y construir, necesitamos (como mínimo) conocer esa contraparte sin la que no sería posible nuestra existencia como urbanitas. Esperemos que estas “autopistas salvajes” se impongan sobre las carreteras que actualmente construimos, aparentemente ordenadas, pero sin pensar ni evaluar en muchos casos más que una parte pequeña de aquellas consecuencias que su construcción trae consigo. Ahora que se cumple el cuarenta aniversario de “Highway to Hell” de AC/DC (y con permiso de los jóvenes que no lo han vivido) me voy a permitir reproducir aquella parte de este tema que tiene que ver con la relación entre libertad y control:

               I'm on the highway to hell
               On the highway to hell
               Highway to hell
               I'm on the highway to hell
               No stop signs, speed limit
               Nobody's gonna slow me down
               Like a wheel, gonna spin it
               Nobody's gonna mess me around
               Hey Satan, paid my dues
               Playing in a rocking band
               Hey mama, look at me
               I'm on my way to the promised land, whoo!
               I'm on the highway to hell

      Esperemos no estar en esa autopista al infierno que nos conduzca al futuro distópico de "Mad Max, salvajes de la autopista" del que hablaba al comienzo del artículo, sino en ese camino a la tierra prometida (I`m on my way to the promised land, whoo!) que está implícito en este informe llamado Autopistas Salvajes.



      Nota.-Con este artículo solo pretendía despertar el interés sobre este trabajo de WWF-España que pienso deberían de leer todos los que se dedican a la planificación no sólo territorial sino también urbana. En su página web se puede acceder al informe completo y anexos. Imprescindible, su lectura merece la pena.


      A vueltas con la densidad

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      Al tema de la densidad ya le he dedicado, íntegra o parcialmente, varios artículos en el blog. Además, al principio del verano estuve en Santiago de Compostela coordinando un taller titulado “Ciudad compacta versus ciudad difusa. Densidad apropiada” en el IV Congreso APLU y, a pesar del escaso tiempo se dijeron cosas muy interesantes. Por si fuera poco, tengo una espina clavada de un trabajo de investigación sobre densidades necesarias para el funcionamiento eficiente de los equipamientos que, por diversas circunstancias, nunca llegué a realizar y sobre el que tengo pensado volver en cualquier momento. Todo ello me ha llevado a pensar que sería interesante darle una vuelta de tuerca más al tema y dedicarle el artículo de este mes precisamente a las densidades y su aplicación al urbanismo y la ordenación del territorio.

      A vueltas con la densidad  diariouchile

      Lo cierto es que, ya en el año 2007, en los comentarios a un escrito de Federico García Barba titulado “Densidades urbanas” publicado en su antiguo blog Islas y Territorio, recuerdo que ya anticipaba algunas de las ideas que expondré a continuación. Por tanto, aquellos que me conocen probablemente no vayan a encontrar demasiadas cosas nuevas en los párrafos que siguen pero, por lo menos, espero que sean útiles para organizar y estructurar un poco la especie de caos que, como una niebla, rodea el término “densidad”. Bueno, no desde el punto de vista de la Física: cantidad de materia contenida en un determinado espacio.
             Pero las cosas cambian cuando salimos del campo de la Física y nos adentramos en el del Urbanismo. Así, es frecuente oír hablar de “densidad urbana”, “densidad del sitio”, “densidad de viviendas”, “densidad neta”, “densidad de manzana”, “densidad neta de barrio según tipo de construcción”, “densidad bruta”, “densidad subjetiva”, “densidad metropolitana”, sin saber muy bien su significado en cada caso concreto. Y eso por no hablar de conceptos aparentemente relacionados como “densificación”, “compactación”, “densificar” o “redensificar”. O de otros en su mismo ámbito de conocimiento tales como “ocupación de suelo”, “superficie edificable”, “coeficiente de ocupación de suelo”, “edificabilidad”… Bueno no voy a seguir porque creo que la idea del problema que plantea la palabra de referencia está bastante clara.

      Titulares curiosos de la prensa diaria
       Señalar en la imagen para verla más grande

      Esta indefinición del término hace posible que un periódico como La Vanguardia se permitiera el 26 de enero del pasado año el siguiente titular: “España, el país de Europa ‘con mayor densidad’ de población”. O que otro diario, El Ideal Gallego, hace tres años y a varias columnas titulara: “A Coruña supera en densidad de población a muchas de las ciudades más habitadas del mundo”. Y como subtítulo: “La densidad de población de A Coruña es de 6.446 vecinos por kilómetro cuadrado. Este número de habitantes por  superficie hace que la ciudad herculina supere a buena parte de las ciudades más pobladas del planeta”. O que hace un par de años pudiéramos leer en el Diario de Ibiza: “Mislata, en Valencia, municipio español con mayor densidad de población”. No niego que todos estos titulares y afirmaciones tan contundentes puedan ser ciertos. Seguramente lo serán. Pero no deja de ser sorprendente y es posible que responda a la situación de un término aquejado de esa enfermedad llamada polisemia.

      ¿Altas y bajas densidades?  gerenciaeje y wallpaperup

      La cuestión no tendría demasiada importancia si, sencillamente, se tratara de un número descriptivo de una situación determinada resultado de una metodología estadística (manipulada o no). El problema aparece cuando esa cifra, de la cual no se sabe muy bien su procedencia, pretende condicionar las características de un plan de urbanismo, una rehabilitación urbana o un proyecto. Y, sobre todo, cuando se asocia a determinadas bondades que puede tener el superarlo o quedarse por debajo del mismo. Así, frecuentemente en la literatura de la “sostenibilidad” se hacen referencias constantes a las “altas densidades” para conseguir ciudades más respetuosas con el planeta. Pero, ¿qué son “altas densidades”? ¿Cómo se miden? ¿Son iguales en una cultura qué en otra, en una economía que en otra, en un sector urbano que en otro, en una situación demográfica que en otra? ¿Para cualquier tamaño de población?

      La ciudad jardín  archive
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      En urbanismo se empieza a hablar de densidad cuando se escriben los primeros manuales al respecto. Ya se ha comentado en otros artículos del blog que figuras como Baumeister o Stübben, en sus intentos de racionalizar la construcción de ciudades, empiezan a utilizar la estadística y el concepto de densidad para comparar entre sí diferentes áreas urbanas. Como también se ha comentado en otros artículos que en la propuesta de Ciudad Jardín Ebenezer Howard, en los 6.000 acres de la ciudad vivirían alrededor de 32.000 personas. De estos 6.000 acres sólo 1.000 se dedicarían propiamente a zona urbanizada, los 5.000 restantes serían agrícolas. Una simple división nos daría dos cifras de densidad muy diferentes: 32 personas por acre (79 hab. por hectárea) en el caso de considerar solo la zona urbanizada, y 5,3 (13,3 hab. por hectárea) considerando la totalidad del área. Y si en esa zona urbana descontamos el Central Park, los bulevares arbolados…

      Parker y Unwin, Hampstead Garden Suburb

      Pero si analizamos sutiles diferencias en la expresión de la densidad, veremos que otro manualista Raymond Unwin propone la cifra de 12 viviendas por acre (30 viviendas por hectárea). La sutil diferencia está en que Unwin no habla de “personas” sino de “viviendas”. El salto se ha dado en muy pocos años, la propuesta de Howard es de 1898 y la de Unwin de 1909. Unwin, que no teoriza y propone ciudades ideales, sino que pretende una urbanización real hace un estudio económico (puede leerse el artículo del blog de finales de 2008 titulado “Sir Raymon Unwin: ‘La práctica del urbanismo’.”) y los resultados aparecen en función del producto final que no son las personas sino las viviendas. Se comprende la dificultad, desde el punto de vista práctico, de establecer una familia tipo que haga corresponder viviendas con personas pero, en esta diferencia, es donde empiezan a aparecer los problemas.
             Esta dualidad en el planteamiento de los términos se va a reproducir a lo largo de toda la historia del urbanismo. Y, además, se acompaña de sucesivos intentos de superar el concepto proponiendo formas distintas de medición. Desde la “amplitud” de Hoenig basada en las ordenanzas de edificación de Berlín de 1925, hasta el Spacematrix actual con la apuesta por su “densidad de redes”, han sido numerosos los intentos de hacer operativo un número que, de momento (desde mi punto de vista), solo aportan confusión.

      Densidades “administrativas” de algunos países  theconversation

      Pero si ya hay problemas más o menos sutiles en la determinación del primer término de la ecuación (personas, viviendas, residentes, turistas, trabajadores, familias, en una zona determinada), en el segundo también: ¿Qué superficie? Parece sencillo. Si se trata de densidad urbana la superficie urbana. Y este ya es otro problema. Y lo es que porque en muchas de las definiciones de lo que sea un área urbana entre los elementos que la caracterizan está la palabra densidad. Y no parece muy riguroso que aparezca la misma palabra que estamos intentando definir en la propia definición. Podríamos hablar directamente de “densidad de población” y remitirnos sin más a divisiones administrativas. Por ejemplo, países.
             De esta forma se podría decir, sin más que dividir el número de habitantes de cada país por su superficie, que Inglaterra tiene una densidad de 426 habitantes por kilómetro cuadrado (datos de 2016, extraídos de un artículo de Alasdair Rae, profesor de la universidad de Sheffield y publicado en The Conversation). Claro que los Países Bajos llegan a 505 y Bangladesh a 1.252. En España nos quedamos en unos humildes 93 habitantes por kilómetro cuadrado, aunque bastante lejos de los 9 que tiene Rusia. Lo mismo que con países se puede hacer con Comunidades Autónomas o municipios. Este tipo de aproximación es la que permite titulares como los que se han reseñado en párrafos anteriores. El problema se ha intentado resolver por caminos diferentes. Así, Alasdair en el artículo mencionado, habla de “densidad habitada” para lo cual reconduce las superficies administrativas a puntos que representan 1 km2. Pero las respuestas, según los autores son variopintas y (algunas) muy imaginativas.

      “Densidad habitada” (cada punto >250 habit./km2)  theconversation
      Señalar en la imagen para verla más grande

      La pregunta sería, ¿todo esto le sirve de algo a un planificador o a un proyectista urbano? En España, si atendemos a la legislación parece que sí. Por ejemplo, la Ley del Suelo de 1976 señalaba claramente un máximo de 75 viviendas por hectárea para el suelo urbanizable (aunque el Consejo de Ministro podría autorizar hasta 100). Como se puede observar la expresión es "viviendas por hectárea". Sin embargo, en las recomendaciones para lugares turísticos de 1977 ya no se habla de viviendas por hectárea, sino de "habitantes por hectárea". Eso sí, se mantiene el número 75 (que debe de ser sacrosanto) pero ahora de habitantes por hectárea en área insulares, aunque se baja a los 50 en áreas litorales interiores y a 25 en zonas de montaña. Supongo que estos números saldrían de complicados cálculos matemáticos y estadísticos y que vendrían acompañados del correspondiente manual de instrucciones.
              Los datos del párrafo anterior están extraídos de un artículo titulado “En búsqueda de unas recomendaciones urbanísticas mundiales de densidad y espacios verdes”, publicado en el número 27-28 de la revista Nimbus y al que ya me he referido en algún otro artículo del blog. El que se puedan buscar recomendaciones urbanísticas “mundiales” en materia de densidad no deja de ser curioso. En cualquier caso a los autores hay que reconocerles el intento, ya complicado de por sí desde el punto de vista conceptual y difícil de conseguir en la práctica.

      Plan de indicadores Sevilla (malla 100x100 m)  AEU Barcelona
       Señalar en la imagen para verla más grande  aytosevilla

      Hay intentos mucho más pragmáticos que van en la línea de lo expuesto por Alasdair relativo a la “densidad habitada”. Es decir, a la utilización de una malla sobre la que medir cosas. Así, en el Plan Especial de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental de la Actividad Urbanística de Sevilla, que preparó la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, se utiliza una malla de 100x100 metros. Incluso, se acompaña una recomendación de carácter propositivo de un mínimo de 60 viviendas por hectárea, aunque se advierte que: “La densidad por si sola, sin embargo no es un factor determinante sobre la dispersión urbana sino que entra en juego el patrón de ocupación del territorio, es decir, la forma del propio tejido urbano”.
             Sin embargo, en el Plan de Indicadores de Sostenibilidad Urbana de Vitoria-Gasteiz, la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona ya distingue entre densidad neta (omitiendo los sistemas generales) y bruta. Diferencia además entre densidad de barrio y de ciudad, proponiendo objetivos mínimos y deseables. Para el caso de ciudad sería mínimo de 80 viviendas por hectárea en el 50% de la superficie, y deseable en más del 75%. En barrios sería una densidad mínima neta de 100 viviendas por hectárea y deseable entre 100 y 130. Además, la malla de cálculo es de 200x200 metros.

      Densidad de viviendas en Vitoria-Gasteiz  AEU Barcelona
       Señalar en la imagen para verla más grande  aytovitoria

      Comprendo la necesidad de contar con indicadores (incluso con leyes que obliguen a mínimos o máximos), sobre todo cuando se pretenden conseguir objetivos concretos y no referirse a entelequias abstractas. Lo que sucede es que no termino de ver con claridad la forma de precisar un término prestado de la física pero demasiado metafórico e impreciso como para ser operativo en la materia que nos ocupa: el urbanismo. Desde luego es de complicado uso para su aplicación al planeamiento. Hace ya tiempo que vengo trabajando en una forma efectiva de sustituirlo adaptada a los lugares concretos y con finalidades específicas. Tiene además que ver con la forma de enfocar el problema de los límites del planeta. Quien haya leído los artículos inmediatamente anteriores del blog verá que las últimas propuestas para conseguir ciudades más “sostenibles” y saludables pasan por diseñar y construir ciudades pensadas para el peatón. Y una de las condiciones necesarias tiene que ver con que exista una “densidad” suficiente que permita una ciudad de proximidad.

      La ciudad del peatón  traficozmg

      El problema es que diferentes actividades precisan de ámbitos distintos según el objetivo a conseguir. Por ejemplo, se necesitan niños suficientes para mantener una escuela primaria. Niños que deberían encontrarse a una distancia lo bastante cercana como para que pudieran desplazarse al colegio andando y no pasando horas en un autobús escolar. Esto significa que, según los indicadores demográficos, la cantidad de viviendas y las distancias nos marcan un ámbito mínimo para que sea posible. Pasa lo mismo con una panadería, un centro de idiomas o un ambulatorio. De forma que, en lugar de fijar una densidad probablemente sería más interesante fijar ámbitos en función de distancias o tiempos. Ámbitos que seguro no coincidirán. Las cosas habría que hacerlas a la inversa: priorizar las actividades críticas de cercanía. Es decir, aquellas irrenunciables si se quieren conseguir ciudades pensadas para el peatón.

      El camino al colegio  deia

      Una vez fijadas estas actividades (que serían diferentes atendiendo a los barrios o unidades residenciales concretas y a la población residente o que se supone residirá) se determinarían los tiempos de acceso y las distancias. Por último habría que decidir cuánta gente, como mínimo, tendría que vivir en estos ámbitos. La densidad sería la resultante. Por supuesto que no todas las actividades tendrían que ser de cercanía. Existen algunas que solo se pueden plantear en un distrito o un conjunto de barrio, o incluso de ciudad entera. Para estas habría que pensar en formas de acceso diferentes a ir a pie. Lo que significa que, por ejemplo, las paradas de transporte público pasarían a ser actividades de cercanía.
             Este enfoque no es algo nuevo. Desde las Unidades Habitacionales de Le Corbusier hasta las Vecinales de Clarence Perry hay una larga lista de propuestas de este tipo en la historia del urbanismo planteadas con mayor o menor éxito. Por ejemplo, Perry proponía como Neighborhood Unitun área poblada, delimitada físicamente por vías de tráfico, de modo que las vías internas queden solo para uso de la comunidad. Pero, al mismo tiempo, este fragmento espacial así obtenido debe de ser capaz de mantener y requerir una escuela primaria, para una población total comprendida entre 5.000 y 6.000 personas”.

      Clarence A. Perry y la unidad vecinal

      Lo fundamental en la idea de Perry era la consideración de la escuela primaria como elemento de actividad crítica de cercanía para fijar un ámbito determinado. Ya se ha razonado a lo largo de diferentes lugares del blog la importancia de poder ir caminando a la escuela para la formación saludable de ciudadanos y ciudadanas. Pero en una sociedad envejecida como la europea (y por supuesto, la española) es posible que fuera necesario cambiar la escuela primaria por otro equipamiento más acorde con el tipo de población del barrio. La introducción de consideraciones demográficas, sociales, económicas e, incluso, culturales es clave en este planteamiento. La cuestión es compleja ya que, por ejemplo, desde el punto de vista económico deberían considerarse temas tales como la posibilidad de competencia. Probablemente habría que pensar en actividades críticas relacionadas con los equipamientos institucionales. De forma que no sería conveniente hablar de densidades fijas expresadas por un único número, sino siempre “en relación a”. En cualquier caso parece necesario modificar la forma de entender la densidad en urbanismo y planeamiento cambiando del enfoque descriptivo actual hacia otro más operativo relacionado con el contexto y los objetivos a conseguir.
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